Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
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Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
Serenity!!!
Eeeeeeeehhhh fui la primera en comentar
Como siempre un capitulo lleno de emoción, intriga, amor!!! Aaaaa que bueno que no le paso nada grave a Seiya :[NOSERENA]:
Muchas gracias por compartirlo creeme que espera con ansias este capitulo y espero también puedas actualizar pronto "mas alla de las estrellas"
Oficialmente me declaro tu fan!!!
Muchas gracias por este hermoso capitulo!!!
ACTUALIZA PRONTO!!! Por favor!!!
Saludos!!
Eeeeeeeehhhh fui la primera en comentar
Como siempre un capitulo lleno de emoción, intriga, amor!!! Aaaaa que bueno que no le paso nada grave a Seiya :[NOSERENA]:
Muchas gracias por compartirlo creeme que espera con ansias este capitulo y espero también puedas actualizar pronto "mas alla de las estrellas"
Oficialmente me declaro tu fan!!!
Muchas gracias por este hermoso capitulo!!!
ACTUALIZA PRONTO!!! Por favor!!!
Saludos!!
MaRyMG- Sailor Scout
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Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
muy bueno felicito a la que la escribio quede super encantada ajajaja
giuliana tuskino- New User
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Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
Ay! ya no queda casi nada =( Espero que ya nos tengas lista otra web novela para sorprendernos y llenar el vacio que nos dejará esta.
Me gustó el capítulo, pero presiento que algo malo va a pasar. Ojalá me equivoque
cariños!
Me gustó el capítulo, pero presiento que algo malo va a pasar. Ojalá me equivoque
cariños!
natu_rw- Sailor Inner Scout
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Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
wow que emocionante capitulo espero y vuelvas actualizar pronto
HotaruSakurai- Neo Reina Serena
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Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
¡Hola!
¡Mil gracias a todos por sus comentarios! ¡Me alegra enormemente que les gustara el capítulo anterior!
Bueno, aqui esta este ultimo capitulo en el que veremos como se terminan de resolver esos cabos que aun están sueltos en la historia. Y descuiden, que este todavia no es el final ya que nos falta el epilogo, pero ese se los traere dentro de unos días más. Por ahora, las dejo con este capitulo ¡Espero que lo disfruten!
Capítulo 22
El Inicio De La Aventura
La luz de la mañana se filtraba entre las copas de los árboles mientras esperaba, junto con un pequeño grupo de agentes del FBI, a recibir instrucciones de Haruka para actuar.
Tras extensos y agotadores interrogatorios a los Black y a la arpía de Kakyuu, finalmente se consiguió que hablaran y nos dieran información sobre las joyas que habían sido robadas, y sobre la ubicación de Rini Chiba.
Muchas de las joyas se encuentran en cajas fuertes que están en algunas casas que los Black tienen en Estados Unidos y que han sido rastreadas por Ami y Taiki. Mientras que Haruka y yo nos hemos dedicado a la búsqueda de la niña.
Al principio, Kakyuu había dicho que Rini estaba en una casa de playa, en las costas de Florida. Pero al ir al lugar, ella no estaba allí. Aparentemente, las personas que la cuidan –una señora mayor y sus dos hijos– al enterarse de la captura de los Black y Kakyuu, habían huido llevándose a la pequeña con tal de evitar que los encontraran y tuvieran un final similar a sus jefes.
Después de días de investigaciones, logramos seguir su rastro hasta dar con una pequeña casa de campo al norte de California. Así que tan pronto nos aseguramos de que este era el lugar en donde estaba Rini, Haruka y yo vinimos hasta aquí para encontrar a la niña.
–Ya es hora –dijo Haruka a través del auricular que llevo en el oído –Ya saben qué hacer. Y recuerden, la prioridad es sacar a la niña sana y salva.
Un par de agentes salieron del pequeño bosque que rodea la casa y cruzaron el claro hacia la puerta principal. Haruka y yo, junto con un par de agentes más, fuimos hacia allí rápidamente. Lograron abrir la puerta de la casa, tras lo que entramos, revisando cada una de las habitaciones en busca de Rini. En la cocina, se hallaban un par de hombres sentados a la mesa, cuyo desayuno fue interrumpido cuando los agentes los arrestaron.
Haruka subió las escaleras hacia la planta alta. Subí tras ella, revisando cada una de las habitaciones hasta que llegamos a la que se encontraba al final del pasillo. Era una habitación sencilla: la cama, una mesa en donde había varios papeles con lápices de colores, y al otro extremo, un tocador con un banco en donde estaba una señora, cepillando las coletas de color rosa de la niña que estaba sentada frente al espejo. Rini.
–Levante las manos y aléjese de la niña –dijo Haruka apuntándole a la mujer –¡Ahora!
La mujer dejo el cepillo en el tocador, y obedeció las instrucciones de Haruka, mientras Rini nos observaba un poco asustada. Haruka esposo a la señora, y la saco de la habitación. Enfunde mi arma y rápidamente me acerque al lado de la pequeña.
–¿Estás bien, Rini?
–Si… ¿pero quiénes son ustedes?
–Me llamo Serena. Soy amiga de tu papá. Me pidió que viniera por ti para llevarte a su lado. ¿Te gustaría ir con él?
–¡Claro que sí! –dijo ella emocionada.
Después de un examen médico que se le realizo a Rini para asegurarnos que se encuentra perfectamente bien, y junto con Haruka, fuimos al aeropuerto en donde nos esperaba un avión privado del FBI que nos llevaría de regreso a Las Vegas, lo cual es grandioso porque no he visto a Seiya desde que me fui de la ciudad hace un par de días, después de que por fin fuera dado de alta.
Sé que mi esposo se encuentra bien, ya que Seikuro ha estado cuidando de él en mi ausencia y ha estado pendiente de cada paso de la recuperación de su hijo. Después de una larga conversación con Seiya, ambos lograron limar un poco las asperezas que había entre ellos, acordando que harían todo lo posible por mejorar su relación. No es que las cosas entre ellos vayan a cambiar de la noche a la mañana, pero lo están intentando.
–¿Cuándo podré ver a mi papá? –pregunto Rini, que estaba sentada a mi lado en el avión.
–En cuanto lleguemos a Las Vegas. Ten un poco de paciencia, nos iremos tan pronto llegue la Agente Tenoh.
–Bueno… –musito ella dando un suspiro de exasperación mientras seguía dibujando en un cuaderno que le había conseguido.
–Todo listo. Ya podremos despegar –dijo Haruka al entrar al avión. Se sentó en uno de los asientos del avión.
–¿Ya llamaste a los demás para que le comunicaran a Chiba que encontramos a Rini?
–Sí, Yaten y Molly se van a encargar de llevarlo a las instalaciones del FBI. Estará allí cuando lleguemos.
Asentí con una sonrisa, imaginándome lo feliz que estará Darién de volver a ver a su hija después de tantos meses. Finalmente las cosas están mejorando para él, y a diferencia de los Black y Kakyuu, no va a pisar la cárcel gracias a que ha colaborado totalmente en beneficio del caso. Está bajo arresto domiciliario por su participación en los robos y más por vestir como Tuxedo Mask, pero es muy probable que se le revoque dentro de un tiempo por buena conducta.
Unos minutos después, ya nos encontrábamos en el aire, de regreso a Las Vegas. Mi vista se encontraba en el cielo lleno de nubes, pensando en Seiya. Lo he llamado cada que me es posible, pero dos días lejos de él es demasiado. Lo extraño mucho. Y sin duda lo voy a sorprender cuando llegue a la ciudad, ya que no le avise que iba de regreso.
–Extrañas mucho a Kou ¿verdad?
Voltee a ver a Haruka con una pequeña sonrisa –¿Se me nota demasiado?
–Bastante, diría yo… Aun me cuesta creer que el señor y la señora Kou no sean solo una fachada y se amen de verdad. Siempre he creído que el amor no combina con este tipo de trabajo.
–Yo no diría eso, y menos conociendo a Ami y Taiki. Ellos son un claro ejemplo de que el amor y este trabajo combinan a la perfección.
–Ellos, al igual que Seiya y tú, son una clara excepción. Para los demás no funciona así.
–No creo que sea así… Mira, sé que no debería meterme, pero antes de dejar Las Vegas, Michiru me comento que ella y tu…
–Tienes razón. No deberías meterte –dijo Haruka con seriedad.
–Por supuesto –dije dando un suspiro –Solo te doy un consejo: piensa bien las cosas. Yo mejor que nadie sé que el estar separada de la persona que amas por tantos años, no significa necesariamente que el amor se acabó. A veces, una segunda oportunidad para amar a esa persona especial es todo lo que se necesita para ser feliz.
–No es un consejo que pedí, pero tratare de recordar las sabias palabras de una mujer casada.
–Eso es todo lo que pido.
Haruka se levantó y fue hasta la cafetera que esta al fondo del avión a servirse un poco de café, que bebió con un aire un tanto pensativo. Espero que al menos piense lo que le dije y, ahora que Diamante ni nadie más se encuentra en su camino, decida darse una oportunidad de retomar la relación que alguna vez tuvo Michiru. Después de todo, ella aun sigue queriendo a Haruka y hasta me pidió que la cuidara ahora que estamos trabajando más de cerca.
Un par de horas más tarde, me encontraba con Rini recorriendo los pasillos de las instalaciones del FBI hacia la oficina de Yaten. Él estaba allí con Molly y Darién, dándose cuenta gracias a la ventana de cristal cuando llegue con la niña. Antes de que siquiera tocara la puerta, Yaten me hizo una señal con la mano para que entrara, abrí la puerta y el rostro de Darién se ilumino al ver a su hija a mi lado.
–¡Mi pequeña dama!
–¡Papá!
Rini corrió hacia Darién, que de inmediato la alzo entre sus brazos y la estrecho a su cuerpo con fuerza, besando repetidamente su cabello y rostro. Un momento después, él volteo a verme con una sonrisa.
–¡Gracias, Serena!
Sonreí, correspondiendo a su sonrisa ya que me había quedado sin palabras. Todo el trabajo y las horas de desvelo de las últimas dos semanas en la búsqueda de Rini, habían valido la pena con tal de reunir a padre e hija.
Yaten y Molly salieron de la oficina y se reunieron conmigo en el pasillo, cerrando tras de sí la puerta, dejando a solas a Darién y Rini.
–Creo es mejor darles un poco de privacidad.
–Totalmente de acuerdo –dije con una sonrisa.
–Yaten, Molly, el director Artemis quiere verlos en su oficina –dijo una secretaria que se acerco a nosotros.
–Seguro.
–Más tarde hablamos, Serena –dijo Molly –Me alegro de que regresaras.
Le sonreí con cariño a mi mejor amiga, tras lo que ella y Yaten se retiraron, mientras yo me quedaba un momento más en el pasillo, observando a Darién y Rini a través de la ventana. De repente sentí unos brazos alrededor de mi cintura y recibí un pequeño beso en el cuello. Sorprendida, me voltee y sonreí enormemente al ver a mi esposo.
–¡Seiya!
–¡Hola, Bombón!
Le eche los brazos al cuello y lo bese efusivamente. Aunque no duro tanto como hubiera querido al recordar en donde estamos.
Ahora que lo pienso ¿Qué hace Seiya volviendo al trabajo tan pronto?
–Por cierto, ¿qué haces aquí? ¿No deberías de estar descansando?
–Yo también estoy feliz de verte, Bombón. Te extrañe mucho –dijo con una sonrisa, omitiendo responder a mis preguntas
–Y yo a ti. Pero sabes que el doctor dijo que debes de tomarte las cosas con calma.
–Suenas igual a papá diciendo todo eso.
–Es porque ambos nos preocupamos por ti.
–Lo sé… –musito dando un suspiro –¿Por qué no me avisaste que volvías hoy?
–Porque planeaba sorprenderte. Aunque la sorprendida soy yo al verte aquí, Amor –dije sonriendo –Y aun no me has dicho ¿por qué volviste al trabajo antes de lo planeado?
–No vine a trabajar. Ami y Taiki se están encargando de entregar las joyas robadas en la subasta a todos los que obtuvieron una pieza allí, y vine por tu pulsera.
–¿La pulsera?
–Sí. Y no discutas por ello que es un regalo. Digamos que es otro regalo de bodas.
–Soy yo quien debería de darte regalos, más porque dentro de poco va a ser tu cumpleaños.
–Sabes que no tienes que darme nada, Bombón.
–Es lo mismo que yo te digo, pero nunca me haces caso.
–Pero si te doy regalos es porque quiero hacerte feliz.
–Al igual que yo. Y más porque te amo.
–Y porque yo también te amo, es que me gustaría que tuvieras esa pulsera.
–Una pulsera de millón y medio de dólares que me dará miedo usar porque no quisiera que me la roben.
–Yo en cambio compadezco al pobre ladrón que intente tal hazaña porque no sabe la que le espera –dijo él con un tono divertido –¿Estás muy ocupada?
–No en realidad. Solo tengo que hacer un informe, pero puede esperar un rato más. ¿Por qué lo preguntas?
–Porque quiero que me acompañes a recoger tu pulsera.
–Ah… ¿Sabes qué? Mejor voy a hacer ya ese informe. Es lo último que me queda por hacer y…
–Olvídalo, ese informe puede esperar –dijo él estrechándome entre sus brazos para evitar que escapara –Además, no pienso dejarte ir tan pronto ahora que volviste.
–No me darás otra opción ¿verdad, Seiya?
–Sabes que no. Vamos.
Seiya y yo fuimos hasta la sala de juntas. Allí, se encontraban Ami y Taiki, junto con la anfitriona y organizadora de la subasta, Setsuna Meioh. Tras las presentaciones correspondientes con Setsuna, Seiya hizo la transferencia electrónica del dinero que había ofrecido en la subasta por la pulsera, y que finalmente le entregaron en una cajita, que estaba junto a varias más en la amplia mesa del lugar, en donde se encontraban el resto de las joyas. Y entre ellas, el Cristal de Plata.
–¿Eso sería todo, verdad?
–Así es, señor Kou –dijo Setsuna–A no ser que a su esposa le interese alguna de las piezas que no lograron subastarse antes de la interrupción de Tuxedo Mask, como el Cristal de Plata, por ejemplo.
–Gracias, pero no. Yo ya tengo algo mucho más valioso que todas las joyas del mundo –dije con una sonrisa, dándole una mirada rápida a Seiya.
–Bueno, parece que el Cristal de Plata tendrá que esperar a que aparezca su dueño.
–Eso creo… Y también creo que deberíamos irnos. Parece que aun tienen trabajo por hacer.
–Sí. Pero nos veremos después, chicos –dijo Ami con una pequeña sonrisa.
–Por supuesto.
Mi esposo y yo salimos de la sala de juntas. En la sala de espera, vimos a Mina, Rei, Michiru, Lita y Andrew. Él entro en la sala de juntas, saludándonos rápidamente al pasar a nuestro lado cuando Ami lo llamo para que pasara por el anillo de Lita. En cambio, Seiya y yo nos acercamos a las chicas para saludarlas.
–Es bueno verte fuera del hospital, Seiya ¿Cómo sigues? –pregunto Michiru.
–Mucho mejor, más ante todos los cuidados que he recibido para recuperarme.
Eso sin duda ha sido uno de los factores principales para la recuperación de Seiya. No solo yo he estado muy pendiente de la salud de mi esposo, sino también Seikuro y mis padres, que se han quedado en Las Vegas para estar totalmente al pendiente de él. Lo cual sin duda me ha dejado más tranquila cuando por el trabajo no he podido estar con mi marido.
–Vaya, aun no término de acostumbrarme a la idea de que ambos sean agentes del gobierno japonés –dijo Rei.
–Bueno, pero eso no cambia nuestra relación con ustedes –dije con una sonrisa –La invitación para que vayan a vernos a Tokio sigue en pie.
–Lo sabemos, Serena, y se los agradecemos –dijo Lita –Además, no olviden que quiero verlos el día de mi boda.
–Y no solo eso –intervino Mina –Los Kou deben de estar en primera fila en la premier de su película.
–¿Película? –musite confundida.
–¿Aun no se lo has dicho, Seiya?
–No, todavía no se lo cuento. Pero creo que tú eres la más indicada para decírselo, Mina.
–¿De qué están hablando? –pregunte sin entender –¿De qué película hablan?
–De la que realizara un amigo mío sobre todo lo que ha pasado en el caso de Tuxedo Mask y su vida de agentes secretos.
–¿En serio? –musite sorprendida.
–Sí, y lo mejor es que yo te interpretare, Serena –dijo Mina emocionada –Aun no sé quién va a interpretar a Seiya, pero dudo que al actor que elijan sea tan guapo como cierto hombre que está dispuesto a recibir balas por ti. Con esto sin duda superan por mucho a Brad y Angelina. ¡Ustedes son la mejor pareja que existe!
–Vaya, no sé ni que decir… Todo esto es increíble.
–¡Lo sé! ¿Pero saben que sería más increíble?
–Ni idea ¿qué?
–Qué me ayudaran a conseguir el teléfono personal del agente Yaten Smith.
–¡Mina! –exclamaron sorprendidas Rei, Lita y Michiru.
–¿Qué? Ese hombre me ha traído como loca desde la primera vez que lo vi. Y ahora que resolvieron el caso de Tuxedo Mask, quizás logre quitarle esa armadura de hierro que tiene y consiga que se fije en mí.
¿Mina y Yaten? Esa sí que sería una pareja muy peculiar y algo digno de ver.
Y como si el simple hecho de nombrarlo lo hubiera atraído, Yaten cruzo la sala de espera después de salir de la oficina de Artemis, hizo un leve movimiento de cabeza para saludarnos, y siguió su camino hacia su oficina.
–Creo que en vez de pedir el teléfono de Yaten, deberías ir con él e invitarlo a salir –dijo Seiya.
–¿Tú crees?
–Sin duda alguna. Él aprecia mucho a una mujer decidida y que sabe lo que quiere. Así que pierdas el tiempo y alcánzalo.
–De acuerdo. Deséenme suerte, chicos.
Mina rápidamente se encamino detrás de Yaten y logro alcanzarlo. No alcanzo a escuchar lo que ella le dice, pero sin duda parece que Mina está desplegando todos sus encantos para convencerlo de que tengan una cita. Espero que al menos Yaten le dé una oportunidad para conocer a una mujer tan fantástica como Mina.
–¿Creen que lo logre? –pregunto Rei
–Conociendo a Mina, hará hasta lo imposible para que al menos vayan a cenar –dijo Lita.
Seguí observando a Mina y Yaten por unos momentos más, durante los cuales, él se sonrojo –algo que nunca me imagine ver en Yaten– mientras ella tenía plasmada en su rostro una sonrisa digna de portada de revista. Al final, cruzaron unas palabras más, Yaten se retiro a su oficina y Mina regreso dando brinquitos de felicidad.
–¿Adivinen quien va a ir a cenar con Yaten esta noche?
¡Mil gracias a todos por sus comentarios! ¡Me alegra enormemente que les gustara el capítulo anterior!
Bueno, aqui esta este ultimo capitulo en el que veremos como se terminan de resolver esos cabos que aun están sueltos en la historia. Y descuiden, que este todavia no es el final ya que nos falta el epilogo, pero ese se los traere dentro de unos días más. Por ahora, las dejo con este capitulo ¡Espero que lo disfruten!
Capítulo 22
El Inicio De La Aventura
La luz de la mañana se filtraba entre las copas de los árboles mientras esperaba, junto con un pequeño grupo de agentes del FBI, a recibir instrucciones de Haruka para actuar.
Tras extensos y agotadores interrogatorios a los Black y a la arpía de Kakyuu, finalmente se consiguió que hablaran y nos dieran información sobre las joyas que habían sido robadas, y sobre la ubicación de Rini Chiba.
Muchas de las joyas se encuentran en cajas fuertes que están en algunas casas que los Black tienen en Estados Unidos y que han sido rastreadas por Ami y Taiki. Mientras que Haruka y yo nos hemos dedicado a la búsqueda de la niña.
Al principio, Kakyuu había dicho que Rini estaba en una casa de playa, en las costas de Florida. Pero al ir al lugar, ella no estaba allí. Aparentemente, las personas que la cuidan –una señora mayor y sus dos hijos– al enterarse de la captura de los Black y Kakyuu, habían huido llevándose a la pequeña con tal de evitar que los encontraran y tuvieran un final similar a sus jefes.
Después de días de investigaciones, logramos seguir su rastro hasta dar con una pequeña casa de campo al norte de California. Así que tan pronto nos aseguramos de que este era el lugar en donde estaba Rini, Haruka y yo vinimos hasta aquí para encontrar a la niña.
–Ya es hora –dijo Haruka a través del auricular que llevo en el oído –Ya saben qué hacer. Y recuerden, la prioridad es sacar a la niña sana y salva.
Un par de agentes salieron del pequeño bosque que rodea la casa y cruzaron el claro hacia la puerta principal. Haruka y yo, junto con un par de agentes más, fuimos hacia allí rápidamente. Lograron abrir la puerta de la casa, tras lo que entramos, revisando cada una de las habitaciones en busca de Rini. En la cocina, se hallaban un par de hombres sentados a la mesa, cuyo desayuno fue interrumpido cuando los agentes los arrestaron.
Haruka subió las escaleras hacia la planta alta. Subí tras ella, revisando cada una de las habitaciones hasta que llegamos a la que se encontraba al final del pasillo. Era una habitación sencilla: la cama, una mesa en donde había varios papeles con lápices de colores, y al otro extremo, un tocador con un banco en donde estaba una señora, cepillando las coletas de color rosa de la niña que estaba sentada frente al espejo. Rini.
–Levante las manos y aléjese de la niña –dijo Haruka apuntándole a la mujer –¡Ahora!
La mujer dejo el cepillo en el tocador, y obedeció las instrucciones de Haruka, mientras Rini nos observaba un poco asustada. Haruka esposo a la señora, y la saco de la habitación. Enfunde mi arma y rápidamente me acerque al lado de la pequeña.
–¿Estás bien, Rini?
–Si… ¿pero quiénes son ustedes?
–Me llamo Serena. Soy amiga de tu papá. Me pidió que viniera por ti para llevarte a su lado. ¿Te gustaría ir con él?
–¡Claro que sí! –dijo ella emocionada.
Después de un examen médico que se le realizo a Rini para asegurarnos que se encuentra perfectamente bien, y junto con Haruka, fuimos al aeropuerto en donde nos esperaba un avión privado del FBI que nos llevaría de regreso a Las Vegas, lo cual es grandioso porque no he visto a Seiya desde que me fui de la ciudad hace un par de días, después de que por fin fuera dado de alta.
Sé que mi esposo se encuentra bien, ya que Seikuro ha estado cuidando de él en mi ausencia y ha estado pendiente de cada paso de la recuperación de su hijo. Después de una larga conversación con Seiya, ambos lograron limar un poco las asperezas que había entre ellos, acordando que harían todo lo posible por mejorar su relación. No es que las cosas entre ellos vayan a cambiar de la noche a la mañana, pero lo están intentando.
–¿Cuándo podré ver a mi papá? –pregunto Rini, que estaba sentada a mi lado en el avión.
–En cuanto lleguemos a Las Vegas. Ten un poco de paciencia, nos iremos tan pronto llegue la Agente Tenoh.
–Bueno… –musito ella dando un suspiro de exasperación mientras seguía dibujando en un cuaderno que le había conseguido.
–Todo listo. Ya podremos despegar –dijo Haruka al entrar al avión. Se sentó en uno de los asientos del avión.
–¿Ya llamaste a los demás para que le comunicaran a Chiba que encontramos a Rini?
–Sí, Yaten y Molly se van a encargar de llevarlo a las instalaciones del FBI. Estará allí cuando lleguemos.
Asentí con una sonrisa, imaginándome lo feliz que estará Darién de volver a ver a su hija después de tantos meses. Finalmente las cosas están mejorando para él, y a diferencia de los Black y Kakyuu, no va a pisar la cárcel gracias a que ha colaborado totalmente en beneficio del caso. Está bajo arresto domiciliario por su participación en los robos y más por vestir como Tuxedo Mask, pero es muy probable que se le revoque dentro de un tiempo por buena conducta.
Unos minutos después, ya nos encontrábamos en el aire, de regreso a Las Vegas. Mi vista se encontraba en el cielo lleno de nubes, pensando en Seiya. Lo he llamado cada que me es posible, pero dos días lejos de él es demasiado. Lo extraño mucho. Y sin duda lo voy a sorprender cuando llegue a la ciudad, ya que no le avise que iba de regreso.
–Extrañas mucho a Kou ¿verdad?
Voltee a ver a Haruka con una pequeña sonrisa –¿Se me nota demasiado?
–Bastante, diría yo… Aun me cuesta creer que el señor y la señora Kou no sean solo una fachada y se amen de verdad. Siempre he creído que el amor no combina con este tipo de trabajo.
–Yo no diría eso, y menos conociendo a Ami y Taiki. Ellos son un claro ejemplo de que el amor y este trabajo combinan a la perfección.
–Ellos, al igual que Seiya y tú, son una clara excepción. Para los demás no funciona así.
–No creo que sea así… Mira, sé que no debería meterme, pero antes de dejar Las Vegas, Michiru me comento que ella y tu…
–Tienes razón. No deberías meterte –dijo Haruka con seriedad.
–Por supuesto –dije dando un suspiro –Solo te doy un consejo: piensa bien las cosas. Yo mejor que nadie sé que el estar separada de la persona que amas por tantos años, no significa necesariamente que el amor se acabó. A veces, una segunda oportunidad para amar a esa persona especial es todo lo que se necesita para ser feliz.
–No es un consejo que pedí, pero tratare de recordar las sabias palabras de una mujer casada.
–Eso es todo lo que pido.
Haruka se levantó y fue hasta la cafetera que esta al fondo del avión a servirse un poco de café, que bebió con un aire un tanto pensativo. Espero que al menos piense lo que le dije y, ahora que Diamante ni nadie más se encuentra en su camino, decida darse una oportunidad de retomar la relación que alguna vez tuvo Michiru. Después de todo, ella aun sigue queriendo a Haruka y hasta me pidió que la cuidara ahora que estamos trabajando más de cerca.
Un par de horas más tarde, me encontraba con Rini recorriendo los pasillos de las instalaciones del FBI hacia la oficina de Yaten. Él estaba allí con Molly y Darién, dándose cuenta gracias a la ventana de cristal cuando llegue con la niña. Antes de que siquiera tocara la puerta, Yaten me hizo una señal con la mano para que entrara, abrí la puerta y el rostro de Darién se ilumino al ver a su hija a mi lado.
–¡Mi pequeña dama!
–¡Papá!
Rini corrió hacia Darién, que de inmediato la alzo entre sus brazos y la estrecho a su cuerpo con fuerza, besando repetidamente su cabello y rostro. Un momento después, él volteo a verme con una sonrisa.
–¡Gracias, Serena!
Sonreí, correspondiendo a su sonrisa ya que me había quedado sin palabras. Todo el trabajo y las horas de desvelo de las últimas dos semanas en la búsqueda de Rini, habían valido la pena con tal de reunir a padre e hija.
Yaten y Molly salieron de la oficina y se reunieron conmigo en el pasillo, cerrando tras de sí la puerta, dejando a solas a Darién y Rini.
–Creo es mejor darles un poco de privacidad.
–Totalmente de acuerdo –dije con una sonrisa.
–Yaten, Molly, el director Artemis quiere verlos en su oficina –dijo una secretaria que se acerco a nosotros.
–Seguro.
–Más tarde hablamos, Serena –dijo Molly –Me alegro de que regresaras.
Le sonreí con cariño a mi mejor amiga, tras lo que ella y Yaten se retiraron, mientras yo me quedaba un momento más en el pasillo, observando a Darién y Rini a través de la ventana. De repente sentí unos brazos alrededor de mi cintura y recibí un pequeño beso en el cuello. Sorprendida, me voltee y sonreí enormemente al ver a mi esposo.
–¡Seiya!
–¡Hola, Bombón!
Le eche los brazos al cuello y lo bese efusivamente. Aunque no duro tanto como hubiera querido al recordar en donde estamos.
Ahora que lo pienso ¿Qué hace Seiya volviendo al trabajo tan pronto?
–Por cierto, ¿qué haces aquí? ¿No deberías de estar descansando?
–Yo también estoy feliz de verte, Bombón. Te extrañe mucho –dijo con una sonrisa, omitiendo responder a mis preguntas
–Y yo a ti. Pero sabes que el doctor dijo que debes de tomarte las cosas con calma.
–Suenas igual a papá diciendo todo eso.
–Es porque ambos nos preocupamos por ti.
–Lo sé… –musito dando un suspiro –¿Por qué no me avisaste que volvías hoy?
–Porque planeaba sorprenderte. Aunque la sorprendida soy yo al verte aquí, Amor –dije sonriendo –Y aun no me has dicho ¿por qué volviste al trabajo antes de lo planeado?
–No vine a trabajar. Ami y Taiki se están encargando de entregar las joyas robadas en la subasta a todos los que obtuvieron una pieza allí, y vine por tu pulsera.
–¿La pulsera?
–Sí. Y no discutas por ello que es un regalo. Digamos que es otro regalo de bodas.
–Soy yo quien debería de darte regalos, más porque dentro de poco va a ser tu cumpleaños.
–Sabes que no tienes que darme nada, Bombón.
–Es lo mismo que yo te digo, pero nunca me haces caso.
–Pero si te doy regalos es porque quiero hacerte feliz.
–Al igual que yo. Y más porque te amo.
–Y porque yo también te amo, es que me gustaría que tuvieras esa pulsera.
–Una pulsera de millón y medio de dólares que me dará miedo usar porque no quisiera que me la roben.
–Yo en cambio compadezco al pobre ladrón que intente tal hazaña porque no sabe la que le espera –dijo él con un tono divertido –¿Estás muy ocupada?
–No en realidad. Solo tengo que hacer un informe, pero puede esperar un rato más. ¿Por qué lo preguntas?
–Porque quiero que me acompañes a recoger tu pulsera.
–Ah… ¿Sabes qué? Mejor voy a hacer ya ese informe. Es lo último que me queda por hacer y…
–Olvídalo, ese informe puede esperar –dijo él estrechándome entre sus brazos para evitar que escapara –Además, no pienso dejarte ir tan pronto ahora que volviste.
–No me darás otra opción ¿verdad, Seiya?
–Sabes que no. Vamos.
Seiya y yo fuimos hasta la sala de juntas. Allí, se encontraban Ami y Taiki, junto con la anfitriona y organizadora de la subasta, Setsuna Meioh. Tras las presentaciones correspondientes con Setsuna, Seiya hizo la transferencia electrónica del dinero que había ofrecido en la subasta por la pulsera, y que finalmente le entregaron en una cajita, que estaba junto a varias más en la amplia mesa del lugar, en donde se encontraban el resto de las joyas. Y entre ellas, el Cristal de Plata.
–¿Eso sería todo, verdad?
–Así es, señor Kou –dijo Setsuna–A no ser que a su esposa le interese alguna de las piezas que no lograron subastarse antes de la interrupción de Tuxedo Mask, como el Cristal de Plata, por ejemplo.
–Gracias, pero no. Yo ya tengo algo mucho más valioso que todas las joyas del mundo –dije con una sonrisa, dándole una mirada rápida a Seiya.
–Bueno, parece que el Cristal de Plata tendrá que esperar a que aparezca su dueño.
–Eso creo… Y también creo que deberíamos irnos. Parece que aun tienen trabajo por hacer.
–Sí. Pero nos veremos después, chicos –dijo Ami con una pequeña sonrisa.
–Por supuesto.
Mi esposo y yo salimos de la sala de juntas. En la sala de espera, vimos a Mina, Rei, Michiru, Lita y Andrew. Él entro en la sala de juntas, saludándonos rápidamente al pasar a nuestro lado cuando Ami lo llamo para que pasara por el anillo de Lita. En cambio, Seiya y yo nos acercamos a las chicas para saludarlas.
–Es bueno verte fuera del hospital, Seiya ¿Cómo sigues? –pregunto Michiru.
–Mucho mejor, más ante todos los cuidados que he recibido para recuperarme.
Eso sin duda ha sido uno de los factores principales para la recuperación de Seiya. No solo yo he estado muy pendiente de la salud de mi esposo, sino también Seikuro y mis padres, que se han quedado en Las Vegas para estar totalmente al pendiente de él. Lo cual sin duda me ha dejado más tranquila cuando por el trabajo no he podido estar con mi marido.
–Vaya, aun no término de acostumbrarme a la idea de que ambos sean agentes del gobierno japonés –dijo Rei.
–Bueno, pero eso no cambia nuestra relación con ustedes –dije con una sonrisa –La invitación para que vayan a vernos a Tokio sigue en pie.
–Lo sabemos, Serena, y se los agradecemos –dijo Lita –Además, no olviden que quiero verlos el día de mi boda.
–Y no solo eso –intervino Mina –Los Kou deben de estar en primera fila en la premier de su película.
–¿Película? –musite confundida.
–¿Aun no se lo has dicho, Seiya?
–No, todavía no se lo cuento. Pero creo que tú eres la más indicada para decírselo, Mina.
–¿De qué están hablando? –pregunte sin entender –¿De qué película hablan?
–De la que realizara un amigo mío sobre todo lo que ha pasado en el caso de Tuxedo Mask y su vida de agentes secretos.
–¿En serio? –musite sorprendida.
–Sí, y lo mejor es que yo te interpretare, Serena –dijo Mina emocionada –Aun no sé quién va a interpretar a Seiya, pero dudo que al actor que elijan sea tan guapo como cierto hombre que está dispuesto a recibir balas por ti. Con esto sin duda superan por mucho a Brad y Angelina. ¡Ustedes son la mejor pareja que existe!
–Vaya, no sé ni que decir… Todo esto es increíble.
–¡Lo sé! ¿Pero saben que sería más increíble?
–Ni idea ¿qué?
–Qué me ayudaran a conseguir el teléfono personal del agente Yaten Smith.
–¡Mina! –exclamaron sorprendidas Rei, Lita y Michiru.
–¿Qué? Ese hombre me ha traído como loca desde la primera vez que lo vi. Y ahora que resolvieron el caso de Tuxedo Mask, quizás logre quitarle esa armadura de hierro que tiene y consiga que se fije en mí.
¿Mina y Yaten? Esa sí que sería una pareja muy peculiar y algo digno de ver.
Y como si el simple hecho de nombrarlo lo hubiera atraído, Yaten cruzo la sala de espera después de salir de la oficina de Artemis, hizo un leve movimiento de cabeza para saludarnos, y siguió su camino hacia su oficina.
–Creo que en vez de pedir el teléfono de Yaten, deberías ir con él e invitarlo a salir –dijo Seiya.
–¿Tú crees?
–Sin duda alguna. Él aprecia mucho a una mujer decidida y que sabe lo que quiere. Así que pierdas el tiempo y alcánzalo.
–De acuerdo. Deséenme suerte, chicos.
Mina rápidamente se encamino detrás de Yaten y logro alcanzarlo. No alcanzo a escuchar lo que ella le dice, pero sin duda parece que Mina está desplegando todos sus encantos para convencerlo de que tengan una cita. Espero que al menos Yaten le dé una oportunidad para conocer a una mujer tan fantástica como Mina.
–¿Creen que lo logre? –pregunto Rei
–Conociendo a Mina, hará hasta lo imposible para que al menos vayan a cenar –dijo Lita.
Seguí observando a Mina y Yaten por unos momentos más, durante los cuales, él se sonrojo –algo que nunca me imagine ver en Yaten– mientras ella tenía plasmada en su rostro una sonrisa digna de portada de revista. Al final, cruzaron unas palabras más, Yaten se retiro a su oficina y Mina regreso dando brinquitos de felicidad.
–¿Adivinen quien va a ir a cenar con Yaten esta noche?
Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
–¿Te falta mucho por terminar, Serena?
Levante la vista de los papeles que tenía en mis manos, sonreí al ver a Molly en el umbral de la oficina de Ami, en donde estaba trabajando en el informe del operativo durante el cual fue rescatada Rini Chiba.
–En realidad solo tengo que llevarle este informe a Haruka y soy libre –dije guardando los papeles en un folder –Con esto quedo en libertad ¿verdad? ¿Ya me podre ir de vacaciones con Seiya?
–Sí, ya por fin disfrutaras de tu segunda luna de miel ¿o será tercera? –dijo ella con una risita –Definitivamente ya perdí la cuenta. ¿Cuántas lunas de miel pueden tener un matrimonio?
–En el caso de Seiya y yo, todas las que sean necesarias –tome mi bolso y me acerque a Molly con el informe –Por cierto, ¿hiciste lo que te pedí?
–Sí, aquí lo tengo.
Molly me entrego una cajita cuadrada negra. Al abrirla, me encontré con un elegante reloj que compre hace unos días para Seiya. Lo saque y vi que en el reverso, estaba la inscripción que le pedí que mandara grabar mientras yo me encontraba fuera de la ciudad. Espero que a mi esposo le guste su regalo de cumpleaños, además de toda la lencería que compre para lucirla en ese día tan especial.
–Gracias, Molly… –le agradecí mientras guardaba el reloj en mi bolso.
–De nada. Menos mal que mandaste a Seiya de regreso al hotel para que descansara, sino no hubiera encontrado un momento para darte el reloj sin que se diera cuenta.
–Lo sé. Y por mucho que ame a mi esposo, no me va a arruinar los planes que tengo para su cumpleaños.
–Considerando todo lo que estás haciendo para él, y todo lo que Seiya ha hecho por ti, ya me imagino que hará cuando cumplas veintisiete en tres de meses… o dentro de un año cuando sea su primer aniversario de casados.
–Que suerte que aún falta mucho para nuestro aniversario –dije con una sonrisa –Acompáñame a llevarle el informe a Haruka y de allí nos vamos al Caesars. ¿Nos acompañaras a cenar, verdad?
–No quisiera incomodar, después de todo va a ser una cena familiar con Seiya, tus padres y tu suegro.
–No digas tonterías, Molly. Tú eres mi hermana, y como también eres parte de la familia, nos vas a acompañar. Así que no quiero escuchar ningún pero ¿de acuerdo?
–De acuerdo.
Molly y yo nos dirigimos hacia la oficina de Haruka. Tenía las persianas cerradas, así que no podía saber si se encontraba allí. Toque la puerta, pero al no recibir respuesta, decidí abrirla. Apenas y la abrí un par de centímetros, me detuve al escuchar la voz de ella y la alcance a ver de espaldas, frente a la ventana y con su celular en mano.
–Lo sé, Michiru, es solo que… –dijo Haruka dando un suspiro –Mira, ¿qué te parece si empezamos de cero nuestra relación?... Una cena suena bien… Paso por ti en un rato. Hasta entonces.
No pude evitar sonreír de felicidad al ver que Haruka se dará una nueva oportunidad con Michiru, lo cual me alegra mucho ya que les tengo mucho cariño a ambas y sin duda espero que sean felices.
Al notar que Haruka se daba la vuelta –y sin querer que se diera cuenta de que había escuchado parte de su conversación– di un par de toque en la puerta y la abrí como si recién hubiera llegado.
–Siento molestarte, Haruka, pero te traigo el informe del operativo durante el cual se rescato a Rini Chiba –dije entregándole la carpeta.
–Muy bien. Gracias.
Me despedí de Haruka y salí de su oficina. Camine junto con Molly por los pasillos de las oficinas del FBI hacia los elevadores, emocionada ante la perspectiva de pasar una linda noche al lado de mi familia después de unos largos días de intenso trabajo. Y más porque dentro de poco Seiya y yo nos podremos ir a nuestra verdadera Luna de Miel.
–¿Serena, puedes venir un momento por favor?
Asentí al ver a Luna que me llamaba desde el umbral de la oficina que se había ambientado para ella. Parece que mis planes tendrán que esperar un poco más.
–Lo siento, Molly. ¿Puedes esperarme un momento más?
–Por supuesto.
Camine hacia la oficina de mi jefa, en donde ya me esperaba sentada frente al escritorio. Me senté frente a ella.
–No te entretendré mucho tiempo, Serena. Por lo visto ya has terminado las cosas que quedaban pendientes en esta misión.
–Así es. Y por lo mismo, recuerda que pienso irme de vacaciones.
–Lo sé, Seiya y tú se las merecen por su excelente trabajo… Y es sobre eso de lo que quiero hablar contigo.
–¿De mis vacaciones? –pregunte confundida.
–Más bien de lo que sucederá cuando vuelvas a Tokio –dijo Luna –Lamento informarte que no podre darte el puesto que solicitaste en el área de investigación.
–¿Es porque Seiya va a estar trabajando en esa área? Si no quieres que estemos juntos en la misma área, bien. Entonces aceptare cualquier otro puesto en las oficinas.
–Escúchame, Serena…
–Sabes que esta fue mi última misión como agente de campo, y no voy a cambiar de opinión. Si es necesario, trabaje en sistemas con Kelvin Taylor, pero no me arriesgare a estar frente a una bala otra vez, y menos después de todo lo que nos ha pasado a Seiya y a mí.
–¿Me puedes escuchar por un segundo? –dijo ella alzando la voz para que me callara –No te voy a dar el puesto que solicitaste, porque quiero que seas la nueva jefa del área de inteligencia.
–¿En verdad? –musite totalmente sorprendida.
–Claro… si es que te interesa el puesto.
–¡Por supuesto que sí! ¡Gracias, Luna!
Levante la vista de los papeles que tenía en mis manos, sonreí al ver a Molly en el umbral de la oficina de Ami, en donde estaba trabajando en el informe del operativo durante el cual fue rescatada Rini Chiba.
–En realidad solo tengo que llevarle este informe a Haruka y soy libre –dije guardando los papeles en un folder –Con esto quedo en libertad ¿verdad? ¿Ya me podre ir de vacaciones con Seiya?
–Sí, ya por fin disfrutaras de tu segunda luna de miel ¿o será tercera? –dijo ella con una risita –Definitivamente ya perdí la cuenta. ¿Cuántas lunas de miel pueden tener un matrimonio?
–En el caso de Seiya y yo, todas las que sean necesarias –tome mi bolso y me acerque a Molly con el informe –Por cierto, ¿hiciste lo que te pedí?
–Sí, aquí lo tengo.
Molly me entrego una cajita cuadrada negra. Al abrirla, me encontré con un elegante reloj que compre hace unos días para Seiya. Lo saque y vi que en el reverso, estaba la inscripción que le pedí que mandara grabar mientras yo me encontraba fuera de la ciudad. Espero que a mi esposo le guste su regalo de cumpleaños, además de toda la lencería que compre para lucirla en ese día tan especial.
–Gracias, Molly… –le agradecí mientras guardaba el reloj en mi bolso.
–De nada. Menos mal que mandaste a Seiya de regreso al hotel para que descansara, sino no hubiera encontrado un momento para darte el reloj sin que se diera cuenta.
–Lo sé. Y por mucho que ame a mi esposo, no me va a arruinar los planes que tengo para su cumpleaños.
–Considerando todo lo que estás haciendo para él, y todo lo que Seiya ha hecho por ti, ya me imagino que hará cuando cumplas veintisiete en tres de meses… o dentro de un año cuando sea su primer aniversario de casados.
–Que suerte que aún falta mucho para nuestro aniversario –dije con una sonrisa –Acompáñame a llevarle el informe a Haruka y de allí nos vamos al Caesars. ¿Nos acompañaras a cenar, verdad?
–No quisiera incomodar, después de todo va a ser una cena familiar con Seiya, tus padres y tu suegro.
–No digas tonterías, Molly. Tú eres mi hermana, y como también eres parte de la familia, nos vas a acompañar. Así que no quiero escuchar ningún pero ¿de acuerdo?
–De acuerdo.
Molly y yo nos dirigimos hacia la oficina de Haruka. Tenía las persianas cerradas, así que no podía saber si se encontraba allí. Toque la puerta, pero al no recibir respuesta, decidí abrirla. Apenas y la abrí un par de centímetros, me detuve al escuchar la voz de ella y la alcance a ver de espaldas, frente a la ventana y con su celular en mano.
–Lo sé, Michiru, es solo que… –dijo Haruka dando un suspiro –Mira, ¿qué te parece si empezamos de cero nuestra relación?... Una cena suena bien… Paso por ti en un rato. Hasta entonces.
No pude evitar sonreír de felicidad al ver que Haruka se dará una nueva oportunidad con Michiru, lo cual me alegra mucho ya que les tengo mucho cariño a ambas y sin duda espero que sean felices.
Al notar que Haruka se daba la vuelta –y sin querer que se diera cuenta de que había escuchado parte de su conversación– di un par de toque en la puerta y la abrí como si recién hubiera llegado.
–Siento molestarte, Haruka, pero te traigo el informe del operativo durante el cual se rescato a Rini Chiba –dije entregándole la carpeta.
–Muy bien. Gracias.
Me despedí de Haruka y salí de su oficina. Camine junto con Molly por los pasillos de las oficinas del FBI hacia los elevadores, emocionada ante la perspectiva de pasar una linda noche al lado de mi familia después de unos largos días de intenso trabajo. Y más porque dentro de poco Seiya y yo nos podremos ir a nuestra verdadera Luna de Miel.
–¿Serena, puedes venir un momento por favor?
Asentí al ver a Luna que me llamaba desde el umbral de la oficina que se había ambientado para ella. Parece que mis planes tendrán que esperar un poco más.
–Lo siento, Molly. ¿Puedes esperarme un momento más?
–Por supuesto.
Camine hacia la oficina de mi jefa, en donde ya me esperaba sentada frente al escritorio. Me senté frente a ella.
–No te entretendré mucho tiempo, Serena. Por lo visto ya has terminado las cosas que quedaban pendientes en esta misión.
–Así es. Y por lo mismo, recuerda que pienso irme de vacaciones.
–Lo sé, Seiya y tú se las merecen por su excelente trabajo… Y es sobre eso de lo que quiero hablar contigo.
–¿De mis vacaciones? –pregunte confundida.
–Más bien de lo que sucederá cuando vuelvas a Tokio –dijo Luna –Lamento informarte que no podre darte el puesto que solicitaste en el área de investigación.
–¿Es porque Seiya va a estar trabajando en esa área? Si no quieres que estemos juntos en la misma área, bien. Entonces aceptare cualquier otro puesto en las oficinas.
–Escúchame, Serena…
–Sabes que esta fue mi última misión como agente de campo, y no voy a cambiar de opinión. Si es necesario, trabaje en sistemas con Kelvin Taylor, pero no me arriesgare a estar frente a una bala otra vez, y menos después de todo lo que nos ha pasado a Seiya y a mí.
–¿Me puedes escuchar por un segundo? –dijo ella alzando la voz para que me callara –No te voy a dar el puesto que solicitaste, porque quiero que seas la nueva jefa del área de inteligencia.
–¿En verdad? –musite totalmente sorprendida.
–Claro… si es que te interesa el puesto.
–¡Por supuesto que sí! ¡Gracias, Luna!
Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
–¡Amor, ya llegue!
Seiya me miro con una sonrisa cuando aparto a un lado el periódico que estaba leyendo al verme llegar a la nueva suite que ahora compartimos en el Caesars, ya que la anterior quedo totalmente calcinada en el incendio que provoco Kakyuu.
Spike se acercó corriendo a mi lado, lo alce y acaricie su pequeño y peludo cuerpo tras lo que camine con mi cachorro en brazos hacia el sofá en donde se encontraba mi esposo, que me recibió con un dulce beso.
–Empezaba a creer que nunca llegarías, Bombón.
–Lo siento. Me entretuve un rato con Molly y Luna y no vi la hora –dije mientras me acomodaba a su lado, apoye mi cabeza en su hombro. Él me rodeo con su brazo.
–No importa –dijo él dándome un pequeño beso en la frente –Lo importante es que estas aquí. ¿Ya mencione que te extrañe mucho mientras estuviste fuera?
–Lo hiciste. Tú también me hiciste mucha falta, pero ya no nos vamos a separar.
–¿Eso significa que ya terminaste todos los asuntos pendientes de la misión y nos podremos ir a nuestra luna de miel?
–Sí, y no solo eso… –alce el rostro para verlo a los ojos –Estás viendo a la nueva jefa del área de inteligencia.
–¡Eso es grandioso, Bombón! ¡Felicidades! –exclamo Seiya con alegría antes de besarme –Sin duda Luna hizo una excelente elección al darte el puesto. Estoy seguro de que harás un gran trabajo.
–Gracias, mi amor –dije mientras volvíamos a besarnos –Aun no puedo creer que esto esté pasando… Y ahora que oficialmente ambos trabajaremos en las oficinas de la Agencia, creo que finalmente se acabaron las aventuras para nosotros.
–Al contrario, nuestra más grande aventura es nuestro matrimonio y apenas está empezando.
Sonreí ante sus palabras –Tienes razón, más considerando que tenemos el resto de nuestras vidas para amarnos.
–Sí, y para empezar con esta nueva vida, creo que debería llamar a la aerolínea. Con un poco de suerte, quizás consiga un par de boletos a Paris para irnos mañana temprano.
–En realidad, preferiría que no fuera tan rápido… Hay algo que quisiera hacer antes de irnos de Las Vegas.
–¿Qué cosa? –pregunto él confundido.
–Quiero ir a ver a Kakyuu a la cárcel.
–¡No, Bombón! ¡Esa maldita rata nos ha hecho demasiado daño, y aunque este en la cárcel, no quiero que estés cerca de ella!
–Entiendo que te disguste la idea, pero siento que debo ir a verla.
–¿Para qué quieres verla? –pregunto él alterado –¿Para qué esa mujer intente llenarte la cabeza de ideas que no son ciertas y de sus amenazas?
–No. Pero me guste o no, ella ha sido alguien importante en nuestras vidas de muy diversas formas, y siento que al verla por última vez cerrare un ciclo. Solo así podre dejar atrás todo lo que nos ha hecho… Ni siquiera voy a pedirte que me acompañes. Solo te pido que entiendas que debo hacer esto. Por favor.
Seiya dio un largo suspiro mientras pensaba en mis palabras –Realmente estás decidida a hacer esta locura ¿verdad?
–Sí. Y sabes que no me harás cambiar de opinión.
–¿Ni siquiera me dejaras intentar persuadirte así? –musito él trazando un sendero de besos a lo largo de mi cuello
–Seiya…
–¿O así? –susurro mientras deslizaba su mano por debajo de mi blusa.
Sus labios buscaron los míos y nos besamos con una exquisita ternura mientras me recostaba en el sofá con él encima de mí. Creo que dejare que Seiya piense que con esto logro hacerme cambiar de opinión respecto a visitar a Kakyuu con tal de disfrutar de este placentero momento.
Dos semanas de abstinencia han estado a punto de volvernos locos a los dos, y aunque me encantaría que hiciéramos el amor, tengo que recordarme que debo de tener un poco de paciencia y más por la salud de mi esposo, así que lentamente me separe de él y me senté en el otro extremo del sofá con tal de mantenerme lejos de Seiya
–¿Ahora por culpa de esa loca idea que se te metió en la cabeza, no dejaras que te toque, Bombón?
–No, pero aunque me encantaría que hagamos el amor, no podemos hacerlo.
–Vamos, Bombón. ¿No habíamos acordado que lo haríamos cuando me dieran de alta?
–Sí, pero…
–Salí del hospital hace dos días, y como estabas de viaje, hasta ahora podemos estar juntos. Ya no perdamos el tiempo –dijo él acercándose a mí. Estire mis brazos y coloque las palmas de mis manos sobre su pecho para que mantuviéramos distancia.
–Ya sé lo que habíamos dicho, pero tu salud esta primero… No debes de hacer ningún esfuerzo físico.
–Hacerte el amor nunca ha sido ningún esfuerzo, así que ven aquí.
Sin darme tiempo de reaccionar, Seiya me jalo hacia él y me sentó sobre su regazo. Intente separarme nuevamente, pero mi esposo coloco su brazo con firmeza alrededor de mi cintura, impidiéndome moverme.
–Suéltame, Seiya.
–Lo siento, pero no, Bombón.
–No empieces. Además, quiero tomar un baño antes de irnos a cenar.
Le di un pequeño beso, con la intención de inmediatamente después irme a bañar, pero mi esposo tenía otros planes ya que me beso primero lenta y tiernamente, para después ir subiendo de intensidad hasta que nuestro beso se volvió muy intenso y apremiante, logrando dejarme sin aliento.
–¿Y no quieres que te acompañe para que te enjabone la espalda? –musito Seiya sobre mis labios.
–Tú y yo sabemos que si haces eso, ese baño se convertirá en algo más, Amor.
–¿Y eso sería un problema? –pregunto mientras empezaba a desabotonar mi blusa.
–Normalmente no, pero… –dije deteniendo sus manos mientras pienso en una forma de hacerlo desistir de que tengamos relaciones –¿Qué tal que vienen mis padres, o tu padre a verte? Ahora que lo pienso ¿en donde están?
–En el casino. Han estado tan pendiente de mi estos días, que les dije que fueran a divertirse un rato mientras esperaba a que llegaras. Hicieron reservaciones para cenar, así que los veremos en el restaurante.
–En ese caso, debería de darme prisa e ir a bañarme.
–Y si mejor empezamos a celebrar lo de tu ascenso –dijo mi esposo en un tono muy sensual mordiendo el lóbulo de mi oreja.
–No deberíamos, Seiya… –musite tratando de resistirme a él, a pesar de que esta tumbando todas mis defensas.
–¿Por qué no? Dame una buena razón por la que no deberíamos hacer el amor. Y mi salud no es un pretexto valido porque estoy bien.
–Porque… porque Spike está aquí. No podemos perturbar la mente de un pobre e inocente cachorrito.
Seiya soltó una enorme carcajada –¿Ahora te preocupas por lo que pueda ver Spike después de que estuvo con nosotros en la suite en nuestra mini luna de miel después de que nos casamos?
–No te rías. Por supuesto que me preocupo por él, y en especial por ti, Seiya. El doctor dijo que debías de tomarte las cosas con calma, no hacer grandes esfuerzos físicos, ni…
–Estoy bien, Bombón –dijo mi esposo interrumpiéndome. Tomo mi rostro entre sus manos –Sé que has estado muy preocupada por mí las últimas dos semanas, pero mírame. Me encuentro perfectamente bien. El único rastro que quedo de la bala es esa cicatriz, pero en lo demás yo estoy muy bien. Ya no te preocupes tanto.
–No me pidas eso porque siempre me preocupare por ti. En las buenas y en las malas, en la salud y la enfermedad ¿recuerdas?
–Sí, y también recuerdo la parte de amarte por siempre. Y eso es justamente lo que estoy haciendo, a pesar de que eres una testaruda de lo peor que no quiere que disfrutemos de uno de los mejores aspectos de nuestro amor.
–Sabes que no es eso, Seiya. Es solo que estuve a punto de perderte, y simplemente quiero asegurarme de que te tendré a mi lado los próximos cincuenta años, sin importar que tengamos que sufrir unos días sin sexo. ¿Es mucho pedir?
–Si lo planteas así, supongo que no –dijo antes de besarme –¿Pero en verdad tenemos que seguir con esto de la abstinencia?
–Al menos hasta que nos vayamos a nuestra verdadera luna de miel.
–¿Y eso será…?
–Después de que haya ido a ver a Kakyuu.
–¿Otra vez con eso, Bombón? –dijo un poco fastidiado con el asunto.
–Sí, y no voy a cambiar de opinión por más que intentes persuadirme de lo contrario.
Seiya dio un largo suspiro de resignación –Bien, pero voy a ir contigo. Por más que esa mujer este en una celda, no pienso dejarte a solas con ella para que intente arrojarte su veneno.
–De acuerdo. Gracias –dije dándole un fugaz beso –Después de eso, solo nos queda preparar nuestras maletas e irnos en el primer vuelo a Paris.
–¿Y entonces…?
Asentí con una sonrisa –Entonces mandamos al diablo la abstinencia.
–Considerando que pretendo que nuestra luna de miel comience a más tardar en veinticuatro horas, creo que no hará mucha diferencia si nos olvidamos de la abstinencia desde ahora.
Mi esposo unió sus labios con los míos sin intensión alguna de soltarme. Su lengua exploro mi boca de una manera sumamente excitante mientras con lentas caricias recorría mi cuerpo, haciendo que me derritiera de placer. Me estreche más a él, acariciando su rostro con una mano mientras con la otra la enterraba en su cabello para profundizar más nuestro beso, sintiendo como el deseo iba creciendo en nosotros.
Una parte de mi me recordó que debíamos detenernos, a pesar que el resto de mi ser anhelaba continuar hasta el final. Pero me parecía una misión imposible luchar por más tiempo contra el intenso deseo que me recorre por dentro. Así que, sin siquiera querer detenerme, comencé a desabrocharle rápidamente la camisa a mi esposo.
Definitivamente no tiene caso luchar contra la inevitable.
–¿Qué es lo que me haces, Seiya? –musite sobre sus labios
–¿A qué te refieres?
–A esto –respondí quitándole la camisa y la arroje al suelo. Acaricie lentamente su pecho, cuando mis dedos llegaron hasta su cicatriz, me incline para besarla –Me tocas y haces que desaparezca mi sentido de la razón. Me vuelves una loca ninfómana que lo único que piensa es en hacerte el amor.
–Ese es el mismo efecto que causas en mí, Bombón… –susurro volviendo a besarme –Así que ya no pienses en nada más y haz todo lo que quieras conmigo, porque soy completamente tuyo.
Seiya me beso de una forma completamente arrebatadora, dejándome sin aliento, mientras me quitaba la blusa. Me acomode hasta quedar sentada a horcajadas sobre él, nuestros labios se encontraron una y otra vez, mientras mi mente no dejaba de pensar en todo lo que quería que hiciéramos después de tan larga abstinencia. A como lo veo, creo que vamos a pasar toda la noche aquí.
–¡Serena!
–¡Seiya!
Me paralice por completo y sentí que mi rostro se ruborizaba totalmente al escuchar las voces de mi padre y de Seikuro. Estaba tan ocupada intentando quitarle la ropa a mi esposo lo más rápido posible, que ni siquiera me di cuenta de en qué momento entraron nuestros padres.
Me levante rápidamente y me volví a poner mi blusa para cubrirme, al mismo tiempo que Seiya también buscaba su ropa, mientras nuestros padres nos miraban totalmente sorprendidos por encontrarnos en semejante escena de pasión.
–Hola…
–Seiya nos había dicho que hoy volviste a la ciudad, pero no tenía idea de que estabas aquí, hija –dijo mi madre intentando aligerar la tensión que se sentía en el aire.
–Si… yo tampoco tenía idea de que los vería tan pronto –dije y me incline un poco hacia mi esposo –¿No habías dicho que estaban en el casino? –susurre para que solo él me escuchara.
–Ahí se supone que deberían de estar, Bombón.
–¿Qué no aun estás convaleciente, Seiya? –pregunto mi padre algo molesto –Deberías de estar descansando. Y no solo eso, mi niña recién vuelve del trabajo y ya estas encima de ella.
–Con todo respeto, Kenji, Serena es mi esposa y no estábamos haciendo nada malo, eso es algo que todos los matrimonios hacen. Además, en realidad era ella quien estaba encima de mí y…
Le di un codazo a Seiya con tal de que no siguiera hablando. Ya es demasiado vergonzoso que nuestros padres nos hayan atrapado como a un par de adolescentes con las hormonas desatadas –a pesar de que somos marido y mujer– como para que empeore las cosas hablando de más.
–Parece que tú nunca entiendes, Seiya –dijo Seikuro con un gesto de desaprobación –Creí que aprenderías a evitar este tipo de situaciones, y más después de lo de Ann Sullivan.
–¿Quién es Ann Sullivan?
Seiya no respondió, ni mucho menos me miro ante la pregunta que le hice. Simplemente frunció el ceño mientras miraba a su padre.
–¿Quién es Ann Sullivan, Seiya? –pregunte nuevamente, empezando a molestarme por no recibir respuesta.
–Gracias por mencionar ese hecho, papá –dijo mi esposo tratando de contener su molestia en su voz –Ahora me espera una discusión con mi amada esposa solo porque mencionaste a alguien que no he visto en doce años.
–Te espera el mismo infierno, Seiya, si no me dices quien rayos es Ann Sullivan –dije molesta.
–Saben, nosotros solo veníamos por mi celular –dijo mi madre tomando el aparato que estaba en una mesita a un costado de la puerta de la suite –Los dejamos solos para que arreglen sus cosas y los vemos más tarde para que cenemos. Recuerden que tenemos la reservación para las ocho. ¡Ah! Y no seas demasiado dura con Seiya, hija.
Mis padres y Seikuro salieron tan rápido de la suite que ni Seiya ni yo tuvimos tiempo de decirles nada antes de que se fueran. Aunque por el rostro de mi esposo, es obvio que él también quería irse para evitar lo que está por suceder.
–¿Y bien, Seiya? –pregunte molesta –¿Ya me vas a decir quién rayos es esa tal Ann Sullivan?
–Solo una chica con quien salí cuando tenía dieciséis años. No es nadie importante.
–¿Enserio? ¿Entonces porque Seikuro dijo que porque no has aprendido después de lo que te paso con ella?
Seiya dio un largo suspiro –Digamos que tuve la mala suerte de que me encontrara con ella en una situación similar a como nos encontraron hace unos momentos nuestros padres.
Maldije mentalmente por haber preguntado. Eso me pasa por querer saber cosas que estén relacionadas con el largo historial de mujeres con las que había salido Seiya antes de mí.
–Ya no digas más, que no me interesan los detalles.
Camine hacia el baño para darme una ducha, poniendo fin a la conversación. Pero mi esposo me lo impidió ya que me tomo del brazo para impedir que se fuera.
–No estés enojada por una tontería como esta.
–A mí no me parece que sea una tontería y menos cuando pienso en todas las mujeres que estuvieron contigo, te tocaron y…
–Ellas no significaron nada para mí. Además, en ese entonces era joven e idiota, Bombón.
–Sigues siendo un idiota.
–Tal vez, pero no tienes motivos para estar celosa. Es cierto que en mi vida han pasado muchas mujeres, pero ninguna me ha importado tanto como tú –dijo él colocando su mano en mi mejilla –No sé si lo recuerdes, pero ya te había dicho esto en una conversación que habíamos tenido antes. Y sabes muy bien que lo que tengo contigo, jamás lo he tenido con nadie. Sin duda soy muy afortunado por haberte conocido, y más porque eres mi esposa.
Seiya acorto la distancia que nos separaba y me beso con todo su amor, haciendo que olvidara por qué había estado molesta hace unos momentos. ¿Cómo puedo estar enojada con él cuando dice cosas tan lindas y me besa de esta manera?
–Te amo, Seiya.
–Yo también te amo, Bombón.
–¿Sabes? Ya que nuevamente estamos solos y tenemos tiempo antes de la cena, quiero ir a tomar ese baño ya que ha sido un día muy largo… –musite dándole un pequeño beso –¿Por qué no vienes y me ayudas a enjabonarme la espalda?
Mi esposo me regalo mi sonrisa favorita, me tomo entre sus brazos y tomamos un largo y excitante baño, razón por la cual llegamos tarde a la cena familiar.
Seiya me miro con una sonrisa cuando aparto a un lado el periódico que estaba leyendo al verme llegar a la nueva suite que ahora compartimos en el Caesars, ya que la anterior quedo totalmente calcinada en el incendio que provoco Kakyuu.
Spike se acercó corriendo a mi lado, lo alce y acaricie su pequeño y peludo cuerpo tras lo que camine con mi cachorro en brazos hacia el sofá en donde se encontraba mi esposo, que me recibió con un dulce beso.
–Empezaba a creer que nunca llegarías, Bombón.
–Lo siento. Me entretuve un rato con Molly y Luna y no vi la hora –dije mientras me acomodaba a su lado, apoye mi cabeza en su hombro. Él me rodeo con su brazo.
–No importa –dijo él dándome un pequeño beso en la frente –Lo importante es que estas aquí. ¿Ya mencione que te extrañe mucho mientras estuviste fuera?
–Lo hiciste. Tú también me hiciste mucha falta, pero ya no nos vamos a separar.
–¿Eso significa que ya terminaste todos los asuntos pendientes de la misión y nos podremos ir a nuestra luna de miel?
–Sí, y no solo eso… –alce el rostro para verlo a los ojos –Estás viendo a la nueva jefa del área de inteligencia.
–¡Eso es grandioso, Bombón! ¡Felicidades! –exclamo Seiya con alegría antes de besarme –Sin duda Luna hizo una excelente elección al darte el puesto. Estoy seguro de que harás un gran trabajo.
–Gracias, mi amor –dije mientras volvíamos a besarnos –Aun no puedo creer que esto esté pasando… Y ahora que oficialmente ambos trabajaremos en las oficinas de la Agencia, creo que finalmente se acabaron las aventuras para nosotros.
–Al contrario, nuestra más grande aventura es nuestro matrimonio y apenas está empezando.
Sonreí ante sus palabras –Tienes razón, más considerando que tenemos el resto de nuestras vidas para amarnos.
–Sí, y para empezar con esta nueva vida, creo que debería llamar a la aerolínea. Con un poco de suerte, quizás consiga un par de boletos a Paris para irnos mañana temprano.
–En realidad, preferiría que no fuera tan rápido… Hay algo que quisiera hacer antes de irnos de Las Vegas.
–¿Qué cosa? –pregunto él confundido.
–Quiero ir a ver a Kakyuu a la cárcel.
–¡No, Bombón! ¡Esa maldita rata nos ha hecho demasiado daño, y aunque este en la cárcel, no quiero que estés cerca de ella!
–Entiendo que te disguste la idea, pero siento que debo ir a verla.
–¿Para qué quieres verla? –pregunto él alterado –¿Para qué esa mujer intente llenarte la cabeza de ideas que no son ciertas y de sus amenazas?
–No. Pero me guste o no, ella ha sido alguien importante en nuestras vidas de muy diversas formas, y siento que al verla por última vez cerrare un ciclo. Solo así podre dejar atrás todo lo que nos ha hecho… Ni siquiera voy a pedirte que me acompañes. Solo te pido que entiendas que debo hacer esto. Por favor.
Seiya dio un largo suspiro mientras pensaba en mis palabras –Realmente estás decidida a hacer esta locura ¿verdad?
–Sí. Y sabes que no me harás cambiar de opinión.
–¿Ni siquiera me dejaras intentar persuadirte así? –musito él trazando un sendero de besos a lo largo de mi cuello
–Seiya…
–¿O así? –susurro mientras deslizaba su mano por debajo de mi blusa.
Sus labios buscaron los míos y nos besamos con una exquisita ternura mientras me recostaba en el sofá con él encima de mí. Creo que dejare que Seiya piense que con esto logro hacerme cambiar de opinión respecto a visitar a Kakyuu con tal de disfrutar de este placentero momento.
Dos semanas de abstinencia han estado a punto de volvernos locos a los dos, y aunque me encantaría que hiciéramos el amor, tengo que recordarme que debo de tener un poco de paciencia y más por la salud de mi esposo, así que lentamente me separe de él y me senté en el otro extremo del sofá con tal de mantenerme lejos de Seiya
–¿Ahora por culpa de esa loca idea que se te metió en la cabeza, no dejaras que te toque, Bombón?
–No, pero aunque me encantaría que hagamos el amor, no podemos hacerlo.
–Vamos, Bombón. ¿No habíamos acordado que lo haríamos cuando me dieran de alta?
–Sí, pero…
–Salí del hospital hace dos días, y como estabas de viaje, hasta ahora podemos estar juntos. Ya no perdamos el tiempo –dijo él acercándose a mí. Estire mis brazos y coloque las palmas de mis manos sobre su pecho para que mantuviéramos distancia.
–Ya sé lo que habíamos dicho, pero tu salud esta primero… No debes de hacer ningún esfuerzo físico.
–Hacerte el amor nunca ha sido ningún esfuerzo, así que ven aquí.
Sin darme tiempo de reaccionar, Seiya me jalo hacia él y me sentó sobre su regazo. Intente separarme nuevamente, pero mi esposo coloco su brazo con firmeza alrededor de mi cintura, impidiéndome moverme.
–Suéltame, Seiya.
–Lo siento, pero no, Bombón.
–No empieces. Además, quiero tomar un baño antes de irnos a cenar.
Le di un pequeño beso, con la intención de inmediatamente después irme a bañar, pero mi esposo tenía otros planes ya que me beso primero lenta y tiernamente, para después ir subiendo de intensidad hasta que nuestro beso se volvió muy intenso y apremiante, logrando dejarme sin aliento.
–¿Y no quieres que te acompañe para que te enjabone la espalda? –musito Seiya sobre mis labios.
–Tú y yo sabemos que si haces eso, ese baño se convertirá en algo más, Amor.
–¿Y eso sería un problema? –pregunto mientras empezaba a desabotonar mi blusa.
–Normalmente no, pero… –dije deteniendo sus manos mientras pienso en una forma de hacerlo desistir de que tengamos relaciones –¿Qué tal que vienen mis padres, o tu padre a verte? Ahora que lo pienso ¿en donde están?
–En el casino. Han estado tan pendiente de mi estos días, que les dije que fueran a divertirse un rato mientras esperaba a que llegaras. Hicieron reservaciones para cenar, así que los veremos en el restaurante.
–En ese caso, debería de darme prisa e ir a bañarme.
–Y si mejor empezamos a celebrar lo de tu ascenso –dijo mi esposo en un tono muy sensual mordiendo el lóbulo de mi oreja.
–No deberíamos, Seiya… –musite tratando de resistirme a él, a pesar de que esta tumbando todas mis defensas.
–¿Por qué no? Dame una buena razón por la que no deberíamos hacer el amor. Y mi salud no es un pretexto valido porque estoy bien.
–Porque… porque Spike está aquí. No podemos perturbar la mente de un pobre e inocente cachorrito.
Seiya soltó una enorme carcajada –¿Ahora te preocupas por lo que pueda ver Spike después de que estuvo con nosotros en la suite en nuestra mini luna de miel después de que nos casamos?
–No te rías. Por supuesto que me preocupo por él, y en especial por ti, Seiya. El doctor dijo que debías de tomarte las cosas con calma, no hacer grandes esfuerzos físicos, ni…
–Estoy bien, Bombón –dijo mi esposo interrumpiéndome. Tomo mi rostro entre sus manos –Sé que has estado muy preocupada por mí las últimas dos semanas, pero mírame. Me encuentro perfectamente bien. El único rastro que quedo de la bala es esa cicatriz, pero en lo demás yo estoy muy bien. Ya no te preocupes tanto.
–No me pidas eso porque siempre me preocupare por ti. En las buenas y en las malas, en la salud y la enfermedad ¿recuerdas?
–Sí, y también recuerdo la parte de amarte por siempre. Y eso es justamente lo que estoy haciendo, a pesar de que eres una testaruda de lo peor que no quiere que disfrutemos de uno de los mejores aspectos de nuestro amor.
–Sabes que no es eso, Seiya. Es solo que estuve a punto de perderte, y simplemente quiero asegurarme de que te tendré a mi lado los próximos cincuenta años, sin importar que tengamos que sufrir unos días sin sexo. ¿Es mucho pedir?
–Si lo planteas así, supongo que no –dijo antes de besarme –¿Pero en verdad tenemos que seguir con esto de la abstinencia?
–Al menos hasta que nos vayamos a nuestra verdadera luna de miel.
–¿Y eso será…?
–Después de que haya ido a ver a Kakyuu.
–¿Otra vez con eso, Bombón? –dijo un poco fastidiado con el asunto.
–Sí, y no voy a cambiar de opinión por más que intentes persuadirme de lo contrario.
Seiya dio un largo suspiro de resignación –Bien, pero voy a ir contigo. Por más que esa mujer este en una celda, no pienso dejarte a solas con ella para que intente arrojarte su veneno.
–De acuerdo. Gracias –dije dándole un fugaz beso –Después de eso, solo nos queda preparar nuestras maletas e irnos en el primer vuelo a Paris.
–¿Y entonces…?
Asentí con una sonrisa –Entonces mandamos al diablo la abstinencia.
–Considerando que pretendo que nuestra luna de miel comience a más tardar en veinticuatro horas, creo que no hará mucha diferencia si nos olvidamos de la abstinencia desde ahora.
Mi esposo unió sus labios con los míos sin intensión alguna de soltarme. Su lengua exploro mi boca de una manera sumamente excitante mientras con lentas caricias recorría mi cuerpo, haciendo que me derritiera de placer. Me estreche más a él, acariciando su rostro con una mano mientras con la otra la enterraba en su cabello para profundizar más nuestro beso, sintiendo como el deseo iba creciendo en nosotros.
Una parte de mi me recordó que debíamos detenernos, a pesar que el resto de mi ser anhelaba continuar hasta el final. Pero me parecía una misión imposible luchar por más tiempo contra el intenso deseo que me recorre por dentro. Así que, sin siquiera querer detenerme, comencé a desabrocharle rápidamente la camisa a mi esposo.
Definitivamente no tiene caso luchar contra la inevitable.
–¿Qué es lo que me haces, Seiya? –musite sobre sus labios
–¿A qué te refieres?
–A esto –respondí quitándole la camisa y la arroje al suelo. Acaricie lentamente su pecho, cuando mis dedos llegaron hasta su cicatriz, me incline para besarla –Me tocas y haces que desaparezca mi sentido de la razón. Me vuelves una loca ninfómana que lo único que piensa es en hacerte el amor.
–Ese es el mismo efecto que causas en mí, Bombón… –susurro volviendo a besarme –Así que ya no pienses en nada más y haz todo lo que quieras conmigo, porque soy completamente tuyo.
Seiya me beso de una forma completamente arrebatadora, dejándome sin aliento, mientras me quitaba la blusa. Me acomode hasta quedar sentada a horcajadas sobre él, nuestros labios se encontraron una y otra vez, mientras mi mente no dejaba de pensar en todo lo que quería que hiciéramos después de tan larga abstinencia. A como lo veo, creo que vamos a pasar toda la noche aquí.
–¡Serena!
–¡Seiya!
Me paralice por completo y sentí que mi rostro se ruborizaba totalmente al escuchar las voces de mi padre y de Seikuro. Estaba tan ocupada intentando quitarle la ropa a mi esposo lo más rápido posible, que ni siquiera me di cuenta de en qué momento entraron nuestros padres.
Me levante rápidamente y me volví a poner mi blusa para cubrirme, al mismo tiempo que Seiya también buscaba su ropa, mientras nuestros padres nos miraban totalmente sorprendidos por encontrarnos en semejante escena de pasión.
–Hola…
–Seiya nos había dicho que hoy volviste a la ciudad, pero no tenía idea de que estabas aquí, hija –dijo mi madre intentando aligerar la tensión que se sentía en el aire.
–Si… yo tampoco tenía idea de que los vería tan pronto –dije y me incline un poco hacia mi esposo –¿No habías dicho que estaban en el casino? –susurre para que solo él me escuchara.
–Ahí se supone que deberían de estar, Bombón.
–¿Qué no aun estás convaleciente, Seiya? –pregunto mi padre algo molesto –Deberías de estar descansando. Y no solo eso, mi niña recién vuelve del trabajo y ya estas encima de ella.
–Con todo respeto, Kenji, Serena es mi esposa y no estábamos haciendo nada malo, eso es algo que todos los matrimonios hacen. Además, en realidad era ella quien estaba encima de mí y…
Le di un codazo a Seiya con tal de que no siguiera hablando. Ya es demasiado vergonzoso que nuestros padres nos hayan atrapado como a un par de adolescentes con las hormonas desatadas –a pesar de que somos marido y mujer– como para que empeore las cosas hablando de más.
–Parece que tú nunca entiendes, Seiya –dijo Seikuro con un gesto de desaprobación –Creí que aprenderías a evitar este tipo de situaciones, y más después de lo de Ann Sullivan.
–¿Quién es Ann Sullivan?
Seiya no respondió, ni mucho menos me miro ante la pregunta que le hice. Simplemente frunció el ceño mientras miraba a su padre.
–¿Quién es Ann Sullivan, Seiya? –pregunte nuevamente, empezando a molestarme por no recibir respuesta.
–Gracias por mencionar ese hecho, papá –dijo mi esposo tratando de contener su molestia en su voz –Ahora me espera una discusión con mi amada esposa solo porque mencionaste a alguien que no he visto en doce años.
–Te espera el mismo infierno, Seiya, si no me dices quien rayos es Ann Sullivan –dije molesta.
–Saben, nosotros solo veníamos por mi celular –dijo mi madre tomando el aparato que estaba en una mesita a un costado de la puerta de la suite –Los dejamos solos para que arreglen sus cosas y los vemos más tarde para que cenemos. Recuerden que tenemos la reservación para las ocho. ¡Ah! Y no seas demasiado dura con Seiya, hija.
Mis padres y Seikuro salieron tan rápido de la suite que ni Seiya ni yo tuvimos tiempo de decirles nada antes de que se fueran. Aunque por el rostro de mi esposo, es obvio que él también quería irse para evitar lo que está por suceder.
–¿Y bien, Seiya? –pregunte molesta –¿Ya me vas a decir quién rayos es esa tal Ann Sullivan?
–Solo una chica con quien salí cuando tenía dieciséis años. No es nadie importante.
–¿Enserio? ¿Entonces porque Seikuro dijo que porque no has aprendido después de lo que te paso con ella?
Seiya dio un largo suspiro –Digamos que tuve la mala suerte de que me encontrara con ella en una situación similar a como nos encontraron hace unos momentos nuestros padres.
Maldije mentalmente por haber preguntado. Eso me pasa por querer saber cosas que estén relacionadas con el largo historial de mujeres con las que había salido Seiya antes de mí.
–Ya no digas más, que no me interesan los detalles.
Camine hacia el baño para darme una ducha, poniendo fin a la conversación. Pero mi esposo me lo impidió ya que me tomo del brazo para impedir que se fuera.
–No estés enojada por una tontería como esta.
–A mí no me parece que sea una tontería y menos cuando pienso en todas las mujeres que estuvieron contigo, te tocaron y…
–Ellas no significaron nada para mí. Además, en ese entonces era joven e idiota, Bombón.
–Sigues siendo un idiota.
–Tal vez, pero no tienes motivos para estar celosa. Es cierto que en mi vida han pasado muchas mujeres, pero ninguna me ha importado tanto como tú –dijo él colocando su mano en mi mejilla –No sé si lo recuerdes, pero ya te había dicho esto en una conversación que habíamos tenido antes. Y sabes muy bien que lo que tengo contigo, jamás lo he tenido con nadie. Sin duda soy muy afortunado por haberte conocido, y más porque eres mi esposa.
Seiya acorto la distancia que nos separaba y me beso con todo su amor, haciendo que olvidara por qué había estado molesta hace unos momentos. ¿Cómo puedo estar enojada con él cuando dice cosas tan lindas y me besa de esta manera?
–Te amo, Seiya.
–Yo también te amo, Bombón.
–¿Sabes? Ya que nuevamente estamos solos y tenemos tiempo antes de la cena, quiero ir a tomar ese baño ya que ha sido un día muy largo… –musite dándole un pequeño beso –¿Por qué no vienes y me ayudas a enjabonarme la espalda?
Mi esposo me regalo mi sonrisa favorita, me tomo entre sus brazos y tomamos un largo y excitante baño, razón por la cual llegamos tarde a la cena familiar.
Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
Apreté con fuerza la mano de mi esposo mientras caminábamos detrás de un guardia por los pasillos de la cárcel. Me siento bastante nerviosa con esto, pero aun así estoy segura de que antes de irme de Las Vegas, quiero hablar con Kakyuu por última vez.
Seiya siguió intentando persuadirme de esto anoche, más después de la agradable cena en familia que tuvimos y que consiguió nuestros boletos de avión para irnos esta noche a Paris, con tal de hacerme entender que debíamos olvidarnos de la mujer que más daño nos ha hecho. Y eso es justamente lo quiero hacer. Quiero sacar de mi todo lo que siento por Kakyuu por todo lo que nos hizo a mi esposo y a mí. Solo así podre disfrutar de mi vida sin la sombra de un doloroso pasado.
El guardia se detuvo cuando llegamos frente a una enorme puerta de seguridad, la cual abrió para permitirnos pasar a Seiya y a mí hacia la celda de Kakyuu. Vestida con el uniforme naranja de la prisión, se levanto de la pequeña cama en la que estaba sentada y nos miro con un gran odio grabado en su mirada. Obviamente no esperaba nuestra visita, y menos porque hasta donde sé, su gran amiga Neherenia no ha venido a verla desde que fue arrestada, y su madre… Galaxia está muy triste y decepcionada de saber todo lo que ha hecho su hija y no ha mostrado intención alguna en venir a verla.
–¿Qué hacen aquí? –pregunto Kakyuu molesta –¿Vienen a disfrutar de lo que me han hecho?
–Tú te has hecho esto a ti misma, Kakyuu. Es el castigo que mereces por todo el daño que le has hecho a mucha gente, no solo a nosotros… Por si no lo sabias, a esto mucha gente le dice karma.
–Di todo lo que quieras, maldita desgraciada, pero muy pronto saldré de aquí.
–No te permito que le hables así a mi esposa –dijo Seiya con firmeza –Y por si aun no te has dado cuenta, vas a estar allí encerrada como la rata que eres por el resto de tu vida.
–No, esto no ha terminado. Y ustedes pagaran por esto. Me arrebataron mi vida, todo lo que tenía…
–Esa era una vida que conseguiste a base de las más viles manipulaciones con tal de seguir siendo una mujer poderosa por trabajar para BlackMoon Industries. ¿De qué te sirvió? La empresa será vendida y se han recuperado las joyas que obligaste a Darién Chiba a robar cuando se disfrazaba de Tuxedo Mask. Dime una cosa, ¿ni siquiera tuviste un poco de remordimiento cuando separaste a un padre de su hija? Rini es solo una niña inocente que nada tenía que ver con esto.
–No me hables de esa mocosa, ni de Chiba que solo me han dado problemas. Ellos, al igual que ustedes, van a pagar por lo que me han hecho y terminare lo que empecé... Debiste de haber muerto en ese incendio, Seiya, así nadie hubiera intentado salvar a tu querida Bombón.
–Estás muy equivocada, porque no vas a hacer nada. No vamos a permitírtelo –dijo Seiya.
–¿Enserio? ¿Los agentes Tsukino y Kou me van a detener? –pregunto ella con ironía.
–De hecho, ya lo hicimos –dije con mi mejor sonrisa. Algo que la enfureció aun más –¿Sabes qué? Ni Seiya ni yo vamos a seguir escuchando tus amenazas. Por más que pienses en como vengarte de nosotros mientras estas en esta celda, tus planes nunca llegaran a realizarse porque nunca saldrás de aquí… Es una lástima que las cosas entre nosotras hayan terminado de esta manera, porque yo alguna vez te llegue a querer como a una hermana. Pero ese cariño que no quisiste de mí, lo recibirán las personas que amo y que se que me aman. Ya ni siquiera pensare en ti. Disfrutare mi vida con quienes quiero, en especial con el hombre que has intentado arrebatarme. Porque de algo estoy segura, mientras tú estarás aquí por el resto de tu vida, Seiya y yo vamos a ser muy felices.
Mi esposo apretó con más fuerza mi mano, y sin decir algo más, ambos salimos de ahí mientras escuchábamos tras de nosotros las amenazas sin fin de Kakyuu. Ni siquiera mire atrás, solo seguí caminando en silencio al lado de Seiya hasta que salimos de la cárcel.
–¿Estás bien, Bombón? –pregunto Seiya una vez que estuvimos dentro de la camioneta de Ami y que nos había prestado.
–Si… Estoy consciente de que venir aquí fue una locura, pero necesitaba hacer esto.
–Esa rata pelirroja ya no nos podrá hacer daño.
–Lo sé –di un largo suspiro –Ella ahora es un mal recuerdo de nuestro pasado que ha quedado atrás.
Seiya siguió intentando persuadirme de esto anoche, más después de la agradable cena en familia que tuvimos y que consiguió nuestros boletos de avión para irnos esta noche a Paris, con tal de hacerme entender que debíamos olvidarnos de la mujer que más daño nos ha hecho. Y eso es justamente lo quiero hacer. Quiero sacar de mi todo lo que siento por Kakyuu por todo lo que nos hizo a mi esposo y a mí. Solo así podre disfrutar de mi vida sin la sombra de un doloroso pasado.
El guardia se detuvo cuando llegamos frente a una enorme puerta de seguridad, la cual abrió para permitirnos pasar a Seiya y a mí hacia la celda de Kakyuu. Vestida con el uniforme naranja de la prisión, se levanto de la pequeña cama en la que estaba sentada y nos miro con un gran odio grabado en su mirada. Obviamente no esperaba nuestra visita, y menos porque hasta donde sé, su gran amiga Neherenia no ha venido a verla desde que fue arrestada, y su madre… Galaxia está muy triste y decepcionada de saber todo lo que ha hecho su hija y no ha mostrado intención alguna en venir a verla.
–¿Qué hacen aquí? –pregunto Kakyuu molesta –¿Vienen a disfrutar de lo que me han hecho?
–Tú te has hecho esto a ti misma, Kakyuu. Es el castigo que mereces por todo el daño que le has hecho a mucha gente, no solo a nosotros… Por si no lo sabias, a esto mucha gente le dice karma.
–Di todo lo que quieras, maldita desgraciada, pero muy pronto saldré de aquí.
–No te permito que le hables así a mi esposa –dijo Seiya con firmeza –Y por si aun no te has dado cuenta, vas a estar allí encerrada como la rata que eres por el resto de tu vida.
–No, esto no ha terminado. Y ustedes pagaran por esto. Me arrebataron mi vida, todo lo que tenía…
–Esa era una vida que conseguiste a base de las más viles manipulaciones con tal de seguir siendo una mujer poderosa por trabajar para BlackMoon Industries. ¿De qué te sirvió? La empresa será vendida y se han recuperado las joyas que obligaste a Darién Chiba a robar cuando se disfrazaba de Tuxedo Mask. Dime una cosa, ¿ni siquiera tuviste un poco de remordimiento cuando separaste a un padre de su hija? Rini es solo una niña inocente que nada tenía que ver con esto.
–No me hables de esa mocosa, ni de Chiba que solo me han dado problemas. Ellos, al igual que ustedes, van a pagar por lo que me han hecho y terminare lo que empecé... Debiste de haber muerto en ese incendio, Seiya, así nadie hubiera intentado salvar a tu querida Bombón.
–Estás muy equivocada, porque no vas a hacer nada. No vamos a permitírtelo –dijo Seiya.
–¿Enserio? ¿Los agentes Tsukino y Kou me van a detener? –pregunto ella con ironía.
–De hecho, ya lo hicimos –dije con mi mejor sonrisa. Algo que la enfureció aun más –¿Sabes qué? Ni Seiya ni yo vamos a seguir escuchando tus amenazas. Por más que pienses en como vengarte de nosotros mientras estas en esta celda, tus planes nunca llegaran a realizarse porque nunca saldrás de aquí… Es una lástima que las cosas entre nosotras hayan terminado de esta manera, porque yo alguna vez te llegue a querer como a una hermana. Pero ese cariño que no quisiste de mí, lo recibirán las personas que amo y que se que me aman. Ya ni siquiera pensare en ti. Disfrutare mi vida con quienes quiero, en especial con el hombre que has intentado arrebatarme. Porque de algo estoy segura, mientras tú estarás aquí por el resto de tu vida, Seiya y yo vamos a ser muy felices.
Mi esposo apretó con más fuerza mi mano, y sin decir algo más, ambos salimos de ahí mientras escuchábamos tras de nosotros las amenazas sin fin de Kakyuu. Ni siquiera mire atrás, solo seguí caminando en silencio al lado de Seiya hasta que salimos de la cárcel.
–¿Estás bien, Bombón? –pregunto Seiya una vez que estuvimos dentro de la camioneta de Ami y que nos había prestado.
–Si… Estoy consciente de que venir aquí fue una locura, pero necesitaba hacer esto.
–Esa rata pelirroja ya no nos podrá hacer daño.
–Lo sé –di un largo suspiro –Ella ahora es un mal recuerdo de nuestro pasado que ha quedado atrás.
Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
Las siguientes horas pasaron volando mientras terminábamos de organizar nuestras cosas, ya que solo quedaba muy poco tiempo antes de que mi esposo y yo nos fuéramos al aeropuerto.
–Creo que esa era la última.
Asentí al ver que Seiya cerraba la última maleta y la llevaba junto a las demás. Mi madre, con lágrimas en los ojos, me abrazo nuevamente. Estaba prolongando mucho la despedida, a pesar de que ella y mi padre se quedaran en Las Vegas unos días más para disfrutar de la ciudad, mientras que Seikuro volverá a Kioto.
–No te pongas así, mamá. Nos veremos en un par de semanas –dije dándole un beso en la mejilla –Sabes que en cuanto Seiya y yo volvamos a Japón, iremos a Kioto a verlos.
–Ya sé, pero…
–Ningún pero. Además, papá y tú van a cuidar muy bien a Spike en nuestra ausencia ¿verdad?
–Claro que si, Serena –dijo ella abrazándome con más fuerza –Cuídamela mucho, Seiya. Por favor…
–No tiene ni que decirlo, Ikuko. Sabe que cuidare muy bien de Bombón.
De pronto se escucho que llamaban a la puerta de la suite. Pensando que podría ser el botones que venía por nuestras maletas, Seiya fue a abrir. Nuestra sorpresa fue enorme al ver a Rini Chiba con una enorme sonrisa, sosteniendo una rosa roja en su mano junto con una nota.
–¡Hola, pequeña! –saludo mi esposo
–¡Hola! ¿Se encuentra Serena?
–Sí, aquí estoy Rini.
La niña, sin esperar a que alguien dijera algo, entro a la suite y se acerco rápidamente a mi lado, después de haber saludado con un Buenas tardes a mis padres y mi suegro.
–Tía Mina me dijo que hoy te ibas de Las Vegas, así que mi papá me pidió que te trajera esto ya que él no puede salir –dijo Rini entregándome la rosa y la nota.
–Gracias.
Sonreí al oler el dulce aroma de la rosa y abrí la nota para leer lo que decía.
Serena:
Aunque me hubiera encantado entregarte esto personalmente, sabes muy bien que las circunstancias no me lo permiten, pero eso es lo de menos ahora que nuevamente tengo a mi lado a mi Pequeña Dama.
Nunca podre agradecerte lo suficiente por haberme regresado a mi joya más preciada. Sin duda un hijo es el mayor tesoro que un padre puede tener. Quizás aun no entiendas el gran significado de mis palabras, pero el día que tu esposo y tu tengan la dicha de tener un hijo, comprenderás que tendrás mi eterno agradecimiento por hacer posible que mi hija este conmigo.
Te deseo lo mejor en el futuro, Serena, y espero que seas muy feliz con quienes quieres.
Con todo mi cariño.
Darién Chiba.
–Gracias por traerme esto, Rini. Y dile a tu papá que era lo menos que podía hacer, solamente cumplí con mi deber.
–De acuerdo. ¿Algo más?
–Sí, una cosa más –me agache y le di un par de besos en ambas mejillas a Rini –Uno es para ti, y el otro es para Darién ¿Se lo podrías dar por mi? Se lo hubiera dado yo, de no ser porque dentro de poco tengo que subir a un avión y mi esposo es un tanto celoso.
–Muy bien, yo le guardo ese beso. ¿Te volveré a ver, Serena?
–Es posible. Tus tías prometieron visitarme, y tú también puedes hacerlo cuando quieras, así podrás jugar con mi cachorrito –le dije al ver que Spike se acercaba con nosotras.
Rini acaricio el pelo de mi cachorro –Es muy bonito. ¿Cómo se llama?
–Spike.
–¡Qué lindo nombre! Le voy a decir a mi papá que también me compre uno –dijo ella emocionada –Bueno, creo que ya debería irme, sino papá se preocupara.
Me despedí de Rini, y así como de repente había aparecido en la suite, se había ido. No sin antes dejar huella de su paso y más por la intensa mirada de mi esposo.
–Explícame otra vez ¿porque después de todo lo que ha pasado, a Chiba solo le dieron arresto domiciliario? –pregunto Seiya sin intentar ocultar la molestia que siente en su voz –Yo lo hubiera enviado a prisión por enviarle rosas a la esposa de alguien más.
–Seiya… –musite con un suspiro. No quiero que peleemos por una tontería así.
–Y no solo eso, Bombón, le mandaste un beso a Darién Chiba.
–Sí, un beso de amigos y por si no lo notaste, fue en la mejilla. Para ti reservo estos besos –dije acercándome a él. Le un suave y dulce beso en los labios –Y cuando lleguemos a Paris podrás disfrutar de los mejores. Así que olvidémonos de esto y démonos prisa si no queremos perder el avión.
Seiya me dio un pequeño beso, tras lo que llamo a la recepción del hotel para que mandaran a un botones por nuestras maletas.
Momentos más tarde, nuestras maletas eran subidas al taxi que nos llevarían al aeropuerto mientras Seiya y yo nos despedíamos de nuestros padres y Molly, que para mi sorpresa, había llamado a Luna, Haruka, Yaten, Taiki y Ami que habían llegado justo a tiempo para despedirnos.
Más despedidas por parte de todos mientras yo sentía que iba a llorar en cualquier momento. Les había tomado un gran cariño y aprecio a mis amigos del FBI, que en verdad sentía una gran nostalgia y más al recordar todo lo que habíamos compartido.
–En verdad esperamos que vayan a visitarnos a Tokio –dijo Seiya –Será bueno verlos en circunstancias más agradables y que no tengan que ver con el trabajo.
–Lo mismo les decimos a Serena y a ti –dijo Haruka –Vuelvan cuando quieran a Las Vegas, que siempre serán bienvenidos.
–Gracias, a todos…
–Disculpen, señores –dijo el conductor del taxi –Pero el trafico es terrible a esta hora y creo que deberíamos de darnos prisa si no quieren perder su vuelo.
–En ese caso, es mejor que se vayan ya –dijo Luna –Entre más pronto se vayan, más pronto regresaran a Tokio. Ya saben que quiero a mis mejores agentes de regreso en la Agencia en un par de semanas.
–Lo sabemos, jefa. Así que no te preocupes, que vamos a obedecer tus órdenes.
Más despedidas por parte de todos que parecía que nunca iban a terminar, y que terminaron gracias a la impaciencia de mi esposo ante la perspectiva de iniciar oficialmente nuestra luna de miel y tenerme solo para él.
Seiya y yo subimos al taxi, nos despedimos de todos con la mano por enésima vez prometiendo que nos volveríamos a ver pronto, y finalmente el conductor puso en marcha el taxi para llevarnos al aeropuerto, mientras contemplaba las calles de Las Vegas por última vez, recordando como en esta ciudad mi vida cambio por completo.
Llegue aquí con el hombre que me había roto el corazón y por el que había sufrido muchos años. Y ahora me voy junto con ese mismo hombre, mi esposo, que amo con toda mi alma y que me ha hecho muy feliz.
Y sé que los años que nos esperan, también serán muy felices.
Ya casi llegamos al final de este fic, pero no olviden que aun ¡nos queda el epilogo! Esta historia no se termina hasta que aparezca la palabra FIN.
Me despido por ahora esperando que les haya gustado el capítulo de hoy, como siempre, les pido que no olviden dejar sus comentarios, dudas, quejas o sugerencias que tengan. Muchos saludos para todos y ¡nos vemos en el final de esta historia!
XOXO
Serenity
–Creo que esa era la última.
Asentí al ver que Seiya cerraba la última maleta y la llevaba junto a las demás. Mi madre, con lágrimas en los ojos, me abrazo nuevamente. Estaba prolongando mucho la despedida, a pesar de que ella y mi padre se quedaran en Las Vegas unos días más para disfrutar de la ciudad, mientras que Seikuro volverá a Kioto.
–No te pongas así, mamá. Nos veremos en un par de semanas –dije dándole un beso en la mejilla –Sabes que en cuanto Seiya y yo volvamos a Japón, iremos a Kioto a verlos.
–Ya sé, pero…
–Ningún pero. Además, papá y tú van a cuidar muy bien a Spike en nuestra ausencia ¿verdad?
–Claro que si, Serena –dijo ella abrazándome con más fuerza –Cuídamela mucho, Seiya. Por favor…
–No tiene ni que decirlo, Ikuko. Sabe que cuidare muy bien de Bombón.
De pronto se escucho que llamaban a la puerta de la suite. Pensando que podría ser el botones que venía por nuestras maletas, Seiya fue a abrir. Nuestra sorpresa fue enorme al ver a Rini Chiba con una enorme sonrisa, sosteniendo una rosa roja en su mano junto con una nota.
–¡Hola, pequeña! –saludo mi esposo
–¡Hola! ¿Se encuentra Serena?
–Sí, aquí estoy Rini.
La niña, sin esperar a que alguien dijera algo, entro a la suite y se acerco rápidamente a mi lado, después de haber saludado con un Buenas tardes a mis padres y mi suegro.
–Tía Mina me dijo que hoy te ibas de Las Vegas, así que mi papá me pidió que te trajera esto ya que él no puede salir –dijo Rini entregándome la rosa y la nota.
–Gracias.
Sonreí al oler el dulce aroma de la rosa y abrí la nota para leer lo que decía.
Serena:
Aunque me hubiera encantado entregarte esto personalmente, sabes muy bien que las circunstancias no me lo permiten, pero eso es lo de menos ahora que nuevamente tengo a mi lado a mi Pequeña Dama.
Nunca podre agradecerte lo suficiente por haberme regresado a mi joya más preciada. Sin duda un hijo es el mayor tesoro que un padre puede tener. Quizás aun no entiendas el gran significado de mis palabras, pero el día que tu esposo y tu tengan la dicha de tener un hijo, comprenderás que tendrás mi eterno agradecimiento por hacer posible que mi hija este conmigo.
Te deseo lo mejor en el futuro, Serena, y espero que seas muy feliz con quienes quieres.
Con todo mi cariño.
Darién Chiba.
–Gracias por traerme esto, Rini. Y dile a tu papá que era lo menos que podía hacer, solamente cumplí con mi deber.
–De acuerdo. ¿Algo más?
–Sí, una cosa más –me agache y le di un par de besos en ambas mejillas a Rini –Uno es para ti, y el otro es para Darién ¿Se lo podrías dar por mi? Se lo hubiera dado yo, de no ser porque dentro de poco tengo que subir a un avión y mi esposo es un tanto celoso.
–Muy bien, yo le guardo ese beso. ¿Te volveré a ver, Serena?
–Es posible. Tus tías prometieron visitarme, y tú también puedes hacerlo cuando quieras, así podrás jugar con mi cachorrito –le dije al ver que Spike se acercaba con nosotras.
Rini acaricio el pelo de mi cachorro –Es muy bonito. ¿Cómo se llama?
–Spike.
–¡Qué lindo nombre! Le voy a decir a mi papá que también me compre uno –dijo ella emocionada –Bueno, creo que ya debería irme, sino papá se preocupara.
Me despedí de Rini, y así como de repente había aparecido en la suite, se había ido. No sin antes dejar huella de su paso y más por la intensa mirada de mi esposo.
–Explícame otra vez ¿porque después de todo lo que ha pasado, a Chiba solo le dieron arresto domiciliario? –pregunto Seiya sin intentar ocultar la molestia que siente en su voz –Yo lo hubiera enviado a prisión por enviarle rosas a la esposa de alguien más.
–Seiya… –musite con un suspiro. No quiero que peleemos por una tontería así.
–Y no solo eso, Bombón, le mandaste un beso a Darién Chiba.
–Sí, un beso de amigos y por si no lo notaste, fue en la mejilla. Para ti reservo estos besos –dije acercándome a él. Le un suave y dulce beso en los labios –Y cuando lleguemos a Paris podrás disfrutar de los mejores. Así que olvidémonos de esto y démonos prisa si no queremos perder el avión.
Seiya me dio un pequeño beso, tras lo que llamo a la recepción del hotel para que mandaran a un botones por nuestras maletas.
Momentos más tarde, nuestras maletas eran subidas al taxi que nos llevarían al aeropuerto mientras Seiya y yo nos despedíamos de nuestros padres y Molly, que para mi sorpresa, había llamado a Luna, Haruka, Yaten, Taiki y Ami que habían llegado justo a tiempo para despedirnos.
Más despedidas por parte de todos mientras yo sentía que iba a llorar en cualquier momento. Les había tomado un gran cariño y aprecio a mis amigos del FBI, que en verdad sentía una gran nostalgia y más al recordar todo lo que habíamos compartido.
–En verdad esperamos que vayan a visitarnos a Tokio –dijo Seiya –Será bueno verlos en circunstancias más agradables y que no tengan que ver con el trabajo.
–Lo mismo les decimos a Serena y a ti –dijo Haruka –Vuelvan cuando quieran a Las Vegas, que siempre serán bienvenidos.
–Gracias, a todos…
–Disculpen, señores –dijo el conductor del taxi –Pero el trafico es terrible a esta hora y creo que deberíamos de darnos prisa si no quieren perder su vuelo.
–En ese caso, es mejor que se vayan ya –dijo Luna –Entre más pronto se vayan, más pronto regresaran a Tokio. Ya saben que quiero a mis mejores agentes de regreso en la Agencia en un par de semanas.
–Lo sabemos, jefa. Así que no te preocupes, que vamos a obedecer tus órdenes.
Más despedidas por parte de todos que parecía que nunca iban a terminar, y que terminaron gracias a la impaciencia de mi esposo ante la perspectiva de iniciar oficialmente nuestra luna de miel y tenerme solo para él.
Seiya y yo subimos al taxi, nos despedimos de todos con la mano por enésima vez prometiendo que nos volveríamos a ver pronto, y finalmente el conductor puso en marcha el taxi para llevarnos al aeropuerto, mientras contemplaba las calles de Las Vegas por última vez, recordando como en esta ciudad mi vida cambio por completo.
Llegue aquí con el hombre que me había roto el corazón y por el que había sufrido muchos años. Y ahora me voy junto con ese mismo hombre, mi esposo, que amo con toda mi alma y que me ha hecho muy feliz.
Y sé que los años que nos esperan, también serán muy felices.
Ya casi llegamos al final de este fic, pero no olviden que aun ¡nos queda el epilogo! Esta historia no se termina hasta que aparezca la palabra FIN.
Me despido por ahora esperando que les haya gustado el capítulo de hoy, como siempre, les pido que no olviden dejar sus comentarios, dudas, quejas o sugerencias que tengan. Muchos saludos para todos y ¡nos vemos en el final de esta historia!
XOXO
Serenity
Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
Solo vengo para avisarte que aún sigo leyendo tu fic y es muy lindo ^^, Cuadno tenga tiempillo me pasaré a leer el nuevo capitulo. ¡Te felicito!
Michiru200- Neo Reina Serena
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Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
Serenity x fa la parte editada de la reconciliación entre seiya y sere, x fa, apenas estoy leyendo el cap 11, pues me aleje mucho tiempo del internet x fa no me olvides lo esperaré y bueno seguiré lo k aún me falta para ponerme al corriente un abrazo gigante amix
NEOYEHT- Sailor Outer Scout
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Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
X FA YA SON DOS LEMON K TENDRAS K ENVIARME CAP !" V????
NEOYEHT- Sailor Outer Scout
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Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
Bien ya llegue al cap en el k me había kedado, tuve k empezar desde el 11 para retomar el hilo de la historiua, ahora si viene lo mejor en los cap nvos. no puedo parar seguiré hasta llegar a la última actualización
NEOYEHT- Sailor Outer Scout
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Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
no lo puedo creer tuxido max, es DARIEEENNN????, puufff!!, seguro la kakyu tiene secuestradas a su hija y tmb mató a su esposa, motivo x lo cual se deja chantajear y manipular Darien, :[SEROMG]: lo k si keda claro es k él sólo es el señuelo para despistar a la poli, la kakyu y zafiro seguro k ya se llevaron las joyas y bueno en cuanto a seiya estoy convencida de k es un plan para atrapar a la arpía, kien seguro lo amenazó con matar a Serena, uufff!!! k embrollo y k espeluznante, lo k me cae gordo es k serena no crea en seiya despues de todo lo k le ha demostrado, pero bueno tmb la comprendo, cuando una se siente traicionada y usada x kien más ama, no entiende de razones la duda esta ahí, Amiga estoy embelezada con la historia, seguré supongo k hay una actualización más ok slu2 y una felicitación x k esto está k arde en todos sentidos bye
NEOYEHT- Sailor Outer Scout
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Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
ya terminé este capitulo, pero realmente estoy preocupada, ya k tras líneas se deja ver k serena podría empezar a guardar sentimientos de afecto x tuxido max, aún sin tener muy claro de kien se trata, y aunk ya sabe toda la verdad de seiya y kakyuu, la incomodidad de k él continue el plan la puede llevar a tomar otros caminos del corazón, aaahhh!!! k sera???, mmm bueno, seguiré en la pag 31 hasta llegar a la 44 a ver si hay actualización, gracias x esta historia Serenity
NEOYEHT- Sailor Outer Scout
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Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
en verdad pensé k no se iban acasar, como nunca falta un entrometid@, k bueno k si se casaron, aunk me sigue preocupando esa separación y no x él eh??, sino x sere y Darien, bueno seguiré como ya dije de la pagina 41 hasta la 44 a ver con k sorpresas me encuentro
NEOYEHT- Sailor Outer Scout
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Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
muy buena historia, genial tu narracion de los hechos me transportas a las vegas y a cada uno de los escenarios plasmados en tu historia, felicidades serenity ahora sólo faltael epílogo como bien dijiste esperaré impaciente, ojala k no tardes mucho slu2
NEOYEHT- Sailor Outer Scout
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Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
¡Hola!
¡Mil gracias a todos por sus comentarios! ¡Me alegra enormemente que les gustara el capítulo anterior!
Finalmente aquí les traigo el tan esperado final de esta historia. Esta dedicado con mucho cariño para todas ustedes que me han acompañado a lo largo de este hermoso fic.
¡Espero que lo disfruten!
Epilogo
El vuelo de Las Vegas a Nueva York me pareció una eternidad, a pesar de que solo duro tres horas y Nueva York solo era una pequeña escala para llegar a Paris. Cuando finalmente Seiya y yo abordamos el avión que nos llevaría directo a Paris, sentí que mi corazón latía desenfrenadamente. Solo unas horas me separan de la ciudad que toda mi vida he querido conocer, y que estoy a nada de hacerlo junto a mi esposo. Y que mejor ocasión que en nuestra luna de miel.
La perspectiva de las siguientes dos semanas en Paris me mantiene inquieta. Después de cenar, y de tratar de prestarle atención a la película que pasaban, intente dormir en los cómodos y amplios asientos de primera clase, acunada en los brazos de Seiya, pero me parece imposible. Y mi esposo está igual o peor que yo.
–¿Cuánto falta para que lleguemos a Paris, Bombón?
–No estoy segura, algunas horas más. Aun estamos en medio del Atlántico –respondí acomodando la manta sobre nuestros cuerpos, mientras acomodaba la cabeza sobre el hombro de mi esposo –Mejor ya no hables y vamos a tratar de dormir un poco.
–¿Y si mejor hacemos otra cosa? No tengo sueño.
–¿Qué cosa? ¿Jugar póker? –pregunte en tono divertido.
–Solo si fuera póker de prendas…
–Me encantaría, pero definitivamente no aquí. ¿Acaso olvidas que estamos en un avión, Seiya? Nuestras opciones de actividades son muy limitadas.
–Ya lo sé, es por eso que estaba pensando…
Alce mi rostro para verlo a los ojos, bajo la tenue luz de la pantalla donde proyectan la película ya que las luces de la cabina están apagadas. Por el tono en que hablo hace un segundo, me dejo muy intrigada en saber qué es lo que está pensando en este momento.
–¿Recuerdas como fue aquel vuelo que tomamos para ir a Las Vegas cuando inicio la misión?
–Como olvidarlo, Amor. ¿Pero eso que tiene que ver con…?
–¿Y recuerdas cuando nos encerramos en unos de los baños de la parte trasera del avión y yo pensé que querías cumplir cierta fantasía?
Me quede totalmente sorprendida al escucharlo. No lo dice enserio…
Aunque por el brillo de sus ojos, que es una mezcla de diversión, amor y deseo, sé que lo dice muy enserio. Y la sola idea de cumplir en este momento mi fantasía de hacerlo en un avión, me está volviendo loca.
–Ya sabía yo que por algo me había casado contigo, Amor.
Lo bese intensamente, con la adrenalina corriendo por todo mi cuerpo. Cuando nos separamos con las respiraciones entrecortadas, Seiya se levanto de su asiento para encerrarse en uno de los baños del avión. Un momento después, me reuní con él, agradeciendo que prácticamente todos los pasajeros están dormidos y aun faltan algunas horas antes de que lleguemos a Paris.
Ese sin duda fue el mejor vuelo de mi vida y el principio de los mejores días de mi vida al lado de Seiya.
Nuestra llegada a Paris fue como un sueño, un intenso torbellino de turismo al conocer cada punto de interés de la ciudad, visitando exquisitos restaurantes y principalmente, hacíamos el amor tan constantemente con tal de recuperar el tiempo perdido durante la convalecencia de Seiya, que muchas veces tenía que recordarle que no podíamos estar encerrados en la suite del hotel y perdernos de una ciudad tan maravillosa como en la que estábamos con tal de pasar el día en la cama. Aunque claro, solo bastaba que mi esposo me besara para hacerme olvidar que quería ir al Louvre a ver la Monalisa y nos quedábamos desnudos bajo las sabanas de la cama, contemplando la Torre Eiffel que se ve desde nuestro balcón.
Por más que todo parecía perfecto en mi luna de miel, para mi mala suerte no era así. Casi una semana después de haber llegado a Paris, contraje la peor infección estomacal de mi vida y todo por comer unos caracoles –o al menos esa es mi teoría–, por lo que sufría de nauseas, mareos y vómitos. Obviamente no quería preocupar a Seiya por mi salud, así que no dejaba de repetirle que pronto estaría bien –lo cual esperaba que así fuera–. Además, lo último que quería es que por unos inoportunos malestares se vinieran abajo los planes que tenia para el cumpleaños de mi esposo.
La noche antes del cumpleaños número veintiocho de Seiya, fuimos a un club muy popular de la ciudad del que había leído en una revista de turismo. Le Lune era un club nocturno como salido de una vieja película en blanco y negro, había una cantante interpretando canciones de Edith Paif y baladas románticas. Sin duda la magia del lugar nos envolvió, en medio de deliciosas bebidas, música fantástica y bailando entre los brazos de mi esposo, lo cual prometía ser la mejor de las noches. Y lo fue, aunque solo era el inicio de la velada.
Al volver al hotel, después de medianoche y siendo ya oficialmente el cumpleaños de Seiya, le di su primer regalo: su querida esposa luciendo un conjunto de lencería en color azul zafiro, que dejaba muy poco, o mejor dicho, casi nada de mi cuerpo a la imaginación. En cuanto su mirada se poso en mi, una enorme sonrisa se plasmo en su rostro mientras sus ojos recorrían mi cuerpo con deseo. Me tomo entre sus brazos y no tardo en literalmente arrancarme la lencería, pero eso poco importaba y más considerando que pasamos toda la noche haciendo el amor.
Me desperté al sentir la luz del sol filtrarse por las cortinas, estando tumbada sobre el pecho desnudo de Seiya, que ya estaba despierto y acariciaba con suavidad mi espalda.
–Buenos días, Bombón
–Buenos días –alce mi rostro y de inmediato busque sus labios, besándolo con ternura mientras me estrechaba más a su cuerpo –Feliz cumpleaños, Amor.
Seiya sonrió sobre mis labios mientras su mano se enterraba en mi cabello para acercarme más a él, volviendo a besarme, pero esta vez con mayor profundidad hasta dejarme sin aliento.
–Sin duda este es el mejor cumpleaños que he tenido…
–Y eso que el día va empezando –dije dándole un pequeño beso –¿Hay algo en especial que quieras hacer el día de hoy?
–Mmm… se me ocurre una docena de ideas –respondió besándome en el cuello –Y la mayoría incluyen tenerte desnuda y entre mis brazos todo el tiempo.
–Eso suena perfecto… aunque antes de que hagamos otra cosa, me gustaría darte tu regalo.
–¿Verte en esa fantástica lencería que luciste anoche no era mi regalo?
Sonreí enormemente ante sus palabras –Digamos que era el primero de tus regalos.
–¿Eso significa que habrá más regalos que incluyan lencería y tú en el mismo paquete?
–Tal vez… –respondí dándole un fugaz beso –Vuelvo en un momento.
Me levante de la cama de un brinco, pero apenas y logre dar dos pasos antes de empezar a sentirme mareada. Tal vez haya sido porque me levante muy rápido de la cama, pero…
–¿Bombón?
Ni siquiera pude responderle a mi esposo. Sentí unas nauseas horribles y logre encerrarme en el baño antes de que empezara a vomitar. Era demasiado bueno creer que iban a desaparecer estos horribles malestares que me han vuelto loca los últimos días.
–¿Estás bien, Bombón? –pregunto Seiya preocupado del otro lado de la puerta –Voy a entrar.
–¡No! –grite antes de que girara la perilla. Lo último que quiero es que me vea tumbada a un costado del inodoro –Solo dame un momento, Seiya.
–Pero…
–Por favor, necesito un momento. Enseguida salgo.
Me levante del piso y me puse una bata blanca que estaba colgada detrás de la puerta. Busque en el maletín que tenía en el baño mi cepillo de dientes, cuando mis ojos se toparon con un paquete de tampones y fue como si de repente se encendiera un foco encima de mi cabeza. ¿Cuándo fue la última vez que tuve mi periodo?
Revise mentalmente tres veces con tal de estar segura, y no me cabe ninguna duda de que mi último periodo lo tuve días antes de que se me asignara la misión de Tuxedo Mask y me fuera a Las Vegas con Seiya. Y ahora tengo un retraso de tres días.
Lleve instintivamente mi mano a mi vientre. ¿Será posible que esté embarazada?
¿Y si no?
Ok, respira, Serena. No adelantes conclusiones. Ya pasaste por esto una vez y con una prueba de embarazo, fácilmente puedo salir de dudas.
¿Y cómo rayos voy a ir a comprarla sin que Seiya se dé cuenta?
La primera vez que creí estar embarazada, fue un golpe terrible para él saber que no íbamos a tener un bebe, así que definitivamente no pienso hacerlo pasar por lo mismo dos veces.
Tengo que hallar la forma de averiguar si estoy o no embarazada sin que mi esposo se dé cuenta. Si lo estoy, será una grandiosa noticia para Seiya saberlo. Y si no es así… bueno, le ahorrare el sufrimiento de saber que su mayor deseo aun no se ha hecho realidad.
Me cepille los dientes rápidamente, respire profundamente con tal de estar lo suficientemente tranquila para que mi esposo no se dé cuenta de nada y salí del baño. Seiya me estaba esperando del otro lado de la puerta.
–¿Estás bien, Bombón? Tardaste mucho allí adentro.
–Lo lamento… Siento haberte preocupado, pero descuida, estoy bien –dije con una sonrisa para tranquilizarlo. Me alce de puntillas y le di un suave beso –Y ahora que lo pienso, aun no he ido por el regalo que te prometí.
Camine hasta el closet, en donde a su costado había dejado mi maleta y saque de ahí la cajita que tenía guardada. Regrese al lado de mi esposo, que me esperaba sentado en la cama y le entregue su regalo.
–Feliz cumpleaños, Seiya.
–Gracias, Bombón. Pero sabes que no tenías que regalarme nada.
–Quise hacerlo. Vamos, ábrelo.
Seiya abrió la cajita y miro con una sonrisa el elegante reloj que había dentro, para luego voltear a verme.
–Bombón…
–Eso no es nada. Sácalo y mira el reverso.
Mi esposo hizo lo que le pedí, sonrió aun más al ver la inscripción que estaba grabada ahí.
Nunca existirá tiempo suficiente para amarte y ser feliz a tu lado.
Te amo
Bombón.
–Es perfecto, Bombón –dijo mirándome con todo su amor –Gracias.
Negué suavemente con la cabeza –Gracias a ti por hacerme tan feliz… Te amo, Seiya.
–Yo también te amo, Bombón.
Seiya inclino su rostro y me beso, haciendo que me perdiera entre sus besos y caricias, logrando que me olvidara de todo, incluyendo la posibilidad de que este embarazada, mientras me recostaba en la cama y hacíamos el amor.
Dos horas después, tras haber hecho el amor, desayunado y vuelto a hacer el amor, mi esposo dormía tranquilamente una siesta. Me levante de la cama y me vestí rápidamente sin hacer ruido. Es la oportunidad perfecta para ir a comprar una prueba de embarazo y salir de dudas sin que él se dé cuenta.
Le di un pequeño beso y le deje en la almohada a su costado una pequeña nota que le escribí:
Seiya:
Si lees esto, obviamente despertaste antes de que regresara.
No te preocupes, volveré pronto.
Te amo.
Bombón.
Salí deprisa del hotel, fui directo a una farmacia que estaba a un par de calles de allí y compre tres pruebas de embarazo con tal de estar totalmente segura de los resultados, sin importar cualquiera que este fuera.
No me atreví a volver al hotel por miedo a que Seiya se diera cuenta de lo que está pasando, así que me puse a vagar por las calles de la ciudad hasta que llegue a una pequeña cafetería. Pedí un café y ahí me quede sentada un rato, mirando a la gente pasar, sin atreverme a realizar las pruebas de embarazo que llevaba en la bolsa.
¿Qué pasaría si resulta que, a pesar de que mis síntomas se parecen mucho a los de un embarazo, simplemente tengo una horrible infección estomacal? ¿Qué tal que Seiya y yo no podemos tener hijos? Una vez estuvimos tan cerca de ser padres y no fue así, y si nuevamente es así… No quiero ni pensarlo.
Es mejor que no piense en eso y salga de dudas de una vez por todas.
Me metí en el baño de la cafetería y realice las tres pruebas de embarazo. Los minutos se me hicieron eternos mientras yo no dejaba de rezar porque dentro de mi estuviera creciendo un bebe.
¿Y que si en un principio quería esperar hasta tener treinta años para tener un bebe? No importa si es ahora, o dentro de unos años, lo que más quiero es tener un hijo de Seiya. Quiero un bebe que se parezca muchísimo a mi esposo y a mí, como aquellos preciosos niños que vi en ese sueño que tuve hace unas semanas. Quiero un bebe fruto del gran amor que nos tenemos Seiya y yo.
Respire profundamente una vez que hubieron pasado los cinco minutos necesarios y revise los resultados de las pruebas. Es hora de saber la verdad.
Todas las pruebas dieron positivo.
Las lágrimas caen por mi rostro sin que pueda detenerlas. Me parece que estoy dentro de un sueño, porque aun no puedo creerlo. ¡Estoy embarazada! Voy a tener un hijo. El hijo de Seiya. Nuestro hijo.
Salí de inmediato del baño, pague mi café y abandone la cafetería aun llorando de felicidad. Lo único que quiero es volver al hotel y darle esta maravillosa noticia a Seiya. Y como si lo invocara con el pensamiento, mi celular empezó a sonar. Obviamente era mi esposo. Conteste de inmediato.
–Hola, Amor.
–¿Dónde estás, Bombón? ¿Por qué te fuiste así, sin avisarme?
–Lo siento –respondí intentando dejar de llorar –Es que tenía que hacer algo y…
–¿Estás llorando? –pregunto preocupado –¿Qué sucede? Me estás asustando. ¿Acaso hice algo que te molestara y por eso te fuiste de esa manera?
–Bueno, ahora que lo dices, si hiciste algo… pero estoy muy lejos de sentirme molesta por ello –dije poniendo una mano sobre mi vientre –Pero preferiría que no habláramos de esto por teléfono.
–Voy a buscarte ahora mismo. ¿En dónde estás?
–Estoy… –musite buscando el nombre de la calle, pero mi atención se fijo en una tienda de artículos para bebes. Ya sé cómo darle la noticia –¿Qué te parece si nos vemos en Le Café de la Paix en media hora?
–Es aquel lugar que está cerca de Boulevard St. Michael ¿verdad? ¿En el margen izquierdo del Sena?
–Sí, exacto. Es donde nos gustaron esos croissants.
–Voy saliendo para allá. Nos vemos ahí en un rato.
–De acuerdo… Te amo, Seiya.
–También te amo, Bombón.
Guarde mi celular con una sonrisa y me encamine hacia la tienda de bebes, esperando encontrar el regalo perfecto para mi esposo.
A pesar de que me hubiera encantado comprar al menos la mitad de las cosas de la tienda para mí bebe, no podía demorarme mucho para ir a reunirme con Seiya. Además, tengo los siguientes nueve meses para preparar todo para la llegada de nuestro hijo.
Cuando salí de la tienda, me dirigí de inmediato al margen izquierdo del rio, pero no contaba con que empezaría a llover repentinamente. Para cuando llegue al Le Café, estaba totalmente empapada, pero ni me importo, y aun menos al ver a mi esposo esperándome con un café en la mano, sentado en una mesa junto a las ventanas del lugar, desde donde se puede ver la Torre Eiffel a la distancia.
–¡Seiya!
Mi esposo volteo al escucharme, sorprendido de verme empapada, mientras me acercaba a él con una sonrisa. Se puso de pie y cuando llegue a su lado, ni siquiera le di oportunidad de decir algo, simplemente tome su rostro entre mis manos y lo bese con todo mi amor, dejándome llevar por toda la felicidad que siento.
–Wow… oficialmente no entiendo nada. Empezaba a creer que estabas molesta por algo.
–Créeme que en este momento es imposible que me enoje contigo –dije volviendo a besarlo –Sabes que te amo
–Lo sé, y yo también te amo. Y tú estás totalmente empapada –dijo quitándose el saco que tenia puesto y me lo puso sobre los hombros –Vamos al hotel para que te cambies esa ropa mojada.
–No te preocupes, estoy bien.
–Ahora sí, pero lo último que me gustaría es que estuvieras resfriada el resto de nuestra luna de miel. Por favor, Bombón.
–De acuerdo –respondí con un suspiro. Creo que estemos a solas cuando le dé la noticia.
Seiya dejo un billete sobre la mesa y pago su café, tras lo que salimos de la cafetería. Y solo para quedarnos bajo el pequeño techo del portal de Le Café, que termino mojándome aun más y también empapo a Seiya. Y lo peor es que no pasa ni un solo taxi.
–Empiezo a creer que hubiera sido mejor quedarnos adentro hasta que terminara de llover.
–Vamos a esperar un poco más, seguramente no debe de tardar en pasar un taxi –dijo él estrechándome entre sus brazos.
Ni siquiera me había dado cuenta de que estaba tiritando de frio hasta que sentí el cálido cuerpo de Seiya junto al mío, que me estrecha aun más para hacerme entrar en calor. Me encanta estar así, sentirme segura y protegida a su lado.
Si es así de atento y cariñoso conmigo, no tengo ninguna duda de que será el mejor de los padres. Estará feliz cuando sepa de la próxima llegada de nuestro bebe.
Sin dejar de mirarme, mi esposo coloco un mechón húmedo de cabello detrás de mi oreja –¿Sabes? Al verte así, siento como si acabaras de salir de mis recuerdos, Bombón.
–¿Por qué dices eso?
–Luces igual que aquella tarde lluviosa que me presente ante ti, Bombón, y hablamos por primera vez hace cinco años.
–Eso fue hace seis años –dije corrigiéndolo.
–Los que sean. Viéndote así, me haces recordar mucho aquel día. Aunque ahora hay algo diferente.
–¿Qué cosa?
–Que ahora eres mucho más hermosa de lo que eras en la Universidad, pero hay algo más que no logro descifrar. Tu mirada tiene un brillo que nunca antes te había visto.
–¿Enserio? –musite sorprendida. ¿Es cierto eso de que las embarazadas tienen un brillo especial? Si es así, sin duda mi esposo lo noto muy rápido ya que es quien mejor me conoce.
–Sí, Bombón.
–Vaya, entonces te hare responsable también de eso, Amor.
–¿Y de qué más? Ahora que lo recuerdo, ¿qué fue eso que hice y que mencionaste hace un rato? Dijiste que no querías decírmelo por teléfono.
–Bueno… yo…
Me mordí el labio conteniendo las enormes ganas que siento de decirle la verdad. Los dos empapados bajo la lluvia no era el escenario ideal en que pensaba decírselo.
Desvié la mirada mientras pienso que hacer. Por suerte, a unos metros, vi que se acercaba un taxi.
–¡Mira, Seiya! ¡Hey, taxi!
En cuanto el vehículo se detuvo frente a nosotros, de inmediato Seiya y yo nos subimos, le dimos la dirección del hotel al conductor, mi esposo me rodeo los hombros con su brazo y me estreche aun más a su cuerpo para no tener frio mientras avanzábamos por las calles de Paris.
–Aun no me respondes, Bombón.
–¿Qué cosa?
–¿Qué era eso que no me quisiste decir por teléfono?
–Yo… te amo –fue lo primero que se me ocurrió decir.
–Eso si me lo dijiste por teléfono –dijo él con una sonrisa.
–Sí, bueno… pero también quiero decirte que me has hecho más feliz de lo que podrías imaginarte, Seiya –le dije con una sonrisa mientras entrelazaba nuestras manos, tocando su argolla de matrimonio. No lo dije solo por decir, realmente es lo que siento –Me encantaría poder detener el tiempo y vivir para siempre este momento, que nunca tengamos que volver a Tokio y nos quedemos en Paris.
–Entonces hagámoslo. Hagamos nuestra vida aquí en Paris.
–Por más que quiera hacerlo, ambos sabemos que no podemos hacerlo. Luna nos cazaría y perseguiría hasta el fin del mundo con tal de que volvamos a la Agencia. Ya es demasiado para ella que no volvamos a ser agentes de campo y de ahora en adelante nos soporte a ambos en la oficina, como para que se escapen sus dos mejores agentes para vivir del otro lado del mundo.
–¡Rayos! ¡Es verdad! –dijo dando un suspiro de resignación –Entonces, te propongo algo, Bombón: cuando ambos nos hayamos jubilado de la Agencia, y que nuestros hijos hayan crecido, dejaremos todo en Tokio y vendremos a vivir aquí. Aquí pasaremos nuestra vejez.
–Suena bien, pero tiene algunas fallas tu plan.
–¿Cómo cuales?
–Que vamos a extrañar muchísimo a nuestros hijos y nietos, quienes probablemente seguirán viviendo en Japón. No me gustaría vivir lejos de ellos.
–Ni a mi… Entonces, ¿qué opinas si volvemos a Paris cada que nos sea posible? Así podremos tener una segunda, tercera, o tantas lunas de miel que queramos.
–Me encanta esa idea –dije buscando sus labios para besarlo.
–En ese caso, creo que deberíamos ir pensando en cuando será nuestra segunda luna de miel en Paris.
–¿Aun no termina está y ya estas pensando en la siguiente?
–Por supuesto. ¿Qué te parece si volvemos en unos meses, en tu cumpleaños?
Eso sería perfecto… de no ser porque para entonces, mi embarazo será evidente y seguramente estaré muy ocupada organizando todo para la llegada del bebe.
–Déjame pensarlo, Amor –respondí apoyando mi cabeza en su hombro, mientras seguíamos avanzando por la ciudad.
Momentos después llegamos al hotel, de inmediato subimos a la suite y luchamos por quitarnos las prendas frías y empapadas que arrojamos en la inmensa tina. Cuando por fin logre quitarme mi ropa, no pude evitar verme en el espejo y acariciar mi vientre plano. Me parece casi mágico pensar que en cuestión de meses mi cuerpo cambiara y todo porque dentro de mí se encuentra mi bebe.
Mi mirada se encontró con la de Seiya en el espejo cuando estaba a punto de volver a la habitación para buscar algo de ropa. Obviamente me vio acariciar mi vientre, y por la forma en que me mira, seguramente debe de estarme imaginando con el vientre abultado y llevando a nuestro hijo en mi interior. Le sonreí como diciendo "pronto", pero de inmediato me escabullí a la habitación antes de que se dé cuenta de algo más, antes de que le muestre lo que compre.
Me puse una camiseta de mi esposo, mientras él se puso unos pantalones y prendió la chimenea que hay en la suite. Fue entonces que aproveche para sacar la caja azul celeste que había guardado en mi bolsa.
–Vamos a la cama, Bombón. Esta haciendo mucho frio y es el lugar más cálido de la suite –dijo rodeándome la cintura con sus brazos –¿Y eso? –pregunto señalando la caja que está en mis manos.
Me gire entre sus brazos para verlo de frente –Es la razón por la que me fui sin avisarte.
–¿Acaso tuviste una urgente necesidad de salir de compras? –pregunto señalando con la mirada la caja –A menos que lo que haya ahí sea lencería de Victoria´s Secret, no hay justificación alguna para que me dejaras abandonado en mi cumpleaños. ¡Debiste de haberme despertado para que te acompañara!
–Me acompañaras la próxima vez que compre lencería, Seiya. Es solo que tenía que encargarme de un pequeño asunto. Además, lo que hay en esta caja es un regalo para ti.
–¿Más lencería que lucirás para mí? –pregunto en un tono muy sensual.
–En realidad, es algo mucho mejor que eso.
–¿Mejor que la lencería? Me dejas muy intrigado, Bombón. ¿Qué es?
–Ábrelo y lo sabrás –dije entregándole la caja –Feliz cumpleaños, Amor.
Seiya abrió la caja, sacando el pequeño mameluco blanco que había dentro de la caja. Miro totalmente sorprendido la ropita, como si de repente el mundo se hubiera detenido para él y no supiera ni que decir o que pensar. Volteo a verme con la mayor sonrisa que le he visto, igual a la que tenía en nuestra boda. Ni siquiera consigue formar una oración coherente.
Pero las palabras están de más en este momento.
Asentí con una sonrisa ante sus pensamientos, mientras seguía contemplando la expresión en su rostro. Seiya parece estar a punto de llorar de felicidad. Es algo que jamás podre olvidar.
Antes de que me diera cuenta, Seiya me alzo del suelo y empezó a dar vueltas de felicidad. Me aferre con fuerza a su cuello mientras seguíamos girando y un momento después, me beso con todo su amor.
–Definitivamente este es el mejor cumpleaños que he tenido. Es el mejor regalo que podrías darme, Bombón –musito volviendo a besarme –Los amo, los amo, los amo tanto.
Mi esposo se separo un poco de mi para inclinarse y poder besar y acariciar mi aun plano vientre. Un momento después, sus labios volvieron a buscar los míos.
–Ya entiendo porque dicen que los bebes vienen de Paris.
Solté una carcajada de felicidad ante sus palabras –En realidad, creo que a este bebe viene de Las Vegas.
Seiya se río, mi risa se unió a la suya mientras la felicidad nos envuelve por completo. No creo que pueda existir un momento más feliz y perfecto que este, que simplemente es el inicio de la mayor y más importante misión de nuestras vidas. El ser padres.
¡Mil gracias a todos por sus comentarios! ¡Me alegra enormemente que les gustara el capítulo anterior!
Finalmente aquí les traigo el tan esperado final de esta historia. Esta dedicado con mucho cariño para todas ustedes que me han acompañado a lo largo de este hermoso fic.
¡Espero que lo disfruten!
Epilogo
El vuelo de Las Vegas a Nueva York me pareció una eternidad, a pesar de que solo duro tres horas y Nueva York solo era una pequeña escala para llegar a Paris. Cuando finalmente Seiya y yo abordamos el avión que nos llevaría directo a Paris, sentí que mi corazón latía desenfrenadamente. Solo unas horas me separan de la ciudad que toda mi vida he querido conocer, y que estoy a nada de hacerlo junto a mi esposo. Y que mejor ocasión que en nuestra luna de miel.
La perspectiva de las siguientes dos semanas en Paris me mantiene inquieta. Después de cenar, y de tratar de prestarle atención a la película que pasaban, intente dormir en los cómodos y amplios asientos de primera clase, acunada en los brazos de Seiya, pero me parece imposible. Y mi esposo está igual o peor que yo.
–¿Cuánto falta para que lleguemos a Paris, Bombón?
–No estoy segura, algunas horas más. Aun estamos en medio del Atlántico –respondí acomodando la manta sobre nuestros cuerpos, mientras acomodaba la cabeza sobre el hombro de mi esposo –Mejor ya no hables y vamos a tratar de dormir un poco.
–¿Y si mejor hacemos otra cosa? No tengo sueño.
–¿Qué cosa? ¿Jugar póker? –pregunte en tono divertido.
–Solo si fuera póker de prendas…
–Me encantaría, pero definitivamente no aquí. ¿Acaso olvidas que estamos en un avión, Seiya? Nuestras opciones de actividades son muy limitadas.
–Ya lo sé, es por eso que estaba pensando…
Alce mi rostro para verlo a los ojos, bajo la tenue luz de la pantalla donde proyectan la película ya que las luces de la cabina están apagadas. Por el tono en que hablo hace un segundo, me dejo muy intrigada en saber qué es lo que está pensando en este momento.
–¿Recuerdas como fue aquel vuelo que tomamos para ir a Las Vegas cuando inicio la misión?
–Como olvidarlo, Amor. ¿Pero eso que tiene que ver con…?
–¿Y recuerdas cuando nos encerramos en unos de los baños de la parte trasera del avión y yo pensé que querías cumplir cierta fantasía?
Me quede totalmente sorprendida al escucharlo. No lo dice enserio…
Aunque por el brillo de sus ojos, que es una mezcla de diversión, amor y deseo, sé que lo dice muy enserio. Y la sola idea de cumplir en este momento mi fantasía de hacerlo en un avión, me está volviendo loca.
–Ya sabía yo que por algo me había casado contigo, Amor.
Lo bese intensamente, con la adrenalina corriendo por todo mi cuerpo. Cuando nos separamos con las respiraciones entrecortadas, Seiya se levanto de su asiento para encerrarse en uno de los baños del avión. Un momento después, me reuní con él, agradeciendo que prácticamente todos los pasajeros están dormidos y aun faltan algunas horas antes de que lleguemos a Paris.
Ese sin duda fue el mejor vuelo de mi vida y el principio de los mejores días de mi vida al lado de Seiya.
Nuestra llegada a Paris fue como un sueño, un intenso torbellino de turismo al conocer cada punto de interés de la ciudad, visitando exquisitos restaurantes y principalmente, hacíamos el amor tan constantemente con tal de recuperar el tiempo perdido durante la convalecencia de Seiya, que muchas veces tenía que recordarle que no podíamos estar encerrados en la suite del hotel y perdernos de una ciudad tan maravillosa como en la que estábamos con tal de pasar el día en la cama. Aunque claro, solo bastaba que mi esposo me besara para hacerme olvidar que quería ir al Louvre a ver la Monalisa y nos quedábamos desnudos bajo las sabanas de la cama, contemplando la Torre Eiffel que se ve desde nuestro balcón.
Por más que todo parecía perfecto en mi luna de miel, para mi mala suerte no era así. Casi una semana después de haber llegado a Paris, contraje la peor infección estomacal de mi vida y todo por comer unos caracoles –o al menos esa es mi teoría–, por lo que sufría de nauseas, mareos y vómitos. Obviamente no quería preocupar a Seiya por mi salud, así que no dejaba de repetirle que pronto estaría bien –lo cual esperaba que así fuera–. Además, lo último que quería es que por unos inoportunos malestares se vinieran abajo los planes que tenia para el cumpleaños de mi esposo.
La noche antes del cumpleaños número veintiocho de Seiya, fuimos a un club muy popular de la ciudad del que había leído en una revista de turismo. Le Lune era un club nocturno como salido de una vieja película en blanco y negro, había una cantante interpretando canciones de Edith Paif y baladas románticas. Sin duda la magia del lugar nos envolvió, en medio de deliciosas bebidas, música fantástica y bailando entre los brazos de mi esposo, lo cual prometía ser la mejor de las noches. Y lo fue, aunque solo era el inicio de la velada.
Al volver al hotel, después de medianoche y siendo ya oficialmente el cumpleaños de Seiya, le di su primer regalo: su querida esposa luciendo un conjunto de lencería en color azul zafiro, que dejaba muy poco, o mejor dicho, casi nada de mi cuerpo a la imaginación. En cuanto su mirada se poso en mi, una enorme sonrisa se plasmo en su rostro mientras sus ojos recorrían mi cuerpo con deseo. Me tomo entre sus brazos y no tardo en literalmente arrancarme la lencería, pero eso poco importaba y más considerando que pasamos toda la noche haciendo el amor.
Me desperté al sentir la luz del sol filtrarse por las cortinas, estando tumbada sobre el pecho desnudo de Seiya, que ya estaba despierto y acariciaba con suavidad mi espalda.
–Buenos días, Bombón
–Buenos días –alce mi rostro y de inmediato busque sus labios, besándolo con ternura mientras me estrechaba más a su cuerpo –Feliz cumpleaños, Amor.
Seiya sonrió sobre mis labios mientras su mano se enterraba en mi cabello para acercarme más a él, volviendo a besarme, pero esta vez con mayor profundidad hasta dejarme sin aliento.
–Sin duda este es el mejor cumpleaños que he tenido…
–Y eso que el día va empezando –dije dándole un pequeño beso –¿Hay algo en especial que quieras hacer el día de hoy?
–Mmm… se me ocurre una docena de ideas –respondió besándome en el cuello –Y la mayoría incluyen tenerte desnuda y entre mis brazos todo el tiempo.
–Eso suena perfecto… aunque antes de que hagamos otra cosa, me gustaría darte tu regalo.
–¿Verte en esa fantástica lencería que luciste anoche no era mi regalo?
Sonreí enormemente ante sus palabras –Digamos que era el primero de tus regalos.
–¿Eso significa que habrá más regalos que incluyan lencería y tú en el mismo paquete?
–Tal vez… –respondí dándole un fugaz beso –Vuelvo en un momento.
Me levante de la cama de un brinco, pero apenas y logre dar dos pasos antes de empezar a sentirme mareada. Tal vez haya sido porque me levante muy rápido de la cama, pero…
–¿Bombón?
Ni siquiera pude responderle a mi esposo. Sentí unas nauseas horribles y logre encerrarme en el baño antes de que empezara a vomitar. Era demasiado bueno creer que iban a desaparecer estos horribles malestares que me han vuelto loca los últimos días.
–¿Estás bien, Bombón? –pregunto Seiya preocupado del otro lado de la puerta –Voy a entrar.
–¡No! –grite antes de que girara la perilla. Lo último que quiero es que me vea tumbada a un costado del inodoro –Solo dame un momento, Seiya.
–Pero…
–Por favor, necesito un momento. Enseguida salgo.
Me levante del piso y me puse una bata blanca que estaba colgada detrás de la puerta. Busque en el maletín que tenía en el baño mi cepillo de dientes, cuando mis ojos se toparon con un paquete de tampones y fue como si de repente se encendiera un foco encima de mi cabeza. ¿Cuándo fue la última vez que tuve mi periodo?
Revise mentalmente tres veces con tal de estar segura, y no me cabe ninguna duda de que mi último periodo lo tuve días antes de que se me asignara la misión de Tuxedo Mask y me fuera a Las Vegas con Seiya. Y ahora tengo un retraso de tres días.
Lleve instintivamente mi mano a mi vientre. ¿Será posible que esté embarazada?
¿Y si no?
Ok, respira, Serena. No adelantes conclusiones. Ya pasaste por esto una vez y con una prueba de embarazo, fácilmente puedo salir de dudas.
¿Y cómo rayos voy a ir a comprarla sin que Seiya se dé cuenta?
La primera vez que creí estar embarazada, fue un golpe terrible para él saber que no íbamos a tener un bebe, así que definitivamente no pienso hacerlo pasar por lo mismo dos veces.
Tengo que hallar la forma de averiguar si estoy o no embarazada sin que mi esposo se dé cuenta. Si lo estoy, será una grandiosa noticia para Seiya saberlo. Y si no es así… bueno, le ahorrare el sufrimiento de saber que su mayor deseo aun no se ha hecho realidad.
Me cepille los dientes rápidamente, respire profundamente con tal de estar lo suficientemente tranquila para que mi esposo no se dé cuenta de nada y salí del baño. Seiya me estaba esperando del otro lado de la puerta.
–¿Estás bien, Bombón? Tardaste mucho allí adentro.
–Lo lamento… Siento haberte preocupado, pero descuida, estoy bien –dije con una sonrisa para tranquilizarlo. Me alce de puntillas y le di un suave beso –Y ahora que lo pienso, aun no he ido por el regalo que te prometí.
Camine hasta el closet, en donde a su costado había dejado mi maleta y saque de ahí la cajita que tenía guardada. Regrese al lado de mi esposo, que me esperaba sentado en la cama y le entregue su regalo.
–Feliz cumpleaños, Seiya.
–Gracias, Bombón. Pero sabes que no tenías que regalarme nada.
–Quise hacerlo. Vamos, ábrelo.
Seiya abrió la cajita y miro con una sonrisa el elegante reloj que había dentro, para luego voltear a verme.
–Bombón…
–Eso no es nada. Sácalo y mira el reverso.
Mi esposo hizo lo que le pedí, sonrió aun más al ver la inscripción que estaba grabada ahí.
Nunca existirá tiempo suficiente para amarte y ser feliz a tu lado.
Te amo
Bombón.
–Es perfecto, Bombón –dijo mirándome con todo su amor –Gracias.
Negué suavemente con la cabeza –Gracias a ti por hacerme tan feliz… Te amo, Seiya.
–Yo también te amo, Bombón.
Seiya inclino su rostro y me beso, haciendo que me perdiera entre sus besos y caricias, logrando que me olvidara de todo, incluyendo la posibilidad de que este embarazada, mientras me recostaba en la cama y hacíamos el amor.
Dos horas después, tras haber hecho el amor, desayunado y vuelto a hacer el amor, mi esposo dormía tranquilamente una siesta. Me levante de la cama y me vestí rápidamente sin hacer ruido. Es la oportunidad perfecta para ir a comprar una prueba de embarazo y salir de dudas sin que él se dé cuenta.
Le di un pequeño beso y le deje en la almohada a su costado una pequeña nota que le escribí:
Seiya:
Si lees esto, obviamente despertaste antes de que regresara.
No te preocupes, volveré pronto.
Te amo.
Bombón.
Salí deprisa del hotel, fui directo a una farmacia que estaba a un par de calles de allí y compre tres pruebas de embarazo con tal de estar totalmente segura de los resultados, sin importar cualquiera que este fuera.
No me atreví a volver al hotel por miedo a que Seiya se diera cuenta de lo que está pasando, así que me puse a vagar por las calles de la ciudad hasta que llegue a una pequeña cafetería. Pedí un café y ahí me quede sentada un rato, mirando a la gente pasar, sin atreverme a realizar las pruebas de embarazo que llevaba en la bolsa.
¿Qué pasaría si resulta que, a pesar de que mis síntomas se parecen mucho a los de un embarazo, simplemente tengo una horrible infección estomacal? ¿Qué tal que Seiya y yo no podemos tener hijos? Una vez estuvimos tan cerca de ser padres y no fue así, y si nuevamente es así… No quiero ni pensarlo.
Es mejor que no piense en eso y salga de dudas de una vez por todas.
Me metí en el baño de la cafetería y realice las tres pruebas de embarazo. Los minutos se me hicieron eternos mientras yo no dejaba de rezar porque dentro de mi estuviera creciendo un bebe.
¿Y que si en un principio quería esperar hasta tener treinta años para tener un bebe? No importa si es ahora, o dentro de unos años, lo que más quiero es tener un hijo de Seiya. Quiero un bebe que se parezca muchísimo a mi esposo y a mí, como aquellos preciosos niños que vi en ese sueño que tuve hace unas semanas. Quiero un bebe fruto del gran amor que nos tenemos Seiya y yo.
Respire profundamente una vez que hubieron pasado los cinco minutos necesarios y revise los resultados de las pruebas. Es hora de saber la verdad.
Todas las pruebas dieron positivo.
Las lágrimas caen por mi rostro sin que pueda detenerlas. Me parece que estoy dentro de un sueño, porque aun no puedo creerlo. ¡Estoy embarazada! Voy a tener un hijo. El hijo de Seiya. Nuestro hijo.
Salí de inmediato del baño, pague mi café y abandone la cafetería aun llorando de felicidad. Lo único que quiero es volver al hotel y darle esta maravillosa noticia a Seiya. Y como si lo invocara con el pensamiento, mi celular empezó a sonar. Obviamente era mi esposo. Conteste de inmediato.
–Hola, Amor.
–¿Dónde estás, Bombón? ¿Por qué te fuiste así, sin avisarme?
–Lo siento –respondí intentando dejar de llorar –Es que tenía que hacer algo y…
–¿Estás llorando? –pregunto preocupado –¿Qué sucede? Me estás asustando. ¿Acaso hice algo que te molestara y por eso te fuiste de esa manera?
–Bueno, ahora que lo dices, si hiciste algo… pero estoy muy lejos de sentirme molesta por ello –dije poniendo una mano sobre mi vientre –Pero preferiría que no habláramos de esto por teléfono.
–Voy a buscarte ahora mismo. ¿En dónde estás?
–Estoy… –musite buscando el nombre de la calle, pero mi atención se fijo en una tienda de artículos para bebes. Ya sé cómo darle la noticia –¿Qué te parece si nos vemos en Le Café de la Paix en media hora?
–Es aquel lugar que está cerca de Boulevard St. Michael ¿verdad? ¿En el margen izquierdo del Sena?
–Sí, exacto. Es donde nos gustaron esos croissants.
–Voy saliendo para allá. Nos vemos ahí en un rato.
–De acuerdo… Te amo, Seiya.
–También te amo, Bombón.
Guarde mi celular con una sonrisa y me encamine hacia la tienda de bebes, esperando encontrar el regalo perfecto para mi esposo.
A pesar de que me hubiera encantado comprar al menos la mitad de las cosas de la tienda para mí bebe, no podía demorarme mucho para ir a reunirme con Seiya. Además, tengo los siguientes nueve meses para preparar todo para la llegada de nuestro hijo.
Cuando salí de la tienda, me dirigí de inmediato al margen izquierdo del rio, pero no contaba con que empezaría a llover repentinamente. Para cuando llegue al Le Café, estaba totalmente empapada, pero ni me importo, y aun menos al ver a mi esposo esperándome con un café en la mano, sentado en una mesa junto a las ventanas del lugar, desde donde se puede ver la Torre Eiffel a la distancia.
–¡Seiya!
Mi esposo volteo al escucharme, sorprendido de verme empapada, mientras me acercaba a él con una sonrisa. Se puso de pie y cuando llegue a su lado, ni siquiera le di oportunidad de decir algo, simplemente tome su rostro entre mis manos y lo bese con todo mi amor, dejándome llevar por toda la felicidad que siento.
–Wow… oficialmente no entiendo nada. Empezaba a creer que estabas molesta por algo.
–Créeme que en este momento es imposible que me enoje contigo –dije volviendo a besarlo –Sabes que te amo
–Lo sé, y yo también te amo. Y tú estás totalmente empapada –dijo quitándose el saco que tenia puesto y me lo puso sobre los hombros –Vamos al hotel para que te cambies esa ropa mojada.
–No te preocupes, estoy bien.
–Ahora sí, pero lo último que me gustaría es que estuvieras resfriada el resto de nuestra luna de miel. Por favor, Bombón.
–De acuerdo –respondí con un suspiro. Creo que estemos a solas cuando le dé la noticia.
Seiya dejo un billete sobre la mesa y pago su café, tras lo que salimos de la cafetería. Y solo para quedarnos bajo el pequeño techo del portal de Le Café, que termino mojándome aun más y también empapo a Seiya. Y lo peor es que no pasa ni un solo taxi.
–Empiezo a creer que hubiera sido mejor quedarnos adentro hasta que terminara de llover.
–Vamos a esperar un poco más, seguramente no debe de tardar en pasar un taxi –dijo él estrechándome entre sus brazos.
Ni siquiera me había dado cuenta de que estaba tiritando de frio hasta que sentí el cálido cuerpo de Seiya junto al mío, que me estrecha aun más para hacerme entrar en calor. Me encanta estar así, sentirme segura y protegida a su lado.
Si es así de atento y cariñoso conmigo, no tengo ninguna duda de que será el mejor de los padres. Estará feliz cuando sepa de la próxima llegada de nuestro bebe.
Sin dejar de mirarme, mi esposo coloco un mechón húmedo de cabello detrás de mi oreja –¿Sabes? Al verte así, siento como si acabaras de salir de mis recuerdos, Bombón.
–¿Por qué dices eso?
–Luces igual que aquella tarde lluviosa que me presente ante ti, Bombón, y hablamos por primera vez hace cinco años.
–Eso fue hace seis años –dije corrigiéndolo.
–Los que sean. Viéndote así, me haces recordar mucho aquel día. Aunque ahora hay algo diferente.
–¿Qué cosa?
–Que ahora eres mucho más hermosa de lo que eras en la Universidad, pero hay algo más que no logro descifrar. Tu mirada tiene un brillo que nunca antes te había visto.
–¿Enserio? –musite sorprendida. ¿Es cierto eso de que las embarazadas tienen un brillo especial? Si es así, sin duda mi esposo lo noto muy rápido ya que es quien mejor me conoce.
–Sí, Bombón.
–Vaya, entonces te hare responsable también de eso, Amor.
–¿Y de qué más? Ahora que lo recuerdo, ¿qué fue eso que hice y que mencionaste hace un rato? Dijiste que no querías decírmelo por teléfono.
–Bueno… yo…
Me mordí el labio conteniendo las enormes ganas que siento de decirle la verdad. Los dos empapados bajo la lluvia no era el escenario ideal en que pensaba decírselo.
Desvié la mirada mientras pienso que hacer. Por suerte, a unos metros, vi que se acercaba un taxi.
–¡Mira, Seiya! ¡Hey, taxi!
En cuanto el vehículo se detuvo frente a nosotros, de inmediato Seiya y yo nos subimos, le dimos la dirección del hotel al conductor, mi esposo me rodeo los hombros con su brazo y me estreche aun más a su cuerpo para no tener frio mientras avanzábamos por las calles de Paris.
–Aun no me respondes, Bombón.
–¿Qué cosa?
–¿Qué era eso que no me quisiste decir por teléfono?
–Yo… te amo –fue lo primero que se me ocurrió decir.
–Eso si me lo dijiste por teléfono –dijo él con una sonrisa.
–Sí, bueno… pero también quiero decirte que me has hecho más feliz de lo que podrías imaginarte, Seiya –le dije con una sonrisa mientras entrelazaba nuestras manos, tocando su argolla de matrimonio. No lo dije solo por decir, realmente es lo que siento –Me encantaría poder detener el tiempo y vivir para siempre este momento, que nunca tengamos que volver a Tokio y nos quedemos en Paris.
–Entonces hagámoslo. Hagamos nuestra vida aquí en Paris.
–Por más que quiera hacerlo, ambos sabemos que no podemos hacerlo. Luna nos cazaría y perseguiría hasta el fin del mundo con tal de que volvamos a la Agencia. Ya es demasiado para ella que no volvamos a ser agentes de campo y de ahora en adelante nos soporte a ambos en la oficina, como para que se escapen sus dos mejores agentes para vivir del otro lado del mundo.
–¡Rayos! ¡Es verdad! –dijo dando un suspiro de resignación –Entonces, te propongo algo, Bombón: cuando ambos nos hayamos jubilado de la Agencia, y que nuestros hijos hayan crecido, dejaremos todo en Tokio y vendremos a vivir aquí. Aquí pasaremos nuestra vejez.
–Suena bien, pero tiene algunas fallas tu plan.
–¿Cómo cuales?
–Que vamos a extrañar muchísimo a nuestros hijos y nietos, quienes probablemente seguirán viviendo en Japón. No me gustaría vivir lejos de ellos.
–Ni a mi… Entonces, ¿qué opinas si volvemos a Paris cada que nos sea posible? Así podremos tener una segunda, tercera, o tantas lunas de miel que queramos.
–Me encanta esa idea –dije buscando sus labios para besarlo.
–En ese caso, creo que deberíamos ir pensando en cuando será nuestra segunda luna de miel en Paris.
–¿Aun no termina está y ya estas pensando en la siguiente?
–Por supuesto. ¿Qué te parece si volvemos en unos meses, en tu cumpleaños?
Eso sería perfecto… de no ser porque para entonces, mi embarazo será evidente y seguramente estaré muy ocupada organizando todo para la llegada del bebe.
–Déjame pensarlo, Amor –respondí apoyando mi cabeza en su hombro, mientras seguíamos avanzando por la ciudad.
Momentos después llegamos al hotel, de inmediato subimos a la suite y luchamos por quitarnos las prendas frías y empapadas que arrojamos en la inmensa tina. Cuando por fin logre quitarme mi ropa, no pude evitar verme en el espejo y acariciar mi vientre plano. Me parece casi mágico pensar que en cuestión de meses mi cuerpo cambiara y todo porque dentro de mí se encuentra mi bebe.
Mi mirada se encontró con la de Seiya en el espejo cuando estaba a punto de volver a la habitación para buscar algo de ropa. Obviamente me vio acariciar mi vientre, y por la forma en que me mira, seguramente debe de estarme imaginando con el vientre abultado y llevando a nuestro hijo en mi interior. Le sonreí como diciendo "pronto", pero de inmediato me escabullí a la habitación antes de que se dé cuenta de algo más, antes de que le muestre lo que compre.
Me puse una camiseta de mi esposo, mientras él se puso unos pantalones y prendió la chimenea que hay en la suite. Fue entonces que aproveche para sacar la caja azul celeste que había guardado en mi bolsa.
–Vamos a la cama, Bombón. Esta haciendo mucho frio y es el lugar más cálido de la suite –dijo rodeándome la cintura con sus brazos –¿Y eso? –pregunto señalando la caja que está en mis manos.
Me gire entre sus brazos para verlo de frente –Es la razón por la que me fui sin avisarte.
–¿Acaso tuviste una urgente necesidad de salir de compras? –pregunto señalando con la mirada la caja –A menos que lo que haya ahí sea lencería de Victoria´s Secret, no hay justificación alguna para que me dejaras abandonado en mi cumpleaños. ¡Debiste de haberme despertado para que te acompañara!
–Me acompañaras la próxima vez que compre lencería, Seiya. Es solo que tenía que encargarme de un pequeño asunto. Además, lo que hay en esta caja es un regalo para ti.
–¿Más lencería que lucirás para mí? –pregunto en un tono muy sensual.
–En realidad, es algo mucho mejor que eso.
–¿Mejor que la lencería? Me dejas muy intrigado, Bombón. ¿Qué es?
–Ábrelo y lo sabrás –dije entregándole la caja –Feliz cumpleaños, Amor.
Seiya abrió la caja, sacando el pequeño mameluco blanco que había dentro de la caja. Miro totalmente sorprendido la ropita, como si de repente el mundo se hubiera detenido para él y no supiera ni que decir o que pensar. Volteo a verme con la mayor sonrisa que le he visto, igual a la que tenía en nuestra boda. Ni siquiera consigue formar una oración coherente.
Pero las palabras están de más en este momento.
Asentí con una sonrisa ante sus pensamientos, mientras seguía contemplando la expresión en su rostro. Seiya parece estar a punto de llorar de felicidad. Es algo que jamás podre olvidar.
Antes de que me diera cuenta, Seiya me alzo del suelo y empezó a dar vueltas de felicidad. Me aferre con fuerza a su cuello mientras seguíamos girando y un momento después, me beso con todo su amor.
–Definitivamente este es el mejor cumpleaños que he tenido. Es el mejor regalo que podrías darme, Bombón –musito volviendo a besarme –Los amo, los amo, los amo tanto.
Mi esposo se separo un poco de mi para inclinarse y poder besar y acariciar mi aun plano vientre. Un momento después, sus labios volvieron a buscar los míos.
–Ya entiendo porque dicen que los bebes vienen de Paris.
Solté una carcajada de felicidad ante sus palabras –En realidad, creo que a este bebe viene de Las Vegas.
Seiya se río, mi risa se unió a la suya mientras la felicidad nos envuelve por completo. No creo que pueda existir un momento más feliz y perfecto que este, que simplemente es el inicio de la mayor y más importante misión de nuestras vidas. El ser padres.
Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
Seis Años Después...
Retire con mi mano el cabello de la frente de mi esposo, mientras luchábamos porque nuestras respiraciones volvieran a la normalidad y yo no dejo de contemplarlo con una sonrisa bajo la tenue luz de la luna que entra por nuestra ventana.
–Te amo, Bombón.
–Yo también te amo, Seiya.
Unimos nuestros labios en un tierno beso que no tardo en volverse más intenso y apremiante. Sin que mi esposo me soltara, giramos en la cama hasta que él quedo encima de mí. Sus labios no tardaron en bajar hasta mi cuello. Cerré mis ojos mientras me mordía el labio para reprimir un gemido.
Aunque casi es medianoche y sé que nuestros hijos están dormidos, obviamente no quiero despertarlos por ponerme a gritar por todo el placer que Seiya me está haciendo sentir.
–Mamá, papá…
Abrí los ojos sorprendida al escuchar la voz de Sei. ¿No se supone que mi esposo había cerrado la puerta de nuestra habitación con seguro?
Seiya me miro igual de sorprendido que yo ante la presencia de nuestro hijo en la habitación, sin estar seguro de que hacer.
–¿Qué pasa, hijo? –pregunto Seiya sin moverse de encima de mí, con tal de no dejar mi desnudez al descubierto.
–Es Chibi Chibi. Volvió a ver al monstruo del closet y tiene miedo, a pesar de que Spike está con ella.
Mire a Seiya molesta. Además de olvidar cerrar la puerta con seguro, ¿también olvido deshacerse del monstruo del closet?
–Ve por mi casco de futbol americano, Sei. Mamá y yo nos encargaremos de sacar al monstruo en un momento.
–Sí, papá, pero deberían de ir ya porque Chibi Chibi está muy asustada... Por cierto ¿que estaban haciendo como para que no la escucharan llorar?
Seiya me miro sin saber cómo responder a eso. Y yo tampoco tengo la más mínima idea. Tan perdidos estábamos en medio de la pasión que no escuchamos el llanto de nuestra niña.
–Papá y yo solo nos estábamos dando un beso de buenas noches, Sei –Y un poco más que eso, pensé con una pequeña sonrisa –Pero mejor date prisa y ve por el casco de tu padre.
–Sí, mamá.
En cuanto Sei salió de la habitación, Seiya y yo saltamos de la cama y nos empezamos a vestir frenéticamente. Me puse mis bragas y la playera blanca que traía mi esposo, mientras él se puso los bóxers y sus jeans. El momento hubiese sido realmente divertido, de no ser porque estábamos demasiado ocupados vistiéndonos antes de que nuestro hijo regresara.
–¿Por qué no le pusiste el seguro a la puerta, Seiya?
–Creí que lo habías hecho tú, Bombón.
–¿Y en qué momento lo iba a hacer si no dejabas de arrancarme la ropa?
Mi esposo dio un suspiro mientras sacaba su bat de softbol –¿Podemos dejar esta discusión para después? En este momento Chibi Chibi nos necesita.
Di un largo suspiro sabiendo que tiene razón. Ahora, lo único que importa es que nuestra hija necesita a sus padres.
Salimos rápidamente de la habitación para llegar a la de Chibi Chibi. Ahí, vi al enorme labrador adulto que es Spike junto a mi hija que no deja de llorar, abrazada al cuello del perro. De inmediato me acerque a su cama y la abrace.
–Tranquila, hija. Todo estará bien.
–¿En… serio? –musito ella sin dejar de llorar.
–Sí, Chibi Chibi –dijo mi esposo dándole un beso en la cabeza –Pero ya no llores. Las lágrimas nunca se ven bien en una princesita como tú.
Un momento después, Sei entro en la habitación trayendo un casco de futbol americano, que le entrego a Seiya y se acerco a abrazar a su hermana.
–Ya no llores –dijo Sei –Papá se va a encargar del monstruo.
–¿En verdad?
–Así es, niños. Deséenme suerte que ya es hora de acabar de una vez por todas con ese monstruo feo –dijo Seiya, tras lo que los mellizos lo abrazaron.
–No te va a comer el monstruo ¿verdad? –pregunto Chibi Chibi temerosa.
–Claro que no. No me pasara nada porque su madre me dará un beso de la suerte ¿verdad, Bombón? Esa es la mejor defensa para acabar con los monstruos del closet.
–Solo espero que funcione para que nunca más veamos a ese monstruo.
–Funcionara, ya lo verás.
Bese a Seiya suavemente, tras lo que se puso el casco y sujeto el bat con ambas manos mientras caminaba al closet como todo un guerrero que esta por enfrentar una batalla. Aunque esa batalla sea contra un horrible suéter verde que Seikuro le regalo a Chibi Chibi la Navidad pasada, y que desde entonces es conocido como el monstruo del armario.
Sei y Chibi Chibi se abrazaron a mí, mientras junto a Spike, nos manteníamos todos en la pequeña cama y esperábamos a saber el resultado de la batalla de mi esposo contra el monstruo.
Intente no reírme mientras escuchaba como estando dentro del closet, Seiya hacia ruidos como si de verdad estuviera luchando contra un monstruo, logrando que nuestros hijos saltaran asustados más de una vez al escuchar algunos gruñidos.
Un momento después, Seiya salió del closet con el suéter verde que tanto espantaba a Chibi Chibi algo desgarrado.
–Misión cumplida. El monstruo del closet ha sido destruido y ya no nos molestara más. Esto es todo lo que queda de él –dijo mi esposo mostrándonos el suéter.
–¿Un suéter? –musitaron Sei y Chibi Chibi confundidos.
–Es que en esto se transformó el monstruo ahora que ha sido derrotado –dijo Seiya como si fuera un hecho indiscutible –¿Pero saben que debemos hacer para que nunca más vuelva a molestarnos?
Los niños negaron con la cabeza.
–¡Destruirlo por completo! ¿Quién viene conmigo al patio para acabar con el monstruo?
Sei y Chibi Chibi empezaron a gritar emocionados por la idea, Spike soltó un ladrido ante tanta excitación, y en menos de un minuto, todos ya nos hallábamos en el patio trasero, lanzándonos el suéter unos a otros hasta que termino lleno de tierra, completamente destrozado e inservible, terminando finalmente en la basura. El monstruo del closet había sido acabado completamente por los Kou.
–Ahora sí, niños, a dormir.
–Pero, mamá…
–Ya la oyeron, mañana van a la escuela y luego no se quieren ni levantar –dijo Seiya.
–Pero mañana es lunes. No me gustan los lunes –dijo Sei.
–A mí tampoco me gustan –replico Chibi Chibi.
–Ni a mí, pero saben que tienen que ir a la escuela.
–¿Y si mejor vamos mañana otra vez al parque de diversiones? –pregunto Sei.
–Siento decirte que el parque de diversiones no abre los lunes, hijo.
Los niños hicieron una mueca de disgusto ante las palabras de mi esposo.
–Otra razón más para que no me gusten los lunes.
–¿Qué les parece si hacemos esto, niños? Les prometo que iremos al parque de diversiones el próximo fin de semana, siempre y cuando se vayan en este momento a dormir.
–Bueno –musito Sei dando un suspiro –¿Pero al menos Chibi Chibi y yo podemos dormir con ustedes?
–¿Y también nos puedes contar un cuento, mamá? –pregunto mi niña.
–Solo si están en la cama antes de que termine de contar hasta diez. Uno, dos…
Ni siquiera alcance a decir "tres", ya que Sei y Chibi Chibi de inmediato subieron hasta mi habitación junto con Spike. Mientras avanzábamos tras ellos, mi esposo me miraba de una forma en que claramente mostraba que no estaba muy contento con lo que había dicho momentos antes.
–¿Por qué les dijiste eso, Bombón? Ahora ya no podremos retomar las cosas en donde las dejamos.
–Eso te pasa por no cerrar la puerta de nuestra habitación con seguro y no haber acabado con el monstruo del closet cuando te lo pedí.
–Lo del monstruo ni es mi culpa, sino de mi padre y su pésimo gusto en suéteres.
Di un largo suspiro. La relación de Seiya y Seikuro ha mejorado con los años, en gran parte ante la alegría de mi Seikuro de ser abuelo ya que adora a sus nietos. Aunque eso no cambia que ambos sigan peleando. La mayoría de las veces es por tonterías como el desafortunado gusto que tiene mi suegro en ropa, pero eso no cambia el hecho de que algunas cosas nunca cambian.
–Como sea, Seiya. Por culpa de ese monstruo, tus hijos están despiertos tan tarde y tienen que dormir. Vamos a leerles ese cuento, porque yo también estoy cansada ¿de acuerdo?
Mi esposo asintió y me dio un fugaz beso, tras lo que subimos hasta nuestra habitación. Allí, Sei, Chibi Chibi y Spike estaban acostados en la enorme cama King size que cubre gran parte de la habitación. Seiya y yo nos sentamos en un costado de la cama, tome el libro que estaba en mi buro, Peter Pan, y comencé a leer. Un rato después, Seiya siguió leyendo por tanto tiempo, hasta que el cansancio hizo que me empezara a quedar dormida. Lo cual casi fue así, de no haber sido porque me di cuenta de que mi esposo dejo de leer al notar que nuestros hijos se habían dormido primero que yo.
–Voy a llevarlos a sus habitaciones. Acuéstate ya, Bombón.
Tome su brazo para impedir que hiciera algo –No. Es posible que se despierten si los mueves, es mejor dejarlos dormir con nosotros. Al fin y al cabo, todos cabemos perfectamente bien aquí.
Seiya asintió con una sonrisa, tras lo que ambos arropamos bien a Sei y Chibi Chibi, les dimos sus besos de buenas noches y mi esposo y yo nos acostamos de lado en uno de los extremos de la cama. Me dio un pequeño beso en el cuello mientras entrelazábamos nuestras manos y las colocábamos sobre mi vientre.
Sonreí mientras contemplaba a los mellizos. Sin duda fue toda una sorpresa que al volver de nuestra luna de miel en Paris, e ir a mi primera ecografía, Seiya y yo nos diéramos cuenta de que no íbamos a tener un bebe, sino dos. Seiya Kenji Kou Tsukino, o mejor dicho Sei como lo llamamos de cariño, es sin duda la viva imagen de su padre: la misma sonrisa, el cabello tan largo como mi esposo, y ni que decir de su personalidad. Lo único que mi niño saco de mí, es el cabello rubio y mis ojos. Aunque Chibi Chibi, cuyo nombre completo es Serena Sophia Kou Tsukino, es mucho más parecida a mí, tanto en su físico como en su forma de ser, tiene los mismos ojos de Seiya y en cada mirada, siento que veo a mi esposo a través de ella.
Sin duda, mi vida y la de Seiya cambiaron mucho en ese entonces: recién casados con dos bebes en camino, mientras nos adaptábamos a nuestros nuevos empleos en la Agencia. Y además estábamos en la busca de la casa perfecta para nuestra familia, la cual encontramos después de recorrer medio Tokio, a unas calles del parque No. 10.
Recuerdo perfectamente cómo transcurrieron aquellos meses próximos a la llegada de Sei y Chibi Chibi: arreglando nuestra casa mientras yo sufría todos los malestares típicos del embarazo. Lo curioso es que en la Agencia, –donde nadie podía creer, considerando como era nuestra relación antes de que nos fuéramos a Las Vegas, que Seiya y yo nos habíamos casado y que pronto nos convertiríamos en padres– todos mis compañeros de trabajo procuraban en exceso no hacerme enfadar con tal de no enfrentarse al torbellino que eran mis hormonas en ese momento. Aunque eso no evitaba que más de uno sufriera por mis constantes cambios de humor, en especial mi esposo.
Sin duda Seiya se llevó la peor parte de mi embarazo, no solo por sufrir por mis hormonas y mis más extraños antojos a mitad de la madrugada que cumplía sin queja alguna. Sin embargo, si ambos creíamos que ya habíamos enfrentado lo imposible, nos dimos cuenta de que no era así el día que nuestros hijos decidieron venir al mundo.
–Flashback–
–Seiya… Despierta, Seiya –lo llame mientras sentía otra contracción. El dolor no me había dejado dormir y las contracciones eran cada vez más frecuentes.
–Son las tres de la mañana, Bombón… –musito él dando un bostezo –¿Qué es esta vez? ¿Tacos?
–No, no quiero tacos.
–De acuerdo, nada de tacos… Solo déjame dormir cinco minutos más y voy por lo que quieras –dijo cubriéndose completamente con las cobijas mientras volvía a cerrar los ojos.
–¡No tienes cinco minutos, Seiya! ¡Tus hijos quieren nacer hoy!
Mi esposo abrió los ojos y me miro totalmente sorprendido –¿Estás segura?
–No, solo quiero que vayamos a pasear en el auto a la mitad de la madrugada –dije sarcásticamente –¡Levántate ya y vamos al hospital!
Seiya de inmediato se levantó de la cama y se vistió. En menos de cinco minutos, ya estábamos en el auto e íbamos rumbo al hospital. El trayecto se me hizo muy largo y más ante cada contracción que sentía, apretaba con fuerza la mano de mi esposo para intentar soportar el dolor mientras él no dejaba de repetirme que respirara y que todo estaría bien.
Momentos más tarde, ya estaba instalada en una habitación del área de maternidad del hospital y Seiya había llamado a mis padres, mi suegro y mi mejor amiga para que estuvieran aquí cuando nacieran Sei y Chibi Chibi. Y las contracciones cada vez eran más seguidas y más largas.
–Dime una cosa, Seiya… ¿Por qué queríamos tener hijos, sabiendo que tarde o temprano iba a pasar por la peor parte?
–Porque cuando todo esto termine, nos darán un par de bebes y dejaran que nos los quedemos –respondió dándome un pequeño beso.
–¿En serio?
–Totalmente. Ya verás que esto no es nada ante la gran recompensa que tendremos.
–Aun así… desde ahora te lo digo: no vuelvo a pasar por esto dos veces. Sei y Chibi Chibi serán nuestros únicos hijos.
–Pero, Bombón…
–Bombón, nada –dije, interrumpiéndolo –Ya es bastante con que este tan enorme que no he visto mis pies desde hace mucho tiempo, no tienes ni idea de lo horrible que es este dolor por el que estoy pasando y con nuestra suerte, la próxima vez que esté embarazada quizás sea de trillizos. Así que olvida eso de tener cuatro niños porque se acabó. Quiero que te hagas la vasectomía.
–Definitivamente todo esto te está afectando, porque no creo que lo estés diciendo enserio.
–Lo digo muy enserio, Seiya –dije con firmeza –Vas a hacerte la vasectomía y no está a discusión.
–Pero…
–¡Ahora! –grite molesta –¡Quiero que te la hagas ahora mismo!
Mi esposo asintió y sin decir nada más, salió de la habitación. Justo en ese momento, sentí otra contracción y grite por el dolor. De inmediato, Seiya volvió a mi lado.
–No te vayas, Seiya. Quédate conmigo.
–Siempre –respondió entrelazando nuestras manos y me beso –Sabes que jamás te voy a dejar y menos ahora. Ni loco me perdería el nacimiento de Sei y Chibi Chibi.
Se sentó junto a mí en la cama, beso mi enorme vientre mientras con su mano libre lo acariciaba suavemente.
–Bombón…
–¿Sí?
–Sobre lo de la vasectomía, no era enserio ¿verdad?
–Lo estoy considerando seriamente… Esto me duele muchísimo.
–¿Quieres que llame a la enfermera para que te de algo para el dolor?
Asentí mientras apretaba con fuerza su mano al sentir una nueva contracción.
–Solo resiste un poco más, Bombón. Dentro de poco tendremos a nuestros hijos en nuestros brazos.
Horas más tarde, el Sol ya había salido y el dolor había disminuido un poco después de que me aplicaran la epidural. Las contracciones iban y venían, pero no se iba del todo. Toda mi familia estaba a mi lado esperando a que los niños nazcan mientras Seiya, sin soltar mi mano, acariciaba en todo momento mi vientre y les hablaba con ternura a nuestros hijos y no dejaba de decirles lo ansiosos que estábamos por conocerlos.
Finalmente llegó la hora y me llevaron a la sala de partos.
Seiya se mantuvo a mi lado en todo momento, sosteniendo mi mano y dándome palabras de aliento cuando algún sádico doctor me dijo que empezara a pujar. Puje con todas mis fuerzas, hasta que un momento más tarde escuche el llanto de Sei y poco después, el llanto de Chibi Chibi que se entremezclaba con el de su hermano.
Me sentía exhausta, con un gran vacío en mi interior ahora que mis bebes ya no estaban dentro de mí, pero sin duda estaba feliz, más feliz de lo que me sería posible explicar ahora que por fin me había convertido en madre.
Una enfermera me entrego a Sei envuelto en unas mantas, mientras que Chibi Chibi termino en los brazos de su padre y él no tardo en acercar a la bebe a mi lado.
–Bienvenidos.
Bese las cabecitas de mis hijos, contemplándolos con una enorme sonrisa, feliz de por fin conocer a los pequeños que estuvieron por tantos meses dentro de mí y que fueron concebidos por el gran amor que nos tenemos Seiya y yo.
–Te amo, Bombón.
–Yo también te amo, Seiya.
Mi esposo me beso y yo estaba completamente segura de que todo lo que habíamos pasado, los años que estuvimos separados, el luchar para estar juntos y poder ser felices, absolutamente todo había valido la pena con tal de que llegara este momento.
–Fin del Flashback–
–Aun no puedo creer que seamos tan afortunados por tener unos hijos tan maravillosos, Amor.
–Ni yo… pero estoy seguro de que Bomboncito será tan maravilloso como sus hermanos.
Apreté aun más la mano de Seiya sobre mi vientre, que tras mucho esfuerzo volvió a ser plano después de mi primer embarazo. Ahora nuevamente estoy embarazada. Tengo tres meses. Y sin duda, pensar en nuestro Bomboncito me hace sentir una felicidad indescriptible.
Por supuesto, Seiya no se hizo la vasectomía, aunque decimos que era mejor adaptarnos a tener dos bebes al mismo tiempo antes de ampliar aun más la familia. Después de todo, no fue nada fácil cuidar a dos bebes que siempre lloraban al mismo tiempo, y lo mismo era para darles de comer y cambiarles el pañal.
Con el paso del tiempo, y sobre todo mucha persuasión por parte de mi esposo, Bomboncito llegara en unos meses a este mundo. Menos mal que esta vez solo será un bebe, y no dos o tres como alguna vez llegue a imaginar. Y no hay duda de que este hermoso milagro fue concebido en mi sexto aniversario de bodas, cuando Seiya y yo nos dimos una escapada romántica todo un fin de semana a las montañas cerca de la zona de aguas termales en Akita mientras los niños se quedaron bajo el cuidado de mis padres y mi suegro en Kioto.
Seguí pensando en aquel fin de semana y en todos los días que he compartido con Seiya los últimos seis años. No voy a mentir diciendo que mi vida matrimonial con Seiya es perfecta. Tenemos días buenos y días malos. Pero siempre –a pesar de que hay veces cuando discutimos que realmente quisiera ser una mujer divorciada– al final del día siempre recuerdo que ese hombre que a veces hace grandes tonterías, es el mismo que se ha interpuesto entre las balas y yo para protegerme y que me ama tanto como yo a él. El matrimonio no es fácil, pero los problemas que puedan existir entre mi esposo y yo son pequeñeces comparadas contra las grandes cosas que nos unen por amor. Sin duda, sin importar los buenos o malos momentos, soy muy feliz a su lado y no cambiaría nada de lo que hemos vivido juntos.
Y con ese pensamiento en mente, me quede dormida entre los brazos de Seiya.
La alarma del despertador hizo que abriera los ojos, pero los cerré de inmediato al sentir los primeros rayos del sol entrar por la ventana. Un momento después, el despertador dejo de sonar y sentí los labios de mi esposo sobre mi cuello.
Ambos sabemos que el otro está despierto, pero ninguno hizo nada para levantarse. Simplemente nos quedamos acostados, con nuestras piernas entrelazadas y el brazo de mi esposo alrededor de mi cuerpo por algunos minutos. Es nuestro limbo antes de que iniciemos el día.
Seiya finalmente se levanta dándome un pequeño beso en el hombro. Yo me quedo acostada un rato más, extendiendo mi brazo alrededor de mis hijos que aun duermen tranquilamente. Sonreí cuando me llego el olor de café recién hecho desde la cocina, y al cabo de un momento, mi esposo vuelve a la habitación trayendo un par de tazas de café.
–Buenos días, Amor.
–Buenos días, Bombón.
Me senté en la cama, mi esposo me entrego una de las tazas cuando se sentó a mi lado y de inmediato mis labios buscaron los suyos, encontrándose en un tierno y lento beso. Me encanta que nuestros días siempre inicien así.
–¿Cómo dormiste? –le pregunte tras lo que bebí un gran trago de café que me cayó de maravilla.
–Muy bien ¿Y Bomboncito y tú? –pregunto mi esposo deslizando su mano por debajo de la playera, hasta acariciar suavemente la cálida piel de mi vientre.
–De maravilla. Y más ahora que ya quedaron atrás las nauseas matutinas.
–Que bien –musito tras lo que se inclino a besar mi vientre –¿Hay algo que quieran en especial para desayunar?
Mi esposo y yo bebimos un poco más de café mientras pienso en que quiero para el desayuno. Sei y Chibi Chibi aun siguen dormidos, aunque Spike ya despertó, pero no se movió por quedarse al lado de los niños. Acaricie su cabeza, ya que mi fiel perro siempre está cuidando y protegiendo a mis hijos, igual que desde que era un cachorro nos ha cuidado a Seiya y a mí.
Le sonreí a mi esposo al saber que se me antoja desayunar –Ahora que lo dices, Amor… Tengo un antojo.
–¿De qué?
–De ti –musite besándolo en la comisura de los labios. Qué suerte que aún es temprano y los niños aun no despiertan.
Seiya sonrió ante mis palabras –¿Una ducha, Bombón ?
–Por supuesto.
Nos levantamos de la cama, cuidando de no despertar a Sei y Chibi Chibi, y nos dirigimos al baño.
Bajo el chorro del agua, nos enjabonamos mutuamente, redescubriendo cada centímetro de la piel del otro en medio de besos y caricias. Mis manos recorrieron cada rincón del cuerpo de mi esposo y mis labios llenan de besos cada parte de su ser, en especial la cicatriz que tiene en el pecho y que me recuerda lo cerca que estuve de perderlo definitivamente. Y todo por culpa de la arpía de Kakyuu.
Tal como se lo dije la última vez que la vi, he sido feliz al lado de Seiya y no he vuelto a pensar en ella. Excepto una vez, un par de meses después de que volviera a Tokio, cuando recibí una llamada de Ami comunicándome que hubo un incendio en la cárcel donde estaba encerrada Kakyuu. El incendio fue provocado, ya que era parte del plan de ella para escapar junto con otras reclusas. Pero algo fallo en su plan de fuga, el fuego se extendió más de lo pensado y sufrió graves quemaduras, a consecuencia de las cuales falleció. Ahora ella es un mal recuerdo de mi pasado. Y ya nunca más nos podrá volver a lastimar a Seiya y a mí.
Aunque me hubiera encantado quedarme en la ducha entre los brazos de Seiya y que hagamos el amor todo el día, no puede ser así. Nos espera un largo día.
Después de vestirnos y arreglarnos para ir al trabajo, despertamos a Sei y Chibi Chibi y los alistamos para más tarde llevarlos a la escuela. El desayuno transcurrió como siempre: los niños jugando con Spike y dándole de comer en vez de que ellos desayunen, Seiya insistiéndome que comiera bien por Bomboncito y yo apurando a todos para que no se nos hiciera tarde. Después Seiya y yo llevamos a los niños a la escuela, tras lo que nos fuimos a la Agencia,
–Buenos días, Agente Tsukino, Agente Kou.
–Buenos días –saludamos Seiya y yo a nuestros compañeros de trabajo cuando llegamos a la Agencia y subimos al elevador.
Aunque todos nuestros compañeros saben que Seiya y yo estamos casados, procuramos mantener un equilibrio entre nuestra relación laboral y matrimonial, actuando de la manera más profesional posible. Más considerando que mi esposo fue ascendido hace tres años y ahora se encarga de dirigir el área de investigación.
Con un roce de manos y una sonrisa, mi esposo y yo nos separamos en el elevador y cada uno se dirigió a su respectiva oficina.
La mañana avanzó con una reunión con mis colegas, revisando los avances de las misiones en curso de otros agentes y un sinfín de papeleo que parece nunca terminar. Ser jefa del área de inteligencia no es nada fácil.
–¿Serena?
Retire la vista de la pantalla de mi computadora al escuchar la voz de Molly. Sonreí al verla, no hay duda que la vida le ha cambiado tanto como a mí estos años. Se casó con un empresario llamado Masato Sanjoin, y hace seis meses nació su primer hijo.
–Aquí tienes los informes del operativo que se realizó este fin de semana en los muelles –dijo mi amiga entregándome una carpeta.
–¿Aun no hay rastro de los otros sujetos que iban a recibir la mercancía en el puerto?
–No, pero Nakamura está trabajando en una pista que muy probablemente nos lleve hasta ellos.
–Ojala que eso nos ayude a encontrarlos, Molly.
–Ya verás que sí. Siempre atrapamos a los malos ¿o no?
–Sí, es verdad –dije con una sonrisa. Un momento después, empezó a sonar mi celular –Parece que él trabajo nunca nos da una tregua.
–Menos mal que esta noche cenamos en tu casa y allí podemos platicar tranquilamente.
–Afortunadamente, porque también quiero ver a mi sobrino consentido.
Molly me regalo una sonrisa cariñosa mientras salía de mi oficina y yo tomaba mi teléfono para ver quien llamaba. Sonreí al ver que se trata de Lita.
–¡Hola, Lita!
–¡Serena! Espero no llamar en mal momento.
–Para nada, me alegro de escucharte. ¿Cómo están Andrew y las niñas?
–Muy bien. Ya te imaginaras, mis niñas están cada día más grandes –dijo ella. Y claro que me lo imagino muy bien, tiene una niña de la edad de Sei y Chibi Chibi y otra más de dos años –¿Y Seiya y tus niños?
–Todos bien. Los niños igual de traviesos que siempre, y Seiya… ya sabes, es Seiya.
Escuche la risa de Lita del otro lado de la línea –Que gusto que todos estén bien. Bueno, te llamo por un asunto muy importante.
–¿Qué pasa?
–Verás, estoy organizando una cena de beneficencia aquí en Los Ángeles, en el restaurante de Andrew. Es para recaudar fondos para la fundación de lucha contra el cáncer de Darién. A todos nos encantaría que Seiya y tu estuvieran presentes.
Sonreí al escuchar las palabras de Lita. A diferencia de Zafiro y Diamante Black que siguen en prisión cumpliendo sus condenas, a Darién se le retiro el arresto domiciliario en el que estaba, se ha dedicado por completo a cuidar de Rini y a una amplia investigación en busca de una cura contra el cáncer, misma razón por la que creo una fundación, en memoria de su esposa, que se encarga de ayudar a muchas personas a luchar contra esa terrible enfermedad.
–Por supuesto, a Seiya y a mí nos encantaría estar allí. ¿Cuándo sería esa cena?
–En un par de semanas. Sé que por su trabajo, ambos deben de estar muy ocupados, pero también deben de darse un tiempo para divertirse. Di que vendrán, hace mucho que vienen a vernos.
–Por las fechas, esa cena coincide con las vacaciones de Sei y Chibi Chibi en la escuela, así que creo que Seiya y yo podremos organizar nuestros pendientes en la Agencia para hacer un viaje familiar e irte a verte a ti y a los chicos.
–¡Eso será grandioso!
No pude evitar sentirme feliz ante la perspectiva de que pronto veré a Lita y al resto de los chicos, ya que ha pasado algún tiempo desde la última vez que nos vimos. Durante estos años, me he mantenido en contacto con todos, ya sea que los niños, Seiya y yo vayamos a Los Ángeles a verlos, o todos vengan a Tokio a visitarnos.
Rei se casó con Nicolás hace un par de años, y aunque aún no tienen hijos, ambos están muy felices. Mina, después un largo y muy singular noviazgo, se casara con Yaten dentro de unos meses cuando termine la filmación de su más reciente película. Haruka y Michiru, lograron dejar atrás los problemas que las separaron en el pasado y tienen una relación muy estable; se casaron hace unos años y adoptaron a una encantadora niña. Y, como era de esperarse dada la amistad que Haruka y Yaten tienen con el resto de los chichos gracias a sus respectivas relaciones con Michiru y Mina, Ami y Taiki también se han hecho amigos de ellos; su matrimonio sigue siendo igual de estable que cuando los conocí hace años, aunque no hay duda de que son más felices que nunca al lado de sus dos hijos.
Más tarde, mientras revisaba los informes que Molly me había entregado, resistí las enormes ganas que tenia de bostezar. Es una suerte que las náuseas se me hubieran quitado hace unos días, pero tengo que luchar contra los cambios de humor y la somnolencia. Aunque me encanta estar embarazada, estoy ansiosa por conocer a Bomboncito y tenerlo entre mis brazos, pero faltan seis meses hasta entonces. Seis meses en los que tendré que sobrevivir a los malestares que no me dejan en paz ni un minuto. Sé que al final todo esto valdrá la pena, pero mientras… necesito un café para mantenerme despierta y continuar trabajando.
Me levante de mi escritorio para ir en busca de ese café, cuando vi a través de las persianas de mi oficina que Seiya estaba a menos de dos metros de llegar aquí, trayendo un par de cafés y una caja de pan de la cafetería que esta frente a la Agencia. Me apresure para abrirle la puerta justo cuando él estaba por hacerlo.
–Llegas justo a tiempo, Kou.
–Yo siempre llego a tiempo –respondió él con mi sonrisa favorita, tras lo que volteo hacia el escritorio de mi secretaria, que está a un costado de mi oficina –Tsukino y yo tenemos que encargarnos de un asunto de suma importancia, así que ya sabes, no nos molestes a menos de que sea algo realmente importante.
–Por supuesto.
Me mordí el labio para no reírme mientras cerraba la puerta con seguro una vez que hubo entrado Seiya. Todo el mundo en la Agencia sabe, en especial mi secretaria y la de mi esposo, que cuando ambos nos encontramos solos en la oficina del uno o del otro, no siempre es porque estamos trabajando en algún caso.
Desde la misión para capturar a Tuxedo Mask, hemos trabajado juntos en la coordinación y planeación de cientos de misiones. Pero cuando tenemos uno de esos días, como hoy, en lo que lo más emocionante que pasa es que estamos inundados en montón de papeleo, aprovechamos para tener un tiempo para nosotros.
–Me leíste el pensamiento, Amor, porque estaba a punto de ir por un café –dije tomando uno de los cafés que había dejado en mi escritorio, junto con la caja del pan. Tome un trago del café.
–Son las once de la mañana, Bombón –dijo él checando la hora en el reloj que le regale en su vigésimo octavo cumpleaños. El mismo que siempre lleva, al igual que yo siempre me pongo el dije que alguna vez fue de su madre –A esta hora siempre quieres café y algo de comer.
Mi esposo abrió la caja que llevaba, haciendo que me llegara el delicioso olor de pan recién hecho. Saque una dona de chocolate y le di una enorme mordida.
–Está deliciosa. Gracias.
–De nada. Sabía que a Bomboncito y a ti les encantaría.
Seiya inclino su rostro para besarme, y aunque yo también quería besarlo, tuve que mover mi cabeza hacia atrás.
–La persiana está abierta. Nos pueden ver.
Mi esposo puso los ojos en blanco ante mis palabras –Todos saben que nos amamos, tenemos seis años de casados, dos hijos y uno más en camino ¿Y te preocupa que nos vean besándonos?
–No me preocupa que nos vean besándonos. Me preocupa que vean lo que pueda pasar después de ese beso –dije en un tono algo pícaro.
En menos de un minuto, Seiya cerró las persianas y regreso a mi lado. Me beso tiernamente, aunque poco a poco fue subiendo la intensidad de nuestro beso, volviéndose más intenso y apremiante hasta dejarme sin aliento.
–Tenías razón, es mejor hacer esto sin que tengamos público.
–Te lo dije –musite besándolo en la comisura de los labios –Y ahora, ¿en dónde nos quedamos?
–En que termines de comer tu café y tú dona, Bombón.
Fruncí el ceño ante sus palabras. Eso no era lo que tenía en mente.
–Ahora que por fin te dieron tregua las nauseas, tienes que comer bien por Bomboncito.
–Pues déjame decirte que esto no es exactamente una comida muy saludable –dije señalando la dona –¿Qué quieres? ¿Qué me ponga gorda mucho más rápido de lo que estaré en menos de un parpadeo?
–No, Bombón, yo solo…
–Nada. No quiero escucharte –dije con firmeza interrumpiéndolo –Tengo muchas cosas que hacer, así que es mejor que me dejes sola y te vayas a trabajar.
Intente alejarme de él, pero me lo impidió. Me tomo entre sus brazos y me sentó sobre el escritorio, manteniéndome atrapada en donde estaba y evitándome así poder escapar.
–No peleemos por una tontería y menos por culpa de tus hormonas. Además, estás hermosa y lo seguirás estando aunque tu cuerpo tenga muchas más curvas de las que ahora tienes.
–¿Enserio?
–Sí. Me encanta verte tan preciosa sabiendo que dentro de ti llevas a nuestro bebe –dijo inclinándose para besar mi vientre –Y me encantaría aun más que no dejaras con hambre a Bomboncito. Sabes que a los niños les encantan las cosas dulces y simplemente quiero consentirlos un poco.
–De acuerdo… –musite con una pequeña sonrisa. Siempre me dificulta estar enojada con él cuando dice cosas tan lindas. Y además tengo hambre.
Nos tomamos el café y me comí un par de donas que había en la caja, mientras conversábamos como había sido nuestro día hasta ahora. Lo más interesante: la copiadora se descompuso otra vez y Luna, nuestra querida jefa, está amenazando con cortar cabezas si no recibe pronto unos papeles de suma importancia. Otra típica mañana de lunes.
Una vez que terminamos de comer, decidí que era hora de contarle lo más importante que me había pasado esta mañana, arriesgándome a tener por centésima vez, una conversación que siempre hacia que discutiéramos.
–¿Sabes? Si sigo comiendo así, creo que ya no me podre poner mi bikini cuando vayamos a Los Ángeles. Y es la última oportunidad que tendré de hacerlo, hasta dentro de quien sabe cuánto tiempo.
–¿Vamos a ir a Los Ángeles? –pregunto mi esposo confundido.
–Sí, bueno… es que hace rato me llamo Lita, estuvimos platicando y creo que sería genial ir para allá en un par de semanas, aprovechando que Sei y Chibi Chibi estarán de vacaciones.
–Suena bien. Hace mucho que no vemos a los chicos.
–Lo sé, además mientras estemos allá, podremos ir a la cena de beneficencia que se está organizando para la fundación de Darién.
–Todo el plan del viaje a Los Ángeles iba muy bien hasta que mencionaste a Chiba –dijo él con algo de seriedad.
–¿No habías dicho que no deberíamos pelear por tonterías?
–Sabes que esto es diferente, Bombón. Siempre que nos encontramos con él en algún evento que organicen las chicas, te mira de una forma en la que no debería mirar a una mujer casada y madre de dos niños… Solo por eso lo pondría en la cárcel junto a los Black ¿Recuérdame otra vez porque no está allí con ellos?
–No empieces. Hemos tenido esta conversación un montón de veces y siempre tengo que repetirte lo mismo: Darién es solo un amigo que está muy agradecido conmigo por haberlo ayudado a que recuperara a su hija. Y no me mira como tú dices.
–¿En serio? –pregunto con incredulidad –¿Entonces porque no ha vuelto a salir con nadie, ni se ha casado?
–Porque tiene que cuidar de su hija adolescente.
–Sí, claro… –dijo sarcásticamente.
–¿Acaso ya se te olvido lo que significa esto, Seiya? –pregunte mostrándole mi argolla de matrimonio –Significa que tu y yo estamos juntos por el resto de nuestras vidas, siendo mucho más que amigos, amantes y compañeros de trabajo. Hemos estado juntos y lo seguiremos estando en las buenas, en las malas, hasta que la muerte nos separe… Sabes que te amo con toda mi alma.
–Y yo también te amo.
–¿Entonces dejaras de seguir pensando tonterías? ¿Y de querer enviar a Chiba a la cárcel por la forma en que según tu me mira?
–No es según yo, es que así te mira, Bombón.
Di un largo suspiro de cansancio –¿Lo harás o no?
–De acuerdo –musito dando un suspiro de resignación –Pero no me pidas que intente hacerme su amigo, porque eso es algo muy difícil de lograr.
–Lo único que te pido es que siempre estés conmigo.
–Siempre.
Sus labios buscaron los míos, y lo recibí ansiosa mientras le rodeaba el cuello con mis brazos acercándolo más a mí. Seiya se coloco entre mis piernas, buscando una mayor cercanía de nuestros cuerpos, por lo que mi estrecha falda de inmediato se deslizo hasta mis muslos, dejando mis piernas al descubierto.
Nuestro beso no tardo en ser más de uno, dos, tres… Sus apasionados besos me dejaban sin aliento, sus caricias enviaban chispas por todo mi ser, mientras yo me deleito recorriendo su cuerpo con mis manos. Aunque es una lástima que su ropa me impida sentir aun más la calidez de su piel.
–¿Tienes mucho trabajo, Bombón? –musito sobre mis labios
–Nada que no pueda esperar… ¿Y tú, Amor?
–Igual…. Así que no perdamos el tiempo y hagamos el amor ahora mismo.
Sonreí mientras volvía a sentir sus labios sobre los míos y de inmediato empezamos a despojarnos mutuamente de nuestras ropas. Por desgracia, ni siquiera había logrado desabrochado los pantalones a mi esposo cuando sonó el teléfono de mi oficina.
–No contestes, Bombón –musito Seiya mientras besaba mi cuello.
–Sabes que tengo que contestar –dije colocando mi mano en su pecho, tratando de mantener un poco de distancia para que no logre persuadirme de lo contrario –Puede ser algo importante.
–Espero que realmente lo sea como para habernos interrumpido.
Le di un fugaz beso, tras lo que tome el teléfono y puse el altavoz.
–¿Qué pasa?
–Es una emergencia, Serena. Luna requiere que Seiya y tu vayan a su oficina de inmediato –dijo mi secretaria –Parece que acaba de haber un atentado en contra del Primer Ministro durante el Congreso de Economía.
Seiya y yo nos miramos a los ojos mientras terminábamos de asimilar lo que acabábamos de escuchar. Se acabo nuestro momento romántico y debemos volver a cumplir con nuestro deber.
–Vamos para allá –fue lo único que dije antes de terminar la comunicación.
Salte del escritorio y, al igual que mi esposo, rápidamente acomode mi ropa hasta que ambos quedamos presentables. Seiya me dio un rápido beso y salimos juntos de mi oficina para reunirnos con nuestra jefa.
Es hora de que los Agentes Tsukino y Kou vuelvan a la acción una vez más.
Al igual que aquella primera vez que Seiya y yo trabajamos juntos haciéndonos pasar por recién casados, así como en las cientos de veces que hemos trabajado en distintas misiones y como lo seguiremos haciendo un millón de veces más. Ambos tenemos un deber que cumplir. Esto es lo que hacemos con tal de hacer de este un mundo mejor para todos, en especial para nuestros hijos.
Y sin importar lo que hagamos o en donde nos encontremos, no cambia el hecho de que siempre seremos el señor y la señora Kou.
Retire con mi mano el cabello de la frente de mi esposo, mientras luchábamos porque nuestras respiraciones volvieran a la normalidad y yo no dejo de contemplarlo con una sonrisa bajo la tenue luz de la luna que entra por nuestra ventana.
–Te amo, Bombón.
–Yo también te amo, Seiya.
Unimos nuestros labios en un tierno beso que no tardo en volverse más intenso y apremiante. Sin que mi esposo me soltara, giramos en la cama hasta que él quedo encima de mí. Sus labios no tardaron en bajar hasta mi cuello. Cerré mis ojos mientras me mordía el labio para reprimir un gemido.
Aunque casi es medianoche y sé que nuestros hijos están dormidos, obviamente no quiero despertarlos por ponerme a gritar por todo el placer que Seiya me está haciendo sentir.
–Mamá, papá…
Abrí los ojos sorprendida al escuchar la voz de Sei. ¿No se supone que mi esposo había cerrado la puerta de nuestra habitación con seguro?
Seiya me miro igual de sorprendido que yo ante la presencia de nuestro hijo en la habitación, sin estar seguro de que hacer.
–¿Qué pasa, hijo? –pregunto Seiya sin moverse de encima de mí, con tal de no dejar mi desnudez al descubierto.
–Es Chibi Chibi. Volvió a ver al monstruo del closet y tiene miedo, a pesar de que Spike está con ella.
Mire a Seiya molesta. Además de olvidar cerrar la puerta con seguro, ¿también olvido deshacerse del monstruo del closet?
–Ve por mi casco de futbol americano, Sei. Mamá y yo nos encargaremos de sacar al monstruo en un momento.
–Sí, papá, pero deberían de ir ya porque Chibi Chibi está muy asustada... Por cierto ¿que estaban haciendo como para que no la escucharan llorar?
Seiya me miro sin saber cómo responder a eso. Y yo tampoco tengo la más mínima idea. Tan perdidos estábamos en medio de la pasión que no escuchamos el llanto de nuestra niña.
–Papá y yo solo nos estábamos dando un beso de buenas noches, Sei –Y un poco más que eso, pensé con una pequeña sonrisa –Pero mejor date prisa y ve por el casco de tu padre.
–Sí, mamá.
En cuanto Sei salió de la habitación, Seiya y yo saltamos de la cama y nos empezamos a vestir frenéticamente. Me puse mis bragas y la playera blanca que traía mi esposo, mientras él se puso los bóxers y sus jeans. El momento hubiese sido realmente divertido, de no ser porque estábamos demasiado ocupados vistiéndonos antes de que nuestro hijo regresara.
–¿Por qué no le pusiste el seguro a la puerta, Seiya?
–Creí que lo habías hecho tú, Bombón.
–¿Y en qué momento lo iba a hacer si no dejabas de arrancarme la ropa?
Mi esposo dio un suspiro mientras sacaba su bat de softbol –¿Podemos dejar esta discusión para después? En este momento Chibi Chibi nos necesita.
Di un largo suspiro sabiendo que tiene razón. Ahora, lo único que importa es que nuestra hija necesita a sus padres.
Salimos rápidamente de la habitación para llegar a la de Chibi Chibi. Ahí, vi al enorme labrador adulto que es Spike junto a mi hija que no deja de llorar, abrazada al cuello del perro. De inmediato me acerque a su cama y la abrace.
–Tranquila, hija. Todo estará bien.
–¿En… serio? –musito ella sin dejar de llorar.
–Sí, Chibi Chibi –dijo mi esposo dándole un beso en la cabeza –Pero ya no llores. Las lágrimas nunca se ven bien en una princesita como tú.
Un momento después, Sei entro en la habitación trayendo un casco de futbol americano, que le entrego a Seiya y se acerco a abrazar a su hermana.
–Ya no llores –dijo Sei –Papá se va a encargar del monstruo.
–¿En verdad?
–Así es, niños. Deséenme suerte que ya es hora de acabar de una vez por todas con ese monstruo feo –dijo Seiya, tras lo que los mellizos lo abrazaron.
–No te va a comer el monstruo ¿verdad? –pregunto Chibi Chibi temerosa.
–Claro que no. No me pasara nada porque su madre me dará un beso de la suerte ¿verdad, Bombón? Esa es la mejor defensa para acabar con los monstruos del closet.
–Solo espero que funcione para que nunca más veamos a ese monstruo.
–Funcionara, ya lo verás.
Bese a Seiya suavemente, tras lo que se puso el casco y sujeto el bat con ambas manos mientras caminaba al closet como todo un guerrero que esta por enfrentar una batalla. Aunque esa batalla sea contra un horrible suéter verde que Seikuro le regalo a Chibi Chibi la Navidad pasada, y que desde entonces es conocido como el monstruo del armario.
Sei y Chibi Chibi se abrazaron a mí, mientras junto a Spike, nos manteníamos todos en la pequeña cama y esperábamos a saber el resultado de la batalla de mi esposo contra el monstruo.
Intente no reírme mientras escuchaba como estando dentro del closet, Seiya hacia ruidos como si de verdad estuviera luchando contra un monstruo, logrando que nuestros hijos saltaran asustados más de una vez al escuchar algunos gruñidos.
Un momento después, Seiya salió del closet con el suéter verde que tanto espantaba a Chibi Chibi algo desgarrado.
–Misión cumplida. El monstruo del closet ha sido destruido y ya no nos molestara más. Esto es todo lo que queda de él –dijo mi esposo mostrándonos el suéter.
–¿Un suéter? –musitaron Sei y Chibi Chibi confundidos.
–Es que en esto se transformó el monstruo ahora que ha sido derrotado –dijo Seiya como si fuera un hecho indiscutible –¿Pero saben que debemos hacer para que nunca más vuelva a molestarnos?
Los niños negaron con la cabeza.
–¡Destruirlo por completo! ¿Quién viene conmigo al patio para acabar con el monstruo?
Sei y Chibi Chibi empezaron a gritar emocionados por la idea, Spike soltó un ladrido ante tanta excitación, y en menos de un minuto, todos ya nos hallábamos en el patio trasero, lanzándonos el suéter unos a otros hasta que termino lleno de tierra, completamente destrozado e inservible, terminando finalmente en la basura. El monstruo del closet había sido acabado completamente por los Kou.
–Ahora sí, niños, a dormir.
–Pero, mamá…
–Ya la oyeron, mañana van a la escuela y luego no se quieren ni levantar –dijo Seiya.
–Pero mañana es lunes. No me gustan los lunes –dijo Sei.
–A mí tampoco me gustan –replico Chibi Chibi.
–Ni a mí, pero saben que tienen que ir a la escuela.
–¿Y si mejor vamos mañana otra vez al parque de diversiones? –pregunto Sei.
–Siento decirte que el parque de diversiones no abre los lunes, hijo.
Los niños hicieron una mueca de disgusto ante las palabras de mi esposo.
–Otra razón más para que no me gusten los lunes.
–¿Qué les parece si hacemos esto, niños? Les prometo que iremos al parque de diversiones el próximo fin de semana, siempre y cuando se vayan en este momento a dormir.
–Bueno –musito Sei dando un suspiro –¿Pero al menos Chibi Chibi y yo podemos dormir con ustedes?
–¿Y también nos puedes contar un cuento, mamá? –pregunto mi niña.
–Solo si están en la cama antes de que termine de contar hasta diez. Uno, dos…
Ni siquiera alcance a decir "tres", ya que Sei y Chibi Chibi de inmediato subieron hasta mi habitación junto con Spike. Mientras avanzábamos tras ellos, mi esposo me miraba de una forma en que claramente mostraba que no estaba muy contento con lo que había dicho momentos antes.
–¿Por qué les dijiste eso, Bombón? Ahora ya no podremos retomar las cosas en donde las dejamos.
–Eso te pasa por no cerrar la puerta de nuestra habitación con seguro y no haber acabado con el monstruo del closet cuando te lo pedí.
–Lo del monstruo ni es mi culpa, sino de mi padre y su pésimo gusto en suéteres.
Di un largo suspiro. La relación de Seiya y Seikuro ha mejorado con los años, en gran parte ante la alegría de mi Seikuro de ser abuelo ya que adora a sus nietos. Aunque eso no cambia que ambos sigan peleando. La mayoría de las veces es por tonterías como el desafortunado gusto que tiene mi suegro en ropa, pero eso no cambia el hecho de que algunas cosas nunca cambian.
–Como sea, Seiya. Por culpa de ese monstruo, tus hijos están despiertos tan tarde y tienen que dormir. Vamos a leerles ese cuento, porque yo también estoy cansada ¿de acuerdo?
Mi esposo asintió y me dio un fugaz beso, tras lo que subimos hasta nuestra habitación. Allí, Sei, Chibi Chibi y Spike estaban acostados en la enorme cama King size que cubre gran parte de la habitación. Seiya y yo nos sentamos en un costado de la cama, tome el libro que estaba en mi buro, Peter Pan, y comencé a leer. Un rato después, Seiya siguió leyendo por tanto tiempo, hasta que el cansancio hizo que me empezara a quedar dormida. Lo cual casi fue así, de no haber sido porque me di cuenta de que mi esposo dejo de leer al notar que nuestros hijos se habían dormido primero que yo.
–Voy a llevarlos a sus habitaciones. Acuéstate ya, Bombón.
Tome su brazo para impedir que hiciera algo –No. Es posible que se despierten si los mueves, es mejor dejarlos dormir con nosotros. Al fin y al cabo, todos cabemos perfectamente bien aquí.
Seiya asintió con una sonrisa, tras lo que ambos arropamos bien a Sei y Chibi Chibi, les dimos sus besos de buenas noches y mi esposo y yo nos acostamos de lado en uno de los extremos de la cama. Me dio un pequeño beso en el cuello mientras entrelazábamos nuestras manos y las colocábamos sobre mi vientre.
Sonreí mientras contemplaba a los mellizos. Sin duda fue toda una sorpresa que al volver de nuestra luna de miel en Paris, e ir a mi primera ecografía, Seiya y yo nos diéramos cuenta de que no íbamos a tener un bebe, sino dos. Seiya Kenji Kou Tsukino, o mejor dicho Sei como lo llamamos de cariño, es sin duda la viva imagen de su padre: la misma sonrisa, el cabello tan largo como mi esposo, y ni que decir de su personalidad. Lo único que mi niño saco de mí, es el cabello rubio y mis ojos. Aunque Chibi Chibi, cuyo nombre completo es Serena Sophia Kou Tsukino, es mucho más parecida a mí, tanto en su físico como en su forma de ser, tiene los mismos ojos de Seiya y en cada mirada, siento que veo a mi esposo a través de ella.
Sin duda, mi vida y la de Seiya cambiaron mucho en ese entonces: recién casados con dos bebes en camino, mientras nos adaptábamos a nuestros nuevos empleos en la Agencia. Y además estábamos en la busca de la casa perfecta para nuestra familia, la cual encontramos después de recorrer medio Tokio, a unas calles del parque No. 10.
Recuerdo perfectamente cómo transcurrieron aquellos meses próximos a la llegada de Sei y Chibi Chibi: arreglando nuestra casa mientras yo sufría todos los malestares típicos del embarazo. Lo curioso es que en la Agencia, –donde nadie podía creer, considerando como era nuestra relación antes de que nos fuéramos a Las Vegas, que Seiya y yo nos habíamos casado y que pronto nos convertiríamos en padres– todos mis compañeros de trabajo procuraban en exceso no hacerme enfadar con tal de no enfrentarse al torbellino que eran mis hormonas en ese momento. Aunque eso no evitaba que más de uno sufriera por mis constantes cambios de humor, en especial mi esposo.
Sin duda Seiya se llevó la peor parte de mi embarazo, no solo por sufrir por mis hormonas y mis más extraños antojos a mitad de la madrugada que cumplía sin queja alguna. Sin embargo, si ambos creíamos que ya habíamos enfrentado lo imposible, nos dimos cuenta de que no era así el día que nuestros hijos decidieron venir al mundo.
–Flashback–
–Seiya… Despierta, Seiya –lo llame mientras sentía otra contracción. El dolor no me había dejado dormir y las contracciones eran cada vez más frecuentes.
–Son las tres de la mañana, Bombón… –musito él dando un bostezo –¿Qué es esta vez? ¿Tacos?
–No, no quiero tacos.
–De acuerdo, nada de tacos… Solo déjame dormir cinco minutos más y voy por lo que quieras –dijo cubriéndose completamente con las cobijas mientras volvía a cerrar los ojos.
–¡No tienes cinco minutos, Seiya! ¡Tus hijos quieren nacer hoy!
Mi esposo abrió los ojos y me miro totalmente sorprendido –¿Estás segura?
–No, solo quiero que vayamos a pasear en el auto a la mitad de la madrugada –dije sarcásticamente –¡Levántate ya y vamos al hospital!
Seiya de inmediato se levantó de la cama y se vistió. En menos de cinco minutos, ya estábamos en el auto e íbamos rumbo al hospital. El trayecto se me hizo muy largo y más ante cada contracción que sentía, apretaba con fuerza la mano de mi esposo para intentar soportar el dolor mientras él no dejaba de repetirme que respirara y que todo estaría bien.
Momentos más tarde, ya estaba instalada en una habitación del área de maternidad del hospital y Seiya había llamado a mis padres, mi suegro y mi mejor amiga para que estuvieran aquí cuando nacieran Sei y Chibi Chibi. Y las contracciones cada vez eran más seguidas y más largas.
–Dime una cosa, Seiya… ¿Por qué queríamos tener hijos, sabiendo que tarde o temprano iba a pasar por la peor parte?
–Porque cuando todo esto termine, nos darán un par de bebes y dejaran que nos los quedemos –respondió dándome un pequeño beso.
–¿En serio?
–Totalmente. Ya verás que esto no es nada ante la gran recompensa que tendremos.
–Aun así… desde ahora te lo digo: no vuelvo a pasar por esto dos veces. Sei y Chibi Chibi serán nuestros únicos hijos.
–Pero, Bombón…
–Bombón, nada –dije, interrumpiéndolo –Ya es bastante con que este tan enorme que no he visto mis pies desde hace mucho tiempo, no tienes ni idea de lo horrible que es este dolor por el que estoy pasando y con nuestra suerte, la próxima vez que esté embarazada quizás sea de trillizos. Así que olvida eso de tener cuatro niños porque se acabó. Quiero que te hagas la vasectomía.
–Definitivamente todo esto te está afectando, porque no creo que lo estés diciendo enserio.
–Lo digo muy enserio, Seiya –dije con firmeza –Vas a hacerte la vasectomía y no está a discusión.
–Pero…
–¡Ahora! –grite molesta –¡Quiero que te la hagas ahora mismo!
Mi esposo asintió y sin decir nada más, salió de la habitación. Justo en ese momento, sentí otra contracción y grite por el dolor. De inmediato, Seiya volvió a mi lado.
–No te vayas, Seiya. Quédate conmigo.
–Siempre –respondió entrelazando nuestras manos y me beso –Sabes que jamás te voy a dejar y menos ahora. Ni loco me perdería el nacimiento de Sei y Chibi Chibi.
Se sentó junto a mí en la cama, beso mi enorme vientre mientras con su mano libre lo acariciaba suavemente.
–Bombón…
–¿Sí?
–Sobre lo de la vasectomía, no era enserio ¿verdad?
–Lo estoy considerando seriamente… Esto me duele muchísimo.
–¿Quieres que llame a la enfermera para que te de algo para el dolor?
Asentí mientras apretaba con fuerza su mano al sentir una nueva contracción.
–Solo resiste un poco más, Bombón. Dentro de poco tendremos a nuestros hijos en nuestros brazos.
Horas más tarde, el Sol ya había salido y el dolor había disminuido un poco después de que me aplicaran la epidural. Las contracciones iban y venían, pero no se iba del todo. Toda mi familia estaba a mi lado esperando a que los niños nazcan mientras Seiya, sin soltar mi mano, acariciaba en todo momento mi vientre y les hablaba con ternura a nuestros hijos y no dejaba de decirles lo ansiosos que estábamos por conocerlos.
Finalmente llegó la hora y me llevaron a la sala de partos.
Seiya se mantuvo a mi lado en todo momento, sosteniendo mi mano y dándome palabras de aliento cuando algún sádico doctor me dijo que empezara a pujar. Puje con todas mis fuerzas, hasta que un momento más tarde escuche el llanto de Sei y poco después, el llanto de Chibi Chibi que se entremezclaba con el de su hermano.
Me sentía exhausta, con un gran vacío en mi interior ahora que mis bebes ya no estaban dentro de mí, pero sin duda estaba feliz, más feliz de lo que me sería posible explicar ahora que por fin me había convertido en madre.
Una enfermera me entrego a Sei envuelto en unas mantas, mientras que Chibi Chibi termino en los brazos de su padre y él no tardo en acercar a la bebe a mi lado.
–Bienvenidos.
Bese las cabecitas de mis hijos, contemplándolos con una enorme sonrisa, feliz de por fin conocer a los pequeños que estuvieron por tantos meses dentro de mí y que fueron concebidos por el gran amor que nos tenemos Seiya y yo.
–Te amo, Bombón.
–Yo también te amo, Seiya.
Mi esposo me beso y yo estaba completamente segura de que todo lo que habíamos pasado, los años que estuvimos separados, el luchar para estar juntos y poder ser felices, absolutamente todo había valido la pena con tal de que llegara este momento.
–Fin del Flashback–
–Aun no puedo creer que seamos tan afortunados por tener unos hijos tan maravillosos, Amor.
–Ni yo… pero estoy seguro de que Bomboncito será tan maravilloso como sus hermanos.
Apreté aun más la mano de Seiya sobre mi vientre, que tras mucho esfuerzo volvió a ser plano después de mi primer embarazo. Ahora nuevamente estoy embarazada. Tengo tres meses. Y sin duda, pensar en nuestro Bomboncito me hace sentir una felicidad indescriptible.
Por supuesto, Seiya no se hizo la vasectomía, aunque decimos que era mejor adaptarnos a tener dos bebes al mismo tiempo antes de ampliar aun más la familia. Después de todo, no fue nada fácil cuidar a dos bebes que siempre lloraban al mismo tiempo, y lo mismo era para darles de comer y cambiarles el pañal.
Con el paso del tiempo, y sobre todo mucha persuasión por parte de mi esposo, Bomboncito llegara en unos meses a este mundo. Menos mal que esta vez solo será un bebe, y no dos o tres como alguna vez llegue a imaginar. Y no hay duda de que este hermoso milagro fue concebido en mi sexto aniversario de bodas, cuando Seiya y yo nos dimos una escapada romántica todo un fin de semana a las montañas cerca de la zona de aguas termales en Akita mientras los niños se quedaron bajo el cuidado de mis padres y mi suegro en Kioto.
Seguí pensando en aquel fin de semana y en todos los días que he compartido con Seiya los últimos seis años. No voy a mentir diciendo que mi vida matrimonial con Seiya es perfecta. Tenemos días buenos y días malos. Pero siempre –a pesar de que hay veces cuando discutimos que realmente quisiera ser una mujer divorciada– al final del día siempre recuerdo que ese hombre que a veces hace grandes tonterías, es el mismo que se ha interpuesto entre las balas y yo para protegerme y que me ama tanto como yo a él. El matrimonio no es fácil, pero los problemas que puedan existir entre mi esposo y yo son pequeñeces comparadas contra las grandes cosas que nos unen por amor. Sin duda, sin importar los buenos o malos momentos, soy muy feliz a su lado y no cambiaría nada de lo que hemos vivido juntos.
Y con ese pensamiento en mente, me quede dormida entre los brazos de Seiya.
La alarma del despertador hizo que abriera los ojos, pero los cerré de inmediato al sentir los primeros rayos del sol entrar por la ventana. Un momento después, el despertador dejo de sonar y sentí los labios de mi esposo sobre mi cuello.
Ambos sabemos que el otro está despierto, pero ninguno hizo nada para levantarse. Simplemente nos quedamos acostados, con nuestras piernas entrelazadas y el brazo de mi esposo alrededor de mi cuerpo por algunos minutos. Es nuestro limbo antes de que iniciemos el día.
Seiya finalmente se levanta dándome un pequeño beso en el hombro. Yo me quedo acostada un rato más, extendiendo mi brazo alrededor de mis hijos que aun duermen tranquilamente. Sonreí cuando me llego el olor de café recién hecho desde la cocina, y al cabo de un momento, mi esposo vuelve a la habitación trayendo un par de tazas de café.
–Buenos días, Amor.
–Buenos días, Bombón.
Me senté en la cama, mi esposo me entrego una de las tazas cuando se sentó a mi lado y de inmediato mis labios buscaron los suyos, encontrándose en un tierno y lento beso. Me encanta que nuestros días siempre inicien así.
–¿Cómo dormiste? –le pregunte tras lo que bebí un gran trago de café que me cayó de maravilla.
–Muy bien ¿Y Bomboncito y tú? –pregunto mi esposo deslizando su mano por debajo de la playera, hasta acariciar suavemente la cálida piel de mi vientre.
–De maravilla. Y más ahora que ya quedaron atrás las nauseas matutinas.
–Que bien –musito tras lo que se inclino a besar mi vientre –¿Hay algo que quieran en especial para desayunar?
Mi esposo y yo bebimos un poco más de café mientras pienso en que quiero para el desayuno. Sei y Chibi Chibi aun siguen dormidos, aunque Spike ya despertó, pero no se movió por quedarse al lado de los niños. Acaricie su cabeza, ya que mi fiel perro siempre está cuidando y protegiendo a mis hijos, igual que desde que era un cachorro nos ha cuidado a Seiya y a mí.
Le sonreí a mi esposo al saber que se me antoja desayunar –Ahora que lo dices, Amor… Tengo un antojo.
–¿De qué?
–De ti –musite besándolo en la comisura de los labios. Qué suerte que aún es temprano y los niños aun no despiertan.
Seiya sonrió ante mis palabras –¿Una ducha, Bombón ?
–Por supuesto.
Nos levantamos de la cama, cuidando de no despertar a Sei y Chibi Chibi, y nos dirigimos al baño.
Bajo el chorro del agua, nos enjabonamos mutuamente, redescubriendo cada centímetro de la piel del otro en medio de besos y caricias. Mis manos recorrieron cada rincón del cuerpo de mi esposo y mis labios llenan de besos cada parte de su ser, en especial la cicatriz que tiene en el pecho y que me recuerda lo cerca que estuve de perderlo definitivamente. Y todo por culpa de la arpía de Kakyuu.
Tal como se lo dije la última vez que la vi, he sido feliz al lado de Seiya y no he vuelto a pensar en ella. Excepto una vez, un par de meses después de que volviera a Tokio, cuando recibí una llamada de Ami comunicándome que hubo un incendio en la cárcel donde estaba encerrada Kakyuu. El incendio fue provocado, ya que era parte del plan de ella para escapar junto con otras reclusas. Pero algo fallo en su plan de fuga, el fuego se extendió más de lo pensado y sufrió graves quemaduras, a consecuencia de las cuales falleció. Ahora ella es un mal recuerdo de mi pasado. Y ya nunca más nos podrá volver a lastimar a Seiya y a mí.
Aunque me hubiera encantado quedarme en la ducha entre los brazos de Seiya y que hagamos el amor todo el día, no puede ser así. Nos espera un largo día.
Después de vestirnos y arreglarnos para ir al trabajo, despertamos a Sei y Chibi Chibi y los alistamos para más tarde llevarlos a la escuela. El desayuno transcurrió como siempre: los niños jugando con Spike y dándole de comer en vez de que ellos desayunen, Seiya insistiéndome que comiera bien por Bomboncito y yo apurando a todos para que no se nos hiciera tarde. Después Seiya y yo llevamos a los niños a la escuela, tras lo que nos fuimos a la Agencia,
–Buenos días, Agente Tsukino, Agente Kou.
–Buenos días –saludamos Seiya y yo a nuestros compañeros de trabajo cuando llegamos a la Agencia y subimos al elevador.
Aunque todos nuestros compañeros saben que Seiya y yo estamos casados, procuramos mantener un equilibrio entre nuestra relación laboral y matrimonial, actuando de la manera más profesional posible. Más considerando que mi esposo fue ascendido hace tres años y ahora se encarga de dirigir el área de investigación.
Con un roce de manos y una sonrisa, mi esposo y yo nos separamos en el elevador y cada uno se dirigió a su respectiva oficina.
La mañana avanzó con una reunión con mis colegas, revisando los avances de las misiones en curso de otros agentes y un sinfín de papeleo que parece nunca terminar. Ser jefa del área de inteligencia no es nada fácil.
–¿Serena?
Retire la vista de la pantalla de mi computadora al escuchar la voz de Molly. Sonreí al verla, no hay duda que la vida le ha cambiado tanto como a mí estos años. Se casó con un empresario llamado Masato Sanjoin, y hace seis meses nació su primer hijo.
–Aquí tienes los informes del operativo que se realizó este fin de semana en los muelles –dijo mi amiga entregándome una carpeta.
–¿Aun no hay rastro de los otros sujetos que iban a recibir la mercancía en el puerto?
–No, pero Nakamura está trabajando en una pista que muy probablemente nos lleve hasta ellos.
–Ojala que eso nos ayude a encontrarlos, Molly.
–Ya verás que sí. Siempre atrapamos a los malos ¿o no?
–Sí, es verdad –dije con una sonrisa. Un momento después, empezó a sonar mi celular –Parece que él trabajo nunca nos da una tregua.
–Menos mal que esta noche cenamos en tu casa y allí podemos platicar tranquilamente.
–Afortunadamente, porque también quiero ver a mi sobrino consentido.
Molly me regalo una sonrisa cariñosa mientras salía de mi oficina y yo tomaba mi teléfono para ver quien llamaba. Sonreí al ver que se trata de Lita.
–¡Hola, Lita!
–¡Serena! Espero no llamar en mal momento.
–Para nada, me alegro de escucharte. ¿Cómo están Andrew y las niñas?
–Muy bien. Ya te imaginaras, mis niñas están cada día más grandes –dijo ella. Y claro que me lo imagino muy bien, tiene una niña de la edad de Sei y Chibi Chibi y otra más de dos años –¿Y Seiya y tus niños?
–Todos bien. Los niños igual de traviesos que siempre, y Seiya… ya sabes, es Seiya.
Escuche la risa de Lita del otro lado de la línea –Que gusto que todos estén bien. Bueno, te llamo por un asunto muy importante.
–¿Qué pasa?
–Verás, estoy organizando una cena de beneficencia aquí en Los Ángeles, en el restaurante de Andrew. Es para recaudar fondos para la fundación de lucha contra el cáncer de Darién. A todos nos encantaría que Seiya y tu estuvieran presentes.
Sonreí al escuchar las palabras de Lita. A diferencia de Zafiro y Diamante Black que siguen en prisión cumpliendo sus condenas, a Darién se le retiro el arresto domiciliario en el que estaba, se ha dedicado por completo a cuidar de Rini y a una amplia investigación en busca de una cura contra el cáncer, misma razón por la que creo una fundación, en memoria de su esposa, que se encarga de ayudar a muchas personas a luchar contra esa terrible enfermedad.
–Por supuesto, a Seiya y a mí nos encantaría estar allí. ¿Cuándo sería esa cena?
–En un par de semanas. Sé que por su trabajo, ambos deben de estar muy ocupados, pero también deben de darse un tiempo para divertirse. Di que vendrán, hace mucho que vienen a vernos.
–Por las fechas, esa cena coincide con las vacaciones de Sei y Chibi Chibi en la escuela, así que creo que Seiya y yo podremos organizar nuestros pendientes en la Agencia para hacer un viaje familiar e irte a verte a ti y a los chicos.
–¡Eso será grandioso!
No pude evitar sentirme feliz ante la perspectiva de que pronto veré a Lita y al resto de los chicos, ya que ha pasado algún tiempo desde la última vez que nos vimos. Durante estos años, me he mantenido en contacto con todos, ya sea que los niños, Seiya y yo vayamos a Los Ángeles a verlos, o todos vengan a Tokio a visitarnos.
Rei se casó con Nicolás hace un par de años, y aunque aún no tienen hijos, ambos están muy felices. Mina, después un largo y muy singular noviazgo, se casara con Yaten dentro de unos meses cuando termine la filmación de su más reciente película. Haruka y Michiru, lograron dejar atrás los problemas que las separaron en el pasado y tienen una relación muy estable; se casaron hace unos años y adoptaron a una encantadora niña. Y, como era de esperarse dada la amistad que Haruka y Yaten tienen con el resto de los chichos gracias a sus respectivas relaciones con Michiru y Mina, Ami y Taiki también se han hecho amigos de ellos; su matrimonio sigue siendo igual de estable que cuando los conocí hace años, aunque no hay duda de que son más felices que nunca al lado de sus dos hijos.
Más tarde, mientras revisaba los informes que Molly me había entregado, resistí las enormes ganas que tenia de bostezar. Es una suerte que las náuseas se me hubieran quitado hace unos días, pero tengo que luchar contra los cambios de humor y la somnolencia. Aunque me encanta estar embarazada, estoy ansiosa por conocer a Bomboncito y tenerlo entre mis brazos, pero faltan seis meses hasta entonces. Seis meses en los que tendré que sobrevivir a los malestares que no me dejan en paz ni un minuto. Sé que al final todo esto valdrá la pena, pero mientras… necesito un café para mantenerme despierta y continuar trabajando.
Me levante de mi escritorio para ir en busca de ese café, cuando vi a través de las persianas de mi oficina que Seiya estaba a menos de dos metros de llegar aquí, trayendo un par de cafés y una caja de pan de la cafetería que esta frente a la Agencia. Me apresure para abrirle la puerta justo cuando él estaba por hacerlo.
–Llegas justo a tiempo, Kou.
–Yo siempre llego a tiempo –respondió él con mi sonrisa favorita, tras lo que volteo hacia el escritorio de mi secretaria, que está a un costado de mi oficina –Tsukino y yo tenemos que encargarnos de un asunto de suma importancia, así que ya sabes, no nos molestes a menos de que sea algo realmente importante.
–Por supuesto.
Me mordí el labio para no reírme mientras cerraba la puerta con seguro una vez que hubo entrado Seiya. Todo el mundo en la Agencia sabe, en especial mi secretaria y la de mi esposo, que cuando ambos nos encontramos solos en la oficina del uno o del otro, no siempre es porque estamos trabajando en algún caso.
Desde la misión para capturar a Tuxedo Mask, hemos trabajado juntos en la coordinación y planeación de cientos de misiones. Pero cuando tenemos uno de esos días, como hoy, en lo que lo más emocionante que pasa es que estamos inundados en montón de papeleo, aprovechamos para tener un tiempo para nosotros.
–Me leíste el pensamiento, Amor, porque estaba a punto de ir por un café –dije tomando uno de los cafés que había dejado en mi escritorio, junto con la caja del pan. Tome un trago del café.
–Son las once de la mañana, Bombón –dijo él checando la hora en el reloj que le regale en su vigésimo octavo cumpleaños. El mismo que siempre lleva, al igual que yo siempre me pongo el dije que alguna vez fue de su madre –A esta hora siempre quieres café y algo de comer.
Mi esposo abrió la caja que llevaba, haciendo que me llegara el delicioso olor de pan recién hecho. Saque una dona de chocolate y le di una enorme mordida.
–Está deliciosa. Gracias.
–De nada. Sabía que a Bomboncito y a ti les encantaría.
Seiya inclino su rostro para besarme, y aunque yo también quería besarlo, tuve que mover mi cabeza hacia atrás.
–La persiana está abierta. Nos pueden ver.
Mi esposo puso los ojos en blanco ante mis palabras –Todos saben que nos amamos, tenemos seis años de casados, dos hijos y uno más en camino ¿Y te preocupa que nos vean besándonos?
–No me preocupa que nos vean besándonos. Me preocupa que vean lo que pueda pasar después de ese beso –dije en un tono algo pícaro.
En menos de un minuto, Seiya cerró las persianas y regreso a mi lado. Me beso tiernamente, aunque poco a poco fue subiendo la intensidad de nuestro beso, volviéndose más intenso y apremiante hasta dejarme sin aliento.
–Tenías razón, es mejor hacer esto sin que tengamos público.
–Te lo dije –musite besándolo en la comisura de los labios –Y ahora, ¿en dónde nos quedamos?
–En que termines de comer tu café y tú dona, Bombón.
Fruncí el ceño ante sus palabras. Eso no era lo que tenía en mente.
–Ahora que por fin te dieron tregua las nauseas, tienes que comer bien por Bomboncito.
–Pues déjame decirte que esto no es exactamente una comida muy saludable –dije señalando la dona –¿Qué quieres? ¿Qué me ponga gorda mucho más rápido de lo que estaré en menos de un parpadeo?
–No, Bombón, yo solo…
–Nada. No quiero escucharte –dije con firmeza interrumpiéndolo –Tengo muchas cosas que hacer, así que es mejor que me dejes sola y te vayas a trabajar.
Intente alejarme de él, pero me lo impidió. Me tomo entre sus brazos y me sentó sobre el escritorio, manteniéndome atrapada en donde estaba y evitándome así poder escapar.
–No peleemos por una tontería y menos por culpa de tus hormonas. Además, estás hermosa y lo seguirás estando aunque tu cuerpo tenga muchas más curvas de las que ahora tienes.
–¿Enserio?
–Sí. Me encanta verte tan preciosa sabiendo que dentro de ti llevas a nuestro bebe –dijo inclinándose para besar mi vientre –Y me encantaría aun más que no dejaras con hambre a Bomboncito. Sabes que a los niños les encantan las cosas dulces y simplemente quiero consentirlos un poco.
–De acuerdo… –musite con una pequeña sonrisa. Siempre me dificulta estar enojada con él cuando dice cosas tan lindas. Y además tengo hambre.
Nos tomamos el café y me comí un par de donas que había en la caja, mientras conversábamos como había sido nuestro día hasta ahora. Lo más interesante: la copiadora se descompuso otra vez y Luna, nuestra querida jefa, está amenazando con cortar cabezas si no recibe pronto unos papeles de suma importancia. Otra típica mañana de lunes.
Una vez que terminamos de comer, decidí que era hora de contarle lo más importante que me había pasado esta mañana, arriesgándome a tener por centésima vez, una conversación que siempre hacia que discutiéramos.
–¿Sabes? Si sigo comiendo así, creo que ya no me podre poner mi bikini cuando vayamos a Los Ángeles. Y es la última oportunidad que tendré de hacerlo, hasta dentro de quien sabe cuánto tiempo.
–¿Vamos a ir a Los Ángeles? –pregunto mi esposo confundido.
–Sí, bueno… es que hace rato me llamo Lita, estuvimos platicando y creo que sería genial ir para allá en un par de semanas, aprovechando que Sei y Chibi Chibi estarán de vacaciones.
–Suena bien. Hace mucho que no vemos a los chicos.
–Lo sé, además mientras estemos allá, podremos ir a la cena de beneficencia que se está organizando para la fundación de Darién.
–Todo el plan del viaje a Los Ángeles iba muy bien hasta que mencionaste a Chiba –dijo él con algo de seriedad.
–¿No habías dicho que no deberíamos pelear por tonterías?
–Sabes que esto es diferente, Bombón. Siempre que nos encontramos con él en algún evento que organicen las chicas, te mira de una forma en la que no debería mirar a una mujer casada y madre de dos niños… Solo por eso lo pondría en la cárcel junto a los Black ¿Recuérdame otra vez porque no está allí con ellos?
–No empieces. Hemos tenido esta conversación un montón de veces y siempre tengo que repetirte lo mismo: Darién es solo un amigo que está muy agradecido conmigo por haberlo ayudado a que recuperara a su hija. Y no me mira como tú dices.
–¿En serio? –pregunto con incredulidad –¿Entonces porque no ha vuelto a salir con nadie, ni se ha casado?
–Porque tiene que cuidar de su hija adolescente.
–Sí, claro… –dijo sarcásticamente.
–¿Acaso ya se te olvido lo que significa esto, Seiya? –pregunte mostrándole mi argolla de matrimonio –Significa que tu y yo estamos juntos por el resto de nuestras vidas, siendo mucho más que amigos, amantes y compañeros de trabajo. Hemos estado juntos y lo seguiremos estando en las buenas, en las malas, hasta que la muerte nos separe… Sabes que te amo con toda mi alma.
–Y yo también te amo.
–¿Entonces dejaras de seguir pensando tonterías? ¿Y de querer enviar a Chiba a la cárcel por la forma en que según tu me mira?
–No es según yo, es que así te mira, Bombón.
Di un largo suspiro de cansancio –¿Lo harás o no?
–De acuerdo –musito dando un suspiro de resignación –Pero no me pidas que intente hacerme su amigo, porque eso es algo muy difícil de lograr.
–Lo único que te pido es que siempre estés conmigo.
–Siempre.
Sus labios buscaron los míos, y lo recibí ansiosa mientras le rodeaba el cuello con mis brazos acercándolo más a mí. Seiya se coloco entre mis piernas, buscando una mayor cercanía de nuestros cuerpos, por lo que mi estrecha falda de inmediato se deslizo hasta mis muslos, dejando mis piernas al descubierto.
Nuestro beso no tardo en ser más de uno, dos, tres… Sus apasionados besos me dejaban sin aliento, sus caricias enviaban chispas por todo mi ser, mientras yo me deleito recorriendo su cuerpo con mis manos. Aunque es una lástima que su ropa me impida sentir aun más la calidez de su piel.
–¿Tienes mucho trabajo, Bombón? –musito sobre mis labios
–Nada que no pueda esperar… ¿Y tú, Amor?
–Igual…. Así que no perdamos el tiempo y hagamos el amor ahora mismo.
Sonreí mientras volvía a sentir sus labios sobre los míos y de inmediato empezamos a despojarnos mutuamente de nuestras ropas. Por desgracia, ni siquiera había logrado desabrochado los pantalones a mi esposo cuando sonó el teléfono de mi oficina.
–No contestes, Bombón –musito Seiya mientras besaba mi cuello.
–Sabes que tengo que contestar –dije colocando mi mano en su pecho, tratando de mantener un poco de distancia para que no logre persuadirme de lo contrario –Puede ser algo importante.
–Espero que realmente lo sea como para habernos interrumpido.
Le di un fugaz beso, tras lo que tome el teléfono y puse el altavoz.
–¿Qué pasa?
–Es una emergencia, Serena. Luna requiere que Seiya y tu vayan a su oficina de inmediato –dijo mi secretaria –Parece que acaba de haber un atentado en contra del Primer Ministro durante el Congreso de Economía.
Seiya y yo nos miramos a los ojos mientras terminábamos de asimilar lo que acabábamos de escuchar. Se acabo nuestro momento romántico y debemos volver a cumplir con nuestro deber.
–Vamos para allá –fue lo único que dije antes de terminar la comunicación.
Salte del escritorio y, al igual que mi esposo, rápidamente acomode mi ropa hasta que ambos quedamos presentables. Seiya me dio un rápido beso y salimos juntos de mi oficina para reunirnos con nuestra jefa.
Es hora de que los Agentes Tsukino y Kou vuelvan a la acción una vez más.
Al igual que aquella primera vez que Seiya y yo trabajamos juntos haciéndonos pasar por recién casados, así como en las cientos de veces que hemos trabajado en distintas misiones y como lo seguiremos haciendo un millón de veces más. Ambos tenemos un deber que cumplir. Esto es lo que hacemos con tal de hacer de este un mundo mejor para todos, en especial para nuestros hijos.
Y sin importar lo que hagamos o en donde nos encontremos, no cambia el hecho de que siempre seremos el señor y la señora Kou.
–FIN–
Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
¡Por fin llegamos al final de este fic! No me queda más que agradecerles enormemente a cada una de ustedes por acompañarme a lo largo de esta historia, en donde reimos, lloramos, sufrimos y disfrutamos cada momento de esta pareja tan especial. Creanme que todos sus comentarios me animaron a seguir escribiendo, ya que ese es el mejor alimento para seguir trabajando ante cada idea que tiene mi cabeza.
Saben que aunque esta historia haya terminado, sigo trabajando en las que llevo en curso: Más Allá De Las Estrellas (les pido un poquito de paciencia por allí ya que pronto habra capitulo nuevo) y La Magia Lunar (prometo ya no dejarla abandonada y actualizarla a la brevedad posible).
Además, muy pronto les traere un par de adaptaciones. La primera se llama Algo Dulce, no quiero adelantar mucho, pero si les gusto este fic que acaba de terminar, seguramente les gusrara esta ya que va por una linea muy similar a esta; con mucho romance, amor y suspenso. :[Jujuju]:
Y la segunda historia es El Elixir del Amor. Esta historia es una adaptación de la misma autora de Legalmente Suya, así que no se la pierdan ya que sin duda va a ser muy especial, divertida y con mucho amor. Por supuesto, ambas son S&S, así que espero que les gusten mucho.
No me queda más que agradecerles nuevamente por acompañarme en este fic. Un enorme abrazo para todas y nos seguimos leyendo en las historias que estan por venir.
XOXO
Serenity
Saben que aunque esta historia haya terminado, sigo trabajando en las que llevo en curso: Más Allá De Las Estrellas (les pido un poquito de paciencia por allí ya que pronto habra capitulo nuevo) y La Magia Lunar (prometo ya no dejarla abandonada y actualizarla a la brevedad posible).
Además, muy pronto les traere un par de adaptaciones. La primera se llama Algo Dulce, no quiero adelantar mucho, pero si les gusto este fic que acaba de terminar, seguramente les gusrara esta ya que va por una linea muy similar a esta; con mucho romance, amor y suspenso. :[Jujuju]:
Y la segunda historia es El Elixir del Amor. Esta historia es una adaptación de la misma autora de Legalmente Suya, así que no se la pierdan ya que sin duda va a ser muy especial, divertida y con mucho amor. Por supuesto, ambas son S&S, así que espero que les gusten mucho.
No me queda más que agradecerles nuevamente por acompañarme en este fic. Un enorme abrazo para todas y nos seguimos leyendo en las historias que estan por venir.
XOXO
Serenity
Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
Muy linda la historia como todas las q has escrito, espero con ancias las demas actualizaciones y las otras historia....
Seiya_Serena- Sailor Inner Scout
- Mensajes : 131
Edad : 34
Sexo :
Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
Muevo a termindados
S.cosmos- Neo Reina Serena
- Mensajes : 8294
Edad : 37
Sexo :
Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
Linda! De verdad! Mil y un millones de gracias por habernos dado la posibilidad de leer este fic tan maravilloso!. Me encantó de principio a fin y te aseguro que espero ansiosa tus próximas adaptaciones! Seré tu fan N°1!
natu_rw- Sailor Inner Scout
- Mensajes : 180
Edad : 34
Sexo :
Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
que hermosa historia me encanto pero yo queria saber si bomboncito iba ser niñ@ pero bueno me gusto tu final esta muy lindo gracias por esta linda historia
HotaruSakurai- Neo Reina Serena
- Mensajes : 3130
Edad : 33
Sexo :
Re: Sr & Sra Kou [S/S] UA - Terminado
Wow Serenity!!!
Siendolas 4:11 am porfin pude regresar para leer el final de este fic que me ENCANTO!!!
Que gran final lleno de amor, risas, diversión no me queda mas que darte las gracias por compartir tan bella historia llena de ingenio...
Y asimismo te doy las gracias por tomarte la molestia de mandar mensajes a la bandeja de entrada de cada correo para avisar de un nuevo capitulo
FELICIDADES Y DE NUEVA CUENTA GRACIAS!!!
Siendolas 4:11 am porfin pude regresar para leer el final de este fic que me ENCANTO!!!
Que gran final lleno de amor, risas, diversión no me queda mas que darte las gracias por compartir tan bella historia llena de ingenio...
Y asimismo te doy las gracias por tomarte la molestia de mandar mensajes a la bandeja de entrada de cada correo para avisar de un nuevo capitulo
FELICIDADES Y DE NUEVA CUENTA GRACIAS!!!
MaRyMG- Sailor Scout
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