MATRIMONIO DE NEGOCIOS (S/D) WAFF
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MATRIMONIO DE NEGOCIOS (S/D) WAFF
AQUI LES TRAIGO OTRO FIC BASADO EN UN LIBRO DE BIANCA QUE LLEVA POR TÍTULO EL MISMO NOMBRE...
ESPERO QUE LES GUSTE!
Serena, habia prometido a su marido un matrimonio sin ningun tipo de implicacion
emocional, una especie de negocio. Darien anuncio que se marchaba a Escocia y esperaba que Serena lo
acompañara. ¡Estaba rompiendo las reglas del juego al enamorarse de su propio esposo!
ESPERO QUE LES GUSTE!
MATRIMONIO DE NEGOCIOS
Serena, habia prometido a su marido un matrimonio sin ningun tipo de implicacion
emocional, una especie de negocio. Darien anuncio que se marchaba a Escocia y esperaba que Serena lo
acompañara. ¡Estaba rompiendo las reglas del juego al enamorarse de su propio esposo!
Última edición por flakita24 el Lun Jun 02, 2014 11:25 pm, editado 1 vez
flakita24- Sailor Outer Scout
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Re: MATRIMONIO DE NEGOCIOS (S/D) WAFF
Capitulo 1
Este año se había batido el record de ventas de tarjetas de San Valentín, y las floristas aseguran que las rosas rojas son la elección más popular para…
Serena alcanzo rápidamente el mando a distancia y apunto hacia el televisor para apagar el final de las noticias. No quería pensar en el día de san Valentín. Hacia un año, Seiya la había sorprendido primero con un viaje a Paria; le había regalado un colgante de diamante y le había hablado de matrimonio. Había sido el día más feliz de su vida.
Serena se llevo la mano al cuello instintivamente para palpar el diminuto diamante de Seiya, que a pesar de todo seguía llevando.
Artemis, que estaba tumbado a sus pies con la cabeza apoyada sobre las patas, se puso de pronto alerta, y al momento siguiente Serena oyó el ruido de la llave en la cerradura de la puerta.
Su marido había llegado a casa. Dejo caer la mano repentinamente del colgante. Artemis, que estaba de pie y meneaba la cola con entusiasmo, se adelanto hasta la puerta del salón, donde empezó a gemir y aullar suavemente. Habría empezado a arañar la puerta si serena no hubiera ido a abrirla. Serena sabia que Artemis no se quedaría tranquilo hasta que no le diera a Darien la bienvenida a casa.
Era un perro con mucha personalidad, aunque Serena tenía que reconocer que Artemis no era el perro más bonito del mundo, sin embargo, desde que lo había sacado de la perrera hacia ya siete años y se lo había llevado a casa, Artemis la había seguido a todas partes con adoración.
Tal vez no resultara tan extraño que Artemis hubiera sentido celos de Seiya. El perro ya era el centro de atención de la vida de serena antes de que llegara Seiya, y la tensa relación entre el perro y su ex novio había sido la única nube de tormenta en un cielo siempre azul.
Lo que más le costaba entender era el vínculo instantáneo que el perro había forjado con Darien Chiba. Aunque este pasaba muy poco tiempo tanto con el animal como con su dueña, el perro siempre se alegraba mucho de verlo, a pesar de que solo recibiera a cambio un saludo si acaso brusco.
Cuando Serena abrió la puerta, Darien estaba en el vestíbulo ojeando el correo que ella había dejado en la mesita. Darien era un hombre alto de pelo negro, facciones duras y poco expresivo. La luz del vestíbulo arrancaba destellos de las gotas de lluvia que salpicaban su pelo y los hombros de la gabardina que aun no se había quitado.
Cuando no estaba forjándose la fama de ser uno de los hombres de negocios más listos prósperos de la ciudad, Darien salía a practicar la escalada.
-¡abajo!-le ordeno Darien a Artemis
Cuando el perro se tumbo obedientemente, pero sin dejar de menear la cola, el se agacho y le paso la mano por la cabeza. Satisfecho, Artemis volvió a donde estaba Serena, y fue entonces cuando Darien se volvió y se fijo en ella. Hacían una extraña pareja, aquel perro de ojos brillantes y patas larguiruchas y la mujer rubia y elegante. Los pantalones de seda y el top de ganchillo de color champiñón le daban aspecto esbelto y estiloso.
-buen perro-dijo ella afectuosamente, pero cuando se puso derecha y vio a Darien, la expresión agradable se desvaneció en un segundo-hola- dijo ella
-hola
La tensión habitual empezó a palparse de nuevo en el ambiente. Nadie diría al verlos que llevaban cinco meses de casados y que ese era el día de san Valentín. Darien no escondía ningún ramo de rosas a la espalda, ni guardaba en el bolsillo de su americana ningún estuche; no la abrazaría, ni le diría que la amaba. Para empezar, ni siquiera sonreía.
Serena se abrazo e hizo un esfuerzo por dejar de pensar en el día de san Valentín del año anterior; para no ver a Seiya sonriéndole y abrazándola con deleite.
-estaba viendo las noticias-dijo ella, pasado un momento
Darien se quito el saco, lo sacudió un poco y lo colgó de un perchero
-¿tienes un momento?
-pues claro-serna respondió en el mismo tono forzado y formal que había utilizado el
No hablaban a menudo, pero cuando lo hacían siempre era en ese tono y con esos modales. No solían estar junto a menudo. Sin tener necesidad de hablarlo, habían dividido la casa en varios dominios. Aquella habitación donde estaba pertenecía al dominio de Serena, y allí se sentía más a gusto que en ninguna otra. Aquel salón estaba bellamente decorado en amarillos suaves, las enormes ventanas georgianas elegantemente vestidas con bellas cortinas y volantes, y los muebles tapizados con preciosas telas que ella había elegido con esa habilidad que tenía para coordinar colores, materiales y formas, muebles y telas. Era un don innato.
Cuando ella había diseñado el proyecto, Darien no había sido más que un cliente. Serena jamás habría imaginado entonces que acabaría viviendo allí; y bien mirado seguía sintiéndose como una intrusa. Desde su desastrosa noche de bodas, cada uno había dormido en habitaciones separadas. Ella tenía un sitio donde vivir y todos los gastos pagados; pero Darien había terminado compartiendo su casa con una mujer que ni siquiera parecía gustarle demasiado.
-siéntate- le sugirió ella, como si hablara con un extraño. Darien ignoro la invitación y se quedo de pie junto a la chimenea.
Serena no quiso pensar en su falta de cooperación y tomo asiento en una butaca, aunque
enseguida deseo no haberlo hecho. Darien parecía cernerse sobre ella como una torre, dominando el espacio con su severa presencia. Tenía los ojos del color del cielo de verano al atardecer, un azul penetrante que en ligar de otorgar a sus ojos una expresión cálida, les daba un carácter frio y vigilante; como en ese momento que los fijaba en ella. ¿Qué quería Darien cuando la miraba? Sin duda vería unos ojos azules de mirada intensa, una boca pequeña y unos pómulos altos. ¿Vería tras su aspecto elegante y cuidado y modales afables el vacío que sentía, el entumecimiento que la dominaba desde que Seiya la había abandonado; el frio que no parecía capaz de quitarse del cuerpo, por mucho que lo intentara?
Darien impedía que le llegara el calor de la lumbre que ardía en la chimenea, y a pesar de la calefacción central serna se froto los antebrazos mientras se prolongaba el incomodo silencio.
-¿Qué tal te ha ido el día?-le pregunto ella finalmente
-favorable-dijo Darien
A Darien siempre le salía todo bien. Había empezado de cero y en pocos años había creado una empresa de construcción que valía millones; y de paso se había ganado la fama de duro. Tenía el don de rescatar las empresas que estaban en quiebra y hacer de ellas negocios florecientes. Había muchas personas en Tokio que le debían sus empleos y en la ciudad Darien Chiba era símbolo de éxito.
-¿y tu que has hecho hoy?
-he estado mejorando mi curriculum- respondió ella- estoy pensando en solicitar un empleo.
Esperaba poder encontrar algo que tuviera que ver con el diseño de interiores.
Ello significaría tragarse el orgullo e ir a algunas de las asesorías que en su día la habían presionado para trabajar con ella; pero a Serena no le importaba hacerlo. No pensaría en su negocio, que se había ido a la ruina como consecuencia de la estafa de Seiya; ni pensaría en la fama que había tenido ella entonces, en el pequeño pero talentoso equipo de profesionales que había formado, ni en lo mucho que había disfrutado con su trabajo. Cuando el famoso Darien chiba le había dado carta blanca para decorar el interior de su casa nueva en una de las mejores zonas de Tokio, había sido Serena Tsukino la que había hecho el trabajo.
Seiya había comprado una botella de champan para celebrarlo… pero no. Preferiría no acordarse tampoco de eso. Un día había tenido todo cuanto había ansiado, pero le había durado muy poco.
Traicionada y en la ruina, Serena se había retraído de tal modo que los modales formales y bruscos de Darien habían sido mucho más fáciles de soportar que la amabilidad y el cariño de sus amigos. Él le había ofrecido el matrimonio a cambio de saldar todas las deudas que le había dejado Seiya, y en aquel momento a serena le había importado todo tan poco que no había dudado en aceptar la propuesta de Darien, a pesar de las urgentes advertencias de sus amigos íntimos. Habían hecho un trato y ya no podía echarse atrás
-no necesitas ningún empleo-le dijo con cara de pocos amigos- eres mi esposa
No era su esposa propiamente dicha, y los dos lo sabían. Según lo pactado, serena se presentaba con él en los eventos relacionados con la empresa, delante de sus socios; y cuando
Darien tenía invitados en su casa, ella era la anfitriona perfecta.
-no puedo quedarme aquí metida todo el tiempo-dijo ella- necesito hacer algo
-ya tendrás mucho que hacer cuando nos marchemos-respondió Darien. Ella lo miro sin entender.
-¿marcharnos? ¿A dónde nos marchamos?
-a Escocia
-¿qué?
- a las tierras altas-especifico Darien-para ser exactos, a la costa este. Es una zona preciosa.
Te gustara
Serena no sabía de qué hablaba Darien, pero dudaba mucho que aquello fuera a gustarle. Ella era una chica de ciudad; le gustaban el color y las telas, las tiendas y los restaurantes, las galerías de arte y los cines. Las fotos que había visto de las Tierras Altas de Escocia mostraban un paisaje salvaje e inhóspito que para ella no encerraba ningún atractivo. Estaba bastante segura que Darien lo sabía, y de hecho vio en sus ojos una expresión burlona que le dio a entender lo mucho que se estaba divirtiendo a costa suya. Esbozo una sonrisa forzada.
-no sabía que estuvieras preparando unas vacaciones-dijo Serena
- No son unas vacaciones- respondió Darien- Nos mudamos allí. He venido a decírtelo- la sonrisa cortes se helo en los labios de Serena.
-¿Qué nos mudamos?
- He heredado una propiedad en las Tierras Altas- Darien saco una fotografía de un bolsillo interior de la camisa y la puso en la mesa de cristal junto a serena- esto es Kincaillie.
Serena miro la foto y estudio la fotografía de un castillo medio en ruinas que se alzaba en un promontorio rodeado casi en su totalidad por las aguas de mar gris y poco atrayente; mientras en el fondo, la montaña arañada por los manojos y el pedregal, poseía un aire amenazante
Serena levanto la vista y lo miro a los ojos
-¿es una broma?
-¿tengo cara de estar de broma?
Volvió a mirar la fotografía
-Pero… si esto parece un castillo- estaba verdaderamente confundida
- lo es, en esa instantánea solo se ve la parte medieval, pero por detrás hay una la que se añadió posteriormente, así que es mas cómodo de lo que parece
-¿has heredado un castillo?- pregunto serena con incredulidad
-toda la finca-respondió el, como si heredar un castillo medio en ruinas fuera lo más habitual del mundo- y también el título que la acompaña por si te interesa. Resulta que soy el nuevo señor de Kincaillie-continuo él con una inflexión irónica en la voz-, y como tú eres mi esposa, a pesar de las apariencias, eso te convierte en la señora de los dominios.
A pesar de las apariencias. Serena se puso colorada y desvió la mirada
-no sabía que fueras el heredero de ningún castillo- dijo ella con cierto pesar.
-yo tampoco lo sabia-comento Darien- bueno, Kincaillie siempre ha estado en la familia, pero nunca pensé que acabaría siendo mío. Recuerdo que mi padre me llevo ahí cuando yo tenía 16 años. Mi tío abuelo era el señor de Kincaillie, pero él tenía dos hijos, y la idea de que yo heredara era un imposible. Uno de ellos murió en un accidente hace años, y el hermano pequeño ya había emigrado a Nueva Zelanda para entonces y no quería volver. La propiedad no es de libre disposición, y eso significa que no se puede vender. Por esa razón lleva años abandonada ahora parece ser que el único heredero de Kincaillie sufrió un infarto hará unos meses; y sus abogados han tardado tiempo en localizarme.
- ¿y te acabas de enterar hoy? Darien negó con la cabeza
-lo sé desde hace un par de meses. En cuanto recibí la carta me fui allí a apsara unos días; me junte con los abogados y le eche un vistazo de nuevo a Kincaillie.
-¿hace un par de meses?- Artemis levanto la cabeza de las patas al oír la tensión en la voz de serena- ¿y porque no me lo dijiste?
-francamente, no pensé que te interesara- la expresión de Darien se volvió más severa- hasta ahora no has mostrado interés por la vida general, ¿no?
Serena se puso colorada. Era cierto. Cuando se habían casado apenas se conocían, y en los cinco meses que habían transcurrido desde su boda, tampoco habían avanzado mucho.
-si te hubieras interesado en preguntarme donde iba cuando hice el viaje a Escocia, te lo habría contado
-supuse que era un viaje de negocios- dijo ella, que no se sentía muy a gusto
- y yo pensé que a ti te daba igual todo
Era cierto que todo le había dado igual; que nada le había preocupado desde que Seiya la había traicionado y se había largado del país, dejándola sola para enfrentarse a un lío terrible.
-¿y porque me lo dices ahora?- le pregunto ella
- porque vas a tener que empezar a hacer las maletas
-¿para qué?
- te lo he dicho: nos mudamos a Kincaillie.
Serena aspiro hondo- no lo dirás en serio, ¿verdad?
-por supuesto que lo digo en serio
-pero este sitio está en ruinas- dijo ella al mirar de nuevo la fotografía
-necesita algunos arreglos-replico Darien- pero eras tú la que quería estar ocupada
-¿algunos arreglos? Solo hace falta fijarse que es un proyecto a gran escala. Llevara mucho tiempo
- tal vez- empezó a decir Darien- pero no es posible quedarnos en Tokio. He vendido todos mis negocios y me han hecho una buena oferta para la casa que me confirmaron hoy mismo
-¿Qué casa?
-ni siquiera tuve que poner un anuncio- dijo- aunque tengo que decir que el nombre de Serena Tsukino unido al diseño del interior de la vivienda solo ha conseguido que subiera el precio.
Serena se puso de pie sentía una rabia inmensa que le subía por la garganta invadiéndola poco a poco y le aprecio que volvía a ser la serena Tsukino de antes, una mujer hecha y derecha de 26 años, diseñadora de interiores de éxito, en lugar del cascaron roto y abollado que Seiya había dejado atrás.
-¿sin discutirlo siquiera conmigo?- le pregunto
Darien observo con curiosidad e interés que la mirada de aquéllos grandes ojos azules, apagados desde hacia tiempo, cobraba vida de pronto.
-¿Por qué iba a hacerlo?
-¡soy tu esposa!
-solo cuando te conviene. Como cuando me necesitaste para saldar tus cuentas, por ejemplo.
-hicimos un trato le recordó-dijiste que necesitabas una esposa para hacer de anfitriona en tus fiestas, a alguien que te ayudara con tus invitados pero que no ye planteara exigencias a nivel emocional. Y si quedamos en que te ocuparías de mis deudas. Pero ese fue el trato- añadió enojada- la casa era parte de ese trato, y ahora la vendes sin ni siquiera decírmelo.
-voy a darte otras casa- dijo Darien- una que a Artemis le gustara más que esta
Serena se dio vuelta y se abrazo para contener la rabia que sentía
-¿oye, no podríamos hablar tranquilamente de todo esto? Se lo mucho que te debo, y que no me he mostrado demasiado comunicativa- hizo un pausa- tienes razón no he hecho mucho esfuerzo por que nuestro matrimonio funcionara hasta ahora, pero lo hare- prometió- me he dado cuenta de que tengo que encontrar el modo de olvidar a Seiya para poder seguir adelante. Tu y yo no hemos empezado bien-añadió con la intención de intentarlo de nuevo
-eso es decir poco-Darien soltó una risotada desprovista de humor
-no lo hagas- le había dicho horrorizada su amiga Mina- no puedes casarte con un hombre que no amas. Serás infeliz.
Pero serena había insistido. Había sido infeliz, y se decía que nada le afectaría ya. Darien sabía que ella no lo amaba; ella le había dado sus razones, y a el no le había importado. Le había dicho a ella que ya había soportado suficientes emociones fingidas de su ex esposa.
Habían quedado en que la suya fuera una relación puramente práctica. Ni fingirían, ni salpicarían sus diálogos con tonterías sobre el amor. En ese momento todo había tenido sentido y casarse con Darien había sido la única opción que le había quedado.
Serena había estado preparada cuando Darien se había acercado a ella la noche de bodas, serena no había podido evitar sentir cierta repulsión cuando él la había tocado
-lo siento- había susurrado ella- de verdad que no puedo. No puedo soportar que otra persona que no sea Seiya me toque.
A serena no le extrañaba que Darien estuviera molesto. Su frio desdén había sido un duro golpe para ella, y aun perduraba el recuerdo de lo que él le había dicho, aunque no fuera más de lo que ella pensaba que merecía.
-puedes divorciarte de mí- le había ofrecido ella finalmente, pero Darien no estaba dispuesto a
contemplar esa opción
-¿y reconocer que soy un fracaso para todo Tokio? No lo creo- respondió con rabia- haz lo que quieras cuando estés sola, serena. Si quieres malgastar el tiempo penando por ese canalla, por ese mentiroso, por ese ladrón de Seiya Kou, hazlo; pero de cara a la galería nuestro matrimonio será un éxito- termino de decir casi escupiendo la última palabra.
Ante la negativa de Darien, la parodia vacía que era su matrimonio había continuado. Mientras serena fingiera ser la perfecta esposa del hombre de negocios, Darien la dejaba en paz. Serena debería estar agradecida, pero en el fondo vivir así era triste y amargo para ella. Últimamente serena estaba pensando si sería posible hacer algo para mejorar la relación entre ellos dos.
Pero Darien no mostraba interés alguno. Tendría que volver a intentarlo
-me siento como un tren que se ha descarrilado. Trato de explicarle- desde que se marcho Seiya, siento que no puedo avanzar. Solo he sido capaz de hacer las tareas diarias más sencillas, y siento que de algún modo ha llegado el momento de volver a vivir- el gesto de Darien fue tan inexpresivo como de costumbre- por eso he empezado a buscar trabajo-continuo serena, necesito trabajar de nuevo, empezar a ver a mis amigos otra vez. Podríamos darle una oportunidad a nuestro matrimonio si nos quedamos aquí- dijo en un tono que encerraba una promesa
- no hay razón por la que no podamos hacer lo mismo en Escocia- dijo
-si quieres que te suplique, lo hare- dijo ella con desesperación- pero por favor, no me obligues a marcharme. Este es mi hogar
-tendrás un nuevo hogar- fue la respuesta de Darien
-¿un edificio en ruinas?- serena se echo a reír a carcajadas- ay sí, ya me veo estableciéndome allí- Darien se encogió de hombros
-Uno puede formar un hogar si lo desea en cualquier sitio
-esto lo haces para castigarme ¿verdad?-pregunto serena
-¿Por qué iba a querer castigarte serena?
-ya sabes por que
-¿cómo? ¿Crees que he vendido todo y que me marcho a un castillo medio en ruinas solo porque mi mujer no puede soportar que la toque?- dijo en tono brusco- no significas tanto para mi, serena
-entonces, ¿Por qué quieres que nos mudemos?- le dijo
-porque quiero hacerlo- dijo Darien- Kincaillie es mío- no te estoy obligando a hacer nada que no quieras- dijo el- si quieres quedarte aquí en Tokio, quédate; eso es cosa tuya. Pero la casa está vendida, y he quedado en desalojarla antes de un mes; así que tendrás que buscarte otro sitio para vivir.
Y doscientos cincuenta mil dólares. Darien no lo dijo, pero pareció como si esas palabras que no se habían pronunciado hubieran quedado anunciadas en el silencio. ¿de dónde sacaría tanto dinero? A serena no se le ocurrió pensar que como ya se habían pagado las deudas, podría abandonar a Darien. La única diferencia era que en lugar de deberle dinero a los furiosos y numerosos acreedores se lo debía a Darien.
Era fácil echarle la culpa a Seiya, pero también ella debía responsabilizarse. Había sido ella quien había convencido a Darien de invertir en el proyecto de Seiya de convertir algunos de los viejos almacenes del rio en apartamentos. Los diseños de Seiya la habían emocionado tanto. Lo habían planeado todo: él se encargaría del edificio y ella de diseñar el interior y juntos formarían el equipo perfecto. Sin dudar serena había hipotecado su casa y su empresa, y se había comprometido en la sociedad que había formado con Seiya. El había sugerido que sería buena idea hacerlo todo legalmente. De modo que cuando él había huido con el dinero que había conseguido de distintos inversores, serena se había quedado como responsable de todo.
Darien no había sido uno de lo que habían reclamado su parte del dinero
-ha sido un fallo mío- le dijo a Serena- debí haberlo estudiado a fondo antes de hacer algo.
Otros acreedores habían sido menos comprensivos, y serena no se los había quitado de encima hasta que se había casado con Darien y había saldado todas las deudas.
Darien llevaba un rato observándola
-es hora de que decidas lo que quieres, serena- le dijo en tono áspero- debes saber lo que quieres y lo que estas dispuesta a hacer para conseguirlo. Si no quieres venir a Kincaillie, está bien. Vete con tu hermana, búscate un empleo y empieza a devolverme el dinero que robo el asqueroso de tu socio.
-sabes que no puedo llevarme a Artemis a casa de mi hermana
-En ese caso, me lo llevara a Kincaillie-
Serena se quedo de una pieza
-¡No me vas a quitar a Artemis! ¡Eso es puro chantaje!
-De chantaje, nada- dijo Darien- es la verdad. Eres tu quien debe elegir entre quedarte aquí sola, o quedarte con Artemis y venirte a Kincaillie. Podemos empezar de nuevo- dijo el- a los dos nos hace muchísima falta
Era impensable dejar a Artemis, vivir sin él. Serena sabía que no era una elección voluntaria, porque Darien la había puesto entre la espada y la pared
-de acuerdo- dijo ella con pesadumbre- Iré
Este año se había batido el record de ventas de tarjetas de San Valentín, y las floristas aseguran que las rosas rojas son la elección más popular para…
Serena alcanzo rápidamente el mando a distancia y apunto hacia el televisor para apagar el final de las noticias. No quería pensar en el día de san Valentín. Hacia un año, Seiya la había sorprendido primero con un viaje a Paria; le había regalado un colgante de diamante y le había hablado de matrimonio. Había sido el día más feliz de su vida.
Serena se llevo la mano al cuello instintivamente para palpar el diminuto diamante de Seiya, que a pesar de todo seguía llevando.
Artemis, que estaba tumbado a sus pies con la cabeza apoyada sobre las patas, se puso de pronto alerta, y al momento siguiente Serena oyó el ruido de la llave en la cerradura de la puerta.
Su marido había llegado a casa. Dejo caer la mano repentinamente del colgante. Artemis, que estaba de pie y meneaba la cola con entusiasmo, se adelanto hasta la puerta del salón, donde empezó a gemir y aullar suavemente. Habría empezado a arañar la puerta si serena no hubiera ido a abrirla. Serena sabia que Artemis no se quedaría tranquilo hasta que no le diera a Darien la bienvenida a casa.
Era un perro con mucha personalidad, aunque Serena tenía que reconocer que Artemis no era el perro más bonito del mundo, sin embargo, desde que lo había sacado de la perrera hacia ya siete años y se lo había llevado a casa, Artemis la había seguido a todas partes con adoración.
Tal vez no resultara tan extraño que Artemis hubiera sentido celos de Seiya. El perro ya era el centro de atención de la vida de serena antes de que llegara Seiya, y la tensa relación entre el perro y su ex novio había sido la única nube de tormenta en un cielo siempre azul.
Lo que más le costaba entender era el vínculo instantáneo que el perro había forjado con Darien Chiba. Aunque este pasaba muy poco tiempo tanto con el animal como con su dueña, el perro siempre se alegraba mucho de verlo, a pesar de que solo recibiera a cambio un saludo si acaso brusco.
Cuando Serena abrió la puerta, Darien estaba en el vestíbulo ojeando el correo que ella había dejado en la mesita. Darien era un hombre alto de pelo negro, facciones duras y poco expresivo. La luz del vestíbulo arrancaba destellos de las gotas de lluvia que salpicaban su pelo y los hombros de la gabardina que aun no se había quitado.
Cuando no estaba forjándose la fama de ser uno de los hombres de negocios más listos prósperos de la ciudad, Darien salía a practicar la escalada.
-¡abajo!-le ordeno Darien a Artemis
Cuando el perro se tumbo obedientemente, pero sin dejar de menear la cola, el se agacho y le paso la mano por la cabeza. Satisfecho, Artemis volvió a donde estaba Serena, y fue entonces cuando Darien se volvió y se fijo en ella. Hacían una extraña pareja, aquel perro de ojos brillantes y patas larguiruchas y la mujer rubia y elegante. Los pantalones de seda y el top de ganchillo de color champiñón le daban aspecto esbelto y estiloso.
-buen perro-dijo ella afectuosamente, pero cuando se puso derecha y vio a Darien, la expresión agradable se desvaneció en un segundo-hola- dijo ella
-hola
La tensión habitual empezó a palparse de nuevo en el ambiente. Nadie diría al verlos que llevaban cinco meses de casados y que ese era el día de san Valentín. Darien no escondía ningún ramo de rosas a la espalda, ni guardaba en el bolsillo de su americana ningún estuche; no la abrazaría, ni le diría que la amaba. Para empezar, ni siquiera sonreía.
Serena se abrazo e hizo un esfuerzo por dejar de pensar en el día de san Valentín del año anterior; para no ver a Seiya sonriéndole y abrazándola con deleite.
-estaba viendo las noticias-dijo ella, pasado un momento
Darien se quito el saco, lo sacudió un poco y lo colgó de un perchero
-¿tienes un momento?
-pues claro-serna respondió en el mismo tono forzado y formal que había utilizado el
No hablaban a menudo, pero cuando lo hacían siempre era en ese tono y con esos modales. No solían estar junto a menudo. Sin tener necesidad de hablarlo, habían dividido la casa en varios dominios. Aquella habitación donde estaba pertenecía al dominio de Serena, y allí se sentía más a gusto que en ninguna otra. Aquel salón estaba bellamente decorado en amarillos suaves, las enormes ventanas georgianas elegantemente vestidas con bellas cortinas y volantes, y los muebles tapizados con preciosas telas que ella había elegido con esa habilidad que tenía para coordinar colores, materiales y formas, muebles y telas. Era un don innato.
Cuando ella había diseñado el proyecto, Darien no había sido más que un cliente. Serena jamás habría imaginado entonces que acabaría viviendo allí; y bien mirado seguía sintiéndose como una intrusa. Desde su desastrosa noche de bodas, cada uno había dormido en habitaciones separadas. Ella tenía un sitio donde vivir y todos los gastos pagados; pero Darien había terminado compartiendo su casa con una mujer que ni siquiera parecía gustarle demasiado.
-siéntate- le sugirió ella, como si hablara con un extraño. Darien ignoro la invitación y se quedo de pie junto a la chimenea.
Serena no quiso pensar en su falta de cooperación y tomo asiento en una butaca, aunque
enseguida deseo no haberlo hecho. Darien parecía cernerse sobre ella como una torre, dominando el espacio con su severa presencia. Tenía los ojos del color del cielo de verano al atardecer, un azul penetrante que en ligar de otorgar a sus ojos una expresión cálida, les daba un carácter frio y vigilante; como en ese momento que los fijaba en ella. ¿Qué quería Darien cuando la miraba? Sin duda vería unos ojos azules de mirada intensa, una boca pequeña y unos pómulos altos. ¿Vería tras su aspecto elegante y cuidado y modales afables el vacío que sentía, el entumecimiento que la dominaba desde que Seiya la había abandonado; el frio que no parecía capaz de quitarse del cuerpo, por mucho que lo intentara?
Darien impedía que le llegara el calor de la lumbre que ardía en la chimenea, y a pesar de la calefacción central serna se froto los antebrazos mientras se prolongaba el incomodo silencio.
-¿Qué tal te ha ido el día?-le pregunto ella finalmente
-favorable-dijo Darien
A Darien siempre le salía todo bien. Había empezado de cero y en pocos años había creado una empresa de construcción que valía millones; y de paso se había ganado la fama de duro. Tenía el don de rescatar las empresas que estaban en quiebra y hacer de ellas negocios florecientes. Había muchas personas en Tokio que le debían sus empleos y en la ciudad Darien Chiba era símbolo de éxito.
-¿y tu que has hecho hoy?
-he estado mejorando mi curriculum- respondió ella- estoy pensando en solicitar un empleo.
Esperaba poder encontrar algo que tuviera que ver con el diseño de interiores.
Ello significaría tragarse el orgullo e ir a algunas de las asesorías que en su día la habían presionado para trabajar con ella; pero a Serena no le importaba hacerlo. No pensaría en su negocio, que se había ido a la ruina como consecuencia de la estafa de Seiya; ni pensaría en la fama que había tenido ella entonces, en el pequeño pero talentoso equipo de profesionales que había formado, ni en lo mucho que había disfrutado con su trabajo. Cuando el famoso Darien chiba le había dado carta blanca para decorar el interior de su casa nueva en una de las mejores zonas de Tokio, había sido Serena Tsukino la que había hecho el trabajo.
Seiya había comprado una botella de champan para celebrarlo… pero no. Preferiría no acordarse tampoco de eso. Un día había tenido todo cuanto había ansiado, pero le había durado muy poco.
Traicionada y en la ruina, Serena se había retraído de tal modo que los modales formales y bruscos de Darien habían sido mucho más fáciles de soportar que la amabilidad y el cariño de sus amigos. Él le había ofrecido el matrimonio a cambio de saldar todas las deudas que le había dejado Seiya, y en aquel momento a serena le había importado todo tan poco que no había dudado en aceptar la propuesta de Darien, a pesar de las urgentes advertencias de sus amigos íntimos. Habían hecho un trato y ya no podía echarse atrás
-no necesitas ningún empleo-le dijo con cara de pocos amigos- eres mi esposa
No era su esposa propiamente dicha, y los dos lo sabían. Según lo pactado, serena se presentaba con él en los eventos relacionados con la empresa, delante de sus socios; y cuando
Darien tenía invitados en su casa, ella era la anfitriona perfecta.
-no puedo quedarme aquí metida todo el tiempo-dijo ella- necesito hacer algo
-ya tendrás mucho que hacer cuando nos marchemos-respondió Darien. Ella lo miro sin entender.
-¿marcharnos? ¿A dónde nos marchamos?
-a Escocia
-¿qué?
- a las tierras altas-especifico Darien-para ser exactos, a la costa este. Es una zona preciosa.
Te gustara
Serena no sabía de qué hablaba Darien, pero dudaba mucho que aquello fuera a gustarle. Ella era una chica de ciudad; le gustaban el color y las telas, las tiendas y los restaurantes, las galerías de arte y los cines. Las fotos que había visto de las Tierras Altas de Escocia mostraban un paisaje salvaje e inhóspito que para ella no encerraba ningún atractivo. Estaba bastante segura que Darien lo sabía, y de hecho vio en sus ojos una expresión burlona que le dio a entender lo mucho que se estaba divirtiendo a costa suya. Esbozo una sonrisa forzada.
-no sabía que estuvieras preparando unas vacaciones-dijo Serena
- No son unas vacaciones- respondió Darien- Nos mudamos allí. He venido a decírtelo- la sonrisa cortes se helo en los labios de Serena.
-¿Qué nos mudamos?
- He heredado una propiedad en las Tierras Altas- Darien saco una fotografía de un bolsillo interior de la camisa y la puso en la mesa de cristal junto a serena- esto es Kincaillie.
Serena miro la foto y estudio la fotografía de un castillo medio en ruinas que se alzaba en un promontorio rodeado casi en su totalidad por las aguas de mar gris y poco atrayente; mientras en el fondo, la montaña arañada por los manojos y el pedregal, poseía un aire amenazante
Serena levanto la vista y lo miro a los ojos
-¿es una broma?
-¿tengo cara de estar de broma?
Volvió a mirar la fotografía
-Pero… si esto parece un castillo- estaba verdaderamente confundida
- lo es, en esa instantánea solo se ve la parte medieval, pero por detrás hay una la que se añadió posteriormente, así que es mas cómodo de lo que parece
-¿has heredado un castillo?- pregunto serena con incredulidad
-toda la finca-respondió el, como si heredar un castillo medio en ruinas fuera lo más habitual del mundo- y también el título que la acompaña por si te interesa. Resulta que soy el nuevo señor de Kincaillie-continuo él con una inflexión irónica en la voz-, y como tú eres mi esposa, a pesar de las apariencias, eso te convierte en la señora de los dominios.
A pesar de las apariencias. Serena se puso colorada y desvió la mirada
-no sabía que fueras el heredero de ningún castillo- dijo ella con cierto pesar.
-yo tampoco lo sabia-comento Darien- bueno, Kincaillie siempre ha estado en la familia, pero nunca pensé que acabaría siendo mío. Recuerdo que mi padre me llevo ahí cuando yo tenía 16 años. Mi tío abuelo era el señor de Kincaillie, pero él tenía dos hijos, y la idea de que yo heredara era un imposible. Uno de ellos murió en un accidente hace años, y el hermano pequeño ya había emigrado a Nueva Zelanda para entonces y no quería volver. La propiedad no es de libre disposición, y eso significa que no se puede vender. Por esa razón lleva años abandonada ahora parece ser que el único heredero de Kincaillie sufrió un infarto hará unos meses; y sus abogados han tardado tiempo en localizarme.
- ¿y te acabas de enterar hoy? Darien negó con la cabeza
-lo sé desde hace un par de meses. En cuanto recibí la carta me fui allí a apsara unos días; me junte con los abogados y le eche un vistazo de nuevo a Kincaillie.
-¿hace un par de meses?- Artemis levanto la cabeza de las patas al oír la tensión en la voz de serena- ¿y porque no me lo dijiste?
-francamente, no pensé que te interesara- la expresión de Darien se volvió más severa- hasta ahora no has mostrado interés por la vida general, ¿no?
Serena se puso colorada. Era cierto. Cuando se habían casado apenas se conocían, y en los cinco meses que habían transcurrido desde su boda, tampoco habían avanzado mucho.
-si te hubieras interesado en preguntarme donde iba cuando hice el viaje a Escocia, te lo habría contado
-supuse que era un viaje de negocios- dijo ella, que no se sentía muy a gusto
- y yo pensé que a ti te daba igual todo
Era cierto que todo le había dado igual; que nada le había preocupado desde que Seiya la había traicionado y se había largado del país, dejándola sola para enfrentarse a un lío terrible.
-¿y porque me lo dices ahora?- le pregunto ella
- porque vas a tener que empezar a hacer las maletas
-¿para qué?
- te lo he dicho: nos mudamos a Kincaillie.
Serena aspiro hondo- no lo dirás en serio, ¿verdad?
-por supuesto que lo digo en serio
-pero este sitio está en ruinas- dijo ella al mirar de nuevo la fotografía
-necesita algunos arreglos-replico Darien- pero eras tú la que quería estar ocupada
-¿algunos arreglos? Solo hace falta fijarse que es un proyecto a gran escala. Llevara mucho tiempo
- tal vez- empezó a decir Darien- pero no es posible quedarnos en Tokio. He vendido todos mis negocios y me han hecho una buena oferta para la casa que me confirmaron hoy mismo
-¿Qué casa?
-ni siquiera tuve que poner un anuncio- dijo- aunque tengo que decir que el nombre de Serena Tsukino unido al diseño del interior de la vivienda solo ha conseguido que subiera el precio.
Serena se puso de pie sentía una rabia inmensa que le subía por la garganta invadiéndola poco a poco y le aprecio que volvía a ser la serena Tsukino de antes, una mujer hecha y derecha de 26 años, diseñadora de interiores de éxito, en lugar del cascaron roto y abollado que Seiya había dejado atrás.
-¿sin discutirlo siquiera conmigo?- le pregunto
Darien observo con curiosidad e interés que la mirada de aquéllos grandes ojos azules, apagados desde hacia tiempo, cobraba vida de pronto.
-¿Por qué iba a hacerlo?
-¡soy tu esposa!
-solo cuando te conviene. Como cuando me necesitaste para saldar tus cuentas, por ejemplo.
-hicimos un trato le recordó-dijiste que necesitabas una esposa para hacer de anfitriona en tus fiestas, a alguien que te ayudara con tus invitados pero que no ye planteara exigencias a nivel emocional. Y si quedamos en que te ocuparías de mis deudas. Pero ese fue el trato- añadió enojada- la casa era parte de ese trato, y ahora la vendes sin ni siquiera decírmelo.
-voy a darte otras casa- dijo Darien- una que a Artemis le gustara más que esta
Serena se dio vuelta y se abrazo para contener la rabia que sentía
-¿oye, no podríamos hablar tranquilamente de todo esto? Se lo mucho que te debo, y que no me he mostrado demasiado comunicativa- hizo un pausa- tienes razón no he hecho mucho esfuerzo por que nuestro matrimonio funcionara hasta ahora, pero lo hare- prometió- me he dado cuenta de que tengo que encontrar el modo de olvidar a Seiya para poder seguir adelante. Tu y yo no hemos empezado bien-añadió con la intención de intentarlo de nuevo
-eso es decir poco-Darien soltó una risotada desprovista de humor
-no lo hagas- le había dicho horrorizada su amiga Mina- no puedes casarte con un hombre que no amas. Serás infeliz.
Pero serena había insistido. Había sido infeliz, y se decía que nada le afectaría ya. Darien sabía que ella no lo amaba; ella le había dado sus razones, y a el no le había importado. Le había dicho a ella que ya había soportado suficientes emociones fingidas de su ex esposa.
Habían quedado en que la suya fuera una relación puramente práctica. Ni fingirían, ni salpicarían sus diálogos con tonterías sobre el amor. En ese momento todo había tenido sentido y casarse con Darien había sido la única opción que le había quedado.
Serena había estado preparada cuando Darien se había acercado a ella la noche de bodas, serena no había podido evitar sentir cierta repulsión cuando él la había tocado
-lo siento- había susurrado ella- de verdad que no puedo. No puedo soportar que otra persona que no sea Seiya me toque.
A serena no le extrañaba que Darien estuviera molesto. Su frio desdén había sido un duro golpe para ella, y aun perduraba el recuerdo de lo que él le había dicho, aunque no fuera más de lo que ella pensaba que merecía.
-puedes divorciarte de mí- le había ofrecido ella finalmente, pero Darien no estaba dispuesto a
contemplar esa opción
-¿y reconocer que soy un fracaso para todo Tokio? No lo creo- respondió con rabia- haz lo que quieras cuando estés sola, serena. Si quieres malgastar el tiempo penando por ese canalla, por ese mentiroso, por ese ladrón de Seiya Kou, hazlo; pero de cara a la galería nuestro matrimonio será un éxito- termino de decir casi escupiendo la última palabra.
Ante la negativa de Darien, la parodia vacía que era su matrimonio había continuado. Mientras serena fingiera ser la perfecta esposa del hombre de negocios, Darien la dejaba en paz. Serena debería estar agradecida, pero en el fondo vivir así era triste y amargo para ella. Últimamente serena estaba pensando si sería posible hacer algo para mejorar la relación entre ellos dos.
Pero Darien no mostraba interés alguno. Tendría que volver a intentarlo
-me siento como un tren que se ha descarrilado. Trato de explicarle- desde que se marcho Seiya, siento que no puedo avanzar. Solo he sido capaz de hacer las tareas diarias más sencillas, y siento que de algún modo ha llegado el momento de volver a vivir- el gesto de Darien fue tan inexpresivo como de costumbre- por eso he empezado a buscar trabajo-continuo serena, necesito trabajar de nuevo, empezar a ver a mis amigos otra vez. Podríamos darle una oportunidad a nuestro matrimonio si nos quedamos aquí- dijo en un tono que encerraba una promesa
- no hay razón por la que no podamos hacer lo mismo en Escocia- dijo
-si quieres que te suplique, lo hare- dijo ella con desesperación- pero por favor, no me obligues a marcharme. Este es mi hogar
-tendrás un nuevo hogar- fue la respuesta de Darien
-¿un edificio en ruinas?- serena se echo a reír a carcajadas- ay sí, ya me veo estableciéndome allí- Darien se encogió de hombros
-Uno puede formar un hogar si lo desea en cualquier sitio
-esto lo haces para castigarme ¿verdad?-pregunto serena
-¿Por qué iba a querer castigarte serena?
-ya sabes por que
-¿cómo? ¿Crees que he vendido todo y que me marcho a un castillo medio en ruinas solo porque mi mujer no puede soportar que la toque?- dijo en tono brusco- no significas tanto para mi, serena
-entonces, ¿Por qué quieres que nos mudemos?- le dijo
-porque quiero hacerlo- dijo Darien- Kincaillie es mío- no te estoy obligando a hacer nada que no quieras- dijo el- si quieres quedarte aquí en Tokio, quédate; eso es cosa tuya. Pero la casa está vendida, y he quedado en desalojarla antes de un mes; así que tendrás que buscarte otro sitio para vivir.
Y doscientos cincuenta mil dólares. Darien no lo dijo, pero pareció como si esas palabras que no se habían pronunciado hubieran quedado anunciadas en el silencio. ¿de dónde sacaría tanto dinero? A serena no se le ocurrió pensar que como ya se habían pagado las deudas, podría abandonar a Darien. La única diferencia era que en lugar de deberle dinero a los furiosos y numerosos acreedores se lo debía a Darien.
Era fácil echarle la culpa a Seiya, pero también ella debía responsabilizarse. Había sido ella quien había convencido a Darien de invertir en el proyecto de Seiya de convertir algunos de los viejos almacenes del rio en apartamentos. Los diseños de Seiya la habían emocionado tanto. Lo habían planeado todo: él se encargaría del edificio y ella de diseñar el interior y juntos formarían el equipo perfecto. Sin dudar serena había hipotecado su casa y su empresa, y se había comprometido en la sociedad que había formado con Seiya. El había sugerido que sería buena idea hacerlo todo legalmente. De modo que cuando él había huido con el dinero que había conseguido de distintos inversores, serena se había quedado como responsable de todo.
Darien no había sido uno de lo que habían reclamado su parte del dinero
-ha sido un fallo mío- le dijo a Serena- debí haberlo estudiado a fondo antes de hacer algo.
Otros acreedores habían sido menos comprensivos, y serena no se los había quitado de encima hasta que se había casado con Darien y había saldado todas las deudas.
Darien llevaba un rato observándola
-es hora de que decidas lo que quieres, serena- le dijo en tono áspero- debes saber lo que quieres y lo que estas dispuesta a hacer para conseguirlo. Si no quieres venir a Kincaillie, está bien. Vete con tu hermana, búscate un empleo y empieza a devolverme el dinero que robo el asqueroso de tu socio.
-sabes que no puedo llevarme a Artemis a casa de mi hermana
-En ese caso, me lo llevara a Kincaillie-
Serena se quedo de una pieza
-¡No me vas a quitar a Artemis! ¡Eso es puro chantaje!
-De chantaje, nada- dijo Darien- es la verdad. Eres tu quien debe elegir entre quedarte aquí sola, o quedarte con Artemis y venirte a Kincaillie. Podemos empezar de nuevo- dijo el- a los dos nos hace muchísima falta
Era impensable dejar a Artemis, vivir sin él. Serena sabía que no era una elección voluntaria, porque Darien la había puesto entre la espada y la pared
-de acuerdo- dijo ella con pesadumbre- Iré
flakita24- Sailor Outer Scout
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Re: MATRIMONIO DE NEGOCIOS (S/D) WAFF
Ouch....desde cuando Serena y Darien se odian? Desde cuando Seiya es un ladrón? Desde cuando serena tiene un perro llamado artemis? Esto ya me dejo picada...
Espero la actualización!! Y ya!! Ya se puso interesante esto!! Pero rápido por q si no me qedare con la duda y yo no puedo vivir así!!
En cortas palabras: me gusto
Espero la actualización!! Y ya!! Ya se puso interesante esto!! Pero rápido por q si no me qedare con la duda y yo no puedo vivir así!!
En cortas palabras: me gusto
V. Splendorem- Neo Reina Serena
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Re: MATRIMONIO DE NEGOCIOS (S/D) WAFF
nono; esta historia desde ya me encanta.... es tan distiintta!! (L) quiero leer maas ! ;) espero qe actualises prontoo ;) siigue asii! saluuudos Bye-bee
saku_sere_sofi- Reina Serenity
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Re: MATRIMONIO DE NEGOCIOS (S/D) WAFF
Me encanto!!!! wiiii!!! kiero ya la prox actualizacion!!! ese Seiya ladron??? uuy se viene muy bueno este fic!!!
Re: MATRIMONIO DE NEGOCIOS (S/D) WAFF
Que emocionante!!! Ojakla actualices pronto!...
ferlunera- Sailor Scout
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Re: MATRIMONIO DE NEGOCIOS (S/D) WAFF
Sailor_Shiining_Star_ escribió:Ouch....desde cuando Serena y Darien se odian? Desde cuando Seiya es un ladrón? Desde cuando serena tiene un perro llamado artemis? Esto ya me dejo picada...
Espero la actualización!! Y ya!! Ya se puso interesante esto!! Pero rápido por q si no me qedare con la duda y yo no puedo vivir así!!
En cortas palabras: me gusto
que bueno qe te gusto el capii!.. y cada vez se pondra mas interesantee! por lo prontoo.. voy a subir el 2° capitulo!
flakita24- Sailor Outer Scout
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Re: MATRIMONIO DE NEGOCIOS (S/D) WAFF
saku_sere_sofi escribió:nono; esta historia desde ya me encanta.... es tan distiintta!! (L) quiero leer maas ! ;) espero qe actualises prontoo ;) siigue asii! saluuudos Bye-bee
ola amiga.. ya subire el 2° capii... asi qe espero tenerte por akii! me encanta qe te encantee! jiji
flakita24- Sailor Outer Scout
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Re: MATRIMONIO DE NEGOCIOS (S/D) WAFF
se qe hay cosas diferentes, entre ellas qe seiya sea ladron! peroo es parte de la historia! no es qe tenga algo kntra el! espero tenerte por akiiNikitha escribió:Me encanto!!!! wiiii!!! kiero ya la prox actualizacion!!! ese Seiya ladron??? uuy se viene muy bueno este fic!!!
flakita24- Sailor Outer Scout
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Re: MATRIMONIO DE NEGOCIOS (S/D) WAFF
ferlunera escribió:Que emocionante!!! Ojakla actualices pronto!...
ya voy a subir la ctualizacion!!! espero qe te guste
flakita24- Sailor Outer Scout
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Re: MATRIMONIO DE NEGOCIOS (S/D) WAFF
Capitulo 2
Parecía como si llevaran horas y horas transitando por aquella carretera irregular y llena de baches. Llevaban más de once horas conduciendo, sin contar las horas en el avión, las ultimas en la más absoluta oscuridad, puesto que no habían encontrado ni casa, ni señal alguna de vida humana. Serena estaba tan cansada que tardo un momento en darse cuenta de que el coche se había parado por fin.
-¡bienvenida a Kincaillie!-grito Darien
Serena no respondió. Se llevo la mano al diamante que adornaba su cuello y cerró los ojos con fuerza, aquello debía de ser una pesadilla, y cuando abriera los ojos se encontraría de nuevo junto a Seiya, feliz y contenta. Los abrió y tuvo que enfrentarse a la escalofriante realidad; la lluvia golpeaba con fuerza el parabrisas y el viento soplaba con tanta fuerza, la oscuridad y el vacío seguían siendo agobiantes. Y en lugar de Seiya, allí solo estaba Darien, con la misma expresión ceñuda que había mostrado todo el día.
Artemis que estaba a sus pies, protesto un poco. El coche iba tan lleno que el animal había tenido que pasarse todo el viaje en el suelo del asiento trasero. Serena puso la mano sobre su cabeza de recio pelaje, sin saber si lo estaba consolando a él o el a ella. Darien apago el motor y fue al maletero a sacar una linterna.
-primero te enseño la casa por dentro, y después sacaremos las cosas.
Serena no podía moverse del asiento, presa de un cansancio intenso, de un miedo inexplicable.
-vamos- le urgió Darien, al ver que serena no hacia intención de moverse- Bueno, a no ser que quieras quedarte aquí toda la noche.
Serena no quería eso, pero tampoco aventurarse fuera con la que estaba cayendo. Vacilo un momento, pero cuando Darien abrió la puerta ella agarro el asa para salir. El viento le despeinaba el cabello, y los ojos y las mejillas le quemaban del aguanieve, mientras avanzaba a duras penas detrás de Darien. Se detuvo detrás de él, tiritando de frío, mientras Darien se acercaba al portón.
-Aquí es donde uno se da cuenta de que ha perdido la llave y de que tendrá que hacer todo el camino de vuelta a casa-grito, para que el la oyera, preguntándose si le gustaría que fuera así o si prefería que fuera una broma. No tardo en deducir que era una broma. Darien giro el enorme pomo del portón mientras al mismo tiempo le daba un empujón con el hombro: el chirrido resultante se habría ganado un Oscar a los mejores efectos especiales en cualquier película de terror.
-estamos en casa- señalo con ironía- y no tenemos llaves
En cuanto serena accedió al interior, se dio cuenta de porque la seguridad no importaba allí. Aunque decir “interior” era decir mucho, pensó serena con consternación mientras el paseaba la linterna de un lado a otro. ¿Quién necesitaba una llave, de todos modos, cuando no había nada que robar?
-¡que acogedor!-dijo, se cerró bien la chaqueta, porque el viento y la lluvia se colaban por un agujero en el techo
-me alegro de que te guste- dijo él con ironía, y añadió- la cocina esta mejor
Serena suspiro-estoy desenado verla
-está por aquí- dijo Darien cruzando un extremo del vestíbulo mientras serena silbaba para que se acercar Artemis.
Darien los guiaba por un pasadizo húmedo y frío, con el techo bajo y abovedado y toda clase de vueltas e inesperados tramos de escaleras con las que serena tropezó, aunque Darien no perdió el pie ni una sola vez.
Darien continuo avanzando un trecho que a serena se le hizo eterno. De vez en cuando Darien agachaba la cabeza para no pegarse contra un techo más bajo, pero aparte de eso estaba aparentemente ajeno a los horrores que pudieran acechar tras cada recodo del pasillo. De repente Darien se detuvo un momento en un cruce del camino, y serena no pudo evitar agarrarse instintivamente a su chaqueta. Darien la miro con curiosidad.
-¿tienes miedo?
- ¡pues claro que lo tengo!-exclamo ella enfadada- Estoy en un castillo encantado totalmente a oscuras, en medio del campo, lejos de todo y con la mala suerte que tengo seguro que voy directa a las mazmorras
-no, las mazmorras están al otro lado- dijo Darien, de todos modos le dio la mano y serena sintió alivio- casi hemos llegado- continuo el- cuando uno no sabe por dónde va y esta todo oscuro, el camino se hace más largo.
La mano cálida y fuerte de Darien le transmitió muchísima seguridad.
-¡que pena que no tenemos electricidad!- dijo serena
- electricidad tenemos- anuncio Darien- si me das un minuto… ¡Ah, ya esta aquí! Si me sujetas esto un momento…- le paso la linterna a serena.
Empujo una puerta, toco la pared en busca del interruptor y al momento dos bombillas desnudas que colgaban del techo parpadearon hasta encenderse.
-esta es la cocina- dijo Darien
Serena paseo la mirada por la enorme pieza de suelo de piedra. Por lo menos allí el techo estaba intacto y a primera vista no había malas hierbas ni armaduras; exceptuando eso, era una habitación húmeda, fría y sucia, a la par que deprimente.
-¿mejor?- dijo Darien
Algo confundida por su tono de voz, serena lo miro y vio que él estaba mirándole la mano que ella no le había soltado. Serena reacciono soltándosela al instante, como si el roce de sus dedos quemara, y para desgracia suya se ruborizo.
-pensaba que habías dicho que las mazmorras estaban por el otro lado- dijo serena para disimilar su confusión.
-tienes todo lo que necesitas-dijo Darien mientras señalaba distintos fogones y hornillas- un sitio donde cocinar, una pila, incluso una nevera y un congelador- señalo un modelo mugriento, parecido a unos que serena había vito hacia tiempo en un exposición de los primeros electrodomésticos- con todas las comodidades
Serena suspiro
-tendré que acostumbrarme a que cuando utilizas la palabra te refieres a hacer cien años, personalmente, jamás he visto comodidades menos modernas.
-vamos, no esta tan mal. Tienes electricidad, y un montón de espacio para almacenar- añadió Darien extendiendo los brazos para abarcar el espacio alrededor. Eso no podía discutírselo.
-que pena que no tengamos nada que almacenar, ¿verdad?- le dijo ella con énfasis
-no necesitaremos mucho para empezar-le había dicho Darien-mete solo lo indispensable.
Lo indispensable llenaría uno de los armarios con poco de suerte.
-es mejor que nos sobre espacio a que nos falte- si había algo allí, era espacio.
En un lado había una chimenea enorme, con dos butacas de cuero ajadas delante que formaban una zona de estar.
-se podría decir que mis tío abuelo vivió solo en esta habitación durante sus últimos años, antes de que sus hijos se lo llevaran a un asilo- dijo Darien cuando serena le pregunto- no podía costear los gastos del castillo, pero se negó a abandonarlo hasta los noventa y tantos años, porque no encontraron a nadie que quisiera venir a cuidar de él.
-¿Por qué sería?- murmuro serena mientras miraba a su alrededor
-le pusieron un servicio en una de las viejas antecocinas para que lo usara- Darien abrió un par de puertas-Sí aquí esta-se retiro y dejo que serena se asomara. Había una bañera rudimentaria, llena de suciedad, polvo y telarañas, un lavabo mugriento y un retrete absolutamente asqueroso. ¡Y ella que se había imaginado dándose un baño caliente antes de meterse en la cama!
-¿Dónde dormía tu tío abuelo?-le pregunto a Darien
-te lo enseñare
Salieron de la cocina a un pasillo corto, y enseguida Darien abrió otra puerta
-creo que esta debía de ser una habitación para los sirvientes- le dijo a Serena, que finalmente había conseguido sacar a rastras a Artemis del baño- pero, como ves, es un dormitorio perfectamente normal. Serena se dijo para sus adentros que eso dependía de la opinión de cada uno.
-tiene techo, tengo que reconocer al menos eso- admitió ella
-y una cama- Darien señalo un cabecero de metal un poco oxidado y un colchón lleno de bultos- Y un ropero y una cómoda de cajones. ¿Qué más quieres?
Serena suspiro- yo no sabría por dónde empezar- dijo ella. Estaba tan cansada que pensó que esa noche dormiría en cualquier sitio… de pronto le asalto una duda.
-¿Dónde vas a dormir tu?- le pregunto con cautela
-Aquí mismo-respondió Darien- contigo, no pongas esa cara- añadió en tono áspero- sé muy bien lo que sientes; me lo dejaste muy claro en nuestras noche de bodas y, francamente, yo no tengo ningún deseo de repetir la experiencia. Dormir contigo fue como dormir con una estatua; y no me pareció muy excitante, la verdad- añadió con mirada caustica- me resultaría fácil no ponerte la mano encima
Serena se puso tensa al oír el tono seco, pero levanto la cabeza para mantener el tipo.
-si es lo que sientes, me sorprende que quieras compartir la cama conmigo- dijo ella
-no tengo muchas ganas-confeso Darien- pero tampoco hay mucho de donde elegir, de momento, estas son las únicas habitaciones habitables; y solo disponemos de una cama. Hay demasiada humedad para dormir en el suelo, de modo que lo mejor es pensar en lo más práctico. Por lo menos, podremos darnos calor mutuamente- siguió diciendo mientras regresaba a la cocina.
-¿Por qué no me has contado todo esto antes de venir?- le pregunto serena, molesta porque siempre acababa trotando detrás de él y porque le daba miedo quedarse sola ene l cuarto- seguramente ya sabrías que acabaríamos compartiendo la cama
-¿y te habría servido de algo saberlo de antemano?.- Ella pensó en las pocas opciones que tenía su quería quedarse con Artemis.
-seguramente no- respondió de mala gana- pero al menos me habría preparado mentalmente.
- habría dado igual, o tal vez habría sido peor-respondió Darien con indiferencia mientras encendía de nuevo la linterna- a ti no te iba a gustar nada de Kincaillie ¿de que servía entonces contarte más cosas? Te habías agobiado mucho más, cuando no te quedaba de otra que aceptarlo
-porque si no me convence, y no me convence, no puedo marcharme, ¿verdad?- dijo serena con disgusto
Alzo la mirada y vio que Darien sonreía
-tendrías muchas horas de camino por delante- dijo el
Sacar las cosas del coche les llevo muchísimo tiempo; o al menos esa fue la impresión que se llevo Serena. Darien había decretado que podrían sacar las cosas del remolque a la mañana siguiente; pero de todos modos terminaron con un montón de cajas en medio del suelo de la cocina. Hacía mucho rato que había pasado la hora de la cena y el perro los había acompañado pacientemente en cada viaje del coche a la casa y de la casa al coche.
Serena se quito la chaqueta, la colgó del respaldo de una silla y empezó a buscar la comida del pero entre las cajas. Darien se había llevado un camping gas, que acoplo a una péquela bombona. Se movía con eficacia y rapidez, y sin darse cuenta apenas serena empezó a mirarlo disimuladamente, mientras llenaba una escudilla con comida para perros. Serena desconocía esa faceta de él, siempre lo había visto con un hombre de negocios agresivo y prospero, pero jamás se lo había imaginado haciendo algo que no fuera ganar dinero. Pero parecía que Darien sabía muy bien lo que hacía. Dejo el recipiente en el suelo y Artemis espero, temblando de anticipación, la señal de que podía empezar a comer. Serena sonrió al verla expresión del animal.
-adelante-dijo
El perro se abalanzo sobre el recipiente y en cuestión de segundos devoro la comida y paso los minutos lamiéndolo mientras la empujaba por el suelo. Satisfecha el hambre, Artemis bebió agua a ruidosos lametazos, y al terminar se tiro en la raída alfombrilla delante de la chimenea, antes de apoyar la cabeza sobre las patas con deleite. Darien lo miro con interés.
-de vez en cuando debe ser agradable ser perro- comento en tonos eco mientras colocaba un hervidos sobre la llama del camping gas.
-lo sé, un recipiente de comida y un sitio donde tumbarse, y esta más feliz que una perdiz- dijo Serena, que repentinamente se tambaleo de cansancio- creo que voy a pasar de la comida para perros, pero no me importaría tumbarme en algún sitio. ¿Has traído ropa de cama?
- la he dejado en la habitación
-entonces voy a hacer la cama
La pequeña habitación estaba helada, y serena se estremeció mientras cubría el colchón lleno de bultos con una manta antes de ponerse a hacer la cama, que cubrió con edredón y tres mantas más. Para deleite de Artemis, Darien armo una pequeña lumbre en la chimenea, y cuando serena volvió a la cocina las ramas empezaban a prender.
-he hecho te- dijo Darien mientras señalaba con la cabeza los sillones ajados que había delante de la chimenea- siéntate
El había colocado una manta de viaje sobre cada sillón, sin duda para no sentarse encima de tanta mugre pero la verdad era que a Serena ya no le importaba casi nada. Se desplomo en una de las butacas y tomo la taza de té humeante que Darien le pasaba.
-Por la mañana encenderé la cocina- Darien se acerco a ella y se sentó en la otra butaca con su taza de té- así se calentara la casa
-¿calentarse? Lo veo difícil, ni siquiera me acuerdo ya de lo que es sentir calor- le dijo serena. Miraba las llamas y pensaba con anhelo en su pequeño departamento con calefacción central, aunque hiciera tanto tiempo que se lo habían embargado, junto con el resto de sus cosas. Al desaparecer, Seiya solo le había dejado una gran humillación y una deuda colosal. Ah y un marido que la despreciaba. Serena suspiro.
-te gustara mas de día- dijo Darien, en tono casi desagradable
-espero que tengas razón-comento ella, pensando que peor no podía ser- ¿Qué es lo que me tiene que gustar?
-las colinas, el mar, la paz- enumero- El aroma del aire, el sonido de los pájaros, los grandes espacios abiertos… aquí no hay teléfonos que suenan sin parar, no hay correo electrónico, ni fechas límite, ni prisas.
Serena lo miro con sorpresa, olvidándose momentáneamente del frio.
-pensaba que todo eso te encantaba- dijo ella- no me digas que no necesitas la emoción de los tejemanejes de cada día
Prefiero la subida de adrenalina que da una escalada complicada-respondió Darien- eso no quiere decir que no disfrute montando mis propios negocios, pero mi plan original era ganar lo suficiente para comprarme algo en el campo, no tan grande como esto, por supuesto, sino unos granja en algún lugar donde poder vivir. El problema del éxito es que conlleva más responsabilidades- continuo- es fácil dejarse llevar por la sensación de que si puedes hacer un trato mas, ganar un millón más, será el momento adecuado para renunciar a todo. Pero entonces llega otro negocio, otro millón que ganar… quien sabe cuánto tiempo más habría seguid así si no me hubiera llegado la carta diciéndome que Kincaillie era mío.
Serena lo observaba por encima del borde de la taza, pensando que en ese último minuto se había enterado de más cosas de Darien que en los cinco meses de matrimonio. Pensándolo bien, era la primera vez que él le contaba algo de sí mismo. Serena siguió su mirada por la mugrienta cocina, y comparo aquel lugar con la impresionante casa georgiana que habían dejado atrás. Esa casa había sido el no mas en estilo y elegancia, y su espectacular cocina, un paraíso de modernidad y funcionalidad, tanto en el diseño como en los electrodomésticos. ¿Darien había renunciado a todo por aquello?
-¿Qué sientes?- le pregunto ella
Darien se volvió a mirarla
-siento como si hubiera vuelto a casa
Serena experimento una sensación muy extraña, como si de pronto le faltara aire. Pero lo peor era que no podía apartar los ojos de los suyos.
-no puedo decir que este sea mi sueño hecho realidad- consiguió pronunciar en tono débil pasado un momento.
Serena noto como su alegría se pagaba un poco
-No hace falta que me lo digas- dijo el en tono seco
-nunca te habría tenido por un hombre dado a vivir las fantasías- su comentario, tan solo destinado a aligerar un poco la tensión del ambiente, sonó a acusación. Darien pestañeo, y se volvió a mirar la lumbre.
-Te sorprenderías-dijo
Había una puerta que daba directamente al jardín de la cocina, y Serena se alegro al pensar que no tendría que volver a pasar por aquel pasillo a oscuras para poder sacar a Artemis.
-Si quieres lo saco yo- se ofreció Darien con brusquedad mientras se ponía de pie y recogía las tazas vacías- tu ve a prepararte para irte a la cama.
Serena recordó el tono áspero de desprecio de Darien cuando le había dicho que no le costaría mucho esfuerzo no ponerle la mano encima; tampoco podía olvidar la dureza que había visto en sus ojos azules. Corrió a la habitación para aprovechar el momento que Darien había tenido el detalle de concederle para sé que se cambiara a solas.
Aplazo de momento su fantasía de darse un año caliente y se cepillo los dientes en la pila de la antecocina. Había humedad y hacia frio, pero no era tan asquerosa como el retrete, y tenis demasiado frio par a ponerse a limpiar en ese momento. No quería protestar por las condiciones en las que se encontraban, pero no por eso estaba dispuesta a desvestirse delante de Darien si como así. Aunque más que desvestirse había que vestirse para meterse a la cama, pensaba Serena mientras buscaba en su maleta los pantalones que usaba para yoga y una sudadera gruesa, menos mal que no tenía en mente seducir a nadie. Cuando Seiya la había abandonado, ella había tirado toda la lencería sexy que se había comprado para él.
Se alegro de que no hubiera espejo ahí. Tenía fama de ir siempre arreglada y sabia que sus amistadas se morirían de risa si la vieran en ese momento. Claro que a ella le daba igual y total a Darien le daría lo mismo. El ruido de la puerta de la cocina la animo a meterse corriendo a la cama, con el pulso acelerado de pronto. Darien y Artemis estaban de vuelta. Enseguida Darien entraría en el cuarto y se metería con ella en la cama, y después…
Después nada, se dijo Serena. Avergonzada de su comportamiento de la noche de bodas, hacía tiempo que estaba preparada para intentarlo de nuevo, en cuanto Darien mostrara algo de interés por ella. Pero él le había dejado claro que ella le importaba tan poco como él a ella. Incluso esa noche le había dicho que no tenis intención de tocarla, de modo que no había razón para ponerse nerviosa.
Serena se pregunto que podría ser más inquietante, si pasar la noche con Darien a su lado, o pasar la noche sola a oscuras con una tormenta de viento azotando la casa. Al final Serena decidió que estaría mejor con Darien. Pero cuando el entro finalmente en el cuarto, Serena pego un brinco y se hundió un poco mas bajo la montaña de mantas y el edredón.
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bueno chicas akii esta la contii.. espero qe los disfruten!!!
Parecía como si llevaran horas y horas transitando por aquella carretera irregular y llena de baches. Llevaban más de once horas conduciendo, sin contar las horas en el avión, las ultimas en la más absoluta oscuridad, puesto que no habían encontrado ni casa, ni señal alguna de vida humana. Serena estaba tan cansada que tardo un momento en darse cuenta de que el coche se había parado por fin.
-¡bienvenida a Kincaillie!-grito Darien
Serena no respondió. Se llevo la mano al diamante que adornaba su cuello y cerró los ojos con fuerza, aquello debía de ser una pesadilla, y cuando abriera los ojos se encontraría de nuevo junto a Seiya, feliz y contenta. Los abrió y tuvo que enfrentarse a la escalofriante realidad; la lluvia golpeaba con fuerza el parabrisas y el viento soplaba con tanta fuerza, la oscuridad y el vacío seguían siendo agobiantes. Y en lugar de Seiya, allí solo estaba Darien, con la misma expresión ceñuda que había mostrado todo el día.
Artemis que estaba a sus pies, protesto un poco. El coche iba tan lleno que el animal había tenido que pasarse todo el viaje en el suelo del asiento trasero. Serena puso la mano sobre su cabeza de recio pelaje, sin saber si lo estaba consolando a él o el a ella. Darien apago el motor y fue al maletero a sacar una linterna.
-primero te enseño la casa por dentro, y después sacaremos las cosas.
Serena no podía moverse del asiento, presa de un cansancio intenso, de un miedo inexplicable.
-vamos- le urgió Darien, al ver que serena no hacia intención de moverse- Bueno, a no ser que quieras quedarte aquí toda la noche.
Serena no quería eso, pero tampoco aventurarse fuera con la que estaba cayendo. Vacilo un momento, pero cuando Darien abrió la puerta ella agarro el asa para salir. El viento le despeinaba el cabello, y los ojos y las mejillas le quemaban del aguanieve, mientras avanzaba a duras penas detrás de Darien. Se detuvo detrás de él, tiritando de frío, mientras Darien se acercaba al portón.
-Aquí es donde uno se da cuenta de que ha perdido la llave y de que tendrá que hacer todo el camino de vuelta a casa-grito, para que el la oyera, preguntándose si le gustaría que fuera así o si prefería que fuera una broma. No tardo en deducir que era una broma. Darien giro el enorme pomo del portón mientras al mismo tiempo le daba un empujón con el hombro: el chirrido resultante se habría ganado un Oscar a los mejores efectos especiales en cualquier película de terror.
-estamos en casa- señalo con ironía- y no tenemos llaves
En cuanto serena accedió al interior, se dio cuenta de porque la seguridad no importaba allí. Aunque decir “interior” era decir mucho, pensó serena con consternación mientras el paseaba la linterna de un lado a otro. ¿Quién necesitaba una llave, de todos modos, cuando no había nada que robar?
-¡que acogedor!-dijo, se cerró bien la chaqueta, porque el viento y la lluvia se colaban por un agujero en el techo
-me alegro de que te guste- dijo él con ironía, y añadió- la cocina esta mejor
Serena suspiro-estoy desenado verla
-está por aquí- dijo Darien cruzando un extremo del vestíbulo mientras serena silbaba para que se acercar Artemis.
Darien los guiaba por un pasadizo húmedo y frío, con el techo bajo y abovedado y toda clase de vueltas e inesperados tramos de escaleras con las que serena tropezó, aunque Darien no perdió el pie ni una sola vez.
Darien continuo avanzando un trecho que a serena se le hizo eterno. De vez en cuando Darien agachaba la cabeza para no pegarse contra un techo más bajo, pero aparte de eso estaba aparentemente ajeno a los horrores que pudieran acechar tras cada recodo del pasillo. De repente Darien se detuvo un momento en un cruce del camino, y serena no pudo evitar agarrarse instintivamente a su chaqueta. Darien la miro con curiosidad.
-¿tienes miedo?
- ¡pues claro que lo tengo!-exclamo ella enfadada- Estoy en un castillo encantado totalmente a oscuras, en medio del campo, lejos de todo y con la mala suerte que tengo seguro que voy directa a las mazmorras
-no, las mazmorras están al otro lado- dijo Darien, de todos modos le dio la mano y serena sintió alivio- casi hemos llegado- continuo el- cuando uno no sabe por dónde va y esta todo oscuro, el camino se hace más largo.
La mano cálida y fuerte de Darien le transmitió muchísima seguridad.
-¡que pena que no tenemos electricidad!- dijo serena
- electricidad tenemos- anuncio Darien- si me das un minuto… ¡Ah, ya esta aquí! Si me sujetas esto un momento…- le paso la linterna a serena.
Empujo una puerta, toco la pared en busca del interruptor y al momento dos bombillas desnudas que colgaban del techo parpadearon hasta encenderse.
-esta es la cocina- dijo Darien
Serena paseo la mirada por la enorme pieza de suelo de piedra. Por lo menos allí el techo estaba intacto y a primera vista no había malas hierbas ni armaduras; exceptuando eso, era una habitación húmeda, fría y sucia, a la par que deprimente.
-¿mejor?- dijo Darien
Algo confundida por su tono de voz, serena lo miro y vio que él estaba mirándole la mano que ella no le había soltado. Serena reacciono soltándosela al instante, como si el roce de sus dedos quemara, y para desgracia suya se ruborizo.
-pensaba que habías dicho que las mazmorras estaban por el otro lado- dijo serena para disimilar su confusión.
-tienes todo lo que necesitas-dijo Darien mientras señalaba distintos fogones y hornillas- un sitio donde cocinar, una pila, incluso una nevera y un congelador- señalo un modelo mugriento, parecido a unos que serena había vito hacia tiempo en un exposición de los primeros electrodomésticos- con todas las comodidades
Serena suspiro
-tendré que acostumbrarme a que cuando utilizas la palabra te refieres a hacer cien años, personalmente, jamás he visto comodidades menos modernas.
-vamos, no esta tan mal. Tienes electricidad, y un montón de espacio para almacenar- añadió Darien extendiendo los brazos para abarcar el espacio alrededor. Eso no podía discutírselo.
-que pena que no tengamos nada que almacenar, ¿verdad?- le dijo ella con énfasis
-no necesitaremos mucho para empezar-le había dicho Darien-mete solo lo indispensable.
Lo indispensable llenaría uno de los armarios con poco de suerte.
-es mejor que nos sobre espacio a que nos falte- si había algo allí, era espacio.
En un lado había una chimenea enorme, con dos butacas de cuero ajadas delante que formaban una zona de estar.
-se podría decir que mis tío abuelo vivió solo en esta habitación durante sus últimos años, antes de que sus hijos se lo llevaran a un asilo- dijo Darien cuando serena le pregunto- no podía costear los gastos del castillo, pero se negó a abandonarlo hasta los noventa y tantos años, porque no encontraron a nadie que quisiera venir a cuidar de él.
-¿Por qué sería?- murmuro serena mientras miraba a su alrededor
-le pusieron un servicio en una de las viejas antecocinas para que lo usara- Darien abrió un par de puertas-Sí aquí esta-se retiro y dejo que serena se asomara. Había una bañera rudimentaria, llena de suciedad, polvo y telarañas, un lavabo mugriento y un retrete absolutamente asqueroso. ¡Y ella que se había imaginado dándose un baño caliente antes de meterse en la cama!
-¿Dónde dormía tu tío abuelo?-le pregunto a Darien
-te lo enseñare
Salieron de la cocina a un pasillo corto, y enseguida Darien abrió otra puerta
-creo que esta debía de ser una habitación para los sirvientes- le dijo a Serena, que finalmente había conseguido sacar a rastras a Artemis del baño- pero, como ves, es un dormitorio perfectamente normal. Serena se dijo para sus adentros que eso dependía de la opinión de cada uno.
-tiene techo, tengo que reconocer al menos eso- admitió ella
-y una cama- Darien señalo un cabecero de metal un poco oxidado y un colchón lleno de bultos- Y un ropero y una cómoda de cajones. ¿Qué más quieres?
Serena suspiro- yo no sabría por dónde empezar- dijo ella. Estaba tan cansada que pensó que esa noche dormiría en cualquier sitio… de pronto le asalto una duda.
-¿Dónde vas a dormir tu?- le pregunto con cautela
-Aquí mismo-respondió Darien- contigo, no pongas esa cara- añadió en tono áspero- sé muy bien lo que sientes; me lo dejaste muy claro en nuestras noche de bodas y, francamente, yo no tengo ningún deseo de repetir la experiencia. Dormir contigo fue como dormir con una estatua; y no me pareció muy excitante, la verdad- añadió con mirada caustica- me resultaría fácil no ponerte la mano encima
Serena se puso tensa al oír el tono seco, pero levanto la cabeza para mantener el tipo.
-si es lo que sientes, me sorprende que quieras compartir la cama conmigo- dijo ella
-no tengo muchas ganas-confeso Darien- pero tampoco hay mucho de donde elegir, de momento, estas son las únicas habitaciones habitables; y solo disponemos de una cama. Hay demasiada humedad para dormir en el suelo, de modo que lo mejor es pensar en lo más práctico. Por lo menos, podremos darnos calor mutuamente- siguió diciendo mientras regresaba a la cocina.
-¿Por qué no me has contado todo esto antes de venir?- le pregunto serena, molesta porque siempre acababa trotando detrás de él y porque le daba miedo quedarse sola ene l cuarto- seguramente ya sabrías que acabaríamos compartiendo la cama
-¿y te habría servido de algo saberlo de antemano?.- Ella pensó en las pocas opciones que tenía su quería quedarse con Artemis.
-seguramente no- respondió de mala gana- pero al menos me habría preparado mentalmente.
- habría dado igual, o tal vez habría sido peor-respondió Darien con indiferencia mientras encendía de nuevo la linterna- a ti no te iba a gustar nada de Kincaillie ¿de que servía entonces contarte más cosas? Te habías agobiado mucho más, cuando no te quedaba de otra que aceptarlo
-porque si no me convence, y no me convence, no puedo marcharme, ¿verdad?- dijo serena con disgusto
Alzo la mirada y vio que Darien sonreía
-tendrías muchas horas de camino por delante- dijo el
Sacar las cosas del coche les llevo muchísimo tiempo; o al menos esa fue la impresión que se llevo Serena. Darien había decretado que podrían sacar las cosas del remolque a la mañana siguiente; pero de todos modos terminaron con un montón de cajas en medio del suelo de la cocina. Hacía mucho rato que había pasado la hora de la cena y el perro los había acompañado pacientemente en cada viaje del coche a la casa y de la casa al coche.
Serena se quito la chaqueta, la colgó del respaldo de una silla y empezó a buscar la comida del pero entre las cajas. Darien se había llevado un camping gas, que acoplo a una péquela bombona. Se movía con eficacia y rapidez, y sin darse cuenta apenas serena empezó a mirarlo disimuladamente, mientras llenaba una escudilla con comida para perros. Serena desconocía esa faceta de él, siempre lo había visto con un hombre de negocios agresivo y prospero, pero jamás se lo había imaginado haciendo algo que no fuera ganar dinero. Pero parecía que Darien sabía muy bien lo que hacía. Dejo el recipiente en el suelo y Artemis espero, temblando de anticipación, la señal de que podía empezar a comer. Serena sonrió al verla expresión del animal.
-adelante-dijo
El perro se abalanzo sobre el recipiente y en cuestión de segundos devoro la comida y paso los minutos lamiéndolo mientras la empujaba por el suelo. Satisfecha el hambre, Artemis bebió agua a ruidosos lametazos, y al terminar se tiro en la raída alfombrilla delante de la chimenea, antes de apoyar la cabeza sobre las patas con deleite. Darien lo miro con interés.
-de vez en cuando debe ser agradable ser perro- comento en tonos eco mientras colocaba un hervidos sobre la llama del camping gas.
-lo sé, un recipiente de comida y un sitio donde tumbarse, y esta más feliz que una perdiz- dijo Serena, que repentinamente se tambaleo de cansancio- creo que voy a pasar de la comida para perros, pero no me importaría tumbarme en algún sitio. ¿Has traído ropa de cama?
- la he dejado en la habitación
-entonces voy a hacer la cama
La pequeña habitación estaba helada, y serena se estremeció mientras cubría el colchón lleno de bultos con una manta antes de ponerse a hacer la cama, que cubrió con edredón y tres mantas más. Para deleite de Artemis, Darien armo una pequeña lumbre en la chimenea, y cuando serena volvió a la cocina las ramas empezaban a prender.
-he hecho te- dijo Darien mientras señalaba con la cabeza los sillones ajados que había delante de la chimenea- siéntate
El había colocado una manta de viaje sobre cada sillón, sin duda para no sentarse encima de tanta mugre pero la verdad era que a Serena ya no le importaba casi nada. Se desplomo en una de las butacas y tomo la taza de té humeante que Darien le pasaba.
-Por la mañana encenderé la cocina- Darien se acerco a ella y se sentó en la otra butaca con su taza de té- así se calentara la casa
-¿calentarse? Lo veo difícil, ni siquiera me acuerdo ya de lo que es sentir calor- le dijo serena. Miraba las llamas y pensaba con anhelo en su pequeño departamento con calefacción central, aunque hiciera tanto tiempo que se lo habían embargado, junto con el resto de sus cosas. Al desaparecer, Seiya solo le había dejado una gran humillación y una deuda colosal. Ah y un marido que la despreciaba. Serena suspiro.
-te gustara mas de día- dijo Darien, en tono casi desagradable
-espero que tengas razón-comento ella, pensando que peor no podía ser- ¿Qué es lo que me tiene que gustar?
-las colinas, el mar, la paz- enumero- El aroma del aire, el sonido de los pájaros, los grandes espacios abiertos… aquí no hay teléfonos que suenan sin parar, no hay correo electrónico, ni fechas límite, ni prisas.
Serena lo miro con sorpresa, olvidándose momentáneamente del frio.
-pensaba que todo eso te encantaba- dijo ella- no me digas que no necesitas la emoción de los tejemanejes de cada día
Prefiero la subida de adrenalina que da una escalada complicada-respondió Darien- eso no quiere decir que no disfrute montando mis propios negocios, pero mi plan original era ganar lo suficiente para comprarme algo en el campo, no tan grande como esto, por supuesto, sino unos granja en algún lugar donde poder vivir. El problema del éxito es que conlleva más responsabilidades- continuo- es fácil dejarse llevar por la sensación de que si puedes hacer un trato mas, ganar un millón más, será el momento adecuado para renunciar a todo. Pero entonces llega otro negocio, otro millón que ganar… quien sabe cuánto tiempo más habría seguid así si no me hubiera llegado la carta diciéndome que Kincaillie era mío.
Serena lo observaba por encima del borde de la taza, pensando que en ese último minuto se había enterado de más cosas de Darien que en los cinco meses de matrimonio. Pensándolo bien, era la primera vez que él le contaba algo de sí mismo. Serena siguió su mirada por la mugrienta cocina, y comparo aquel lugar con la impresionante casa georgiana que habían dejado atrás. Esa casa había sido el no mas en estilo y elegancia, y su espectacular cocina, un paraíso de modernidad y funcionalidad, tanto en el diseño como en los electrodomésticos. ¿Darien había renunciado a todo por aquello?
-¿Qué sientes?- le pregunto ella
Darien se volvió a mirarla
-siento como si hubiera vuelto a casa
Serena experimento una sensación muy extraña, como si de pronto le faltara aire. Pero lo peor era que no podía apartar los ojos de los suyos.
-no puedo decir que este sea mi sueño hecho realidad- consiguió pronunciar en tono débil pasado un momento.
Serena noto como su alegría se pagaba un poco
-No hace falta que me lo digas- dijo el en tono seco
-nunca te habría tenido por un hombre dado a vivir las fantasías- su comentario, tan solo destinado a aligerar un poco la tensión del ambiente, sonó a acusación. Darien pestañeo, y se volvió a mirar la lumbre.
-Te sorprenderías-dijo
Había una puerta que daba directamente al jardín de la cocina, y Serena se alegro al pensar que no tendría que volver a pasar por aquel pasillo a oscuras para poder sacar a Artemis.
-Si quieres lo saco yo- se ofreció Darien con brusquedad mientras se ponía de pie y recogía las tazas vacías- tu ve a prepararte para irte a la cama.
Serena recordó el tono áspero de desprecio de Darien cuando le había dicho que no le costaría mucho esfuerzo no ponerle la mano encima; tampoco podía olvidar la dureza que había visto en sus ojos azules. Corrió a la habitación para aprovechar el momento que Darien había tenido el detalle de concederle para sé que se cambiara a solas.
Aplazo de momento su fantasía de darse un año caliente y se cepillo los dientes en la pila de la antecocina. Había humedad y hacia frio, pero no era tan asquerosa como el retrete, y tenis demasiado frio par a ponerse a limpiar en ese momento. No quería protestar por las condiciones en las que se encontraban, pero no por eso estaba dispuesta a desvestirse delante de Darien si como así. Aunque más que desvestirse había que vestirse para meterse a la cama, pensaba Serena mientras buscaba en su maleta los pantalones que usaba para yoga y una sudadera gruesa, menos mal que no tenía en mente seducir a nadie. Cuando Seiya la había abandonado, ella había tirado toda la lencería sexy que se había comprado para él.
Se alegro de que no hubiera espejo ahí. Tenía fama de ir siempre arreglada y sabia que sus amistadas se morirían de risa si la vieran en ese momento. Claro que a ella le daba igual y total a Darien le daría lo mismo. El ruido de la puerta de la cocina la animo a meterse corriendo a la cama, con el pulso acelerado de pronto. Darien y Artemis estaban de vuelta. Enseguida Darien entraría en el cuarto y se metería con ella en la cama, y después…
Después nada, se dijo Serena. Avergonzada de su comportamiento de la noche de bodas, hacía tiempo que estaba preparada para intentarlo de nuevo, en cuanto Darien mostrara algo de interés por ella. Pero él le había dejado claro que ella le importaba tan poco como él a ella. Incluso esa noche le había dicho que no tenis intención de tocarla, de modo que no había razón para ponerse nerviosa.
Serena se pregunto que podría ser más inquietante, si pasar la noche con Darien a su lado, o pasar la noche sola a oscuras con una tormenta de viento azotando la casa. Al final Serena decidió que estaría mejor con Darien. Pero cuando el entro finalmente en el cuarto, Serena pego un brinco y se hundió un poco mas bajo la montaña de mantas y el edredón.
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bueno chicas akii esta la contii.. espero qe los disfruten!!!
flakita24- Sailor Outer Scout
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Re: MATRIMONIO DE NEGOCIOS (S/D) WAFF
ME ENCANTA LA HISTORIA, ESPERO PRONTO EL SIG CAPITULO.
yesqui2000- Sailor Outer Scout
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Re: MATRIMONIO DE NEGOCIOS (S/D) WAFF
Bueno flakita de mi corazon, como bien sabes soy una lady ku a muerte, pero como tu has seguido cada uno de mis fic, no pude hacer menos que pasarme por tu fic!!!.
La verdad primero debo decir HAY DIOS MI SEIYA UN ESTAFADOR!!!!!!!!!!! qjajajaj que bajon!!!! pero bue no todo es bello en la vida jajajaj.
pero ahora en serio, me encanto!!!!, con tu narracion siento que veo las imagenes cuando leo. Me encanta!!!!, estare al pendiente de cuando subas el proximo cap. Asique ya sabes, me mandas un MP asi me paso. Besitos corazon!!!
La verdad primero debo decir HAY DIOS MI SEIYA UN ESTAFADOR!!!!!!!!!!! qjajajaj que bajon!!!! pero bue no todo es bello en la vida jajajaj.
pero ahora en serio, me encanto!!!!, con tu narracion siento que veo las imagenes cuando leo. Me encanta!!!!, estare al pendiente de cuando subas el proximo cap. Asique ya sabes, me mandas un MP asi me paso. Besitos corazon!!!
Re: MATRIMONIO DE NEGOCIOS (S/D) WAFF
Holiiiitaaaass!!! pase por tu fic me encanto el capitulo pobre serena arrastrada a un lugar que ni me lo quiero imaginar jejeje Pero... pero.... a lo contrario de mi fic jajaja aca ni se quieren tocar xD... bueno estare pendiente de este fic
Re: MATRIMONIO DE NEGOCIOS (S/D) WAFF
Lencería sexy para seducir a Seiya?? Ok...
Por lo demás, muy bien, me encanta. Espero próxima actualización!!
Por lo demás, muy bien, me encanta. Espero próxima actualización!!
V. Splendorem- Neo Reina Serena
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Re: MATRIMONIO DE NEGOCIOS (S/D) WAFF
Hola amiga antes que nada mil disculpas por haber pasado hasta ahora no tenia tiemp de nada pero me hice un espacio para leerte puesto que siempre me has apoyado, dejame decirte que esta historia me encanta, simplemente me fascina, al principio no ocmprendia nada pero poco a poco mi mente fue acomodando las piezas hasta lograr ver que es una gran adaptacion, me encanta la idea de todo, de Seiya, de Darie, de Serena e incluso Artemis, todo es magnifico para mi, no me vpy a parder ningun capitulo, aunque este lejos procurare leerte o hasta que regrese me pondre al dia pero de verdad me gusto mucho la trama, me atrapaste por completo, te felicito, sigue asi, te deseo la mejor de las suertes, tu historia me emociono a tal grado de sentir el frio que siente Serena jajajaja un abrazo nena!
Re: MATRIMONIO DE NEGOCIOS (S/D) WAFF
Yesqui2000: que bueno qe te gusta la historiaa!! esperate a los siguientes capis!
peluches0901: ola amiga!! gracias por pasarte!, mira qe es un honor tenerte por akii.. a sabiendas de qe eres una lady Kou... muchas grcias!! espero seguir contando con tu apoyo!!
Nikitha: amiga coincido contigo,,, pobre serenaa! esta en lugar qe no es para ella.. pero ya veras!!......
Sailor_shiining_star: gracias por seguir al pendiente!
Pam: amiga no te preocupes.. se qe peudo contar contigoo--- se qe es un pokito dificl de asimilar porke es algo diferente.. pero me alegra saber qe te gustoo!
chikas aki esta la actualizacion... espero qe les gustee!
peluches0901: ola amiga!! gracias por pasarte!, mira qe es un honor tenerte por akii.. a sabiendas de qe eres una lady Kou... muchas grcias!! espero seguir contando con tu apoyo!!
Nikitha: amiga coincido contigo,,, pobre serenaa! esta en lugar qe no es para ella.. pero ya veras!!......
Sailor_shiining_star: gracias por seguir al pendiente!
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flakita24- Sailor Outer Scout
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Re: MATRIMONIO DE NEGOCIOS (S/D) WAFF
Capitulo 3
Le he dado un par de galletitas a Artemis, ¿te parece bien?-dijo Darien
-esto… si… gracias-serena tuvo que bajar un poco el edredón para que el pudiera oírla.
-y luego le he dado las buenas noches, le he deseado dulces sueños y le he dicho que lo veremos por la mañana, como tu haces siempre.
La sorpresa le hizo olvidar su turbación y serena se incorporo u lo miro
-¿y cómo narices sabes tú eso?
-bueno, es tu ritual de todas las noches-Darien se sentó para quitarse las botas e el borde de la cama, que crujió y se hundió- te he oído hablar con Charlie cuando estás en la cocina.
Llevaba todo ese tiempo escuchando detrás de la puerta sus monólogos con el perro… ¡y ella sin saberlo! Serena no sabía su sentirse ridícula o sorprendida de que él se hubiera molestado en escuchar
-supongo que me tenias por una tonta sentimental
-no- dijo el mientras se quitaba el grueso suéter de lana- me gusta que le prestes tanta atención.
Le prestaba mucha más atención de al que le prestaba a él. La silenciosa sentencia permaneció suspendida en el aire. Pero cuando Darien se quito la camisa de franela después del suéter, serena se quedo mirando embobada la espalda desnuda de su marido unos instantes, antes de darse cuenta de que debía dejar de mirarlo y meter de nuevo la cabeza bajo el edredón.
Esperaba que Darien no pensara en dormir desnudo, porque en ese caso no sabría como reaccionaria. Pero cuando se aventuro a mirarlo de nuevo vio que se había puesto unas prendas de ropa interior termal similares a las de los escaladores profesionales.
-gracias por sacar a Artemis- le dijo serena
-no hay de qué. Me gustan los perros
El silencio se prolongo y serena trato de aliviar la tensión.
-¿alguna vez habías pensando en tener un perro?-le pregunto, algo fastidiada al notar que le faltaba un poco el aire. Si seguía así, Darien e daría cuanta de lo nerviosa que estaba,
-cuando era niño tuve un perro llamado Basher- le dijo Darien mientras se levantaba y cruzaba la habitación hacia el interruptor de la luz- era el mejor perro del mundo. Jamás pude sustituirlo.
-es lo que siento yo con Artemis
Cuando Darien apago la luz el ruido de la lluvia y el viento parecieron más intensos a oscuras. Serena se estremeció y trato de pensar de nuevo en los perros; mientras Darien regresaba a tientas a la cama.
-nunca pensé que te gustaran los perros- le dijo ella en el mismo tono chillón
-yo podría decir lo mismo de ti- comento Darien- siempre he pensado que Artemis era un perro algo raro para ti- añadió el mientras retiraba las mantas de su lado de la cama. La cama chirrió cuando el colchón se hundió de manera alarmante bajo su peso. Serena tuvo que agarrarse a su lado de la cama para evitar rodar hacia él.
-¿Qué quieres decir con raro?-le pregunto ella, que no quería pensar en que el estaba metiéndose en la cama con ella- no te entiendo
-supongo que estaría pensando ene se viejo dicho de que los perros se parecen a sus dueños… ¿o acaso es al revés?
Palpo la cama en busca de la almohada y movió los hombros para ponerse cómodo.
-te habría imaginado mas como alguien a quien le gustan los gatos. Artemis es un perro estupendo-dijo- pero no le va a tu imagen en absoluto
-¿y cuál es esa imagen?-dijo serena con cierta exasperación
Darien se quedo pensativo
-elegante-dijo por fin- estilosa… y sofisticada. Nada que ver con Artemis la verdad.
-esa es solo mi manera de vestir, no mi modo de ser- dijo serena- ¿Qué importa su Artemis complementa o no mi imagen?
-no lo sé- respondió Darien con tanta calma que resultaba irritante-solo trataba de conversar un rato. Se me ocurrió que así se te olvidaría un poco que estas compartiendo la cama conmigo.
La había ayudado, en verdad, pero al mencionarlo de nuevo serena se puso nerviosa otra vez. No se estaban tocando, pero solo porque serena seguía agarrada a su borde del colchón. Aun así no era capaz de ignorar aquel cuerpo firme y caliente a su lado. Pensó en su noche de bodas y en el miedo que la había paralizado cuando Darien se había vuelto hacia ella, en ese momento había comprendido la barbaridad de su gran error.
Estuvieron un rato en silencio. Serena estaba tumbada boca arriba, y no quería moverse por si le rozaba sin querer; pero le picaba l pie, y tenía las piernas entumecidas de llevar tanto rato en la misma postura, así que las movió un poco, esperando que Darien no se diera cuenta. ¿se habría dormido tal vez?
-espero que no vayas a pasarte toda la noche moviéndote como si tuvieras el baile de San Vito- dijo el de pronto-
-¡no me estoy moviendo como si tuviera el baile de San Vito!- protesto ella- solo intento ponerme cómoda
-creía que estabas cansada
- Y lo estoy, pero me parece que se me ha quitado el sueño, y ahora estoy nerviosa otra vez- serena suspiro- este lugar es tan raro para mi… y encima la tormenta, y tu…
-yo no soy raro, serena-señalo Darien-soy tu marido
-A mi se me hace raro estar en la cama contigo.
Le toco a Darien el turno de estar en la cama contigo.
-puedes relajarte-dijo él con impaciencia- no voy a seducirte. Ya te he dicho que no te voy a tocar; a no ser que me lo pidas, claro está- añadió
A serena le molesto su tono burlón.
-¡no creo que eso ocurra!- le soltó
-bien respondió el- sigue colgada de Seiya. El no lo merece, pero si quieres perder el tiempo penando por un hombre que te trato como lo hizo el, allá tu. Creo que estás loca, pero no voy a gastar saliva tratando de convencerte para que cambies de opinión. Como he dicho, depende de ti, serena. Si decides algún día que deseas un matrimonio como Dios manda, dímelo; pero hasta entonces seguiremos como estamos. No te voy a obligar. Y, sabiendo lo que sientes por Seiya, ni siquiera te deseo. Estas a salvo de mí, serena.
-lo sé- murmuro ella entre dientes, deseando no sentirse tan estúpida como él le hacía sentirse.
-bien. Ha sido un día muy largo; y aunque tú no lo estés, yo estoy agotado. Así que deberíamos tratar de dormir un poco- Darien se dio la vuelta y los resortes de la cama chillaron mientras trataba de encontrar una postura más cómoda- buenas noches
-buenas noches
Serena, que seguía agarrada al borde del colchón se dispuso s dormir como fuera; o al menos a quedarse quieta y tratar de relajarse; pero resultaba muy difícil. Cuando Darien se había metido en la cama la subida de adrenalina la había mantenido en calor, pero en cuanto el había despachado su nerviosismo de un modo tan astringente, el frio empezaba a traspasar las capas de mantas. Por mucho que se tapara hasta el cuello con el edredón, la corriente que se colaba por las rendijas de la ventana extendía sus dedos helados hasta la cama.
Fuera el viento gemía y la lluvia golpeaba con fuerza, la oscuridad era tremenda. Pero no estaba sola; Darien estaba a su lado. Si se conocieran un poco mejor, si fueran amigos y pudiera acurrucarse junto a él y confesarle que tenia frío, que se sentía sola y que estaba asustada…
Un suspiro exasperado surgió en la oscuridad.
-¡por Dios, serena!¡estate quieta!
-tengo frío- dijo ella en tono brusco
Darien protesto entre dientes, se dio vuelta con brusquedad y tiro de serena para abrazarla.
-¿Qué estás haciendo?-protesto ella, a quien su reacción tomo por sorpresa
-estoy intentando dormir un poco- respondió el en un tono tajante que poco tenia que ver con su cuerpo cálido y relajado, - y está claro que no voy a poder si tu no dejas de moverte
-esta claro que tengo motivos para estar tensa- murmuro serena, que cuando se movió para apartarse de Darien acabo acurrucándose más contras el- ¿no dijiste que no me ibas a poner la mano encima?
-me refería a ponerte la mano encima para seducirte- Darien movió el brazo para acoplarlo cómodamente bajo el cuello de serena; con el otro le rodeo la cintura para darle más calor- por si has pensado lo contrario, quiero que sepas que esto no tiene nada que ver con la seducción. Esta no es más que una estrategia para poder dormir bien esta noche. Cuando estemos dormidos nos vamos a juntar lo que queramos o no, así que será mejor que nos vayamos acostumbrando. No podemos pasar toda la noche agarrados al borde del colchón.
Eso era precisamente lo que serena había estado planeando; pero al ver lo calientita que estaba allí junto a él, ya no le pareció tan buena idea.
-no sé si esto es buena idea- protesto finalmente, pero incluso a sus oídos la protesta tenía poca fuerza
-tal vez no, pero ya nos preocuparemos de eso por la mañana- dijo Darien
Su voz profunda, tan cerca de su oído, provoco en ella un inexplicable estremecimiento.
-mientras tanto- continuo en tono seco.- ¿quieres callarte y dormirte ya?
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Serena abrió los ojos y vio frente a ella una pared mugrienta. Adormilada, se dio la vuelta, pero la vista boca arriba no era mucho mejor: un techo igualmente gris y una bombilla desnuda colgando de un cable raído. Kincaillie. Las imágenes de la noche anterior llegaron despacio mientras se sentaba en la cama y se retiraba el pelo revuelto de la cara. El eterno viaje por un paisaje inhóspito y a oscuras, el viento aullando como un demonio, el recorrido a trompicones por aquel interminable y frio pasadizo… o Darien quitándose la camisa y dejando al descubierto su espalda ancha y lisa.
Serena se sorprendió y frunció el ceño. ¿Por qué se acordaba de eso, después de la noche tan traumática que había pasado? Se acordó de cómo Darien había tirado de ella para estrecharla contra su cuerpo fuerte y caliente. Y sin razón aparente, serena sintió que se ponía colorada. No tenía porque avergonzarse. Había estado cansada, helada de frio y muerta de miedo, y no había tenido sentido seguir así.
Le he dado un par de galletitas a Artemis, ¿te parece bien?-dijo Darien
-esto… si… gracias-serena tuvo que bajar un poco el edredón para que el pudiera oírla.
-y luego le he dado las buenas noches, le he deseado dulces sueños y le he dicho que lo veremos por la mañana, como tu haces siempre.
La sorpresa le hizo olvidar su turbación y serena se incorporo u lo miro
-¿y cómo narices sabes tú eso?
-bueno, es tu ritual de todas las noches-Darien se sentó para quitarse las botas e el borde de la cama, que crujió y se hundió- te he oído hablar con Charlie cuando estás en la cocina.
Llevaba todo ese tiempo escuchando detrás de la puerta sus monólogos con el perro… ¡y ella sin saberlo! Serena no sabía su sentirse ridícula o sorprendida de que él se hubiera molestado en escuchar
-supongo que me tenias por una tonta sentimental
-no- dijo el mientras se quitaba el grueso suéter de lana- me gusta que le prestes tanta atención.
Le prestaba mucha más atención de al que le prestaba a él. La silenciosa sentencia permaneció suspendida en el aire. Pero cuando Darien se quito la camisa de franela después del suéter, serena se quedo mirando embobada la espalda desnuda de su marido unos instantes, antes de darse cuenta de que debía dejar de mirarlo y meter de nuevo la cabeza bajo el edredón.
Esperaba que Darien no pensara en dormir desnudo, porque en ese caso no sabría como reaccionaria. Pero cuando se aventuro a mirarlo de nuevo vio que se había puesto unas prendas de ropa interior termal similares a las de los escaladores profesionales.
-gracias por sacar a Artemis- le dijo serena
-no hay de qué. Me gustan los perros
El silencio se prolongo y serena trato de aliviar la tensión.
-¿alguna vez habías pensando en tener un perro?-le pregunto, algo fastidiada al notar que le faltaba un poco el aire. Si seguía así, Darien e daría cuanta de lo nerviosa que estaba,
-cuando era niño tuve un perro llamado Basher- le dijo Darien mientras se levantaba y cruzaba la habitación hacia el interruptor de la luz- era el mejor perro del mundo. Jamás pude sustituirlo.
-es lo que siento yo con Artemis
Cuando Darien apago la luz el ruido de la lluvia y el viento parecieron más intensos a oscuras. Serena se estremeció y trato de pensar de nuevo en los perros; mientras Darien regresaba a tientas a la cama.
-nunca pensé que te gustaran los perros- le dijo ella en el mismo tono chillón
-yo podría decir lo mismo de ti- comento Darien- siempre he pensado que Artemis era un perro algo raro para ti- añadió el mientras retiraba las mantas de su lado de la cama. La cama chirrió cuando el colchón se hundió de manera alarmante bajo su peso. Serena tuvo que agarrarse a su lado de la cama para evitar rodar hacia él.
-¿Qué quieres decir con raro?-le pregunto ella, que no quería pensar en que el estaba metiéndose en la cama con ella- no te entiendo
-supongo que estaría pensando ene se viejo dicho de que los perros se parecen a sus dueños… ¿o acaso es al revés?
Palpo la cama en busca de la almohada y movió los hombros para ponerse cómodo.
-te habría imaginado mas como alguien a quien le gustan los gatos. Artemis es un perro estupendo-dijo- pero no le va a tu imagen en absoluto
-¿y cuál es esa imagen?-dijo serena con cierta exasperación
Darien se quedo pensativo
-elegante-dijo por fin- estilosa… y sofisticada. Nada que ver con Artemis la verdad.
-esa es solo mi manera de vestir, no mi modo de ser- dijo serena- ¿Qué importa su Artemis complementa o no mi imagen?
-no lo sé- respondió Darien con tanta calma que resultaba irritante-solo trataba de conversar un rato. Se me ocurrió que así se te olvidaría un poco que estas compartiendo la cama conmigo.
La había ayudado, en verdad, pero al mencionarlo de nuevo serena se puso nerviosa otra vez. No se estaban tocando, pero solo porque serena seguía agarrada a su borde del colchón. Aun así no era capaz de ignorar aquel cuerpo firme y caliente a su lado. Pensó en su noche de bodas y en el miedo que la había paralizado cuando Darien se había vuelto hacia ella, en ese momento había comprendido la barbaridad de su gran error.
Estuvieron un rato en silencio. Serena estaba tumbada boca arriba, y no quería moverse por si le rozaba sin querer; pero le picaba l pie, y tenía las piernas entumecidas de llevar tanto rato en la misma postura, así que las movió un poco, esperando que Darien no se diera cuenta. ¿se habría dormido tal vez?
-espero que no vayas a pasarte toda la noche moviéndote como si tuvieras el baile de San Vito- dijo el de pronto-
-¡no me estoy moviendo como si tuviera el baile de San Vito!- protesto ella- solo intento ponerme cómoda
-creía que estabas cansada
- Y lo estoy, pero me parece que se me ha quitado el sueño, y ahora estoy nerviosa otra vez- serena suspiro- este lugar es tan raro para mi… y encima la tormenta, y tu…
-yo no soy raro, serena-señalo Darien-soy tu marido
-A mi se me hace raro estar en la cama contigo.
Le toco a Darien el turno de estar en la cama contigo.
-puedes relajarte-dijo él con impaciencia- no voy a seducirte. Ya te he dicho que no te voy a tocar; a no ser que me lo pidas, claro está- añadió
A serena le molesto su tono burlón.
-¡no creo que eso ocurra!- le soltó
-bien respondió el- sigue colgada de Seiya. El no lo merece, pero si quieres perder el tiempo penando por un hombre que te trato como lo hizo el, allá tu. Creo que estás loca, pero no voy a gastar saliva tratando de convencerte para que cambies de opinión. Como he dicho, depende de ti, serena. Si decides algún día que deseas un matrimonio como Dios manda, dímelo; pero hasta entonces seguiremos como estamos. No te voy a obligar. Y, sabiendo lo que sientes por Seiya, ni siquiera te deseo. Estas a salvo de mí, serena.
-lo sé- murmuro ella entre dientes, deseando no sentirse tan estúpida como él le hacía sentirse.
-bien. Ha sido un día muy largo; y aunque tú no lo estés, yo estoy agotado. Así que deberíamos tratar de dormir un poco- Darien se dio la vuelta y los resortes de la cama chillaron mientras trataba de encontrar una postura más cómoda- buenas noches
-buenas noches
Serena, que seguía agarrada al borde del colchón se dispuso s dormir como fuera; o al menos a quedarse quieta y tratar de relajarse; pero resultaba muy difícil. Cuando Darien se había metido en la cama la subida de adrenalina la había mantenido en calor, pero en cuanto el había despachado su nerviosismo de un modo tan astringente, el frio empezaba a traspasar las capas de mantas. Por mucho que se tapara hasta el cuello con el edredón, la corriente que se colaba por las rendijas de la ventana extendía sus dedos helados hasta la cama.
Fuera el viento gemía y la lluvia golpeaba con fuerza, la oscuridad era tremenda. Pero no estaba sola; Darien estaba a su lado. Si se conocieran un poco mejor, si fueran amigos y pudiera acurrucarse junto a él y confesarle que tenia frío, que se sentía sola y que estaba asustada…
Un suspiro exasperado surgió en la oscuridad.
-¡por Dios, serena!¡estate quieta!
-tengo frío- dijo ella en tono brusco
Darien protesto entre dientes, se dio vuelta con brusquedad y tiro de serena para abrazarla.
-¿Qué estás haciendo?-protesto ella, a quien su reacción tomo por sorpresa
-estoy intentando dormir un poco- respondió el en un tono tajante que poco tenia que ver con su cuerpo cálido y relajado, - y está claro que no voy a poder si tu no dejas de moverte
-esta claro que tengo motivos para estar tensa- murmuro serena, que cuando se movió para apartarse de Darien acabo acurrucándose más contras el- ¿no dijiste que no me ibas a poner la mano encima?
-me refería a ponerte la mano encima para seducirte- Darien movió el brazo para acoplarlo cómodamente bajo el cuello de serena; con el otro le rodeo la cintura para darle más calor- por si has pensado lo contrario, quiero que sepas que esto no tiene nada que ver con la seducción. Esta no es más que una estrategia para poder dormir bien esta noche. Cuando estemos dormidos nos vamos a juntar lo que queramos o no, así que será mejor que nos vayamos acostumbrando. No podemos pasar toda la noche agarrados al borde del colchón.
Eso era precisamente lo que serena había estado planeando; pero al ver lo calientita que estaba allí junto a él, ya no le pareció tan buena idea.
-no sé si esto es buena idea- protesto finalmente, pero incluso a sus oídos la protesta tenía poca fuerza
-tal vez no, pero ya nos preocuparemos de eso por la mañana- dijo Darien
Su voz profunda, tan cerca de su oído, provoco en ella un inexplicable estremecimiento.
-mientras tanto- continuo en tono seco.- ¿quieres callarte y dormirte ya?
-----
Serena abrió los ojos y vio frente a ella una pared mugrienta. Adormilada, se dio la vuelta, pero la vista boca arriba no era mucho mejor: un techo igualmente gris y una bombilla desnuda colgando de un cable raído. Kincaillie. Las imágenes de la noche anterior llegaron despacio mientras se sentaba en la cama y se retiraba el pelo revuelto de la cara. El eterno viaje por un paisaje inhóspito y a oscuras, el viento aullando como un demonio, el recorrido a trompicones por aquel interminable y frio pasadizo… o Darien quitándose la camisa y dejando al descubierto su espalda ancha y lisa.
Serena se sorprendió y frunció el ceño. ¿Por qué se acordaba de eso, después de la noche tan traumática que había pasado? Se acordó de cómo Darien había tirado de ella para estrecharla contra su cuerpo fuerte y caliente. Y sin razón aparente, serena sintió que se ponía colorada. No tenía porque avergonzarse. Había estado cansada, helada de frio y muerta de miedo, y no había tenido sentido seguir así.
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Re: MATRIMONIO DE NEGOCIOS (S/D) WAFF
Primerita!! amiga! me gusto el capitulo... pero mi Darien jaja es un buen hombre mira nada mas que abrazando a Serena para que no le de frio... uy aca donde vivo uuf hace un frio terrible por que no me mandas un Darien a mi?? esto se esta poniendo interesante
Re: MATRIMONIO DE NEGOCIOS (S/D) WAFF
wow ahi quedo???? eres mala mi flakita jajajjajaj, me encanto y estare al pendiente del proximo, de deseo mucha suerte te quiero amiga besos!!!
Re: MATRIMONIO DE NEGOCIOS (S/D) WAFF
Nikitha escribió:Primerita!! amiga! me gusto el capitulo... pero mi Darien jaja es un buen hombre mira nada mas que abrazando a Serena para que no le de frio... uy aca donde vivo uuf hace un frio terrible por que no me mandas un Darien a mi?? esto se esta poniendo interesante
Amigaa!! asi es nuestro Darien es un hombre tan pero taaaan buenooo... en todo la extension de la palabraa! jajajja... me gustaria mandarteloo pero fijatee qe esta ocupadooo jajjaja! ntk... te llegara en estafetaaa! jajaj.....espero seguir viendote por akii y gracias por tu apoyo!!
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peluches0901 escribió:wow ahi quedo???? eres mala mi flakita jajajjajaj, me encanto y estare al pendiente del proximo, de deseo mucha suerte te quiero amiga besos!!!
jajaja es qe es para dejarlas picadas! jajjaa ntC! gracias por tu apoyo!! se qe ahora eres tu la qe se encuentra en la situacion en la qe estabaa! atrapada en fic donde tu gran amor no es el protagonista!! y por esooo eres megaaa especial!!! gracias nuevamente por tu apoyo!!!
flakita24- Sailor Outer Scout
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ME ENCANTO TU FIC ESTA GENIAL!!!!! ME DEJO PICADA!!!!
ACTUALIZA PRONTO!!!!
ACTUALIZA PRONTO!!!!
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Capitulo 4
Serena saco la mano para mirar la hora en su reloj de pulsera e hizo una mueca al ver lo tarde que era y el frio que hacía ya. Retirar las mantas y sentarse en la cama le costó muchísimo, y se estremeció de nuevo mientras buscaba en su maleta y sacaba un chaleco de lana y otro par de calcetines.
Le llego el aroma a café recién hecho cuando avanzaba por el pasillo hacia la cocina; el frio del suelo de piedra penetraba incluso los dos pares de calcetines. El olor a café le recordó la tienda italiana donde se juntaba a tomar café con sus amigas…o donde solía, rectifico. No había acogedoras cafeterías en kincaillie, ni amigos con los que quedar.
A la luz del día la cocina era aun más deprimente que la noche anterior. Serena suspiró. La puerta de la cocina estaba abierta, pero cuando fue a cerrarla se dio cuenta que hacia tanto frio allí como fuera. La puerta se abría a un jardín amurallado, tan desarreglado y salvaje como todo lo demás en Kincaillie. Más allá de la pared del fondo se veía lo que parecía ser un pequeño bosque. Darien estaba en un camino de ladrillo con una taza de café en la mano, observando a Artemis. El animal sintió su presencia, levanto la cabeza y empezó a ladrar en señal de bienvenida antes de ir hacia ella, meneando la cola como un loco. Serena no pudo evitar echarse a reír mientras se agachaba a recibir su saludo, sin dejar de sonreír serena levanto la vista y vio que Darien se había dado la vuelva y los observaba a los dos con una expresión que le acelero el pulso.
-buenos días- dijo ella con timidez mientras se ponía de pie.
No habían hecho algo para que ella sintiera esa timidez, pero el recuero de estar tumbada a su lado, de sentir su respiración, se le antojo asombroso en la fresca mañana.
-buenos días- Darien se acerco a ellos- veo que has conseguido dormir un poco
-sí, gracias- dijo serena en tono forzado
Había dormido tan profundamente que ni siquiera se había despertado cuando él se había levantado; en ese momento no sabía si esa era buena o mala señal
-¿llevas mucho rato levantado?
-no mucho- Darien parecía sentirse tan incomodo como ella- prepare un poco de café, y luego Artemis quiso salir un rato.
-parece que se lo está pasando muy bien aquí- dijo ella mientras Artemis iba de un lado a otro
-si
De pronto se hizo un silencio tenso y ridículo
-el agua ya debe de estar lo suficientemente caliente para que te des un baño, si te apetece- dijo Darien pasado un momento- he encendido el calentador
-ay gracias-serena se debatía entre el deseo de darse un baño y la desgana de tener que limpiar tanto primero; porque solo de pensar en lo sucio que estaba el baño se ponía a temblar.
-¿esto… quieres echarle un ojo a Artemis mientras me baño?
-claro, pero apenas necesita vigilancia. No hay ninguna carretera transitada por aquí que pueda cruzar. Ahora ya no tienes que preocuparte por él.
-no-dijo serena, pensando que la proximidad a una carretera transitada había significado también que estaban cerca de la calefacción central, de cañerías bien instaladas y nuevas, de un horno que funcionaba a las mil maravillas y de otras comodidades de la vida moderna que había pasado de largo en Kincaillie- supongo que no
Con suéter azul marino y vaqueros, Darien parecía ajeno al frio y dijo que esperaría fuera terminándose el café mientras serena entraba a ocuparse del baño. Ella se sirvió una taza de café caliente y azucarado, y encontró unos guantes y un bote de jabón. Darien había sugerido que llevaran algunos productos de limpieza, y serena entendió porque.
Se llevo la taza al baño y se preparo para lo peor; pero al abrir la puerta se quedo asombrada. El suelo estaba fregado, y la bañera, limpia de los escombros y suciedad que había visto la noche anterior. Seguía manchada y agrietada por los años que tenia, pero estaba limpia. Darien debía haberlo limpiado todo mientras ella dormía.
Serena se quedo mirando, abrió la llave del agua caliente y puso la mano debajo hasta estar segura de que salía a la temperatura adecuada. Lleno la bañera hasta el borde y se metió en el agua caliente. Tal vez todo estuviera mugriento, pero al menos sentía calor de nuevo. Eso era lo que importaba.
Cuando finalmente volvió a la cocina. Serena se encontraba mucho mejor. Se había lavado y secado el pelo y se había puesto unos pantalones negros y su suéter favorito.
Darien estaba de rodillas delante de la enorme cocina, con la cara fruncida del esfuerzo mientras metía el brazo por la portezuela; pero al oír a serena volvió la cabeza. Algo repentino brillo en sus ojos, un destello que desapareció con la rapidez con que había aparecido.
-¿mejor?-le pregunto él
-mucho mejor-respondió-gracias por limpiar el baño-añadió
El encogió el hombro como si le diera vergüenza.
-pensé que tal vez querrías darte un baño cuanto te levantaras-respondió en tono seco- las condiciones de la casa son peores de lo que yo recordaba.
-he pensado en hacer mas café, ¿quieres un poco?-le dijo serena
-gracias-Darien se puso de pie, se sacudió el polvo de las manos
-¿Qué estás haciendo?-le pregunto ella mientras sacaba el café de la caja de las provisiones
-quiero ver su enciendo este fogón- respondió el con vaguedad-nos dará mucho calor y podremos cocinar en el
Tal vez el, pero serena no lograba imaginar cómo iba a cocinar un huevo allí. Lo observo impresionada
-¿Dónde aprendiste a hacer eso?
-me crie en el campo-le dijo él, gruñendo del esfuerzo-teníamos un fogón en la cocina. No era tan viejo como este, pero supongo que el funcionamiento es el mismo…¡Ah, ya esta!-dijo con satisfacción, y saco de nuevo el brazo
Serena tampoco había conocido hasta entonces esa faceta de él.
-no sabía que fueras un chico de campo-dijo ella- ¿has vivido en Escocia?
-No-Darien se limpio las manos- mi padre se fue a vivir a Inglaterra de joven y jamás volvió a vivir aquí
El hombre que en ese momento se lavaba las manos en el fregadero no tenía nada que ver con el hombre de negocios de expresión inquebrantable que con tanta eficacia le había hecho chantaje para que se casara con él.
-cuando termine con esto, te enseño la propiedad-dijo él mientras tomaba unas rebanadas de pan y mermelada con el café-Kincaillie es ahora tu hogar, así que será mejor que empieces a conocerlo.
¿Cómo podría ser aquello su hogar? Serena pensaba mientras iba caminando detrás de Darien por los pasadizos del castillo. Artemis caminaba con interés detrás de ellos. Subieron y bajaron una variedad de escaleras y salieron y entraron de infinidad de habitaciones. No todas estaban tan mal como el gran salón, pero todas eran igualmente tristes.
Los daños causados por las goteras del tejado y años de abandono general eran claros y deprimentes, y a Serena le sorprendió el afecto con el que hablaba Darien mientras pasaba la mano por un trabaja de mampostería, o al señalar una vista desde una de las ventanas; casi como si no viera la humedad, el polvo y los escombros. Aunque ella hiciera muecas de asco al ver el moho en las paredes, o hierros oxidados, el aprecia capaz de imaginar las habitaciones como habían sido en su día, cuando Kincaillie había sido una mansión donde se vivía y trabajaba, en lugar de un edificio medio en ruinas.
Algunas de esas habitaciones aun conservaban piezas de mobiliario cubiertas con sabanas para protegerlas del polvo, y en una de ellas había la cabeza de un ciervo pudriéndose en la pared; pero aparte de eso el lugar estaba vacio.
-¿Qué paso con las cosas?-le pregunto serena mientras levantaba una sabana y descubría una enorme mesa de madera con gruesas patas labradas.
-cuando mi tío abuelo finalmente entro en un asilo, su hijo guardo en un almacén todos los cuadros, la plata y los mejores muebles. Yo los voy a traer. Pero primero tenemos que hacer algunos arreglos.
-¿algunos arreglos?-serena dejo caerla sabana, se puso derecha y lo miro-¡Darien, este sitio esta prácticamente en ruinas!-extendió un brazo para abarcar el esplendor que los años habían desmoronado-podríamos tardar toda una eternidad en arreglarlo.
Darien se encogió de hombros
-si hay algo que me sobra ahora, es tiempo
-¿pero tienes dinero? Costara una fortuna arreglar una pequeña parte de lo que aquí hace falta
-lo se-respondió el, imperturbable-he ganado mucho dinero vendiendo mis negocios, pero no tengo intención de gastarlo innecesariamente. También tengo que pensar en el impuesto de transmisión, y como he hecho algunas inversiones para el futuro, no dispongo de fondos sin límite para arreglar Kincaillie. Por eso mi idea es reparar yo todo lo posible.
Ella lo miro con la boca abierta
-no lo diras en serio, ¿verdad?
-por supuesto que lo digo en serio- le dijo el en tono irritable-¿Por qué no?
-¿pero como vas a saber lo que hacer?
Darien se encogió de hombros
-yo siempre he estado en el negocio de la construcción-le recordó
A serena le costo imaginarse al elegante ejecutivo que ella conocía realizando pesados trabajos de albañilería. También le agobiaba la idea de que el tendría un cuarto de millón de dólares mas para las obras de Kincaillie si no hubiera tenido que gastarlos para pagar las deudas que Seiya le había dejado.
-siempre te imagine en un despacho, cerrando tratos, buscando negocios-dijo ella
-últimamente no pasaba mucho rato en los solares en construcción, eso es cierto-respondió Darien- pero empecé en el negocio construyendo mis propiedades, explotándolas y vendiéndolas después. Estoy deseando volver al trabajo manual.
Miro a su alrededor con mirada especulativa, como si estuviera pensando como empezar.
-no puedo hacerlo todo, por supuesto. El tejado es lo que mas va a costar, pero es muy importante para que deje de entrar agua lo antes posible, así que he buscado maestros de obras que van a venir en un par de semanas a repararlo; y buscare otros contratistas para hacer toda la instalación eléctrica nueva, resistente al agua y la humedad. Pero los trabajos de enyesado, de mampostería y todo lo demás lo puedo hacer yo.
-creo que es una autentica locura-dijo serena con franqueza-incluso teniendo dinero para que otra persona hiciera todo lo demás, seguiría pareciéndome una locura; pero pensar en hacerlo tu solo…- serena sacudió su cabeza, aturdida por la enormidad de la tarea que el se había impuesto- mas que una locura, me parece una irresponsabilidad.
-¿en que sentido?-el entusiasmo que había mostrado Darien al hacer el recorrido del castillo se transformo de nuevo en frialdad
-es un gran riesgo, y lo sabes muy bien
-me gustan los riesgos
La calma y la seguridad en si mismo que mostraba Darien la fastidiaban. Un hombre que, como el, se negaba a aceptar sus propias limitaciones tenían un punto de arrogante.
-¿y que se supone que voy a hacer yo mientras tu malgastas tu vida y tu tiempo en un proyecto ridículo como este?
-¿Qué te parece si me ayudas?- le sugirió el con sarcasmo
La hostilidad de aquellos cinco meses regreso con fuerza, como si la tregua tacita de la noche anterior se hubiera desvanecido tras los muros de piedra. Los ojos azul intenso de Darien reflejaban de nuevo calma, pero serena lo miro con expresión desafiante.
-¿y que voy a hacer?- le pregunto- no se nada de albañilería. Puedo hace run proyecto de decoración fabuloso, pero pasaría mucho tiempo hasta que pudiéramos sentarnos en telas y colores, aunque trajeras una cuadrilla de albañiles a trabajar aquí.
Darien no se inmuto.
-hay mucho trabajo básico por hacer. Uno no tiene que ser profesional para sacar lo escombros de una habitación; y podrías aprender a enyesar y poner azulejos. También hay un jardín que limpiar y adecentar. Creo que hay muchísimas cosas que hacer si pones todo tu empeño.
-¡no sabia que hacer tareas tan duras fuera parte de nuestro trato!-exclamo serena en tono cortante, antes de sujetarse la lengua
Darien empezaba a mostrar ese gesto inconsciente que anunciaba peligro, visible en la tensión de su mentón y la palidez de sus mejillas
-nuestro trato-dijo en tono desagradable-fue el matrimonio. Tú eres mi esposa y lo que espero de ti es que compartas conmigo este proyecto. Creo que podríamos estar juntos en esto.
-pero no lo hemos hablado primero, ¿verdad? Has sido tu el que ha decidido viniste aquí, aunque sabias que este seria el ultimo sitio d ela tierra donde yo me vendría a vivir
-y fuiste tu la que quisiste venir conmigo-dijo Darien con tanta dureza como la de su expresión
-ya sabes porque…-empezó a decir serena a la defensiva
Pero el la interrumpió con gesto despreciativo
-las razones no importan. Tomaste una decisión serena-dijo Darien-ahora debes de aceptar las consecuencias.
Aceptar las consecuencias. Serena se encogió de hombros y se subió el cuello de la cazadora para sacar a Artemis a dar un paseo, dejando a Darien solo para que empezara la limpieza en al cocina y pudiera sacar las cosas de las cajas.
Después de aquella desagradable conversación habían cortado la visita del castillo. Aun había un montón de habitaciones en el ático por explorar, pero de momento serena había visto suficiente. No le sorprendía en absoluto que el terrateniente anterior hubiera decidió emigrar. Con pesar se dijo que nadie con dos dedos de frente querría establecer allí su hogar.
Kincaillie era un sitio horrible, un montón de piedras viejas medio podridas. Y ella iba a tener que aceptar las consecuencias de la decisión de irse allí con el.
Serena se metió las manos en los bolsillos y avanzo detrás de Artemis, pensando que necesitaba estar un rato a solas.
El viento le despeinaba sus dos coletas, tapándole la cara y obligándola a entrecerrar los ojos. La luminosidad de la mañana había quedado deslucida por unas nubes bajas y oscuras, y aunque no llovía exactamente, caía una lluvia finísima que se mezclaba con la neblina y se pegaba a la piel.
No tardo en cruzar el promontorio cubierto de hierbas y pedruscos hasta llegar a la playa. Artemis se quedo encantado al descubrirla, y corrió derecho a zambullirse en el agua. Le encantaba el mar, y si serena le dejara, se pasaría horas jugueteando entre las olas.
Ella avanzo despacio entre piedras y rocas hasta legra a la orilla; echo a andar por la playa. Al final de la playa serena se sentó en una roca cubierta de líquenes para observar los juegos de Artemis. Darien no se había equivocado al decir que al perro le chiflaría Kincaillie. Se retiro el pelo de la cara como pudo y aspiro el aire marino cargado de salitre, que olía a algas ya al arbusto de las colinas. El mar de color gris estaba picado con la enérgica brisa que soplaba.
Las aves marinas revoloteaban sobre las rocas, chillando mientras describían círculos en el aire, pero serena no reconoció ninguna de ellas. En realidad no reconocía nada de allí, el adusto castillo a sus espaldas, con sus montes y amenazantes y melancólicos, las islas distantes envueltas en misteriosas neblinas, aquella extraña playa rosácea, el silencio, solo roto por el aullar de l viento y los graznidos y agudos chillidos de los pájaros a su alrededor…
Le costaba imaginarse un lugar que se pareciera menos al centro de Tokio, con su publico, sus tiendas y sus restaurantes. Esa si que era su casa, su hogar, no aquel.
Serena se sintió diminuta, y muy sola, y de pronto se le vino el mundo encima. ¿Qué estaba haciendo allí? Ella debería de estar en su preciosa casita o en el trabajo recibiendo a sus clientes, ajeando muestras de telas y de papel pintado, o elaborando diseños. Debería estar almorzando con una amiga, o bajando a la tienda italiana de productos gourmet a comprar un poco de aquel queso tan rico que vendían. Debería estar esperando una velada especial, preparándose para recibir a Seiya en casa, y sabiendo que tenían por delante una noche maravillosa, toda una vida en común.
Debería de estar planeando su boda; y debería sentirse feliz.
En lugar de todo eso, estaba ahí encerrada en Kincaillie con un hombre que no la amaba; que ni siquiera la deseaba
Serena saco la mano para mirar la hora en su reloj de pulsera e hizo una mueca al ver lo tarde que era y el frio que hacía ya. Retirar las mantas y sentarse en la cama le costó muchísimo, y se estremeció de nuevo mientras buscaba en su maleta y sacaba un chaleco de lana y otro par de calcetines.
Le llego el aroma a café recién hecho cuando avanzaba por el pasillo hacia la cocina; el frio del suelo de piedra penetraba incluso los dos pares de calcetines. El olor a café le recordó la tienda italiana donde se juntaba a tomar café con sus amigas…o donde solía, rectifico. No había acogedoras cafeterías en kincaillie, ni amigos con los que quedar.
A la luz del día la cocina era aun más deprimente que la noche anterior. Serena suspiró. La puerta de la cocina estaba abierta, pero cuando fue a cerrarla se dio cuenta que hacia tanto frio allí como fuera. La puerta se abría a un jardín amurallado, tan desarreglado y salvaje como todo lo demás en Kincaillie. Más allá de la pared del fondo se veía lo que parecía ser un pequeño bosque. Darien estaba en un camino de ladrillo con una taza de café en la mano, observando a Artemis. El animal sintió su presencia, levanto la cabeza y empezó a ladrar en señal de bienvenida antes de ir hacia ella, meneando la cola como un loco. Serena no pudo evitar echarse a reír mientras se agachaba a recibir su saludo, sin dejar de sonreír serena levanto la vista y vio que Darien se había dado la vuelva y los observaba a los dos con una expresión que le acelero el pulso.
-buenos días- dijo ella con timidez mientras se ponía de pie.
No habían hecho algo para que ella sintiera esa timidez, pero el recuero de estar tumbada a su lado, de sentir su respiración, se le antojo asombroso en la fresca mañana.
-buenos días- Darien se acerco a ellos- veo que has conseguido dormir un poco
-sí, gracias- dijo serena en tono forzado
Había dormido tan profundamente que ni siquiera se había despertado cuando él se había levantado; en ese momento no sabía si esa era buena o mala señal
-¿llevas mucho rato levantado?
-no mucho- Darien parecía sentirse tan incomodo como ella- prepare un poco de café, y luego Artemis quiso salir un rato.
-parece que se lo está pasando muy bien aquí- dijo ella mientras Artemis iba de un lado a otro
-si
De pronto se hizo un silencio tenso y ridículo
-el agua ya debe de estar lo suficientemente caliente para que te des un baño, si te apetece- dijo Darien pasado un momento- he encendido el calentador
-ay gracias-serena se debatía entre el deseo de darse un baño y la desgana de tener que limpiar tanto primero; porque solo de pensar en lo sucio que estaba el baño se ponía a temblar.
-¿esto… quieres echarle un ojo a Artemis mientras me baño?
-claro, pero apenas necesita vigilancia. No hay ninguna carretera transitada por aquí que pueda cruzar. Ahora ya no tienes que preocuparte por él.
-no-dijo serena, pensando que la proximidad a una carretera transitada había significado también que estaban cerca de la calefacción central, de cañerías bien instaladas y nuevas, de un horno que funcionaba a las mil maravillas y de otras comodidades de la vida moderna que había pasado de largo en Kincaillie- supongo que no
Con suéter azul marino y vaqueros, Darien parecía ajeno al frio y dijo que esperaría fuera terminándose el café mientras serena entraba a ocuparse del baño. Ella se sirvió una taza de café caliente y azucarado, y encontró unos guantes y un bote de jabón. Darien había sugerido que llevaran algunos productos de limpieza, y serena entendió porque.
Se llevo la taza al baño y se preparo para lo peor; pero al abrir la puerta se quedo asombrada. El suelo estaba fregado, y la bañera, limpia de los escombros y suciedad que había visto la noche anterior. Seguía manchada y agrietada por los años que tenia, pero estaba limpia. Darien debía haberlo limpiado todo mientras ella dormía.
Serena se quedo mirando, abrió la llave del agua caliente y puso la mano debajo hasta estar segura de que salía a la temperatura adecuada. Lleno la bañera hasta el borde y se metió en el agua caliente. Tal vez todo estuviera mugriento, pero al menos sentía calor de nuevo. Eso era lo que importaba.
Cuando finalmente volvió a la cocina. Serena se encontraba mucho mejor. Se había lavado y secado el pelo y se había puesto unos pantalones negros y su suéter favorito.
Darien estaba de rodillas delante de la enorme cocina, con la cara fruncida del esfuerzo mientras metía el brazo por la portezuela; pero al oír a serena volvió la cabeza. Algo repentino brillo en sus ojos, un destello que desapareció con la rapidez con que había aparecido.
-¿mejor?-le pregunto él
-mucho mejor-respondió-gracias por limpiar el baño-añadió
El encogió el hombro como si le diera vergüenza.
-pensé que tal vez querrías darte un baño cuanto te levantaras-respondió en tono seco- las condiciones de la casa son peores de lo que yo recordaba.
-he pensado en hacer mas café, ¿quieres un poco?-le dijo serena
-gracias-Darien se puso de pie, se sacudió el polvo de las manos
-¿Qué estás haciendo?-le pregunto ella mientras sacaba el café de la caja de las provisiones
-quiero ver su enciendo este fogón- respondió el con vaguedad-nos dará mucho calor y podremos cocinar en el
Tal vez el, pero serena no lograba imaginar cómo iba a cocinar un huevo allí. Lo observo impresionada
-¿Dónde aprendiste a hacer eso?
-me crie en el campo-le dijo él, gruñendo del esfuerzo-teníamos un fogón en la cocina. No era tan viejo como este, pero supongo que el funcionamiento es el mismo…¡Ah, ya esta!-dijo con satisfacción, y saco de nuevo el brazo
Serena tampoco había conocido hasta entonces esa faceta de él.
-no sabía que fueras un chico de campo-dijo ella- ¿has vivido en Escocia?
-No-Darien se limpio las manos- mi padre se fue a vivir a Inglaterra de joven y jamás volvió a vivir aquí
El hombre que en ese momento se lavaba las manos en el fregadero no tenía nada que ver con el hombre de negocios de expresión inquebrantable que con tanta eficacia le había hecho chantaje para que se casara con él.
-cuando termine con esto, te enseño la propiedad-dijo él mientras tomaba unas rebanadas de pan y mermelada con el café-Kincaillie es ahora tu hogar, así que será mejor que empieces a conocerlo.
¿Cómo podría ser aquello su hogar? Serena pensaba mientras iba caminando detrás de Darien por los pasadizos del castillo. Artemis caminaba con interés detrás de ellos. Subieron y bajaron una variedad de escaleras y salieron y entraron de infinidad de habitaciones. No todas estaban tan mal como el gran salón, pero todas eran igualmente tristes.
Los daños causados por las goteras del tejado y años de abandono general eran claros y deprimentes, y a Serena le sorprendió el afecto con el que hablaba Darien mientras pasaba la mano por un trabaja de mampostería, o al señalar una vista desde una de las ventanas; casi como si no viera la humedad, el polvo y los escombros. Aunque ella hiciera muecas de asco al ver el moho en las paredes, o hierros oxidados, el aprecia capaz de imaginar las habitaciones como habían sido en su día, cuando Kincaillie había sido una mansión donde se vivía y trabajaba, en lugar de un edificio medio en ruinas.
Algunas de esas habitaciones aun conservaban piezas de mobiliario cubiertas con sabanas para protegerlas del polvo, y en una de ellas había la cabeza de un ciervo pudriéndose en la pared; pero aparte de eso el lugar estaba vacio.
-¿Qué paso con las cosas?-le pregunto serena mientras levantaba una sabana y descubría una enorme mesa de madera con gruesas patas labradas.
-cuando mi tío abuelo finalmente entro en un asilo, su hijo guardo en un almacén todos los cuadros, la plata y los mejores muebles. Yo los voy a traer. Pero primero tenemos que hacer algunos arreglos.
-¿algunos arreglos?-serena dejo caerla sabana, se puso derecha y lo miro-¡Darien, este sitio esta prácticamente en ruinas!-extendió un brazo para abarcar el esplendor que los años habían desmoronado-podríamos tardar toda una eternidad en arreglarlo.
Darien se encogió de hombros
-si hay algo que me sobra ahora, es tiempo
-¿pero tienes dinero? Costara una fortuna arreglar una pequeña parte de lo que aquí hace falta
-lo se-respondió el, imperturbable-he ganado mucho dinero vendiendo mis negocios, pero no tengo intención de gastarlo innecesariamente. También tengo que pensar en el impuesto de transmisión, y como he hecho algunas inversiones para el futuro, no dispongo de fondos sin límite para arreglar Kincaillie. Por eso mi idea es reparar yo todo lo posible.
Ella lo miro con la boca abierta
-no lo diras en serio, ¿verdad?
-por supuesto que lo digo en serio- le dijo el en tono irritable-¿Por qué no?
-¿pero como vas a saber lo que hacer?
Darien se encogió de hombros
-yo siempre he estado en el negocio de la construcción-le recordó
A serena le costo imaginarse al elegante ejecutivo que ella conocía realizando pesados trabajos de albañilería. También le agobiaba la idea de que el tendría un cuarto de millón de dólares mas para las obras de Kincaillie si no hubiera tenido que gastarlos para pagar las deudas que Seiya le había dejado.
-siempre te imagine en un despacho, cerrando tratos, buscando negocios-dijo ella
-últimamente no pasaba mucho rato en los solares en construcción, eso es cierto-respondió Darien- pero empecé en el negocio construyendo mis propiedades, explotándolas y vendiéndolas después. Estoy deseando volver al trabajo manual.
Miro a su alrededor con mirada especulativa, como si estuviera pensando como empezar.
-no puedo hacerlo todo, por supuesto. El tejado es lo que mas va a costar, pero es muy importante para que deje de entrar agua lo antes posible, así que he buscado maestros de obras que van a venir en un par de semanas a repararlo; y buscare otros contratistas para hacer toda la instalación eléctrica nueva, resistente al agua y la humedad. Pero los trabajos de enyesado, de mampostería y todo lo demás lo puedo hacer yo.
-creo que es una autentica locura-dijo serena con franqueza-incluso teniendo dinero para que otra persona hiciera todo lo demás, seguiría pareciéndome una locura; pero pensar en hacerlo tu solo…- serena sacudió su cabeza, aturdida por la enormidad de la tarea que el se había impuesto- mas que una locura, me parece una irresponsabilidad.
-¿en que sentido?-el entusiasmo que había mostrado Darien al hacer el recorrido del castillo se transformo de nuevo en frialdad
-es un gran riesgo, y lo sabes muy bien
-me gustan los riesgos
La calma y la seguridad en si mismo que mostraba Darien la fastidiaban. Un hombre que, como el, se negaba a aceptar sus propias limitaciones tenían un punto de arrogante.
-¿y que se supone que voy a hacer yo mientras tu malgastas tu vida y tu tiempo en un proyecto ridículo como este?
-¿Qué te parece si me ayudas?- le sugirió el con sarcasmo
La hostilidad de aquellos cinco meses regreso con fuerza, como si la tregua tacita de la noche anterior se hubiera desvanecido tras los muros de piedra. Los ojos azul intenso de Darien reflejaban de nuevo calma, pero serena lo miro con expresión desafiante.
-¿y que voy a hacer?- le pregunto- no se nada de albañilería. Puedo hace run proyecto de decoración fabuloso, pero pasaría mucho tiempo hasta que pudiéramos sentarnos en telas y colores, aunque trajeras una cuadrilla de albañiles a trabajar aquí.
Darien no se inmuto.
-hay mucho trabajo básico por hacer. Uno no tiene que ser profesional para sacar lo escombros de una habitación; y podrías aprender a enyesar y poner azulejos. También hay un jardín que limpiar y adecentar. Creo que hay muchísimas cosas que hacer si pones todo tu empeño.
-¡no sabia que hacer tareas tan duras fuera parte de nuestro trato!-exclamo serena en tono cortante, antes de sujetarse la lengua
Darien empezaba a mostrar ese gesto inconsciente que anunciaba peligro, visible en la tensión de su mentón y la palidez de sus mejillas
-nuestro trato-dijo en tono desagradable-fue el matrimonio. Tú eres mi esposa y lo que espero de ti es que compartas conmigo este proyecto. Creo que podríamos estar juntos en esto.
-pero no lo hemos hablado primero, ¿verdad? Has sido tu el que ha decidido viniste aquí, aunque sabias que este seria el ultimo sitio d ela tierra donde yo me vendría a vivir
-y fuiste tu la que quisiste venir conmigo-dijo Darien con tanta dureza como la de su expresión
-ya sabes porque…-empezó a decir serena a la defensiva
Pero el la interrumpió con gesto despreciativo
-las razones no importan. Tomaste una decisión serena-dijo Darien-ahora debes de aceptar las consecuencias.
Aceptar las consecuencias. Serena se encogió de hombros y se subió el cuello de la cazadora para sacar a Artemis a dar un paseo, dejando a Darien solo para que empezara la limpieza en al cocina y pudiera sacar las cosas de las cajas.
Después de aquella desagradable conversación habían cortado la visita del castillo. Aun había un montón de habitaciones en el ático por explorar, pero de momento serena había visto suficiente. No le sorprendía en absoluto que el terrateniente anterior hubiera decidió emigrar. Con pesar se dijo que nadie con dos dedos de frente querría establecer allí su hogar.
Kincaillie era un sitio horrible, un montón de piedras viejas medio podridas. Y ella iba a tener que aceptar las consecuencias de la decisión de irse allí con el.
Serena se metió las manos en los bolsillos y avanzo detrás de Artemis, pensando que necesitaba estar un rato a solas.
El viento le despeinaba sus dos coletas, tapándole la cara y obligándola a entrecerrar los ojos. La luminosidad de la mañana había quedado deslucida por unas nubes bajas y oscuras, y aunque no llovía exactamente, caía una lluvia finísima que se mezclaba con la neblina y se pegaba a la piel.
No tardo en cruzar el promontorio cubierto de hierbas y pedruscos hasta llegar a la playa. Artemis se quedo encantado al descubrirla, y corrió derecho a zambullirse en el agua. Le encantaba el mar, y si serena le dejara, se pasaría horas jugueteando entre las olas.
Ella avanzo despacio entre piedras y rocas hasta legra a la orilla; echo a andar por la playa. Al final de la playa serena se sentó en una roca cubierta de líquenes para observar los juegos de Artemis. Darien no se había equivocado al decir que al perro le chiflaría Kincaillie. Se retiro el pelo de la cara como pudo y aspiro el aire marino cargado de salitre, que olía a algas ya al arbusto de las colinas. El mar de color gris estaba picado con la enérgica brisa que soplaba.
Las aves marinas revoloteaban sobre las rocas, chillando mientras describían círculos en el aire, pero serena no reconoció ninguna de ellas. En realidad no reconocía nada de allí, el adusto castillo a sus espaldas, con sus montes y amenazantes y melancólicos, las islas distantes envueltas en misteriosas neblinas, aquella extraña playa rosácea, el silencio, solo roto por el aullar de l viento y los graznidos y agudos chillidos de los pájaros a su alrededor…
Le costaba imaginarse un lugar que se pareciera menos al centro de Tokio, con su publico, sus tiendas y sus restaurantes. Esa si que era su casa, su hogar, no aquel.
Serena se sintió diminuta, y muy sola, y de pronto se le vino el mundo encima. ¿Qué estaba haciendo allí? Ella debería de estar en su preciosa casita o en el trabajo recibiendo a sus clientes, ajeando muestras de telas y de papel pintado, o elaborando diseños. Debería estar almorzando con una amiga, o bajando a la tienda italiana de productos gourmet a comprar un poco de aquel queso tan rico que vendían. Debería estar esperando una velada especial, preparándose para recibir a Seiya en casa, y sabiendo que tenían por delante una noche maravillosa, toda una vida en común.
Debería de estar planeando su boda; y debería sentirse feliz.
En lugar de todo eso, estaba ahí encerrada en Kincaillie con un hombre que no la amaba; que ni siquiera la deseaba
flakita24- Sailor Outer Scout
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Re: MATRIMONIO DE NEGOCIOS (S/D) WAFF
eternal_sailor_cosmos escribió:ME ENCANTO TU FIC ESTA GENIAL!!!!! ME DEJO PICADA!!!!
ACTUALIZA PRONTO!!!!
ola bienvenida.. qe bueno qe te haya gustadoo.. aki hay un nuevo capitulo
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