Unidos por el Destino [H/M] PFF

Capítulo 18: “Impulsos”

Michiru se bañó y se cambió, estaba radiante, sus cabellos aguamarina le resaltaban de gran manera su hermoso rostro el cual maquilló suavemente con tonos naturales, el vestido que usaba ese día era color negro, ajustado a la cintura y que hacían resaltar sus piernas en gran manera. La violinista muy pocas veces usaba vestidos de ese color, por lo que ese día se veía increíblemente hermosa.

Cuando salió a la sala no vio a su mamá ni a Haruka, su corazón se aceleró en un segundo y pensó 1 millón de cosas, pero inmediatamente fue a la cocina y las vio a las dos sirviendo té, sintió una sensación muy extraña. Pensó que se desataría la tercera guerra mundial cuando saldría y ahora no daba crédito a lo que estaba viendo, ¿su madre ayudando a Haruka a servir el té? … Cuando la señora se dio cuenta de la presencia de su hija le dijo muy dulcemente “Hija que bien que ya te cambiaste, te ves muy bien… ¿Cierto Haruka?” Su mirada se dirigió a la rubia y sin dejarla contestar le preguntó inmediatamente a Michiru de nuevo “¿Quieres un poco de té?”. Michiru miró a Haruka con una mirada clara que le preguntaba “¿Qué significa esto?” y Haruka disimuladamente le respondió igualmente con una mirada que decía no tener idea que estaba sucediendo, sin embargo Michiru le siguió el juego a su madre “Si mamá una taza por favor”. La madre le dio la taza a Michiru y le dijo “Estuviste muy bien anoche en el recital, pensé verte a la salida pero ya te habías ido, supuse que estabas cansada, así que decidí llegar mejor hoy a tu departamento”. Mientras Michiru levantaba la taza de té para tomar un poco le dijo “¿Mamá desde cuando llegaste a Japón?”… “Ayer en la tarde arribé, quiero acompañarte en el viaje y hacer todos los preparativos para tu matrimonio hija mía, en estos momentos tan especiales, ¿Quién más que tu madre para estar contigo?” dijo la señora convencida.

Lo siguiente que se escuchó fue el sonido de vidrios rompiéndose cuando cayó la taza de té de Haruka al piso. Las manos de Michiru parecían témpanos de hielo de los nervios que le produjo aquella incómoda situación, al parecer su madre no había entendido cuando le dijo que no se casaría con Takeshi, y sabía bien que podía estar sintiendo Haruka en aquellos momentos, si estuviera en sus manos, simplemente desaparecería de ahí con ella, pero ¿Qué podía hacer? Tuvo el valor de enfrentarse a su madre una vez… ¿Sería capaz de hacerlo de nuevo y dejarle claro que la persona que tenía en frente era con la que realmente quería estar? Simplemente dijo “No es nada Haruka, yo recojo eso, mamá si gustas espéranos en la sala mientras arreglamos este incidente” La señora obedeció la orden sin decir una palabra más.

Haruka, no había dicho nada, no se había movido, no había espabilado, parecía muerta en vida, Michiru simplemente se dedicó a recoger los vidrios rotos y limpiar el pequeño desastre. Cuando acabó, apoyó sus manos en la mesa de cocina, cerró los ojos, y suspiró como si estuviera tomando fuerzas. Se dispuso a salir de la cocina sin decirle nada más a Haruka, ella más que nadie sabía que en esos momentos ninguna palabra serviría de aliento para la rubia, pero antes de que Michiru saliera del lugar, Haruka se fijó que su madre se devolvía y la chica de cabellos marinos aún no se percataba de eso. En un impulso, Haruka tomó a Michiru del brazo y la atrajo a sí plantándole un beso en los labios tan intenso como el azul del mismo mar. En ese mismo momento la mente de Michiru quedó en blanco, simplemente sintió los labios cálidos de Haruka, que para ella eran como una adicción, así que sólo se dejó llevar.

Desde afuera de la cocina la señora Kaioh llevaba la taza de té en las manos y al mirar hacia el frente la escena que ven sus ojos la deja estupefacta, esto realmente había sido peor que ver un espanto. Pero era la realidad. Ahí estaba su hija, besándose de esa forma tan… repugnante en su concepto, con… ¿Otra mujer? Y ahí, desde fuera de la cocina, sin que ahora pudiera ser vista por Haruka o Michiru sigue viendo esperanzada en que su hija reaccione poniendo en su lugar a la mujer de cabellos rubios que la besaba tan apasionadamente, pero a cambio de eso, cuando ese beso acabó, Michiru acaricia dulcemente la mejilla de la rubia y le dice algo que su madre no alcanza a escuchar y seguido de esto, ella misma le da otro pero breve beso en los labios.

Al ver que la violinista se dirige hacia afuera de la cocina, su madre camina rápidamente a la sala y hace como si estuviese mirando por uno de los ventanales.

“Madre, tengo que salir un par de horas, acordé una cita y sabes que no me gusta ser impuntual, volveré lo más pronto, siéntete como en casa, Haruka se quedará contigo, no dudes en preguntarle cualquier cosa.” … “Como gustes hija, te esperaré para que comencemos con lo que te dije”.

Cada vez que mencionaban algo del maldito matrimonio Haruka veía el infierno en ese mismísimo instante, pero esta vez se controló un poco y sólo se limitó a sonreír, seguidamente le dijo a Michiru… “Preciosa… ¿Estás segura que no quieres que te lleve?” … “No Haruka, gracias pero prefiero tomar un taxi, quédate con mi madre por favor”.

Michiru llamó al transporte, y salió en 5 minutos, del lugar.

“¿Preciosa?” Dice la señora Kaioh refiriéndose a la rubia “¿Así de especial tratas a mi hija… o más?”…

“Señora yo…” Haruka sabía muy bien que la madre de Michiru las había visto besándose unos instantes antes.

“No tienes que darme explicaciones intrusa, debí creerle a Takeshi cuando me dijo todo… pero por suerte vine preparada” seguido de esto, la señora saca un revólver de su bolsa y le apunta directamente a la motorista, que queda estupefacta ante lo que presenciaba.

Capítulo 19: “Cómplices”

En el taxi Michiru siente una sensación extraña, pero simplemente sacude su cabeza negándose que sólo serían ideas suyas, cuando llega al lugar acordado, paga al chofer del transporte y ve desde afuera que ya su invitada estaba esperándola, entró y antes de sentarse, ésta le dice:

“Te ordené un capuccino de chocolate como el mío, la última vez me dijiste que te había gustado así que me tomé el atrevimiento, además dicen que el chocolate es bueno para el mar de amores…”

Michiru no pudo evitar reír, indudablemente Mina siempre le sacaba una sonrisa así estuviera cayéndose el mundo encima, simplemente la hacía sentir bien, su alegría y optimismo siempre la contagiaban y últimamente, con la confianza que había nacido entre ellas, eran más que amigas, eran cómplices. A pesar de que Mina pareciese una chica inmadura e inocente, le había demostrado a Michiru una madurez que muy pocos conocían.

“Que bien que te adelantaste Mina, precisamente estaba pensando en pedir uno así, creo que lo necesito” Inmediatamente el semblante de Michiru cambió a estar algo más preocupado, se notaba en su rostro algo que la perturbaba, la última vez que habló con Mina fue por teléfono y para decirle que no sabía nada del “Invitado especial” para el recital de “Claire de Lune” por lo tanto la diosa del amor no sabía nada del matrimonio aún, así que comenzar esa conversación resultaría algo incómodo. “Verás Mina, lo que te contaré es algo realmente delicado” En ese momento llegan las bebidas, las chicas agradecen y la camarera se retira. El semblante de Mina cambió como muy pocas veces a estar mucho más serio. “Te escucho Michiru” Le dice atenta con la mirada fija en los ojos azulados de la chica de cabellos marinos, a lo que ésta le contesta “Como bien debes saber yo no fui toda mi vida Sailor Neptune” …

“Eso lo sé, yo también tuve un pasado, a veces no es tan grato recordar el pasado ¿no es así Michiru?” …

“En eso tienes razón, pero hay veces que el pasado te persigue, hasta destruir tu presente”.

Ante esa frase, Mina se vio realmente incómoda, desvió la mirada de los ojos de la violinista y los sumergió dentro del capuccino, era como si de repente quisiera sumergirse ahí dentro. “¿Mina sucede algo? Si quieres continuamos esta conversación después!” … Mina reaccionó de inmediato con su particular alegría “No no Michiru no es nada, no te procupes continúa por favor” …

“¿Estás segura?” …

“Claro que si! ¿Qué cosa de tu pasado está influyendo entre Haruka y tú?” …. Increíblemente el grado de análisis de Mina ante este tipo de situaciones era alto, aunque a decir verdad, no había que ser muy intuitivo para saber que se trataba de algo así.

“Bien… seré directa, como siempre lo he sido” Dijo Michiru y suspiró “Hay alguien más, se llama Takeshi, con el que tuve 4 años de relación hasta convertirse en mi prometido cuando vivía en Rusia, como bien sabes cuando me convertí en Sailor Neptune vine a vivir a Japón y conocí a Haruka, y pues bien sabes la historia entre las dos, sin embargo, actualmente hay una boda arreglada para dentro de un mes con Takeshi gracias a mi madre que se encuentra en mi casa en estos momentos con Haruka porque vino a ayudarme con los preparativos” al decir esta última palabra Michiru hizo un gesto de fastidio.

“Mmm entiendo… y tu madre sabe que Haruka y tu….”

“No, aunque se lo insinué, pero no resultó, aunque ahora pienso que fue lo mejor, conociendo a mi madre sería capaz de matar a Haruka si se entera de algo así…”

“Hay Michiru, por eso no te preocupes, Haruka parece un chico muy guapo, es más en estos momentos yo de ti tendría miedo que mi madre se le insinuara” dijo Mina muy graciosamente.

Michiru se sonrió… “¿Lo dices por experiencia propia?” dijo mirándola de reojo y pícaramente. “Bueno después de todo ya mi madre sabe que Haruka es mujer”

“Hay bueno bueno… no me mires así, ya sabes que pensaba que era un niño” Ambas rieron. “Bueno, pero volviendo a nuestra conversación, a ver si te entiendo, lo que me estás diciendo es que te vas a casar en un mes con una persona que no ves hace…” Mina comienza a contar con los dedos, pero antes que pudiera decir algo Michiru le responde.

“El punto no es que no lo vea, porque la distancia o el tiempo es lo de menos cuando se trata de amor”

“En eso tienes toda la razón, sin embargo dime, ¿Lo amas?” Antes que Michiru pudiera responder Mina dijo para sí “Hay pero que cosas digo si bien enamorada que estás de Haruka… ¿o me equivoco?” la rubia la mira muy atentamente a cualquier reacción.

“No quiero herir a nadie…” Michiru se comenzaba a quebrantar, a lo que la rubia la tomó de las manos y le dijo muy seriamente “Escucheme bien señorita Kaioh… se bien lo que estás pasando, pero las cosas cambian, no te puedes echar una carga encima que no te corresponde, si Takeshi no era para ti pues tarde o temprano tendrá que aceptarlo, no era tu destino ni con quien tienes que compartir tu vida… ¿o si?”

“No lo sé…” Michiru tenía su mirada perdida en la nada y comenzó a desahogarse “Mi madre, mi padre, los decepcionaré a todos… pero por otra parte… Haruka… ella me ama, lo sé”

“Y tu a ella…”

“Me odio…”

“Tomaré eso como un si, aunque preferiría que me respondieras tú…”

Michiru calló… Luego de un tiempo Mina retomó la conversación

“Si la quieres en serio, si la amas, no te culpes…”

“Mina entiende, es un imposible, la puedo amar, pero esta maldita sociedad…”

“Entiende algo tu Michiru… Haruka podría ser hombre, mujer o alienígena y habría un problema igual”

Michiru se sonrió, la particular forma de hablar de Mina hacía que los problemas, a veces, no se vieran tan densos como podrían ser, ante esto la violinista le dijo simulando estar molesta “Me sacaste una sonrisa…”

“Siempre lo hago” Mina le guiña un ojo, y seguidamente le dice “Soy experta en eso, aunque esta vez ni siquiera tenía la intención” Haciéndose la seria. “Además de todo, ya eres prácticamente una persona independiente, tu vida no estará pegada a la de Takeshi o a la de tu madre de por vida, es más ni siquiera a la de Haruka, si algún día llegan a separarse, aún eres joven y tienes mucha vida por delante, conocerás muchas personas, viajarás, tocarás en muchos recitales, amarás a unos odiarás a otros… en fin… no puedes encasillarte, estamos en el siglo XXI no en el XIX” Mina hablaba tan convencida, que parecía que fuese su propia filosofía de vida.

“Si… tal vez soy muy terca y no me gusta aceptar a los cambios…”

“¿Tal vez? … Creo que eres más terca que Serena y eso es mucho” Michiru volvió a suspirar sin mencionar palabra a lo que Mina continuó diciéndole “Las cosas pequeñas logran cosas grandes, imagínate ¿Cómo sería la tierra si no existieran los cambios? Sería caótico ni siquiera habrían dinosaurios el planeta sería un montón de masa rocosa”

“Jajaja hay Mina, me encantan tus ejemplos extremistas”

“Michiru…” Mina sonaba más seria que nunca. “Eres humana, no cierres tu mente ni tus ideas”

“¡Gracias!” En los ojos de la violinista se podía percibir esa gratitud que le expresaba a Mina, sinceramente necesitaba escuchar algo así.

“Me alegro que te sientas mejor” Sonrió y terminó de tomarse el capuccino. “¿Me dijiste que Haruka estaba con tu mamá en tu departamento no es cierto?”

“Así es”

“¿Y me dijiste que ya sabía que era mujer?”

“Correcto…”

“¿Y también me dijiste que si se enteraba de algo podía matar a Haruka, no es así?”

“Si... pero...” Michiru se sintió confundida con las preguntas de Mina. “Que me estás insinuando”

“Jejeje Michiru…” Mina se ve algo nerviosa y mientras le da unas palmaditas en el hombro a la violinista le dice… “Yo en tu lugar me devuelvo a mi casa pronto, ya sabes cómo es Haruka, dice las cosas como son sin temor a lo que piense la gente, y creo que corre peligro con tu madre”

“Bueno eso lo decía en sentido figurado pero… creo que tienes razón, déjame pagar la cuenta, tu ayuda es invaluable para mí y me siento en deuda”

“Jajaja, bueno Mich, menos mal, porque olvide mi dinero” Ante este comentario ambas rieron. Se despidieron y Michiru tomó un taxi.

Por otro lado en el departamento, Haruka no sabía qué hacer, salir corriendo para esquivar una bala no era la mejor opción, seamos realistas, aún cuando fuese una gran velocista nunca había competido con una bala de fuego. En esos momentos sólo pudo pronunciar 3 palabras… “Señora, cálmese… hablemos”. Aún así, Haruka mantenía la calma, no se veía nerviosa, en realidad pensaba ‘¿Qué diferencia hay entre morir o perder a Michiru?’.

Pensó en ir en dirección opuesta ya que hacia allá se encontraba el cuarto de ambas, pero antes que pudiera reaccionar se sintió amenazada por otro revólver en su espalda. Esta vez una voz masculina le dijo “Si no quieres quedar paralítica de por vida será mejor que nos escuches” Era Takeshi. La madre de Michiru tenía una sonrisa maquiavélica en sus labios ¿De qué se trataba todo esto?.