Unidos por el Destino [H/M] PFF

"Serena que haces aquí?" Preguntó la chica de cabellos verdosos a la Princesa de la luna muy confundida por lo que acababa de ocurrir... "Setsuna..." dijo Serena seriamente preocupada. "Donde está Haruka?" ...
A medida que tenían esta conversación se alejaban caminando de aquel lugar
"Princesa... Haruka se ha ido"
"Se ha ido?..." Setsuna asintió con la cabeza e instantáneamente Serena le preguntó "A dónde?"
"Por qué tanto misterio Serena?"
"Por favor respóndeme"
"La verdad no lo sé, desde esta mañana nadie sabe nada de ella, Michiru salió y al volver ya Haruka no se encontraba, según su madre se fue por voluntad propia pero..."
"QUÉ?!!!!!!!!!" Dijo Tsukino abriendo los ojos y deteniendo su paso
"Qué sucede Serena?" Dijo Setsuna sin entender nada.
"Eso es ... Imposible Setsuna, en estos momentos no puedo demorarme mucho porque como debes saber salí de mi casa sin avisar nada" Dijo con una mano detrás de si algo apenada.
"Está bien, tienes razón, mañana iré a buscarte para hablar bien contigo"
"No Setsuna, no te preocupes por mi, luego tendremos tiempo para hablar, por favor, no dejes sola a Michiru, por favor" dijo casi rogándole a la que solía ser Sailor Plut, al mismo tiempo se quedo viendo a la nada pensando sin pronunciar más palabra.
"De acuerdo, pero en cuanto puedas comunícate conmigo, estaré en el apartamento de Haruka y Michiru ayudando para la boda"
"QUÉ?!!!!!!!!!" A Serena se le abrieron los ojos considerablemente... "De... De qué boda hablas?" preguntó la rubia algo nerviosa
"Princesa, no te has preguntado acaso por qué está la madre de Michiru en su casa?"
"Si pero..."
Inmediatamente Setsuna interviene mientras sigue caminando... "Pues sí Michiru se va a casar con su prometido y están arreglando todo para la boda"
"Mmm..." La chica rubia se quedó pensando sin decir más nada mientras la seguía.
"Que piensas?"
"Ya no podré venir a comer las galletas que hace Michiru entonces" Dijo con un dolor en su voz….
La verdad era que Serena pensaba muchas cosas para sí, pero le gustaba guardarse sus opiniones antes de sacar razonamientos apresurados…
’Aquí está pasando algo más… lo sé’ Pensó la princesa de la Luna
Finalmente llegaron a la casa de Serena, se despidieron, y Setsuna siguió su camino, justo al llegar a su departamento una tormenta eléctrica se desató y con esta una fuerte lluvia por toda la ciudad. La chica de cabellos verdosos miraba hacia afuera, a pesar del clima, el viento permanecía en silencio, y los truenos se hacían cada vez más intensos, era como si el cielo reclamase su ausencia. Era demasiado extraño y sin sentido. Aún así, decidió que lo mejor era descansar un poco, al fin y al cabo el dia de mañana sería un nuevo día en el que podía pensar con más claridad toda esta situación. Asi poco a poco quedó dormida.

En blanco... así tenía la mente Haruka, mirando un poco al cielo raso y contando las telarañas formadas por el polvo formado al no limpiar aquel lugar en los últimos meses, no se movía, ni siquiera quería intentarlo, era como si estuviese ahí muerta, y su corazón latiendo por que así lo dictaba el destino, el sonido de las gotas de lluvia resonando en el suelo la distrajeron un poco del trance y sin darse cuenta fueron las ocasionantes de provocarle el sueño aquella noche.

La violinista abrió sus ojos a la mañana siguiente y lo primero que se vino a su cabeza fue la imagen de la que solía amanecer con ella día tras día, "Haruka" dijo dentro de sí mientras intentaba cerrar sus ojos nuevamente para volver a dormir y evitar pensar por qué todo había ocurrido de aquella forma, por más que buscaba una explicación razonable no lograba encontrar un equilibro o punto de apoyo para sostener su alma en aquel momento, era como si le hubiesen arrebatado el alma, las ganas de seguir, las ganas de vivir. Lo último que quería era que todo siguiera de aquella forma, y a pesar que pudiera no sabría ni como reaccionar ante todo lo que había pasado hasta ese momento, simplemente eran tantas cosas, la presión de su madre, de los medios, de las personas que la rodeaban, se encontraba y se sentía en un mundo sin sentido, en un mundo a blanco y negro y aunque tratase de pintarlo siempre era en vano. Cuando por fin estaba quedando nuevamente dormida su madre llega a su cuarto a levantarla con un desayuno bastante usual, un poco de huevos con pan y café.

"Mamá gracias, pero no tengo apetito"
"Tienes que comer hija, hoy saldremos todo el día y debes alimentarte"
"Y desde cuando decides lo que voy a hacer?" Contestó Michiru algo antipática.
Su madre se levantó y le dijo "Eso es lo que has aprendido con tu amiguita la motociclista eh? Michiru, que desilusión..." Dijo su madre haciéndose la sufrida.
Michiru logró sentirse un poco mal, pocas veces le había respondido a su madre así, y esta vez no era para menos, el estado anímico en el que se encontraba era poco deseable para cualquiera, después de inhalar aire para tranquilizarse, simplemente dijo "Disculpa mamá me voy a bañar" y precisamente eso era lo que pensaba Michiru que necesitaba, un baño que la despejara un poco de todo lo que había sucedido últimamente.

Michiru entró al baño. Una sensación escalofriante la recorría de pie a cabeza, recordó aquella noche con Haruka… Sus palabras, su mirada mientras caían las gotas de agua y mojaban más que su piel… Sentía como caían de sus cabellos aguamarina resbalando por su espalda evocando esos recuerdos que de una u otra forma le traían tranquilidad, pero que al mismo tiempo acababan con toda su paciencia y la llevaban a un punto de depresión extrema en el cual pensamientos de destrucción inundaban su cabeza como inunda el océano un barco que se hunde en la mitad de una tormenta.

Cayó arrodillada en la ducha desconsolada, pareciera imposible que algo pudiese sacarla del trance en el que había caído…

“Michiru?”
“MICHIRU?!!!!”

Dos horas habían pasado desde que le había dicho a su madre que se daría un baño, su madre tenía planeado salir a arreglar los preparativos de la boda,y ya estaba extrañada ya que la violinista no demoraba mucho en la ducha normalmente por lo que toco su puerta desesperadamente.

La violinista reaccionó y vio el reloj en forma de pato de hule que Haruka le había traído de una feria a la que asistió una vez hace un par de meses, nuevamente volvió a quedarse con la vista en ese punto fijo evocando recuerdos.… Aquel, fue un detalle bastante gracioso para ambas y siempre las hacía sonreír.



***FLASHBACK***

Michiru estaba sentada en su sillón favorito de la sala, dibujando un cuadro para su clase de arte contemporáneo, cuando sintió que unas cálidas manos taparon sus ojos.

Inevitablemente se trataba de Haruka.

Una leve sonrisa se escapó de su boca y le dijo “Crees que puedo pintar a ojos cerrados Haruka?”
La rubia se acercó a uno de sus oídos y le dijo “Creo que puedes volar a ojos cerrados si así lo deseas”
Esto fue suficiente para estremecer hasta el último de los cabellos marinos de la artista, ese era el efecto que provocaba en ella Haruka, y a la velocista le gustaba, Michiru lo podía captar en su mirada cada vez que fijaba sus ojos en los de ella… Esta vez no fue lo contrario. Cuando la miró de frente le dijo “Y tu? Acaso me prestarías tus alas para volar?”

“¡Eso no se pregunta preciosa!”

Ambas rieron.

Gastaban gran parte de su día en juegos con doble sentido que inevitablemente terminaban entre sábanas al caer la noche, no era un secreto que ambas lo disfrutaban y eso las transportaba a un ambiente exquisito.

“¿Y bueno a que se debe la sorpresa?” Preguntó Michiru mientras seguía concentrada con su dibujo.

Haruka hizo sonar unas bolsas en tanto que buscaba algo para Michiru … “¿Puedes creer que terminé en una feria de artículos para baño?” Michiru obviamente no pudo evitar reírse… “Ya veo que lo bueno se pega” Agregó. “Mmm… no exactamente querida señorita de los mares… De regreso a casa fue inevitable tratar de escapar a Cabeza de Bombom y bueno… traje el famoso patito de hule que…” Michiru se levantó de la silla inmediatamente y se dio la vuelta, sin dejarla reaccionar fue hasta donde la rubia y le plantó un beso en la boca. Con un “Gracias” finalizó.

De cierto modo la que solía ser la Sailor del Agua, era algo caprichosa, y se antojaba de tonterías que veía para adornar la casa o que simplemente “se verían bien”. El patito de hule era una de esas cosas. Y ese detalle por parte de la velocista la enterneció indudablemente.

***FIN FLASHBACK***

Michiru susurró algo triste y con la cabeza baja "No me queda más nada que tu recuerdo... amor"

“Michiru! ¿Qué pasa?”
La violinista salió del baño secando las partes de su cuerpo. En ese momento su mama se fijó que ya no tenía en frente a una niña, no! Para nada! Las curvas y la sensualidad de Michiru la hacían toda una mujer, lo cual llenó con un poco de nostalgia a su madre.
“No pasa nada mamá, de vez en cuando suelo darme baños largos para despejar mi cabeza” Mintió.
“Está bien mi amor, vístete que el chofer nos está esperando”
La violinista tomó un vestido negro entre sus cosas, pocas veces solía vestirse con colores oscuros, a diferencia de Haruka, así ambas siempre contrastaban muy armónicamente, sin embargo, no tenía muchas ganas de fijarse en el color de lo que llevaría puesto.


Ambas se montaron al automóvil conducido por un joven muy apuesto. Quién saludó. “Muy buenos días mis bellas damas, que hermosa se encuentra la Señorita Kaioh, con todo respeto” La madre de Michiru sonrió, por otro lado la reacción de Michiru es como si nunca hubiese escuchado nada, su mirada se encontraba clavada en la ventana observando todo y a la vez nada. “Te acabas de despertar, lo sé…” dijo casi en silencio mientras cerraba sus ojos.
Increíblemente era tanta la conexión entre ambas que la violinista había desarrollado la habilidad de sentir cierto tipo de comportamientos entre ambas. Era precisamente por esto, que algo no la convencía del todo que Haruka se había marchado así… pero entonces ¿Qué podía ser?

“¿Dijiste algo hija?” Michiru la ignoró. Su madre cada vez estaba más preocupada por el comportamiento de su hija, no pensó que esto la afectara tanto. Pero se sentía en la obligación de darle la vida que “se merecía” y ésta sería al lado de Takeshi indudablemente.

Haruka abre sus ojos aquella mañana en aquel cuarto sucio y maloliente, se dio cuenta que sus manos estaban libres, pero una de sus piernas seguía atada a aquella cerradura inamovible… Al percatarse de eso volvió a cerrar sus ojos, nisiquiera pretendía intentar nada, no era inteligente y sabía que sólo serviría para gastar sus energías y frustrarse más, así, intentando conciliar el sueño otra vez, sus ojos dan vueltas y vueltas dentro de sus párpados y solo piensa en ella… Michiru… se sentía impotente, desgraciada e inservible para ayudarla, lo cual la sumía en una nube de sentimientos negativos …

“¡NO ENTIENDO POR QUE!”

Gritó de repente en un intento desesperado por encontrar una respuesta a todo lo que había pasado en menos de nada!

En ese momento entra Takeshi con una bandeja de comida y le dice en tono algo sarcástico “Veo que dormiste muy bien porque te levantaste con muchas energías eh? … Haruka Tenoh” Dicho comentario hirvió la sangre de la velocista, sin embargo se contuvo una vez más y prefirió dejar pasar dicho comentario y mantenerse neutral hasta que tuviera una oportunidad verdaderamente segura de poder lograr algún avance para salir de allí. Así que sólo contestó. “Gracias Joven! La verdad si dormí un poco, fue incómodo pero gracias por preguntar”

Takeshi se sorprendió ante la respuesta serena de Haruka y se acercó un poco. “Mmm… bueno me alegro… te traje esto para que te alimentes, mi intención no es que te mueras” Haruka sonrió un poco para sí… al parecer lo estaba logrando, sólo un poco más y podría conseguir lo que quería. “Muchas gracias! Comeré un poco” La velocista tomó el plato y comenzó a hurgar la comida, lentejas, arroz, ensalada, algo usual, pero no muy a su gusto. Prefería comer pastas o algo que la mantuviese en forma. Sin embargo llevó un poco a su boca, sin hacer ningún gesto de desagrado.

El chico, muy extrañado, le ofreció algo de tomar, la verdad nunca se esperó que Haruka actuara de esa forma tan tranquila por lo que sólo había traído el plato con un poco de comida. “Si por favor!” Dijo la rubia. ‘Esta es mi oportunidad’ … Takeshi se levantó en dirección a la puerta dándole la espalda a su cautiva y ésta sin pensarlo dos veces se levantó e hizo una maniobra para atraparle los brazos con una de sus manos y con otra rodearle el cuello dejándolo cada vez más sin aire. Haruka era demasiado rápida y sabía pelear muy bien. No en vano era conocida como la Sailor más veloz. Así fue como Takeshi perdió el control de la situación en aquel momento y con este el conocimiento.

Haruka había dejado inconsciente a su agresor, e inmediatamente comenzó a buscar las llaves que la desatarían de ahí, una y otra vez buscó en todos los bolsillos, sin éxito, estaba perdiendo las esperanzas, pero vió el teléfono celular de Takeshi. Dudó un poco antes de tomarlo. Pero lo hizo.

Lo que vió a continuación la heló.